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Cómo proporcionar un hogar a un reptil

PorStephen J. Divers, BVetMed, DACZM, DECZM, FRCVS
Última revisión/modificación ago 2020

Entre las consideraciones más importantes para cualquier mascota están sus necesidades de alojamiento y alimentación. Debido a que los reptiles no pueden regular su temperatura corporal de la misma manera que los mamíferos, tienen necesidades más estrictas de alojamiento que muchas otras mascotas, particularmente en lo que respecta a la temperatura y la higiene. Las necesidades dietéticas varían ampliamente según la especie.

Alojamientos de los reptiles

Las necesidades de alojamiento de los reptiles incluyen un recinto apropiado y fuentes de luz, calor y agua. Asegúrese de tener el hábitat completamente listo y seguro antes de llevar a su mascota a casa.

Diseño del recinto

Muchos reptiles demuestran nerviosismo e inseguridad en cautividad. Esto puede reducirse proporcionando un "mobiliario" adecuado para el terrario y espacios para esconderse. Las especies arborícolas (las que viven en los árboles) deben disponer de ramas de árboles horizontales y verticales u otros materiales apropiados para trepar. Las especies terrestres (las que viven en el suelo) suelen necesitar más espacio horizontal. Muchas especies terrestres, así como aquellas a las que les gusta cavar o hacer madrigueras, necesitan escondites como cajas, troncos de árboles, rocas u otros objetos. Para algunas especies, un borde negro pintado en la pared de vidrio a 20 cm del fondo del terrario proporciona seguridad adicional.

Algunas especies de reptiles son solitarias y prefieren alojarse solas. A veces es posible alojar juntos a animales de la misma especie; sin embargo, los grupos no deben incluir más de un macho, ya que los machos de la misma especie pueden volverse agresivos entre sí. Los propietarios de reptiles con experiencia pueden crear un terrario adecuado para albergar varias especies compatibles juntas. El alojamiento comunitario de especies muy sociales y activas durante el día suele necesitar la colocación de varios puestos para tomar el sol, comer y beber que estén fuera de la vista de los animales dominantes de la misma especie y de cualquier observador humano. Se debe evitar el hacinamiento para reducir el estrés y la competencia por la comida, el agua, los lugares de tomar el sol y las parejas. Es posible que haya que separar a las especies agresivas durante la alimentación para evitar lesiones a sus compañeros de terrario. Las peleas se pueden reducir significativamente alojando juntas solo a especies compatibles.

El suelo del recinto debe estar cubierto con un material desechable, barato, no tóxico y no abrasivo. Las mejores coberturas del suelo, o sustratos, son las que proporcionan la menor cantidad de área para el crecimiento microbiano y facilitan la limpieza de la jaula. El papel de periódico, la arena, el musgo, la tierra vegetal, las virutas de madera, las virutas de corteza de ciprés, los lechos de mazorca de maíz, los lechos de nogal, la grava, los granos de alfalfa y el césped artificial se han utilizado con éxito para las serpientes. Se deben evitar las virutas de cedro, ya que los olores y vapores fuertes pueden causar problemas respiratorios, así como problemas neurológicos potenciales. A las serpientes de menos de 46 cm de longitud no se les debe alimentar mientras estén sobre sustratos "sueltos" como virutas, lecho de mazorca, lecho de nogal o grava pequeña porque estos sustratos se acumulan alrededor de la boca (y pueden causar inflamación de la boca) y se los pueden tragar (y pueden causar una obstrucción en el intestino). Una solución es sacar a la serpiente de su terrario habitual y alimentarla en un terrario separado sobre papel de periódico. Este procedimiento da lugar a un comportamiento condicionado que puede disminuir la actividad frenética en las serpientes grandes cuando son abordadas en su terrario habitual (sin alimentación).

