La hiperpotasemia (concentración plasmática de potasio >5,5 mmol/L) es frecuente en animales con una excreción inadecuada de orina, particularmente cuando también están acidémicos (pH sanguíneo <7,2). Los animales afectados están deprimidos, con debilidad muscular generalizada y pueden tener anomalías electrocardiográficas. El tratamiento consiste en aumentar la tasa de excreción urinaria y administrar por vía IV soluciones isotónicas de NaCl o NaHCO.
Etiología de la hiperpotasemia en rumiantes
La hiperpotasemia es frecuente en los rumiantes neonatos con diarrea, deshidratación, acidemia y acidosis de iones fuerte (metabólica). La hiperpotasemia a menudo acompaña a la acidemia, porque el pH sanguíneo bajo produce acidosis intracelular y pérdida de potasio desde el compartimento intracelular al espacio extracelular.
La hiperpotasemia se exacerba en los terneros con deshidratación marcada, porque la hipovolemia disminuye el flujo sanguíneo renal y, en consecuencia, la tasa de filtración glomerular, minimizando así la capacidad del animal para excretar potasio.
La hiperpotasemia es rara en novillos, machos cabríos y machos con urolitiasis obstructiva y rotura de la vejiga o de la uretra, porque se secreta un exceso de potasio en la saliva de los rumiantes adultos y los animales afectados presentan una disminución en la ingestión de potasio debido a la enfermedad. La hiperpotasemia puede estar presente en rumiantes con rabdomiólisis por esfuerzo debido al daño de las células del músculo esquelético.
Hallazgos y diagnóstico clínicos de la hiperpotasemia en rumiantes
Depresión y debilidad muscular generalizada, posibles anomalías electrocardiográficas
Concentración de potasio en suero o plasma >5,5 mmol/L
La hiperpotasemia grave suele acompañarse de depresión, debilidad, letargo, arritmias cardiacas y anomalías en el ECG, especialmente cuando la concentración sérica o plasmatica de potasio es >6,5 mmol/L. Los efectos cardiotóxicos graves casi siempre son evidentes cuando la concentración sérica de potasio es de 8-11 mmol/L.
Se requiere un análisis bioquímico sérico para confirmar un diagnóstico sospechoso de hiperpotasemia. Además de la medición de la concentración sérica de potasio, la determinación del sodio, el calcio, el fósforo, la urea, las concentraciones de creatinina, las actividades de CK y AST y el análisis de gasometría pueden ayudar a guiar el tratamiento. Un ECG puede revelar bradiarritmias, aunque la taquicardia es más común; un gran estudio en terneros neonatos con hiperpotasemia identificó supresión en la amplitud de la onda P (K en plasma >6,5 mmol/L) o pérdida de la onda P (K en plasma >8,2 mmol/L), complejos QRS ensanchados (K en plasma >7,8 mmol/L), aumento del punto J (K en plasma >7,9 mmol/L), aumento del ángulo del segmento ST (K en plasma >9,1 mmol/L) y ondas T simétricas (acortamiento de la duración de la onda T y onda T "en tienda de campaña"). Los efectos de la hiperpotasemia en el ECG se exacerban por la presencia de hiponatremia, acidemia e hipocalcemia.
La relación plasmática entre la concentración de sodio y potasio es importante en el desarrollo de arritmias cardiacas; la hiperpotasemia en presencia de hiponatremia (relación plasmática sodio/potasio <25:1) se suele asociar con la aparición de arritmias cardiacas y anomalías en el ECG.
Tratamiento de la hiperpotasemia en rumiantes
Administración intravenosa de solución salina isotónica o bicarbonato de sodio isotónico (pH sanguíneo <7,2) para restaurar la excreción urinaria de potasio.
Administración intravenosa de solución salina hipertónica, bicarbonato de sodio hipertónico, calcio o soluciones de glucosa (esta última con insulina parenteral) en casos seleccionados.
La hiperpotasemia debe tratarse inicialmente mediante la administración IV de una solución de NaCl al 0,9 % para aumentar la tasa de diuresis en pacientes deshidratados con un aparato urinario permeable y, en casos seleccionados, mediante la administración IV de bicarbonato de sodio, glucosa, insulina y, a veces, calcio. La orina debe extraerse del abdomen de los animales con urolitiasis obstructiva y rotura de la vejiga, y se ha de establecer la permeabilidad uretral. El bicarbonato de sodio se administra para corregir la acidosis sistémica e intracelular y es la solución intravenosa preferida para corregir la hiperpotasemia en pacientes con acidemia (pH sanguíneo <7,2).
La razón fundamental para la administración intravenosa de glucosa e insulina es que la entrada de glucosa mediada por la insulina en las células se acompaña de un movimiento de potasio desde el espacio extracelular al compartimento intracelular; sin embargo, las concentraciones séricas de potasio no comienzan a disminuir hasta al menos 20 minutos después del inicio de la administración de glucosa intravenosa.
La razón fundamental para la administración de calcio es que el calcio contrarresta muchos de los efectos deletéreos de la hiperpotasemia sobre la arritmogénesis y, por lo tanto, la administración IV de calcio puede mejorar el gasto cardiaco. Sin embargo, la solución salina hipertónica (2400 mOsm/L) es tan eficaz como el bicarbonato sódico hipertónico para disminuir la hiperpotasemia y las bradiarritmias asociadas a la hiperpotasemia, probablemente debido al movimiento intracelular de potasio mediado por la hipernatremia, la expansión del volumen extracelular y el aumento de la tasa de producción de orina. Por tanto, el abordaje del tratamiento en la hiperpotasemia debe centrarse en expandir el volumen plasmático para ayudar a la excreción renal de potasio, identificar y corregir la acidemia y aumentar la concentración sérica de sodio. Contrariamente a lo que se creía anteriormente, la administración rutinaria de glucosa e insulina parece innecesaria para corregir la hiperpotasemia.
Prevención de la hiperpotasemia en rumiantes
La hiperpotasemia se puede prevenir mediante el diagnóstico precoz y el tratamiento de sus causas más comunes. La parálisis periódica hiperpotasémica puede prevenirse en los caballos mediante la alimentación con una dieta baja en potasio o la administración oral de acetazolamida.
Puntos clave
La hiperpotasemia (concentración plasmática de potasio >5,5 mmol/L) es frecuente en animales con una excreción urinaria inadecuada, especialmente cuando los animales también están deshidratados y acidémicos (pH sanguíneo <7,2).
La hiperpotasemia produce depresión, debilidad muscular generalizada y una variedad de anomalías electrocardiográficas.
El tratamiento debe centrarse en restablecer la excreción urinaria de potasio mediante la administración intravenosa de solución salina isotónica (pH sanguíneo normal) o soluciones isotónicas de bicarbonato de sodio (pH sanguíneo <7,2).