La eclampsia (hipocalcemia del periparto) se caracteriza por signos neurológicos progresivos que incluyen temblores, ataxia y desorientación; finalmente seguido de convulsiones, coma y la muerte. Se produce con mayor frecuencia en perros de razas pequeñas que están amamantando a camadas grandes, especialmente en el pico de lactación, 2-3 semanas después del parto. La hipocalcemia puede manifestarse también durante el parto y provocar distocias. El diagnóstico presuntivo se basa en la reseña y los signos clínicos; la confirmación requiere la determinación de la concentración sérica de calcio. Una concentración de calcio sérico total <7 mg/dL es confirmatoria. El tratamiento depende de la gravedad de los signos neurológicos, pero suele exigir la administración IV de gluconato cálcico.
La eclampsia es una afección aguda potencialmente mortal que suele aparecer en el pico de lactación, 2-3 semanas después del parto. Las perras de raza pequeña con camadas grandes son las más afectadas. La hipocalcemia puede manifestarse también durante el parto y provocar distocias.
Etiología y patogénesis de la eclampsia en pequeños animales
Es muy probable que la hipocalcemia sea consecuencia de pérdida de calcio en la leche y del consumo inadecuado de calcio dietético. Este desequilibrio en el metabolismo del calcio se produce porque la movilización de calcio desde el hueso hacia la reserva sérica es insuficiente para compensar la salida de calcio a través de las glándulas mamarias durante la lactación. Suele observarse una demanda considerable de lactaciones por parte de los cachorros grandes o de una camada numerosa. La incidencia está incrementada en razas pequeñas de perro, aunque la eclampsia puede presentarse en cualquier raza, con camadas de cualquier tamaño, y en cualquier momento durante la lactación. Es poco frecuente que se produzca durante el final de la gestación en las perras. Aunque no es común en las perras primíparas, la hipocalcemia puede producirse durante el principio de la lactación. En las perras, la suplementación de calcio PO durante la gestación puede predisponer el animal a eclampsia durante la lactación, dado que un excesivo consumo de calcio durante la gestación disminuye el sistema de regulación del calcio, lo que causa la posterior hipocalcemia clínica cuando la demanda de calcio es elevada.
La producción inadecuada de PTH durante la crisis hipocalcémica no es responsable de la eclampsia en perros. En vacas lecheras con una afección similar, la paresia posparto, la producción de PTH es adecuada; sin embargo, la reserva de osteoclastos para estimular la PTH no lo es. La baja reserva de osteoclastos es el resultado de administrar una alta concentración de calcio en la dieta durante el periodo fuera de la lactación, que suprime la secreción de PTH por la glándula paratiroides y estimula la secreción de calcitonina por las células C parafoliculares. La hipocalcemia en el parto interfiere con la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular, que normalmente está mediada por el calcio extracelular que entra en las terminales nerviosas presinápticas a través de los canales de calcio activados por voltaje y desencadena la fusión de las vesículas sinápticas llenas de acetilcolina con la terminación nerviosa presináptica. La paresia observada en el ganado vacuno, más que la tetania observada en el perro, es probablemente el resultado de una combinación de factores. Las vacas a menudo presentan una leve hipermagnesemia. El magnesio es un antagonista de los canales de calcio y desempeña un papel clave en la modulación de cualquier actividad regulada por los flujos de calcio intracelulares. Las vacas también presentan un aumento de los ácidos grasos volátiles (que son inhibidores en las sinapsis neuromusculares), y el potencial umbral en las uniones neuromusculares es mayor en las vacas que en los perros.
