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Pruebas de laboratorio que se realizan rutinariamente en medicina veterinaria

PorTrevor J. Whitbread, BVSc, DECVP
Última revisión/modificación oct 2019

Algunas de las pruebas básicas más comunes realizadas por un veterinario, técnico veterinario o personal de laboratorio se describen a continuación. Las pruebas pueden realizarse en la clínica de su veterinario, o las muestras pueden enviarse a un laboratorio.

El veterinario

Al igual que su médico comprobará sus constantes vitales, su peso y otras afecciones cuando lo visite, su veterinario también querrá comprobar las constantes vitales, realizar una exploración física y obtener información médica básica sobre su mascota. Además de controlar el peso de su mascota, observar sus ojos, revisar sus oídos, examinar la boca y los dientes y observar los movimientos de la mascota, existen otras pruebas sencillas que se realizan con frecuencia.

El veterinario usará un estetoscopio para escuchar los sonidos cardiacos, pulmonares y del aparato digestivo que pueden indicar si hay problemas con estos órganos.

El veterinario puede presionar suavemente sobre las encías de la mascota con un dedo y luego liberar la presión para determinar cuánto tiempo tardan los capilares en las encías en rellenarse. Un tiempo de relleno capilar más largo de lo normal puede indicar que la circulación de la mascota es deficiente y podría estar entrando o en estado de shock. También se producen tiempos de relleno más largos en ciertas enfermedades cardiacas. El color de las encías también puede indicar problemas como ictericia (un signo de enfermedad hepática), shock o anemia.

Los veterinarios utilizan la palpación abdominal para comprobar el tamaño y la localización de los órganos internos como el hígado, el bazo, los riñones y la vejiga urinaria. También comprobarán el agrandamiento de los nódulos linfáticos localizados por todo el organismo.

Pruebas especializadas

Si su mascota tiene un problema específico en el momento de la exploración, el veterinario puede realizar pruebas adicionales que no suelen formar parte de un examen físico de rutina. Por ejemplo, la exploración de un perro con sospecha de problemas de visión puede incluir pruebas que evalúan la visión general, un examen con un oftalmoscopio (un instrumento que permite al veterinario ver las partes internas del ojo) y varias tinciones, y la determinación de la presión dentro del ojo (presión intraocular). De manera similar, el examen de un caballo cojo puede incluir un examen manual de la pata afectada, análisis de sangre y bioquímicos, biopsia muscular y varios tipos de técnicas de imagen.

El laboratorio interno

La mayoría de las clínicas veterinarias pueden realizar pruebas básicas de laboratorio dentro de su clínica. Las muestras para las pruebas pueden recogerse en la clínica, o el propietario de la mascota puede recoger muestras en casa (heces, orina) y llevarlas a la clínica. La complejidad y los tipos de pruebas realizadas variarán de una clínica a otra. Los siguientes tipos de pruebas se realizan con frecuencia en un laboratorio interno.

Hemograma completo (HC) y otros análisis de sangre

Pueden realizarse muchas pruebas en muestras de sangre, pero solo se suele realizar un número limitado en las clínicas veterinarias. A medida que las pruebas se vuelven más automatizadas, algunos veterinarios pueden ofrecer una gama más amplia de pruebas en su propia clínica, pero la mayoría todavía las realizan laboratorios externos (véase más adelante).

Una de las pruebas más comunes es un hemograma completo, que analiza el número y apariencia de las células sanguíneas. El hemograma completo es importante en el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad y la infección. Las muestras de sangre las suele tomar el veterinario o un técnico veterinario para su análisis. Hay tres partes principales del hemograma completo dedicadas a proporcionar información sobre los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.

Hay tres medidas comunes que se realizan usando glóbulos rojos: el hematocrito, la concentración de hemoglobina y el recuento de glóbulos rojos. Los tres están relacionados entre sí y ayudan a su veterinario a diagnosticar enfermedades. El hematocrito es la proporción del volumen total de sangre ocupado por los glóbulos rojos. Cuando la proporción de glóbulos rojos es alta, la afección se llama policitemia. La policitemia es común cuando una mascota tiene deshidratación o diarrea. Un hematocrito reducido puede sugerir anemia o hemorragia. La concentración de hemoglobina en la muestra de sangre indica la capacidad de transporte de oxígeno de los glóbulos rojos. El recuento de glóbulos rojos es el número de glóbulos rojos en una unidad de volumen de sangre. Los resultados de las pruebas en los glóbulos rojos pueden decirle mucho a su veterinario sobre el funcionamiento del organismo de su mascota y sugerir posibles problemas de salud.

