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Infecciones bacterianas en acuicultura

Última revisión/modificación oct 2021

Patógenos bacterianos comunes (Aeromonas, Vibrio y Edwardsiella) en acuicultura

Entre los patógenos bacterianos comunes en acuicultura se encuentran:

  • Aeromonas hydrophila

  • A salmonicida

  • Vibrio spp

  • Edwardsiella ictaluri

  • E tarda

  • Streptococcus spp.

  • Otros cocos grampositivos relacionados también pueden infectar a las especies de acuicultura.

Los microorganismos que pueden haberse identificado previamente como E tarda ahora se han reconocido como una nueva especie de microorganismo, con características bioquímicas muy similares a las de E tarda. También se reconocen dos nuevos grupos, E piscicida y bacterias similares a E piscicida, que se han asociado con enfermedades en el siluro de canal y en los peces que se pescan en agua dulce.

Los tratamientos para las especies de peces de abasto se limitan a las especies y enfermedades indicadas en el prospecto de los fármacos aprobados, aunque las formas aprobadas por la Veterinary Feed Directive de los farmacos oxitetraciclina, ormetoprima-sulfadimetoxina y florfenicol pueden usarse de manera extraoficial bajo la supervisión de un veterinario. El florfenicol es el único fármaco aprobado para su uso contra las infecciones estreptocócicas en peces de aguas templadas criados en agua dulce; sin embargo, el uso de este producto fuera las indicaciones autorizadas es possible. La inscripción en un programa INAD también puede permitir el uso limitado de florfenicol para indicaciones y especies más allá de las autorizadas. Véase también SRAC 4709 (Investigational New Animal Drug [INAD] Exemptions and the National INAD Program [NIP]). Cuando se utilice en especies de peces comestibles, deberán respetarse los periodos de supresión adecuados antes de la captura ( ver la Tabla: Fármacos utilizados en acuicultura en EE. UU. (fechas de autorización y periodos de supresión)). Existen vacunas para diversos patógenos bacterianos con indicaciones específicas de especie. Bajo la supervisión de un veterinario, las vacunas comerciales autorizadas pueden usarse sin seguir las indicaciones del prospecto. Además, las vacunas autógenas, basadas en patógenos específicos de la instalación, pueden ayudar a evitar los brotes recurrentes de la enfermedad (véase Use of Vaccines in Finfish Aquaculture en ufl.edu).

Yersiniosis virales en acuicultura

La yersiniosis (enfermedad entérica de la boca roja) es una importante enfermedad bacteriana, aguda o crónica, en la cría intensiva de salmónidos. El agente etiológico es Yersinia ruckeri. Los signos de la enfermedad son el oscurecimiento y la hemorragia de la boca (boca roja), la piel, el ano y las aletas. Los signos clínicos crónicos se asocian con la inapetencia, la exoftalmía, la inflamación y los cambios degenerativos de los órganos internos. Las tasas de mortalidad son variables, pero se exacerban con la mala calidad del agua y el estrés relacionado. El diagnóstico se realiza mediante el aislamiento y la identificación de cultivos puros del microorganismo obtenidos a partir de los órganos internos de los peces infectados. Los peces que sobreviven quedan como portadores y pueden eliminar bacterias de forma cíclica, en particular cuando están expuestos a condiciones estresantes y a temperaturas del agua de 15-18 °C. Se puede recomendar la eliminación de los peces infectados y evitar la introducción de nuevos peces infectados, aunque el procedimiento usual en las zonas endémicas es la vacunación preventiva. La yersiniosis se puede tratar con éxito con antibióticos, los cuales se deben seleccionar en función de un antibiograma. El tratamiento debe continuarse como mínimo 14 días.