La facilidad de limpieza es una buena razón para elegir un sustrato menos complicado. Para minimizar los parásitos, las bacterias y otros organismos que causan enfermedades, es esencial poder limpiar el recinto a fondo y con frecuencia. El papel de periódico es el sustrato preferido para los reptiles enfermos porque es barato, fácil de limpiar y permite observar fácilmente el material regurgitado o los excrementos.

El nivel de humedad necesario para un reptil en particular también determina la elección del sustrato. El mantillo de ciprés puede mantener la humedad y es resistente a los mohos. En cambio, el lecho de mazorca de maíz está disponible con facilidad, pero es caro y se enmohece gravemente si se moja. Las mezclas de arena, turba, musgo y tierra mantienen la humedad y permiten hacer madrigueras. La arena o la tierra también pueden utilizarse para un sustrato más seco. Los entornos más pequeños dentro de un recinto pueden proporcionar una mayor humedad sin crear niveles de humedad elevados en todo el terrario.

La arena, la tierra vegetal y las hojas muertas constituyen materiales adecuados para muchas especies de lagartos y tortugas y galápagos. Los granos de alfalfa (gránulos para conejos comunes) también son un lecho útil para tortugas y galápagos. Los gránulos son baratos y fáciles de limpiar, ¡y son nutritivos si se comen!

Las tortugas acuáticas y los cocodrilos pueden mantenerse en una combinación de sustratos de arena, grava y cemento si se proporcionan zonas para tomar el sol. La grava debe ser lo suficientemente grande como para que no pueda ingerirse.

Temperatura

La mayoría de los reptiles son ectotermos (a menudo llamados animales de "sangre fría"), y controlan la temperatura corporal moviéndose a diferentes lugares de su entorno. En su hábitat natural son bastante buenos para mantener su temperatura corporal dentro de un rango relativamente estrecho en comparación con la temperatura exterior. Para controlar los cambios diarios de temperatura corporal, muchos reptiles buscan zonas frescas o cálidas. Por ejemplo, un reptil puede tomar el sol en una roca que ha sido calentada por el sol para elevar su temperatura corporal.

La jaula o el recinto utilizado para alojar a los reptiles debe proporcionar una gama de temperaturas (dentro del rango de temperatura preferido para cada especie) de un extremo a otro del recinto para mantener a los ocupantes sanos. Un rango de temperaturas también ayuda con la digestión, mantiene sano su sistema inmunitario y aumenta la eficacia de ciertos fármacos. Las especies tropicales suelen preferir temperaturas entre 27 y 38 °C, y las especies de zonas templadas entre 20 y 35 °C. Las tortugas semiacuáticas prefieren límites ligeramente más bajos. La temperatura en el recinto debe controlarse cuidadosamente; las temperaturas que exceden los límites superiores en solo 5 °C pueden resultar mortales para algunas especies de reptiles.

La mayoría de reptiles prefieren las fuentes solares de calor para tomar el sol, tal vez por ser las más similares a su entorno normal. Las lámparas de luz solar son las preferidas para las tortugas, los galápagos y los lagartos. Las lámparas de luz solar pueden ser una bombilla incandescente, un dispositivo de infrarrojos, una lámpara de vapor de mercurio o un calentador de bombilla de cerámica. Las lámparas de calor deben usarse con extrema precaución, ya que el sobrecalentamiento es común. Estas fuentes deben estar protegidas del contacto directo con los reptiles y colocadas a más de 45 cm de la cubierta del suelo. Los recintos más reducidos con una ventilación limitada deben tener un termostato para reptiles con una sonda fijada a la fuente de calor, y todas las jaulas deben tener un termómetro. Es una buena idea colocar termómetros tanto en las regiones directamente calentadas como en las no calentadas del recinto. Los calentadores bajo el terrario también son fuentes de calor útiles para los lagartos y las serpientes. Cuando se usan con una lámpara de luz solar, los calentadores de debajo del terrario pueden proporcionar calor tanto durante la noche como durante el día. Sin embargo, los calentadores bajo el terrario no deben cubrir más del 30 % del espacio disponible en la jaula y deben estar diseñados específicamente para este uso.

