Cortesía del Dr. Michelle Woodward.
Los pólipos nasofaríngeos son inflamaciones poco comunes, benignas, lisas, rosadas, carnosas y pedunculadas de tejido conectivo en los conductos auditivos externos de gatos jóvenes. Se originan desde la capa mucosa de la bulla timpánica, la mucosa faríngea o el tubo auditivo. Aunque algunos gatos pueden no mostrar signos clínicos asociados con los pólipos de oído medio, la extensión de los pólipos puede conducir a otitis externa, otitis interna o nasofaringitis. Estos pólipos pueden ser congénitos o ser el resultado de una otitis media bacteriana crónica, que se encuentra comúnmente en gatos con enfermedades de las vías respiratorias superiores. Raramente se encuentran en perros. No son neoplásicos y no se han identificado virus en el tejido del pólipo. Los signos clínicos están asociados con el área de extensión y son comúnmente crónicos y progresivos. Los signos clínicos incluyen:
Sacudidas de la cabeza.
Otorrea.
Síndrome de Horner.
Inclinación de la cabeza.
Ataxia.
Nistagmo.
Marcha circular.
Parálisis del nervio facial.
Secreción nasal.
Respiración estertorosa.
Estornudos.
Diagnóstico de pólipos nasofaríngeos
El diagnóstico de los pólipos nasofaríngeos requiere una sedación y un examen otoscópico profundo del conducto horizontal. Puede ser necesario lavar la descarga purulenta de la bulla timpánica y retirarla del conducto auditivo para poder visualizar el pólipo. La membrana timpánica puede estar intacta si el pólipo no se ha extendido al oído externo. El uso de un videotoscopio facilita mucho la visualización y el tratamiento de los pólipos. Cuando se evalúa la presencia de pólipos inflamatorios en gatos, se deben valorar tanto los conductos auditivos como la nasofaringe para no pasar por alto ninguna masa. Los pólipos nasofaríngeos originados en la trompa de Eustaquio se pueden observar mediante retracción rostral del paladar blando. La radiografía de las bullas timpánicas puede revelar una opacidad en la bulla afectada. La TC o la RM pueden ser útiles cuando se sospecha una masa en la bulla timpánica que no puede verse otoscópicamente. El diagnóstico definitivo se establece por histopatología.
Tratamiento de pólipos nasofaríngeos
Existen técnicas mínimamente invasivas y quirúrgicas para extirpar pólipos. La más simple es la avulsión por tracción, que puede tener una menor tasa de recidiva si se realiza con un abordaje lateral y se extrae la base. Aunque este es un abordaje razonable de primera opción, algunos cirujanos consideran la osteotomía ventral de la bulla timpánica el tratamiento de elección. En los gatos con otitis crónica y estenosis posterior del conducto auditivo horizontal, esta puede ser la única forma de abordar la masa. La extracción incompleta de la base del pólipo mediante avulsión por tracción únicamente conduce a una rápida recidiva y a un retorno de los signos clínicos en el 15-50 % de los gatos. Los esteroides tópicos en la bulla timpánica durante 30-45 días parecen retrasar este nuevo crecimiento. También está indicado el tratamiento antibiótico sistémico para la otitis media bacteriana.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre pólipos nasofaríngeos en gatos.