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Manejo de llamas y alpacas

PorEllen Wiedner, VMD, DACVIM (LAIM), DACZM, DECZM (ZHM)
Última revisión/modificación oct 2021

Consideraciones de alojamiento para llamas y alpacas

Las llamas y alpacas (llamadas colectivamente lamoides) se pueden alojar con otras especies, como ovejas, cabras y caballos. Las llamas de guardia para los rebaños de ovejas y los rebaños de cabras suelen vivir con estos animales.

Las llamas y las alpacas son animales gregarios y se adaptan mal si se aíslan del grupo o de otros animales. Los animales enfermos deben alojarse con sus compañeros de explotación si es apropiado. Incluso el acceso visual proporcionará comodidad y disminuirá el estrés si el contacto físico real no es posible. Si existe espacio suficiente disponible, los grupos grandes de machos (o hembras) pueden pastar juntos. No obstante, si están presentes hembras no gestantes, los machos enteros y los que se han castrado recientemente pasarán la mayor parte del tiempo luchando, produciéndose las típicas mordeduras en las orejas, el cuello y el escroto.

Por lo general, las llamas y las alpacas no destrozan los cercados, por lo que se suelen guardar detrás de cercados de 1,5 m o 1,2 m, respectivamente. El alambre de púas no es necesario para la contención. También se han utilizado con éxito vallas eléctricas.

Una característica comportamental, de alguna manera única, de los camélidos es el empleo de un montón comunal para excrementos. Los animales orinan y defecan en el mismo montón, y sus lugares favoritos son las esquinas de los establos. Las heces normales son firmes y en forma de gránulos. A menos que el forraje se vuelva muy limitado, los animales no pastarán en las zonas circundantes o aguas abajo de los montones de excrementos, lo que tiende a limitar la diseminación de los parásitos internos.

El diámetro uretral es relativamente pequeño tanto en los machos como en las hembras, por lo que el proceso de micción se prolonga más que en otras especies de un tamaño similar. Los machos son propensos a urolitiasis.

Alimentación y nutrición de llamas y alpacas

La mayoría de los machos y hembras maduros de llamas y alpacas mantendrán una condición corporal apropiada con un heno de hierba con un 10-14 % de proteína bruta con un 50-55 % de nutrientes digestibles totales (NDT). Las hembras que están al final de la gestación y las hembras lactantes necesitan un porcentaje ligeramente más elevado de proteína bruta y NDT del 60-65 %. En condiciones basales, la mayoría de camélidos ingieren un 1,8-2 % de su peso corporal por día de materia seca. Las legumbres no suelen ser necesarias y pueden contribuir a la obesidad. La palpación de la cantidad de tejido adiposo sobre el cuello, las vértebras lumbares y las costillas puede evaluar mejor la condición corporal. La condición corporal suele puntuarse de 1 (emaciación) a 9 (obesidad), y 5 es la idónea.

La deficiencia de vitamina D estacional se caracteriza por la disminución del crecimiento, las deformidades angulares de las extremidades, la cifosis y la reticencia al movimiento, que pueden ser un problema en los animales con lana densa criados en regiones con poca exposición al sol durante los meses de invierno. El problema es más grave en las crías en rápido crecimiento, que nacieron en otoño. Los niveles séricos de fósforo <3 mg/dL, una proporción calcio:fósforo de >3:1 y unas concentraciones de vitamina D <15 nmol/L en las crías de <6 meses de edad son diagnósticos. Las concentraciones normales de fósforo y vitamina D en este grupo son de 6,5-9 mg/dL y >50 nmol/L, respectivamente.

Los ionóforos como la monensina o la salinomicina, que se encuentran en muchos alimentos para el ganado vacuno, son muy tóxicos para los camélidos; por tanto, los piensos granulados o mixtos destinados a rumiantes no deben administrarse a los camélidos ni formularse en las mismas instalaciones que manipulan ionóforos, debido al riesgo de contaminación accidental. La intoxicación por cobre es otro problema en los camélidos. Aunque el cobre es un oligoelemento necesario en las dietas de los camélidos, los errores en la formulación y el uso de múltiples suplementos sin un conocimiento completo de la ingestión total de cobre han dado lugar a intoxicación por cobre debido a una ingesta crónica excesiva.

Manejo y sujeción de llamas y alpacas

La clave para trabajar con camélidos es el entrenamiento. Las llamas y las alpacas han vivido domesticadas con los humanos durante más de 5000 años. A estos animales se les puede adiestrar con cabezadas, se les puede enseñar a pasear con una correa, a hacer kush (sentarse en una posición esternal) cuando se les ordene, a tolerar el recorte de las pezuñas y a aceptar los procedimientos básicos de exploración. No obstante, estas especies pueden lesionar a los humanos, especialmente si están estresadas o con dolor. Las llamas pueden cocear con tanta fuerza como para romper huesos humanos. Los camélidos suelen cocear hacia adelante o hacia los lados. Las llamas y las alpacas también pueden causar mordeduras y escupidas graves.