Las lámparas de vapor de mercurio son muy buenas luces solares y también proporcionan algo de luz ultravioleta, el tipo de rayos que se encuentran en la luz solar natural, que es necesaria para la salud de los reptiles (véase Necesidades de iluminación). Los paneles infrarrojos se fabrican en muchos tamaños y pueden fijarse fácilmente al techo de la jaula para que irradien el calor hacia abajo. Los calefactores infrarrojos son únicos porque calientan los objetos a su paso sin sobrecalentar el recinto. Al igual que con cualquier lámpara de luz solar o calentador, siempre debe comprobar la temperatura en la parte superior de la cubierta del suelo. Si la superficie calentada está demasiado caliente para mantener un contacto confortable, también lo está para el reptil. Las "rocas calientes" no se recomiendan porque el calor que proporcionan no es constante y pueden causar quemaduras.

Los reptiles se vuelven inactivos a temperaturas más bajas. Este es un acontecimiento estacional normal para muchas especies no tropicales, y fomenta las mejores condiciones para la reproducción y el bienestar físico a largo plazo. Sin embargo, nunca debe intentarse la hibernación con un reptil enfermo porque su sistema inmunitario no es tan fuerte durante los cambios de estación y las bajas temperaturas. Las especies tropicales pueden disminuir su nivel de actividad debido a unos cambios menores en la temperatura, pero no se deben hibernar. Deben evitarse las temperaturas extremas y los cambios rápidos de temperatura. Debe preguntarle a su veterinario o a la persona de quien obtuvo el reptil sobre el rango de temperatura adecuado y las necesidades de hibernación estacional de su mascota.

Necesidades de iluminación

La conducta alimentaria, la actividad y, en menor medida, la reproducción de los reptiles mejoran con la luz de espectro completo, que tiene cualidades similares a la luz solar natural e incluye rayos ultravioleta. Las bombillas fluorescentes que producen longitudes de onda UVB en el rango de 290 a 320 nanómetros son las más adecuadas para los recintos de reptiles. Las lámparas de vapor de mercurio también pueden proporcionar luz ultravioleta.

Proporcionar el espectro ultravioleta adecuado es esencial para mantener la piel sana de los reptiles. La exposición a la luz solar sin filtrar es la mejor forma de luz ultravioleta disponible, mientras que la luz solar filtrada a través de la mayoría de los cristales o plásticos casi no contiene rayos ultravioleta. Las bombillas que producen rayos ultravioleta deben colocarse cerca de las zonas de descanso o de tomar el sol para que el reptil pueda obtener una exposición adecuada a la luz ultravioleta. Las típicas luces que producen rayos ultravioleta deben estar a menos de 45 cm de las áreas de descanso o de tomar el sol, mientras que las lámparas de vapor de mercurio pueden estar a varios metros de distancia. El uso de una luz negra en combinación con bombillas de espectro completo puede estimular la actividad reproductiva en los lagartos, pero no aumenta significativamente la exposición a la luz ultravioleta B (UVB). Incluso las mejores bombillas de espectro completo son un mal sustituto de la luz solar natural. Puede ser necesario un suplemento apropiado para la especie que contenga vitamina D3 ( ver Necesidades nutricionales).

El ciclo diario de luz y oscuridad, llamado fotoperiodo, afecta al comportamiento y las funciones físicas de todos los animales. Las necesidades de fotoperiodo de los reptiles se basan en los ciclos de actividad diarios y anuales. Para los reptiles que provienen de áreas con cambios estacionales de temperatura, el fotoperiodo proporciona señales para asegurar que la reproducción se produce dentro de las mejores condiciones ambientales. Para las especies tropicales, las variaciones del fotoperiodo son menos importantes. En muchas zonas tropicales y subtropicales son habituales los cambios en el fotoperiodo, que pasa de unas 10 horas de luz en los meses de invierno a unas 14 horas de luz en los meses de verano. Las zonas templadas experimentan cambios en el fotoperiodo que van desde unas 8 horas de luz durante el invierno hasta unas 16 horas durante el verano.