Hay dos tipos principales de glóbulos blancos, los fagocitos y los linfocitos.

Los fagocitos son células que pueden rodear e ingerir partículas extrañas, desechos celulares y bacterias en la sangre o en los tejidos y se clasifican como granulocitos o células mononucleares. Los granulocitos protegen frente a bacterias, hongos y parásitos y pueden estar implicados en reacciones alérgicas. Los neutrófilos son el tipo más común de glóbulos blancos granulocíticos y son la primera línea de defensa frente a las invasiones bacterianas. Aumentan en número durante la inflamación, la infección y el estrés a corto plazo. El número de eosinófilos aumenta durante las reacciones alérgicas y en respuesta a ciertos tumores y parásitos. Los basófilos son el tipo menos común de glóbulos blancos y aumentan con la inflamación. Los monocitos son células grandes con un único núcleo que aumentan en número durante las enfermedades crónicas. Su función principal es migrar al tejido dañado, donde se denominan macrófagos, y limpian los desechos.

Los linfocitos son los glóbulos blancos responsables de la producción de anticuerpos y de las respuestas inmunitarias mediadas por células. Los grandes incrementos en el número de linfocitos a menudo indican leucemia, un tipo de cáncer.

Las plaquetas son partículas parecidas a células en la sangre. Otro nombre para las plaquetas es trombocitos. Las plaquetas son mucho más pequeñas que los glóbulos rojos o blancos. Desempeñan un papel fundamental en el proceso de coagulación para reparar los vasos sanguíneos dañados. Por lo tanto, las lesiones a menudo provocan un gran aumento en el número de plaquetas. Algunas enfermedades autoinmunitarias, trastornos de la coagulación sanguínea y problemas de la médula ósea causan una disminución en el número de plaquetas.

Pruebas de heces

Las muestras de heces pueden ser recogidas por el propietario de la mascota antes de una cita o pueden ser recogidas por el veterinario. Una pequeña cantidad de la muestra de heces puede aplicarse directamente a un portaobjetos de vidrio o procesarse primero dentro de un líquido. El material se examina luego bajo un microscopio. El propósito de usar ciertos líquidos antes del examen de las heces es detectar la presencia de quistes de parásitos como Giardia y Cryptosporidium o huevos de otros parásitos, como gusanos redondos, anquilostomas y cestodos. También se pueden observar larvas, gusanos adultos o segmentos de cestodos.

Análisis de orina

El análisis de muestras de orina (urianálisis) es importante para detectar varios tipos de enfermedades del tracto urinario. La muestra se debe analizar inmediatamente después de la recogida o ser refrigerada y transportada al laboratorio tan pronto como sea posible después de la recogida. La orina dejada a temperatura ambiente o superior se degradará y los resultados de la prueba no serán exactos. Además, las muestras de orina no deben congelarse, porque la congelación cambiará varias características importantes de la orina. Las pruebas que se suelen realizar en las muestras de orina incluyen la evaluación del aspecto, la química y el sedimento.

La orina normal es de color amarillo o ámbar y debe ser transparente o clara. La presencia de enfermedades o infecciones puede cambiar el color o la claridad. Para la mayoría de las especies de mascotas, la orina normal tiene un ligero olor a amoníaco; sin embargo, la orina de algunas mascotas (como los gatos) suele tener un olor acre. Una infección bacteriana de las vías urinarias puede producir un fuerte olor a amoníaco en la orina.