Edwardsiella piscicida y enfermedades similares a las de E piscicida en acuicultura

Edwardsiella ictaluri causa septicemia entérica de los siluros, la enfermedad infecciosa más importante en la industria de siluros de canal. La infección se produce en primavera y desciende cuando las temperaturas del agua son de 22-28 °C, y la mortalidad se puede exacerbar con el estrés por la manipulación, con el tratamiento químico o con la calidad precaria del agua. La enfermedad se presenta en dos formas: la forma entérica (o intestinal) y la forma meníngea. En la forma entérica, los peces infectados pueden desarrollar lesiones cutáneas caracterizadas por hemorragias petequiales masivas alrededor de la boca, el opérculo y los ojos, o pueden desarrollar lesiones punteadas rojas parecidas al sarampión a lo largo de la pared corporal. Se produce una enteritis hemorrágica y el intestino puede estar hemorrágico y lleno de líquido o gas. Las lesiones hepáticas también son frecuentes y se pueden poner de manifiesto como zonas multifocales de necrosis, abscesos o hemorragias.

Por el contrario, en la forma meníngea, se pueden observar pocos signos externos en los peces infectados. La bacteria entra en el sistema nervioso central a través del sistema olfativo y los peces afectados desarrollan una meningitis grave. En los alevines, la inflamación puede ser lo suficientemente grave como para erosionar el cráneo, produciendo una lesión "agujero en la cabeza" muy característica. Los peces afectados por la forma meníngea pueden mostrar un comportamiento extraño, incluyendo giros, natación errática y desorientación general. El diagnóstico se basa en el cultivo y aislamiento bacteriano. Siempre que se sospeche E ictaluri está indicado el cultivo del cerebro. E ictaluri crecerá en agar sangre incubado a 25 °C durante 48 h. El tratamiento antimicrobiano se debe basar en los resultados del antibiograma. La vacunación está disponible para los alevines de siluro de canal.

Ha habido un cambio importante en la comprensión de las enfermedades de los peces causadas por un organismo identificado históricamente como E tarda. Este microorganismo es el agente causal de la enfermedad putrefactiva enfisematosa del siluro. El nombre describe las lesiones más comunes, una dermatitis ulcerativa asociada con bacterias malolientes y productoras de gas. E tarda es una bacteria entérica ubicua en ambientes terrestres y acuáticos. Se ha asociado con enfermedades entéricas en mamíferos, incluidas las personas, así como en aves, reptiles y peces. Un trabajo molecular reciente ha demostrado que varios organismos diferentes que pueden haberse identificado previamente como E tarda probablemente están causando muchos de los brotes atribuidos a E tarda en el pescado.

Estos taxones recientemente reconocidos, E piscicida y los organismos similares a E piscicida, se consideran importantes productores de enfermedades emergentes en la industria del siluro de canal. Pueden presentarse no solo como una dermatitis ulcerativa, sino que también pueden causar una enfermedad granulomatosa sistémica con lesiones macroscópicas y microscópicas muy similares a las observadas en la micobacteriosis. La enfermedad granulomatosa atribuida a E piscicida suele producir lesiones hepáticas, que no son típicas de la micobacteriosis. Histológicamente, los granulomas contienen bacilos gramnegativos y acidorresistentes. Se requieren pruebas moleculares para confirmar el diagnóstico de E piscicida o de los microorganismos similares a E piscicida. La enfermedad responderá a los antibióticos, pero no está claro si los peces pueden eliminar las bacterias acantonadas en los granulomas. Estas bacterias ambientales prosperan en ambientes ricos orgánicamente, por lo que puede ser necesario abordar el saneamiento como parte de la estrategia de control. Para acuarios y sistemas con recirculación, la filtración UV puede ayudar a disminuir el número de bacterias en el ambiente.

Columnariosis y enfermedades relacionadas en acuicultura

El agrupamiento taxonómico de las bacterias que causan la columnariosis, la enfermedad de las aguas frías y la enfermedad bacteriana de las branquias ha sido objeto de una revisión significativa en los últimos años, basada en estudios genómicos. El principal agente causal de cada una de estas importantes enfermedades se ha ubicado en el género Flavobacterium, aunque también se han implicado otros géneros. Estas bacterias gramnegativas bacilares o filamentosas presentan un movimiento de deslizamiento característico. Las lesiones cutáneas o branquiales presentan exudados superficiales viscosos o de aspecto algodonoso, que suelen cubrir la necrosis superficial, las ulceraciones y las hemorragias marginales.