Agua y humedad

Los reptiles semiacuáticos, aquellos que viven y crecen naturalmente cerca y en el agua, deben poder sumergirse completamente en el agua. En muchas especies, la alimentación, la reproducción y la interacción social se producen bajo el agua. Filtrar y airear el agua ayuda a reducir el nivel de desechos orgánicos tóxicos y organismos causantes de enfermedades. Para las especies de agua salada, la salinidad (nivel de sal) en el agua debe controlarse cuidadosamente. El pH del agua para algunas especies de tortugas acuáticas puede necesitar ajustarse para adaptarlo a su hábitat natural.

Tabla
Tabla

Las necesidades de ingesta de agua están relacionadas con la disponibilidad de agua en el hábitat natural del reptil. Los reptiles acuáticos y semiacuáticos necesitan más agua, mientras que las especies de ambientes más secos tienden a conservarla. Es muy importante que haya agua disponible en todo momento para evitar la deshidratación. Muchas especies pierden agua a través de la piel cuando se ven privadas de áreas de remojo; también se ha documentado la absorción de agua a través de la piel. Muchas especies beben fácilmente de charcos o cuencos, pero algunos lagartos pequeños (como los anolis y los verdaderos camaleones) beben lamiendo las gotas de agua que se acumulan por condensación. La nebulización del entorno o la creación de un sistema de goteo ofrecen opciones para la toma de agua. Se debe preguntar al veterinario o criador de reptiles sobre la mejor manera de asegurarse de que el reptil está recibiendo suficiente agua.

La humedad debe imitar la del entorno natural del reptil. Una humedad excesivamente baja (menos del 35 %) puede provocar sequedad en la piel y una muda anormal, sobre todo en las especies que no están acostumbradas a un entorno seco. Una humedad excesiva (superior al 70 %) puede provocar infecciones cutáneas en algunas especies. ( See table Necesidades de alojamiento de los reptiles.)

Higiene

La limpieza es esencial para el éxito del mantenimiento a largo plazo de los reptiles. Los terrarios deben mantenerse libres de orina o excrementos de animales, y la comida no consumida debe retirarse y eliminarse diariamente. Los parásitos internos son uno de los problemas de salud más comunes en los reptiles cautivos. Estos parásitos a menudo solo necesitan un hospedador (el reptil) y la descendencia del parásito puede reinfestar al mismo hospedador. Por lo tanto, los excrementos de los animales se deben retirar a tiempo. Los utensilios utilizados para recoger los desechos deben desinfectarse antes de utilizarlos en cada terrario para reducir la posibilidad de transmitir la enfermedad de un terrario a otro. Los propietarios deben preguntar a su veterinario sobre el desinfectante más apropiado para el entorno de su reptil y la frecuencia y concentración más seguras para su mascota.

Los sustratos generalmente deben reemplazarse al menos una vez al mes. Los medios acuáticos y terrestres deben desmontarse y desinfectarse al menos cada 3 meses. Los platos del agua se deben limpiar completamente como mínimo una vez a la semana. Aunque las tortugas parecen tolerar el cloro del agua tratada bastante bien, sus efectos no se conocen. El cloro puede provocar una irritación temporal de los ojos en las tortugas acuáticas no acostumbradas al cloro, pero parece ser beneficioso para controlar las bacterias y los virus causantes de infecciones en el agua.

Dieta de los reptiles

Las necesidades nutricionales de los reptiles todavía se están investigando. La mayoría de las recomendaciones se basan en la experiencia y la observación.

