Las enfermedades bacterianas epidémicas son frecuentes en las poblaciones densas de peces de acuicultura destinados al consumo o en los acuarios. La predisposición para tales brotes se asocia a menudo con la mala calidad del agua, la sobrecarga orgánica del medio acuático, la manipulación y transporte de los peces, los cambios notables de la temperatura, la hipoxia y otras situaciones de estrés. La mayoría de las bacterias patógenas que afectan a los peces son bacilos gramnegativos aerobios. El diagnóstico se establece aislando el microorganismo en un cultivo puro de tejidos infectados e identificando al agente bacteriano. Se recomienda realizar pruebas de sensibilidad antes del uso de antibióticos.
Aeromonas, Pseudomonas y vibriosis en peces
Existe un número de bacterias que producen un síndrome similar, por lo general conocido como septicemia hemorrágica y caracterizado por enrojecimiento externo y hemorragias en peritoneo, paredes corporales y vísceras. La morbilidad y la mortalidad son muy variables, según las condiciones predisponentes, como el bajo nivel de oxígeno disuelto, otros problemas de calidad del agua, estrés de manipulación o traumatismos. Las lesiones ulcerativas son frecuentes a medida que la enfermedad progresa, y la mortalidad puede ser significativa si no se controla el estrés. Se recomienda tratamiento con antibióticos si los peces están muriendo. Los aislamientos bacterianos comunes de los peces afectados incluyen Aeromonas y Pseudomonas spp, en animales de agua dulce, y Vibrio spp en peces marinos. El control se basa en la eliminación de los factores predisponentes. Si el tratamiento antibiótico está justificado, la elección del fármaco se debe basar en el antibiograma cuando sea posible.
Cortesía del Dr. Ruth Francis-Floyd.
Aeromonas salmonicida, un bacilo gramnegativo inmóvil, es el agente causal de la enfermedad ulcerativa del carpín dorado y de la forunculosis en salmónidos y es una enfermedad muy importante de las carpas koi y los carpines dorados. La enfermedad también se produce en otras especies de agua dulce y marinas. En la forma aguda de la enfermedad, se observan hemorragias en las aletas, cola, músculos, branquias y órganos internos de los peces. En las formas más crónicas, se pueden observar zonas localizadas de inflamación, hemorragia y necrosis tisular en los músculos. Estas lesiones evolucionan a abscesos crateriformes que descargan desde la superficie de la piel. En el bazo y riñón se produce necrosis por licuefacción. El diagnóstico se establece aislando e identificando el microorganismo en un cultivo puro de tejido infectado. El control, usando buenas prácticas de cuarentena, y la vacunación cuando sea apropiada son preferibles al tratamiento. El tratamiento eficaz es posible, basado en una terapia antibiótica adecuada. El hemocultivo bacteriologico es una forma eficaz y no letal para la identificación y posterior antibiograma de aislamientos de A salmonicida obtenidos de carpas koi valiosas. Están disponibles vacunas comerciales para la prevención de A salmonicida en salmónidos.
La vibriosis es una enfermedad sistémica común, potencialmente grave, de una gran variedad de peces de acuicultura, de acuario y de peces silvestres marinos y de estuarios; es menos común en peces de agua dulce. Tres géneros de la familia Vibrionaceae se asocian a menudo con la infección en peces: Vibrio, Listonella y Photobacterium. Estos géneros pueden producir hemorragias y ulceraciones en la piel, las aletas y la cola; cambios hemorrágicos y degenerativos de los órganos internos; y otras alteraciones sistémicas. El diagnóstico requiere su identificación en cultivos puros a partir de tejidos infectados. El aislamiento de V cholera en peces no es infrecuente y no debe causar alarma siempre y cuando el aislamiento sea del tipo no-O. Las medidas preventivas consisten en minimizar el estrés y el hacinamiento. La vibriosis de aguas frías (enfermedad de Hitra), un problema importante en las piscifactorías marinas de salmónidos, se caracteriza por una mortalidad elevada, resistencia al tratamiento farmacológico y mediación del estrés. El agente etiológico es Aliivibrio salmonicida. Dado que los miembros de esta familia se encuentran en todos los ambientes marinos, es difícil evitarlos. La vacunación preventiva con Vibrio inactivado se utiliza en la industria del salmón. El tratamiento antimicrobiano debe basarse en los resultados de las pruebas de sensibilidad antimicrobiana.