Flavobacterium columnare, el miembro más destacado de este grupo responsable de la columnariosis, es más frecuente en especies de peces de agua templada. Se puede hacer un diagnóstico presuntivo a partir de la visualización de los organismos típicos en preparaciones en fresco de piel o tejido branquial infectado. La columnariosis se puede confirmar mediante el aislamiento del microorganismo en un medio de Ordal u otro medio similar. Las pruebas de sensibilidad son difíciles de realizar dado que F columnare no crece en medio Müller-Hinton. Si la enfermedad se diagnostica en una fase temprana de la infección, el tratamiento con permanganato potásico o peróxido de hidrógeno puede ser eficaz. Si la enfermedad se vuelve crónica, puede haberse hecho sistémica, en cuyo caso se recomienda el tratamiento con florfenicol u oxitetraciclina. La columnariosis se puede prevenir reduciendo la carga orgánica y evitando las lesiones traumáticas. Actualmente hay una vacuna disponible en EE. UU. para su uso en el siluro de canal y la perca americana.

Un microorganismo similar que afecta a los peces marinos se agrupaba anteriormente con F columnare pero se le ha dado su propio género y ahora se llama Tenacibaculum maritimum. El permanganato de potasio no se recomienda en piscicultura marina de aguas cálidas debido a su mayor toxicidad con salinidades más altas.

Flavobacterium psychrophilum causa la enfermedad del pedúnculo, o la enfermedad bacteriana del agua fría, en salmónidos y otras especies de agua fría. En raras ocasiones, los peces de aguas templadas expuestos a bajas temperaturas pueden verse afectados. La enfermedad es más grave a temperaturas del agua de 4-10 °C, y no deberían observarse signos a temperaturas >18 °C. Las lesiones cutáneas suelen comenzar en las superficies dorsal y posterior del pez, pero pueden encontrarse en cualquier parte del cuerpo. Los casos avanzados muestran necrosis y ulceración del pedúnculo, y la musculatura subyacente quedará expuesta. A medida que la enfermedad progresa, la infección se vuelve sistémica, afectando por lo general al bazo, al riñón y al hígado. El diagnóstico asertivo es posible después del aislamiento de F psychrophilum utilizando un medio citófago (15-20 °C durante 3-6 días), o mediante inmunohistoquímica o PCR. Los brotes pueden controlarse con oxitetraciclina.

La enfermedad bacteriana de las branquias, causada por F branchiophilum, se describe con mayor frecuencia en salmónidos de piscifactoría jóvenes o en peces criados en condiciones de alta carga orgánica. Se ha observado a veces en peces de acuario. Puede originarse debido a la sobrepoblación y la mala calidad del agua, especialmente por las altas cargas orgánicas, los altos niveles de amoníaco y el limo. Las branquias se presentan inflamadas y moteadas, con zonas irregulares de crecimiento bacteriano que pueden confirmarse mediante el examen microscópico de frotis branquiales directos. Se puede observar hiperplasia, adherencias y deformaciones de las laminillas de las branquias. En los peces jóvenes afectados por la enfermedad, la mortalidad es alta y la morbilidad constante. Los esfuerzos preventivos incluyen mejorar la calidad del agua y evitar la superpoblación. Un único tratamiento con permanganato potásico, seguido de la adición de sal al sistema (2-5 ppt) puede ayudar a controlar las pérdidas, pero el saneamiento es fundamental para resolver el problema a largo plazo. El tratamiento antimicrobiano se puede utilizar cuando sea necesario para controlar los problemas bacterianos secundarios.