El comportamiento alimentario y la digestión están relacionados con la temperatura ambiental. Debido a que los reptiles tienen un metabolismo más lento que los mamíferos y otros animales de "sangre caliente", se alimentan con menos frecuencia. La humedad, la luz, el tipo de alimento y la presencia de otros animales también afectan al comportamiento alimentario. En las tortugas y algunos lagartos que se alimentan de plantas, el color de la comida contribuye a su aceptación; el rojo y el amarillo suelen ser los colores preferidos. Algunos reptiles se acostumbran a ciertos alimentos y no quieren aceptar alternativas. Proporcionar una variedad de alimentos en cada comida, especialmente a los reptiles más jóvenes, puede disminuir este problema.

La calidad es importante cuando se alimenten con animales enteros. Los carpines dorados, los tenebrios, los grillos, las larvas de la polilla de la cera, los ratones o las ratas que se vayan a utilizar como alimento para reptiles deben recibir una dieta completa y equilibrada para que aporten los nutrientes adecuados. Los herbívoros (animales que comen plantas) y los omnívoros (animales que comen carne y plantas) también necesitan raciones equilibradas. Las dietas vegetarianas suelen carecer de calorías, proteínas y calcio. Los insectos y las larvas carecen de calcio, por lo que es necesario administrarles un suplemento.

La carga intestinal es una técnica común que consiste en proporcionar a los insectos una mezcla nutritiva de cereales y verduras inmediatamente antes de alimentar al reptil, cargando así su intestino con nutrientes. Otra práctica común es el uso de suplementos vitamínicos y minerales en polvo. Los grillos traídos a casa de una tienda de mascotas y que nunca se han alimentado tienen un reducido valor nutritivo. Colocarlos en una bolsa con vitaminas y minerales en polvo y sacudirla cubrirá a los insectos con el polvo. Aunque parte del polvo cae, los nuevos polvos microfinos se adhieren muy bien. Añadir calcio y alimentos ricos en calcio a la dieta de grillos y larvas de polilla de la cera es otra forma de proporcionar más calcio al reptil.

Necesidades nutricionales

El contenido mínimo recomendado de proteínas en una dieta para reptiles es de alrededor del 30 al 50 % para los carnívoros y del 18 al 22 % para los herbívoros. Los niveles inadecuados de proteína provocan pérdida de peso, atrofia muscular, aumento de las posibilidades de infecciones, incapacidad de reproducirse y una curación más lenta después de una lesión. Una infección que no desaparece después del tratamiento puede ser el resultado de una nutrición inadecuada. Las dietas comerciales ricas en proteínas pueden provocar un crecimiento rápido, pero pueden tener consecuencias graves a largo plazo, como la hiperuricemia (véase más adelante).

Los carnívoros (que comen carne) deben alimentarse con animales enteros, no solo con carne de músculo. Se ha demostrado que suministrar grandes cantidades de alimento para gatos ricos en proteínas provoca un aumento de los niveles de proteínas y vitamina D3. Muchos nutricionistas recomiendan no alimentar a los reptiles con comida para gatos. La comida para perros, especialmente las variedades bajas en grasa, puede utilizarse con moderación como parte de una dieta completa y equilibrada tanto en los consumidores de carne como en los de plantas. La alimentación con un exceso de proteína puede tener como resultado una enfermedad llamada hiperuricemia, en la cual el ácido úrico se deposita en los órganos internos. Esto puede provocar gota en los órganos afectados, que puede ser mortal.

Las deficiencias proteicas pueden producirse en reptiles con poco apetito o en herbívoros (que comen plantas) que consumen dietas deficientes en proteínas. Las dietas para reptiles herbívoros deben incluir proteínas vegetales de plantas y legumbres. Los reptiles que se niegan a comer pueden necesitar un cambio en su entorno o una dieta lo suficientemente variada para poder identificar un alimento preferido.

La fibra es necesaria para el funcionamiento normal del aparato digestivo. En las grandes tortugas terrestres y otras especies que comen plantas, la adición de forraje (como el heno) a la dieta puede eliminar la diarrea crónica maloliente.