Edwardsiella en peces
Cortesía del Dr. Denise Petty.
Edwardsiella ictaluri se suele asociar con la enfermedad del siluro de canal; sin embargo, también es responsable de una alta mortalidad en el pez cebra, tanto en los laboratorios de investigación como en los peces de acuario. Se trata de un patógeno obligado y se transmite por contacto directo con peces infectados, agua y heces. Los signos clínicos de la enfermedad en el pez cebra incluyen hemorragia en la piel, branquias pálidas, letargo y esplenomegalia. En la histopatología, las bacterias se pueden encontrar con frecuencia en grandes cantidades en el bazo, los riñones anterior y posterior, las fosas nasales y el prosencéfalo. Puede aislarse en medios de cultivo estándares, pero es de crecimiento lento. Las coinfecciones con Aeromonas spp son frecuentes; Aeromonas spp presenta crecimiento rápido y pueden desarrollarse más fácilmente que E ictaluri.
Edwardsiella piscicida es una enfermedad emergente que se ha descrito en muchas especies de peces, tanto de agua dulce como marinos, y en peces ornamentales, de pesca recreativa y de consumo. Cuando se realiza la identificación fenotípica de los aislados, no se puede diferenciar de E tarda; por consiguiente, se recomienda enviar los aislados bacterianos identificados como E tarda para la secuenciación completa del genoma. Algunos peces infectados por E piscicida a menudo tienen una respuesta granulomatosa. Pueden observarse bacterias gramnegativas en los granulomas.
Epitheliocystis en peces
Cortesía del Dr. Denise Petty.
Aunque se ha descrito con mayor frecuencia en especies de acuicultura, la epiteliocistis se observa también en peces de acuario y se ve a menudo en peces disco (Symphysodon spp), peces óscar (Astronotus ocellatus), y en ocasiones en otros peces domésticos. La epiteliocistis está causada por una bacteria intracelular obligada del orden Chlamydiales. La infección afecta con mayor frecuencia a las branquias y en ocasiones a la piel. La infección es más frecuente en las especies de agua dulce. Debe sospecharse epiteliocistis si se observan estructuras esféricas incoloras (células infectadas, hipertrofiadas) con contenido granular en la biopsia de branquias o en el raspado de piel. Los hallazgos histopatológicos suelen incluir células basófilas hipertrofiadas. Los signos clínicos son variables y dependen de la gravedad de la infección. Los animales altamente infectados pueden estar letárgicos y disneicos. La oxitetraciclina oral se ha utilizado para controlar con éxito las infecciones.
Flavobacterium en los peces
Cortesía del Dr. Denise Petty.
Cortesía del Dr. Denise Petty.
Flavobacterium columnare es el miembro de este grupo responsable de la columnariosis; más frecuente en especies de peces de aguas templadas. Se puede establecer un diagnóstico presuntivo con la visualización de los microorganismos en preparaciones en fresco de tejido infectado de la piel y las branquias. Hay varias cepas de esta bacteria, que varían de baja a alta virulencia. Hay condiciones de calidad del agua aún no identificadas que predisponen a los peces sensibles a la infección con la cepa virulenta. La mortalidad puede ser aguda y, cuando se observa la afección, puede ser difícil de controlar.
Infecciones por bacterias grampositivas en peces
Estas infecciones de interés para acuicultores y acuaristas incluyen A Streptococcus y los géneros relacionados, Lactococcus, Enterococcus y Vagococcus. Estas infecciones no son frecuentes pero pueden causar una alta mortalidad (>50 %) cuando aparecen. Las infecciones crónicas se pueden prolongar durante semanas, con la muerte de unos pocos peces cada día.
Cortesía del Dr. Denise Petty.
Las especies sensibles incluyen salmónidos, peces marinos variados (p. ej., el salmonete y la lubina), la tilapia, el esturión y la lubina rayada. Las especies de acuario sensibles incluyen a los tiburones arco iris, tiburones bicolor, el barbo rosado, los danios, y algunos tetras y cíclidos. Por lo general, todos los peces se consideran sensibles. Una manifestación característica de la infección por Streptococcus es la neurológica, que a menudo se manifiesta por realización de giros o espirales en el agua.