Afortunadamente, tanto las llamas como las alpacas son muy adiestrables. La comida puede ser un excelente motivador para conseguir que los camélidos lleguen a un lugar determinado. Una lata de café que contenga una cantidad muy pequeña de alimento dulce, agitada vigorosamente, animará a la mayoría de los camélidos a moverse hacia el ruido si después se les recompensa por un comportamiento apropiado. Debido a que son animales de manada y que separarlos puede causarles estrés, mover a dos camélidos juntos es a veces más fácil que a uno solo.

Si los camélidos están acostumbrados a la sujeción, la sedación se vuelve innecesaria para la mayoría de los procedimientos no dolorosos. La sujeción puede ser tan básica como colocar un brazo alrededor de la base del cuello con el otro brazo sujetando la cola o la región del flanco en el lado opuesto. Un camélido entrenado con cabezada puede llevarse fácilmente a un área más pequeña para su examen y tratamiento. Se deberían usar mangas de contención especialmente diseñadas para llamas en exploraciones reproductivas y otros procedimientos potencialmente incómodos. Estas pueden adquirirse comercialmente, y también existen diseños para la construcción de viviendas. Una buena manga de contención debe tener dos bandas en el vientre que se puedan atar debajo del animal para evitar que caiga en una posición kush. Lo idóneo es que disponga de una banda para la barbilla para sostener la cabeza.

Si no hay una manga de contención disponible, se debe pedir a las llamas grandes que adopten la posición kush antes del examen para proporcionar alguna medida de seguridad frente a las coces. Dos cuidadores experimentados pueden llevar a las llamas y las alpacas pequeñas a un establo y colocarlas de modo que un flanco esté contra una pared y la grupa del animal en una esquina. Un cuidador debe estar en el hombro y el otro en la cadera, ambos mirando en la misma dirección que la alpaca. Algunas alpacas responden mejor a los procedimientos veterinarios si se utilizan humanos, en lugar de mangas de sujeción, para sujetar a los animales.

Los camélidos echan sus orejas hacia atrás y levantan la cabeza cuando están molestos; el grado de inmovilización y levantamiento de la cabeza indica cuán alterados están. Tanto las llamas como las alpacas también hacen ruidos característicos cuando están descontentas. Cuando un camélido se comporta agresivamente o está molesto, puede ser necesario sedarlo o aplazar los procedimientos veterinarios.

Mantener el control de la cabeza del animal es importante porque el cuello es bastante musculoso y puede moverse con gran velocidad. Se puede evitar que los camélidos escupan colocando un pañuelo de algodón o un paño de cocina sobre la nariz y la boca del paciente, metiendo los extremos en la cabezada. A las llamas y las alpacas no les suele gustar el olor de su saliva y rápidamente aprenden a no escupir cuando se les pone un bozal de esta manera. Los bozales también pueden evitar las mordeduras.

Sedación y anestesia de llamas y alpacas

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Existen varias opciones para la sedación y anestesia de los camélidos ( ver la Tabla: Fármacos seleccionados para su uso en llamas y alpacas). Las alpacas suelen necesitar una dosis más alta de sedantes que las llamas para lograr los mismos resultados. Para procedimientos cortos, la retirada de alimentos y agua suele ser innecesaria, pero para procedimientos más largos o que exijan decúbito, se debe retirar el alimento de 24 a 36 horas antes y el agua 12 horas antes. En los camélidos se produce timpanismo, pero es poco frecuente; la aspiración del contenido del primer compartimento gástrico (C1) es un riesgo mayor. Los camélidos suelen salivar mucho cuando están en decúbito lateral o bajo anestesia general. Por tanto, el cuello puede requerir la elevación sobre un fardo de heno o una tabla, con el mentón hacia abajo para permitir que la saliva o la ingesta salgan de la boca.

Al elegir la contención química, el clínico ha de decidir si el animal debe estar de pie, en posición kush o tumbado. Para la sedación en estación y en kush, los agonistas α2-adrenérgicos administrados solos o con butorfanol añadido suelen ser adecuados. La inyección intramuscular en el músculo tríceps evita tener que luchar para encontrar una vena para inyectar. La xilacina a menudo funciona mejor que la detomidina y la medetomidina en los camélidos, aunque se puede administrar cualquiera de ellas.

Los camélidos tienden a sedarse lentamente; por tanto, es importante esperar 20-25 minutos completos después de la inyección para obtener los efectos adecuados. Los agentes de reversión siempre deben estar disponibles para su uso una vez finalizado el procedimiento. See table Fármacos seleccionados para su uso en llamas y alpacas para las dosis sugeridas. Debido al riesgo de estrés por calor, los procedimientos al aire libre deben programarse para las horas más frescas del día y debe haber sombra disponible cuando sea necesario.