No se han determinado las necesidades específicas de ácidos grasos para los reptiles. Se recomienda el ácido linoleico en la dieta para algunas especies.

Las deficiencias minerales se observan con frecuencia en los reptiles en cautividad, especialmente en tortugas, galápagos y lagartos. Las deficiencias de vitaminas y minerales son poco frecuentes en las serpientes que se alimentan con presas enteras ricas en nutrientes. Se debe añadir un suplemento vitamínico-mineral a la dieta de todo reptil en cautividad; en las tiendas de animales hay muchos productos diseñados para su uso en reptiles. Son necesarios unos niveles adecuadamente equilibrados de calcio, fósforo y vitamina D3 para mantener una buena salud en los reptiles. Si se altera el equilibrio, pueden producirse trastornos hormonales o enfermedades óseas.

El desequilibrio de calcio es un desequilibrio mineral frecuente en los reptiles. Para los carnívoros, una dieta basada solo en carne de músculo (no la presa entera) es deficiente en calcio y rica en fósforo. Se recomienda incluir en la dieta presas enteras o alimentos bajos en grasa. El calcio debe complementarse con productos desarrollados para los reptiles.

El exoesqueleto de los insectos no contiene calcio. Por lo tanto, los reptiles que se alimentan principalmente de insectos deben obtener el calcio de la dieta a partir de insectos "con el intestino cargado" y pulverizados con suplementos de calcio. Hay que estimular a los reptiles que se alimentan de plantas para que coman productos ricos en calcio, como el repollo, la col rizada, la okra, los brotes, la berza y la col china. Estos alimentos también suelen ser ricos en vitamina A. Se debe administrar rutinariamente un suplemento de calcio desarrollado para reptiles que comen plantas.

La vitamina D también es necesaria para el metabolismo y el equilibrio adecuado del calcio. Los animales alojados en el exterior con acceso a la luz solar natural y no filtrada suelen tener niveles adecuados de vitamina D3. El acceso a la luz ultravioleta se recomienda encarecidamente en los reptiles que no están expuestos a la luz solar sin filtrar ( ver Necesidades de iluminación, anteriormente). Los reptiles que se alimentan con mamíferos enteros (como los ratones) como presa suelen consumir niveles adecuados de vitamina D3 preformada. Los alimentos de los reptiles que se alimentan principalmente de insectos deben enriquecerse con carga intestinal y polvo. Los reptiles que se alimentan de plantas y tienen una exposición limitada a la luz ultravioleta deben recibir un suplemento de vitamina D3. La mayoría de los suplementos para reptiles que contienen calcio también contienen vitamina D3. Sin embargo, hay que tener cuidado al administrar suplementos, ya que unos niveles excesivos de vitamina D3 en la dieta pueden dar lugar a una absorción y utilización excesivas del calcio.

Unos niveles inadecuados de calcio, fósforo o vitamina D pueden provocar un desequilibrio en la hormona que regula los niveles de calcio, fósforo y magnesio en el cuerpo. Si estos niveles no están equilibrados, los huesos pueden debilitarse y comenzar a arquearse hacia fuera. Esta afección se observa con mayor frecuencia en los huesos de la mandíbula. Comer se vuelve difícil y luego imposible a medida que los huesos de la mandíbula se vuelven blandos. La alimentación por sonda es necesaria en casos extremos. La osteomalacia (ablandamiento de los huesos), los cálculos renales, los cálculos cloacales (depósitos minerales acumulados, similares a los cálculos renales) y el raquitismo (que también produce debilitamiento de los huesos) a su vez son posibles resultados de una dieta deficiente en calcio o vitamina D3. Pueden producirse roturas de huesos, deformidades óseas y caparazones blandos o deformados en las tortugas. Los animales afectados pueden desarrollar espasmos musculares o contracciones musculares.