Enfermedad renal bacteriana en acuicultura

La enfermedad renal bacteriana es económicamente importante en la cría de salmónidos. El agente causal es Renibacterium salmoninarum, una bacteria intracelular obligada que es uno de los relativamente pocos organismos grampositivos que causa enfermedades en los peces. La enfermedad renal bacteriana es una enfermedad crónica que afecta a los juveniles (6-12 meses de edad) y a los adultos antes del desove, con signos clínicos muy similares a los de la micobacteriosis. Clínicamente, los peces infectados se muestran letárgicos y de color oscuro y pueden presentar distensión celómica, branquias pálidas (anemia) y hemorragias en la cloaca. Las lesiones típicas incluyen granulomas grisáceos, localizados o agrupados en las vísceras, especialmente en el riñón o en la pared corporal; exoftalmía; ceguera; cavidades quísticas en la musculatura; y emaciación.

El diagnóstico presuntivo puede basarse en la visualización de pequeños bacilos grampositivos en improntas renales. El diagnóstico asertivo requiere el aislamiento y la identificación de la bacteria utilizando un medio selectivo que contenga cisteína e incubando a 15 °C durante 3-6 semanas. R salmoninarum se transmite tanto de forma horizontal como vertical, y los peces que sobreviven a una epizootia quedan como portadores. Las hembras infectadas deben tratarse con eritromicina (11-20 mg/kg, IM) 14-60 días antes del desove para prevenir la transmisión vertical. La eritromicina (100 mg/kg durante 10-21 días) es eficaz cuando se administra en la alimentación al principio de un brote; sin embargo, no está aprobada por la FDA para este uso. La eritromicina 200 inyectable IM o IP está disponible a través de un INAD de la FDA para su uso frente a esta enfermedad. Las mejores medidas preventivas son obtener poblaciones libres de la enfermedad y evitar la contaminación por parte de peces silvestres infectados.

Micobacteriosis en acuicultura

La micobacteriosis es una enfermedad importante en la acuicultura debido a su naturaleza típicamente crónica (aunque pueden producirse presentaciones agudas y subagudas) y a la falta de antibióticos eficaces. Las masas externas o internas, los nódulos o los granulomas son una presentación común en las especies acuícolas. Los diagnósticos diferenciales importantes para un caso sospechoso de micobacteriosis, basados en la identificación de granulomas en el tejido, son Edwardsiella piscicida y franciselosis. Además, aunque las lesiones granulomatosas son típicas de la micobacteriosis, no siempre se observan. En algunas especies, y bajo ciertas condiciones, los granulomas pueden no estar presentes. En cambio, pueden observarse lesiones caseosas ("similares a pus") o, histológicamente, solo puede ser evidente una respuesta histiocítica inflamatoria (aumento de macrófagos/fagocitos tisulares sin formación de granulomas). Las tinciones acidorresistentes y/o el cultivo son necesarios para descartar micobacteriosis en los casos con morbilidad/mortalidad crónica e inflamación crónica, pero sin granulomas. Además, las diferencias en el procesamiento (incluido el método de descalcificación, si es necesario, y el tipo de tinción acidorresistente utilizada) pueden afectar a las características de tinción de las micobacterias.