Cortesía del Dr. Denise Petty.
Los cultivos del encéfalo y el riñón de los peces sospechosos se deben incubar en agar sangre a 25 °C durante 24-48 h. Las tinciones de Gram de las colonias bacterianas puntiformes revelan las típicas cadenas de cocos grampositivos, lo cual permite establecer un diagnóstico presuntivo. La confirmación requiere la identificación definitiva del microorganismo.
El tratamiento antimicrobiano debe basarse en las pruebas de sensibilidad antimicrobiana. La eritromicina es con frecuencia el fármaco de elección, pero no está aprobada por la FDA para este uso.
Las fuentes de infección pueden ser ambientales o incluir las presas vivas, como los gusanos tubifícidos, los anfibios o los peces previamente infectados. Se pueden prevenir futuras epizootias si se identifica y elimina la fuente de infección. Streptococcus iniae se ha aislado en cíclidos y en peces de acuario y tiene potencial zoonótico. Las vacunas autógenas están disponibles para su uso en instalaciones de acuicultura.
La bacteria grampositiva Erysiopelothrix spp se asocia frecuentemente con ulceración rostral y estomatitis en ciprínidos como los barbos tigre (Puntigrus tetrazona), los barbos rosados (Pethia conchonius) y los tetras. Los peces infectados a menudo viven durante días antes de sucumbir a la infección. Los peces que presentan un daño mínimo debido a la infección a menudo responden bien al tratamiento con eritromicina. Esta especie no es un problema zoonótico.
Infecciones por micobacterias en peces de acuario
Cortesía del Dr. Ruth Francis-Floyd.
Cortesía del Dr. Ruth Francis-Floyd.
La micobacteriosis es una enfermedad granulomatosa sistémica, aguda o crónica, que se observa en peces de acuarios y peces de piscifactoría destinados a consumo, particularmente aquellos criados en condiciones intensivas. Los factores predisponentes de tipo ambiental incluyen oxígeno disuelto bajo, pH bajo y carga orgánica elevada; todos se encuentran en los sistemas de acuicultura con recirculación. El uso correcto de la luz ultravioleta como una forma de desinfectar el agua del sistema reduce los recuentos bacterianos y puede ser una herramienta útil para controlar la infección en los animales de exhibición.
El agente causal puede ser cualquiera de las especies de Mycobacterium, incluyendo M chelonae, M marinum y M fortuitum. Los singnátidos (caballitos de mar) son particularmente sensibles, pero la enfermedad puede observarse en cualquier pez. Los signos son variables e inespecíficos, incluyen emaciación, ascitis, ulceración y hemorragias cutáneas, exoftalmía, palidez y deformidades esqueléticas.
Durante la necropsia, se observan lesiones macroscópicas de las vísceras consistentes en focos blancogrisáceos necróticos, que algunas veces se unen para formar masas similares a los tumores. Los granulomas pueden no ser visibles macroscópicamente y a menudo se encuentran primero en las preparaciones en fresco, especialmente del riñón anterior y del bazo, o de otras vísceras de los peces infectados.
El diagnóstico presuntivo se basa en la visualización de los bacilos acidorresistentes en el material procedente de lesiones sospechosas. El diagnóstico definitivo requiere el aislamiento e identificación de las bacterias. Estas bacterias débilmente grampositivas, acidorresistentes y no motiles crecen con dificultad pero pueden aislarse en medios Löwenstein-Jensen o Middlebrook tras la incubación a 25 °C durante 3-4 semanas.
No existen tratamientos eficaces que eliminen las micobacterias en los peces. Las micobacterias pueden causar una infección zoonótica, y los acuaristas deberían estar informados del riesgo de manipular o limpiar peces contaminados u objetos expuestos. Un acuario infectado se debería desinfectar antes de añadir otros peces. La lejía no es un desinfectante eficaz frente a las micobacterias, pero debe usarse para eliminar material orgánico. A continuación, debe realizarse una desinfección con etanol al 70 % o compuestos fenólicos.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre cuidado sanitario rutinario para peces y urgencias en peces.