El tratamiento consiste en corregir el equilibrio de estos minerales y dar vitamina D3, si es necesario, ya sea mediante la exposición a una fuente de luz ultravioleta adecuada o mediante una inyección administrada por un veterinario. Los antecedentes dietéticos del reptil ayudarán al veterinario a evaluar las deficiencias y determinar los posibles tratamientos. Si se va a suministrar un suplemento de calcio en las fases iniciales del tratamiento, este no debe contener fósforo. Una excelente fuente de calcio es el glubionato de calcio, administrado por recomendación de un veterinario. Otras fuentes de calcio en la dieta son el hueso de sepia triturado, las conchas de ostras trituradas, el lactato de calcio triturado o pulverizado, o los productos disponibles en el mercado. En los casos graves, un veterinario puede administrar una inyección de calcio antes de administrar más calcio por la boca.

La alimentación con ciertos alimentos verdes que contienen compuestos causantes de bocio, como el bok choy, el brócoli, las coles de Bruselas, el repollo y la soja, pueden causar deficiencia de yodo. Los signos de deficiencia incluyen una falta de energía y actividad normales y una hinchazón anormal (bocio) en la base del cuello donde se une al tórax. El desequilibrio se corrige mediante la suplementación con una mezcla vitamínica y mineral equilibrada que contiene yodo o sal yodada (0,5 % de la dieta).

La deficiencia de vitamina A es común en tortugas cautivas que comen plantas. Las tortugas de caja parecen tener mayor riesgo, por lo general debido a dietas inadecuadas que no contienen suficiente vitamina A. Los signos de deficiencia de vitamina A incluyen párpados hinchados, secreción ocular, enfermedad respiratoria crónica y enfermedad renal. Los ojos pueden acabar permaneciendo cerrados, lo que perjudica la capacidad de la tortuga para encontrar comida. El tratamiento consiste en breves baños diarios para que la tortuga beba y se lave los ojos, la aplicación de una pomada antibiótica en los ojos y las inyecciones de vitamina A administradas por un veterinario. En los casos menos graves, la vitamina A se puede suplementar añadiendo una gota de aceite de hígado de bacalao a la comida del reptil dos veces a la semana. También existen productos vitamínicos comerciales disponibles para reptiles. Los niveles dietéticos de vitamina A deben aumentarse hasta 6 semanas antes de la hibernación en tortugas y galápagos. Sin embargo, se debe tener precaución cuando se suplementan, ya que un exceso de vitamina A puede causar un engrosamiento grave e irritación de la piel, así como una muda incompleta e inadecuada de la piel.

La deficiencia de vitamina B puede resultar de dietas que contengan pescado con altos niveles de tiaminasa. En estos casos es necesario dar un aporte extra de vitamina B1. La pérdida de peso a pesar de que el reptil está comiendo suficiente comida es un signo común, pero también pueden aparecer problemas neurológicos (como parálisis y falta de coordinación o equilibrio). Algunas especies de peces contienen más tiaminasa que otras. El pescado congelado tiene mayores niveles de tiaminasa. Las deficiencias de las vitaminas hidrosolubles suelen afectar a más de una vitamina y requieren un tratamiento con un preparado multivitamínico.

Las deficiencias de otras vitaminas y minerales a veces se dan en los reptiles y pueden ser diagnosticadas y tratadas por su veterinario.

Temperamento de los reptiles

La agresividad durante el apareamiento y la alimentación es común en algunas tortugas semiacuáticas, algunos escíncidos e iguanas y muchos otros lagartos y serpientes. Las lesiones de los compañeros de jaula pueden ser graves y se evitan mejor separando a los animales en el momento de la alimentación y reduciendo el número de animales permitidos en un grupo de cría. Cuando se juntan los individuos separados para la reproducción, se deben controlar cuidadosamente. Si los reptiles van a estar juntos, es vital que el recinto sea lo suficientemente grande para acomodar una percha y/o una zona de escondite para cada reptil. Es mejor colocar la comida y el agua en varios lugares para evitar que los animales dominantes intimiden a los demás.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre el cuidado de los reptiles.