Las ratas de compañía (nombre científico Rattus norvegicus) se originaron de la rata noruega, que se encuentra en las calles de las ciudades y en los campos de las zonas rurales. La rata noruega fue domesticada en la época victoriana y las personas comenzaron a criarla selectivamente por su pelo y color. Las ratas tienen una larga historia de asociación con los humanos, aunque no siempre es muy agradable. Algunas culturas consideran a las ratas con benevolencia; son el primer signo del zodíaco chino y se consideran dioses en algunas religiones indias. En Europa se las consideraba criaturas de la oscuridad, muerte y enfermedad debido a la creencia de que transmitían la peste. Hoy sabemos que no eran las ratas, sino las pulgas que albergaban, las que portaban la infección.
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