El análisis químico de la orina incluye la determinación de su densidad específica, pH (grado de acidez o alcalinidad), cantidades de proteína, glucosa, células sanguíneas fragmentadas y más. Los cambios en cualquiera de estos pueden indicar enfermedad, lesión o defectos. El examen microscópico del sedimento de orina (la parte sólida de la orina obtenida al centrifugar la muestra de orina) forma parte de un análisis de orina rutinario. Un gran número de glóbulos rojos en el sedimento urinario suele indicar sangrado en algún lugar del tracto urinario, mientras que un gran número de glóbulos blancos por lo general indica una infección. Otros componentes sólidos de la orina, conocidos como cilindros, son estructuras tubulares formadas en los riñones. Un mayor número de cilindros puede indicar enfermedad renal. Los cristales pueden estar presentes en cantidades reducidas, y algunos tipos no se consideran un problema. Las bacterias pueden estar presentes en pequeñas cantidades en la orina normalmente evacuada, pero un gran número indica infección. Si su veterinario sospecha una infección de la vejiga, se puede recoger una muestra de orina para cultivo bacteriano directamente de la vejiga usando una aguja y una jeringa. Este proceso se llama cistocentesis.

El laboratorio externo

Muchas de las pruebas que utiliza el veterinario para diagnosticar enfermedades requieren un equipo especializado o la formación de los técnicos que realizan las pruebas. Por estas razones, muchos veterinarios envían las muestras a un laboratorio externo. Algunas pruebas son similares a las disponibles en la clínica, pero el equipo de prueba avanzado y los procedimientos de control de calidad en una instalación especializada pueden ofrecer ventajas en cuanto a velocidad y precisión. Por ejemplo, el laboratorio especializado por lo general contará con patólogos para identificar glóbulos rojos o blancos anormales, los cuales pueden ayudar a confirmar un diagnóstico de enfermedad, durante las pruebas de rutina en una muestra de sangre.

Además, en un laboratorio externo se pueden realizar pruebas especializadas, como una para detectar fases larvarias de parásitos que no se encuentran fácilmente en las pruebas estándar. Dado que los parásitos también se encuentran en muestras distintas de las heces, se puede analizar un frotis directo de sangre de una mascota en un portaobjetos para detectar la presencia de parásitos sanguíneos.

La mayoría de los laboratorios ofrecen un grupo básico de pruebas, conocido como panel de pruebas químicas básicas, que proporciona información sobre muchos problemas generales de salud ( ver la Tabla: Pruebas incluidas en un panel de pruebas básico). Hacer que un laboratorio realice estas pruebas puede ayudar a establecer un diagnóstico, especialmente si el animal presenta signos vagos y una historia clínica que dificulta la determinación del problema. El grupo básico de análisis de sangre para mascotas incluye proteínas totales, albúmina, globulinas, urea, creatinina, alanina aminotransferasa (ALT) y fosfatasa alcalina (FA). Los resultados de estas pruebas proporcionan información sobre el estado de hidratación, la inflamación, algunas enfermedades cardiacas, la función renal y hepática y los niveles de azúcar en sangre. Este grupo de pruebas puede modificarse según convenga para otros animales. Basándose en los resultados de este grupo de pruebas, se pueden realizar otras pruebas según sea necesario para llegar a un diagnóstico definitivo.

Tabla
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Cuando las mascotas tienen una infección, es importante identificar la bacteria específica u otro microorganismo que sea la causa para que su veterinario pueda prescribir un programa de tratamiento adecuado. Aunque muchas pruebas microbiológicas se pueden realizar en clínicas veterinarias, su veterinario puede preferir que las muestras se analicen en un laboratorio externo que tenga equipo especializado y personal con entrenamiento avanzado en microbiología. Su veterinario tomará cuidadosamente una muestra de un lugar de su mascota que sea típico de la enfermedad infecciosa. Las muestras se examinan bajo un microscopio, así como se cultivan (son cultivadas en varias sustancias) y luego se examinan para detectar el crecimiento de colonias de los microorganismos sospechosos. A veces, las bacterias deben probarse con diferentes antibióticos para determinar cuál será el más eficaz. Esto lleva un poco más de tiempo, pero ayuda a su veterinario a evitar el tratamiento con un antibiótico que no es eficaz. Dependiendo de la enfermedad sospechada, o si su mascota está muy enferma, su veterinario puede comenzar el tratamiento con fármacos antimicrobianos de amplio espectro mientras espera los resultados específicos de las pruebas.

Para más información

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