La xilacina se puede administrar para la sedación en estación. Las dosificaciones más altas dan lugar al decúbito ventral del animal y proporcionan un estado de anestesia ligera durante 20-30 min. La administración simultánea de xilacina y ketamina y butorfanol suele proporcionar 20-30 minutos de anestesia en decúbito. El butorfanol puede proporcionar una sedación de corta duración y es especialmente útil para procedimientos de cabeza, oído y dentales.

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La inducción y el mantenimiento de la anestesia son similares a los de otras especies domésticas; sin embargo, la intubación endotraqueal se puede requerir en algunas prácticas. Antes de la intubación, el paciente debe estar en kush y muy sedado. A continuación, el cuello y la cabeza se hiperextienden en línea recta. Se puede utilizar una vaina de inseminación para yeguas como estilete para el tubo endotraqueal. Las mandíbulas las abre con tiras de gasa un ayudante que está de pie sobre el animal en kush mirando en la misma dirección. El anestesista utiliza entonces un laringoscopio largo de hoja plana para visualizar la glotis. Después de empujar el estilete más allá de la glotis, se desliza un tubo endotraqueal con manguito sobre este y luego se retira el estilete. Los tubos endotraqueales largos se recomiendan para los camélidos. Los diámetros internos de 6-14 mm son apropiados para llamas y alpacas.

La confirmación de la colocación apropiada de la sonda debe realizarse usando un capnógrafo o un espejo colocado sobre el extremo expuesto del tubo. La condensación en el espejo indica la colocación correcta. Una radiografía puede ayudar en situaciones complicadas. La monitorización de la anestesia es, por supuesto, apropiada. Además de la capnografía, la pulsioximetría y la monitorización del ECG pueden ayudar a que la anestesia sea más segura.

La anestesia epidural puede ser un complemento útil de la cirugía perineal, como la reparación de los prolapsos de recto o vagina. La anestesia epidural también puede ser útil para aliviar la distocia. El acceso epidural se ha de preparar asépticamente y el animal debe estar en posición kush. Para identificar la localización correcta para la colocación epidural, que es el espacio entre la última vértebra sacra (S5) y la primera vértebra coccígea (C1), el clínico ha de levantar y bajar la cola para localizar el espacio más craneal, obviamente movible. Se puede insertar una aguja de 2,5 o 3,8 cm de 20 G a una profundidad de 1,5 a 2 cm en la línea media en un ángulo de 60° en la columna vertebral con el bisel orientado cranealmente. Si se ha seleccionado el lugar correcto, el LCR fluirá a través del cono de la aguja. Se puede colocar una jeringa que contenga lidocaína al 2 % en el cono de la aguja y administrar su contenido lentamente. No se debe añadir epinefrina. See table Agentes anestésicos y protocolos utilizados en los camélidos de América del Sur

Patología clínica de llamas y alpacas

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La evaluación de los valores hematológicos y bioquímicos sanguíneos es similar a la de otras especies, con algunas diferencias importantes. Los eritrocitos de los camélidos son relativamente más pequeños y con forma elíptica y se pueden obtener resultados anómalos cuando la evaluación se realiza con un contador celular automático. El hematocrito normal es del 27-45 %, el recuento normal de eritrocitos es de 10,1-17,3 × 106/mcL, y los recuentos leucocitarios normales son 8 000-21 400/mcL.

Las concentraciones basales de glucosa en las llamas y las alpacas son más típicas de las especies monogástricas que de rumiantes. Las concentraciones basales se sitúan en 82-160 mg/dL, pero unas concentraciones de glucosa >300 mg/dL son más frecuentes después de los acontecimientos estresantes. Para los intervalos de referencia adicionales de hematología y bioquímica sérica ver la Tabla: Valores hematológicos de referencia y .

Farmacología y precauciones para llamas y alpacas

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Actualmente no existe en EE. UU. ningún fármaco aprobado para su empleo en llamas ni en alpacas, por lo que su uso está fuera de las indicaciones autorizadas. Los camélidos en América del Norte tienen el potencial de ser animales de consumo, por lo que hay que tener en cuenta el periodo de supresión de los fármacos. See table Fármacos seleccionados para su uso en llamas y alpacas

Se han producido reacciones adversas con una amplia variedad de fármacos utilizados habitualmente en los ungulados cuando se administran a los camélidos. La farmacocinética de los fármacos cuando se usan en camélidos es a menudo considerablemente diferente a la de otros rumiantes. Cuando sea posible, es aconsejable extrapolar las dosis del fármaco de una especie de camélido a otra, más que de una especie de rumiante a un camélido. Muchos fármacos orales, incluidos el omeprazol y la sulfatrimetoprima, no sobreviven a los tres compartimentos gástricos, lo que significa que la mayoría de los fármacos deben inyectarse para ser eficaces. See table Fármacos que se deben evitar o utilizar con precaución en los camélidos de América del Sur