En los perros con hipocalcemia, al contrario que en las vacas, el acoplamiento entre excitación y secreción se mantiene en la unión neuromuscular. La baja concentración de calcio en el líquido extracelular tiene un efecto excitador sobre las células nerviosas y musculares, porque disminuye el potencial umbral (nivel de voltaje al que se activan los canales de sodio), por lo que está más cerca del potencial de membrana en reposo. En la hipocalcemia, los canales de sodio se activan (abren) por un incremento muy pequeño del potencial de membrana desde su nivel negativo normal. Por lo tanto, la fibra nerviosa se vuelve muy excitable, a veces descargando repetidamente sin provocación en lugar de permanecer en el estado de reposo. La forma probable en que los iones calcio afectan a los canales de sodio es que los iones calcio se unen a las superficies exteriores de los canales. La carga positiva de estos iones calcio altera el estado eléctrico de la proteína del canal de sodio, alterando así el nivel de voltaje necesario para abrir el canal. Debido a la pérdida de los iones de calcio que estabilizan la membrana, las membranas nerviosas se vuelven más permeables a los iones de sodio y requieren un estímulo de menor magnitud para despolarizarse. La tetania se produce como resultado de descargas repetitivas espontáneas de las fibras nerviosas motoras. La hipoglucemia puede producirse de forma concomitante.
Hallazgos clínicos de la eclampsia en pequeños animales
El jadeo y la agitación son signos clínicos precoces de la eclampsia. Los temblores ligeros, la crispación, los espasmos musculares y los cambios en la marcha (rigidez y ataxia) son consecuencia de una excitabilidad neuromuscular incrementada. Son frecuentes los cambios de comportamiento, como agresión, gemidos, salivación, andar de un lado a otro, hipersensibilidad a estímulos y desorientación. Se pueden observar temblores graves, tetania, convulsiones y, finalmente, coma y muerte. Puede presentarse hipertermia en los casos graves. La actividad convulsiva prolongada puede causar un edema cerebral. En ocasiones se observa taquicardia, hipertermia, poliuria, polidipsia y vómitos. La perra, por lo demás, está saludable, y los neonatos han prosperado.
Aunque la hipocalcemia por lo general se produce después del parto, los signos clínicos pueden aparecer antes del parto o durante el parto. La hipocalcemia leve puede contribuir a contracciones ineficaces del miometrio y ralentizar la progresión del parto sin causar otros signos clínicos.
El jadeo excesivo puede producir alcalosis respiratoria. El calcio ionizado es la fracción fisiológicamente disponible del calcio; se ve afectado por la concentración de proteína, el estado ácido-básico (la alcalosis favorece la unión de calcio sérico a proteínas y disminuirá los niveles sanguíneos del calcio ionizado biológicamente importante, exacerbando así la hipocalcemia) y otros desequilibrios electrolíticos. De esta manera, la gravedad de los signos clínicos puede no tener correlación con la concentración total de calcio.
Diagnóstico de la eclampsia en pequeños animales
Diagnóstico presuntivo basado en la reseña y los signos clínicos.
Diagnóstico confirmatorio basado en los resultados de la medición de la concentración sérica de calcio.
El diagnóstico de la hipocalcemia puerperal se establece a menudo a partir de la descripción, la historia, los signos clínicos y la respuesta al tratamiento. Una concentración de calcio sérico total previo al tratamiento <7 mg/dL en perros o <6 mg/dL en gatos confirman el diagnóstico; hay que tener en cuenta que los valores de referencia varían entre laboratorios. Sin embargo, en muchos casos el tratamiento IV con calcio se inicia antes de que se conozca la concentración de calcio sérico. Un análisis bioquímico sérico es útil para descartar hipoglucemia y otros desequilibrios electrolíticos. En el ECG se puede observar la prolongación del intervalo QT y las contracciones prematuras ventriculares.
Los diagnósticos diferenciales incluyen otras causas de convulsiones como la hipoglucemia, la toxicosis y los trastornos neurológicos primarios como la epilepsia idiopática o la menignoencefalitis. También deberían excluirse otras causas de irritabilidad e hipertermia, como la metritis y la mastitis. Si las glándulas paratiroides funcionan normalmente, la PTH sérica se incrementará en caso de hipocalcemia. La PTH sérica baja o indetectable en un animal hipocalcémico es muy sugestiva de hipoparatiroidismo primario. Se ha validado en gatos y perros un ensayo de PTH intacta disponible comercialmente; las curvas de PTH-calcio también son similares en gatos y perros.