Rickettsias y enfermedades similares a las rickettsiosis en acuicultura

La rickettsiosis asociada a Piscirickettsia salmonis se ha descrito en especies de salmónidos de Chile, Noruega, Irlanda y Canadá. Se han descrito microorganismos similares a las rickettsias en la tilapia, la lubina y el pleco de ojos azules. La enfermedad por rickettsias puede dar lugar a una mortalidad aguda que afecta hasta al 95 % de los peces con pocos signos clínicos apreciables. En la tilapia, la mortalidad aguda puede desencadenarse por caídas súbitas de la temperatura. La enfermedad crónica se manifiesta mediante lesiones externas inespecíficas que incluyen anorexia, branquias pálidas y lesiones en la piel. Internamente, las lesiones son más típicas, con posibles lesiones granulomatosas en todas las vísceras. Las lesiones más características pueden encontrarse en el tejido hepático y renal y aparecen como áreas moteadas de color gris a amarillo con focos en forma de anillo. Las lesiones viscerales son muy similares a las observadas en los casos avanzados de micobacteriosis y la diferenciación es importante. Histológicamente, pueden observarse organismos intracelulares en los macrófagos y en el tejido hematopoyético de hígado, bazo y riñón. Los frotis de sangre o de tejido teñidos con Giemsa o naranja de acridina pueden revelar los organismos intracelulares, que a menudo aparecen como pares de bacilos curvados y gramnegativos en los macrófagos o hepatocitos. Los microorganismos similares a Rickettsia pueden aislarse utilizando líneas celulares; sin embargo, la confirmación de un caso sospechoso también puede basarse en la serología.

No se conoce la forma de transmisión de enfermedades del tipo de la rickettsiosis en los peces. En las especies terrestres, suele ser necesario un vector; sin embargo, se ha demostrado que R salmonis sobrevive durante 14 días en agua de mar, lo que sugiere que la transmisión horizontal en ausencia de vectores puede ser posible en las especies acuáticas. La oxitetraciclina es el tratamiento de elección, aunque no está claro si un caso avanzado puede resolverse completamente con tratamiento antimicrobiano. Los organismos similares a Rickettsia no parecen ser una amenaza zoonótica, ya que no son capaces de sobrevivir a la temperatura corporal de los mamíferos.

Franciselosis en acuicultura

La franciselosis es una importante enfermedad bacteriana emergente causada por Francisella noatunensis, que se ha identificado como la causa primaria de enfermedad en una gran variedad de especies en acuicultura y de vida libre, como la tilapia, la lubina rayada híbrida, el bacalao atlántico, el salmón atlántico, varias especies de peces roncadores, los cíclidos ornamentales, los lábridos y la damisela verde. En la tilapia, la franciselosis a menudo se asocia con factores ambientales estresantes, especialmente temperaturas frías y mala calidad del agua, por lo que el aumento de las temperaturas (en instalaciones interiores) puede ayudar a mitigar la enfermedad. Muchos signos clínicos y hallazgos de la necropsia son muy similares a los observados en la micobacteriosis. La enfermedad puede ser aguda, con pocos signos clínicos y mortalidad elevada, o subaguda a crónica, con peces que muestran natación errática, problemas de control de la flotabilidad, anorexia, letargo, exoftalmía, anemia, petequias y oscurecimiento. Los peces gravemente infectados pueden presentar branquias necróticas o nodulares con manchas rojas y blancas, e histológicamente, algunas partes de las branquias también pueden estar muy hiperplásicas con consolidación de las laminillas secundarias.

En la necropsia, el bazo y el riñón suelen tener un aspecto granular o nodular (granulomatoso), y la mayoría de los otros órganos también pueden estar afectados. La franciselosis debe ser otro diagnóstico diferencial de la enfermedad granulomatosa en los peces. La identificación está respaldada por la historia clínica, los signos clínicos, las especies afectadas y la presencia de microorganismos no acidorresistentes que son Giemsa positivos y débilmente gramnegativos. Dado que Francisella no crece en los medios usados rutinariamente (como agar sangre), la confirmación requiere PCR del tejido afectado y/o cultivo en varios medios especiales, todos los cuales incluyen niveles elevados de cisteína (o cistina) y glucosa. El cultivo y el antibiograma deben realizarse por un microbiólogo y un laboratorio con experiencia en la identificación en este patógeno y en la determinación de los patrones de sensibilidad. Ya que Francisella es intracelular y causa una enfermedad granulomatosa, la quimioterapia puede ser menos eficaz, a menos que el brote de la enfermedad se identifique muy pronto. La optimización de la cría, incluyendo el aumento de las temperaturas cuando sea posible, puede ayudar a reducir la morbilidad y la mortalidad.