Tratamiento y prevención de la eclampsia en pequeños animales
Guiado por la gravedad de los signos neurológicos.
Administración de gluconato cálcico IV con monitorización apropiada.
La administración intravenosa lenta de gluconato cálcico al 10 % (0,5-1,5 mL/kg durante 10-30 minutos [5-20 mL es una dosis habitual]) es un tratamiento eficaz para la eclampsia, que suele producir una mejoría clínica en 15 minutos. La relajación muscular debe ser inmediata.
Durante la administración de calcio, la frecuencia cardiaca se ha de monitorizar cuidadosamente por auscultación o ECG para detectar bradicardia o arritmia. Los efectos adversos resultantes de una administración demasiado rápida de calcio incluyen bradicardia, acortamiento del intervalo QT y complejos ventriculares prematuros. Si se presenta arritmia, la administración de calcio se debe suspender hasta que la frecuencia y los ritmos cardiacos sean normales; luego se puede reanudar la administración a la mitad de perfusión original.
Es importante basar la dosis de calcio en un cálculo del calcio elemental porque los diferentes productos varían en la cantidad de calcio disponible. La dosificación de calcio elemental para la hipocalcemia es de 5-15 mg/kg, IV, lentamente durante 10 min. El gluconato de calcio, al 10 %, contiene 9,3 mg de calcio elemental/mL. El cloruro de calcio, al 10 %, contiene 27,2 mg de calcio elemental/mL. Así, para el gluconato cálcico, al 10 %, la dosis es de ~0,5-1,5 mL/kg, IV, lentamente durante 10 minutos; y para el cloruro cálcico, al 10 %, la dosis es de ~0,18-0,55 mL/kg, IV, lentamente durante 10 minutos. La solución de gluconato cálcico puede ser preferible al cloruro cálcico porque se considera que el primero conlleva un riesgo menor de lesión tisular si se produce una extravasación inadvertida.
Una vez que el animal se ha estabilizado, la dosis de gluconato de calcio necesaria para el control inicial de la tetania puede diluirse en un volumen igual de solución salina normal (0,9 %) y administrarse SC, cada 8 h, para controlar los signos clínicos. (No se puede administrar cloruro de calcio SC.) Como alternativa, se puede continuar con la administración intravenosa de 5-15 mg de calcio elemental/kg/h. Este protocolo mantiene buenas concentraciones de calcio sérico mientras esperamos que la administración PO de vitamina D y calcio sea efectiva. Lo ideal es que la concentración de calcio en la sangre se mantenga en >8 mg/dL. Las concentraciones séricas de calcio <8 mg/dL indican la necesidad de aumentar la dosis de calcio parenteral, mientras que las concentraciones >9 mg/dL sugieren que se reduzca. El objetivo del tratamiento a largo plazo es mantener la concentración sérica de calcio ligeramente inferior al valor mínimo normal (8-9,5 mg/dL).
La perra puede permanecer sin respuesta al tratamiento tras la corrección de la hipocalcemia, en el caso de que se haya desarrollado un edema cerebral. Si se presentasen, se deberían tratar el edema cerebral, la hipertermia y la hipoglucemia. La fiebre por lo general se resuelve rápidamente tras el control de la tetania, y el tratamiento antipirético específico puede dar lugar a hipotermia.
Es mejor no dejar que los cachorros o gatitos mamen durante 12-24 horas después de que la perra o la gata se traten por hipocalcemia. Durante este periodo, los cachorros han de alimentarse con sucedáneos de leche u otra dieta apropiada; si están suficientemente maduros se les debe destetar. Si la tetania vuelve a aparecer en la misma lactación, se ha de retirar a la camada de la madre y criarla a mano (<4 semanas) o destetar (>4 semanas de edad).
Después de la crisis grave, se administra calcio elemental a 25-50mg/kg al día en tres o cuatro dosis durante el resto de la lactación. De nuevo, la dosis de calcio está basada en la cantidad de calcio elemental en el producto (p. ej, decir, las tabletas de carbonato de calcio contienen 295 mg de calcio elemental por unidad de 1 g). En los perros, la dosis suele ser de 1-4 g/día, de forma fraccionada. En los gatos, la dosis de calcio es de 0,5-1 g/d, en dosis fraccionadas. El tratamiento a largo plazo con vitamina D y calcio PO suele requerir un mínimo de 24-96 h para ser efectivo. Por lo tanto, los animales hipocalcémicos deben recibir calcio parenteral durante el periodo inicial posterior a la tetania. El carbonato de calcio es una buena elección por su elevado porcentaje de calcio elemental, su disponibilidad comercial en forma de antiácidos, el bajo coste y el hecho de que no provoca irritación gástrica. La dosis de calcio puede reducirse gradualmente para evitar tratamientos innecesarios; los alimentos comerciales para mascotas suelen contener suficiente calcio para satisfacer las necesidades de perros y gatos. No obstante, para evitar la aparición grave de tetania hipocalcémica, la administración de calcio PO debe continuar durante toda la lactación.
La suplementación con vitamina D se usa para aumentar la absorción intestinal del calcio. La concentración de calcio sérico debe monitorizarse semanalmente. La dosis de 1,25-dihidroxivitamina D3 (calcitriol) es de 0,03-0,06 mcg/kg/día. El calcitriol tiene un inicio de acción rápido (1–4 días) y una semivida corta (<1 día). La hipercalcemia iatrogénica es una complicación frecuente de este tratamiento. Si la hipercalcemia es consecuencia de una sobredosis, puede corregirse rápidamente interrumpiendo la administración de calcitriol. Los efectos tóxicos se resuelven en 1-14 días. Este es un periodo mucho más breve que el observado con el uso de dihidrotaquisterol (1-3 semanas) o ergocalciferol (vitamina D2; 1-18 semanas).
Los corticoesteroides reducen el calcio sérico y, por lo tanto, están contraindicados. Pueden interferir con el transporte de calcio intestinal y aumentar la pérdida urinaria de calcio.
Se debe advertir a los propietarios de que la eclampsia se reproducirá probablemente en gestaciones futuras. Entre las medidas preventivas que hay que tener en cuenta en la perra se encuentran la alimentación con una dieta adecuada de alta calidad, nutricionalmente equilibrada durante la preñez y la lactación, el suministro de alimentos y agua a voluntad durante la lactación y una alimentación suplementaria de los cachorros con sucedáneos de leche al principio de la lactación y luego con alimentos sólidos después de 3-4 semanas de edad. La suplementación con calcio PO durante la gestación no está indicada y puede incluso causar hipocalcemia posparto. La administración de calcio durante el pico de lactación puede ser útil en perras con antecedentes de eclampsia.
Puntos clave
La reseña es clave para el diagnóstico de la eclampsia; por lo general se trata de una perra de raza pequeña amamantando a una camada grande en el pico de lactación.
La administración IV de gluconato cálcico al 10 % para controlar los signos neurológicos suele ser necesaria para el tratamiento.
Para más información
Membrane potentials and action potentials. In: Hall JE, ed. Guyton and Hall Textbook of Medical Physiology, 14th ed. Elsevier; 2021:63–78.
Gonzales K. Periparturient Diseases in the Dam. Vet Clin North Am: Sm Anim Pract. 48(4):663–681. https://doi.org/10.1016/j.cvsm.2018.02.010
Consulte también la información para propietarios sobre los trastornos del metabolismo del calcio en perros y gatos.