Muchas de las enfermedades que se observan en aves de compañía tienen su base en la malnutrición. Estas incluyen enfermedad hepática, insuficiencia renal, dificultad respiratoria, enfermedad musculoesquelética y problemas reproductivos. Para más información sobre la nutrición en las aves de compañía, ver Nutrición de aves.
Obesidad
La obesidad es común en aves de compañía. Las dietas ricas en grasas (semillas, nueces y muchos alimentos de nuestra mesa), la sobreabundancia de alimentos y un estilo de vida sedentario son factores contribuyentes. La obesidad se define comúnmente como un ave que sobrepasa en un 20 % su peso ideal, con una condición corporal o una puntuación de 4 sobre 5 ( ver Exploración física). Los guacamayos, los loros del Amazonas, las cacatúas galah y las cotorras argentinas son propensos a la obesidad. Los signos clínicos pueden no ser evidentes, pero incluyen cojera (pododermatitis y/o artritis) y problemas respiratorios por exceso de grasa abdominal.
Cortesía del Dr. Louise Bauck.
Las aves obesas deben pasar a una dieta granulada con control de las raciones. Se debe fomentar el ejercicio proporcionando una jaula más grande con múltiples comederos alrededor de la jaula para estimular el movimiento. Las perchas de cuerda o cuerda en espiral fomentarán la escalada y el equilibrio. Para las aves con vuelo se debe proporcionar una jaula de vuelo al aire libre, y se debe alentar a las aves que no vuelan a caminar o subir escaleras. Las aves obesas son más propensas a la artritis, enfermedad del hígado graso (lipidosis hepática), aterosclerosis y enfermedad cardiaca. Los propietarios deben pesar las aves semanalmente para controlar el peso.
Deficiencia de vitamina A en aves de compañía
La vitamina A desempeña un papel importante en la salud de las aves y es crucial para un sistema inmunitario saludable. La hipovitaminosis A causa metaplasia escamosa del epitelio de la orofaringe, coana, senos, tracto GI, tracto urogenital, aparato reproductor y glándula uropigial, así como hiperqueratosis de las patas. Las dietas a base de semillas e incluso las dietas mixtas de ½ semillas y ½ gránulos (si no se controlan las porciones) son deficientes en vitamina A.
Los signos clínicos son secreción nasal, estornudos, tumefacción periorbital, conjuntivitis, disnea, poliuria y polidipsia, mala calidad de las plumas, picaje de las plumas y anorexia. Las aves pueden tener una papila ausente o roma de la hendidura coanal. Se pueden desarrollar placas blancas (hiperqueratosis) dentro y alrededor de la boca, los ojos y los senos nasales. En las afecciones epiteliales crónicas (p. ej., pododermatitis, sinusitis y conjuntivitis) que han sido refractarias o recidivantes, a menudo la deficiencia de vitamina A es la causa principal. Las aves con enfermedades reproductivas con dietas inadecuadas deben considerarse nutricionalmente deficitarias.
El tratamiento implica tratar las infecciones secundarias, suplementar con vitamina A y pasar al ave a una dieta granulada de buena calidad. Puede administrarse vitamina A parenteral (33 000 U/kg, IM). Espolvorear diariamente precursores de la vitamina A como la espirolina sobre los alimentos es un una manera segura de suplementar a las aves con deficiencias en vitamina A. Se debe evaluar el contenido de vitamina A en todas las dietas de las aves de compañía.
Deficiencia de yodo en aves de compañía
El bocio, o hiperplasia tiroidea, se produce en los periquitos con dietas deficientes en yodo. Esta afección ya no es común debido a la disponibilidad de dietas granuladas y enriquecidas. Los signos clásicos comprenden estridor respiratorio, jadeo o chasquidos debido a la presión de la tiroides sobre la siringe. Se puede usar solución yodada de Lugol (1 gota/250 mL de agua de bebida) hasta que se logre la conversión a una dieta granulada o semillas con suplementación y los signos clínicos hayan desaparecido.
Desequilibrio de calcio, fósforo y vitamina D en las aves de compañía
Las dietas de semillas son bien conocidas por su desequilibrio calcio:fósforo y deficiencias en aminoácidos. Las semillas de girasol, que son las que tienden a seleccionar preferentemente muchas psitácidas, son bajas en calcio, deficientes en aminoácidos y ricas en grasa. Las semillas de cártamo tienen en realidad un contenido en grasa más elevado, en contra de la creencia popular, y también contienen una cantidad inadecuada de aminoácidos y calcio.
Enfermedad metabólica ósea (hiperparatiroidismo nutricional secundario)
Cortesía del Dr. Louise Bauck.
El hiperparatiroidismo nutricional secundario puede darse en aves de compañía jóvenes y mayores. Debido a que la proporción calcio:fósforo en la mayoría de las semillas es baja (alto contenido de fósforo y bajo contenido de calcio), las aves con una dieta de semillas se vuelven deficitarias. Los efectos de una dieta deficiente en calcio a menudo se ven agravados en aves alojadas en el interior por la exposición inadecuada a la luz solar sin filtrar, lo que también da como resultado un déficit de vitamina D3. En las aves jóvenes, especialmente en los loros grises africanos, la hipocalcemia puede presentarse como osteodistrofia, con curvatura y deformación de los huesos largos y las vértebras. Los loros grises africanos también son propensos a un síndrome de hipocalcemia aguda que se asocia con hipocalcemia e hipovitaminosis D3.
Los signos clínicos incluyen debilidad, ataxia, temblores, depresión, convulsiones y fracturas patológicas. En las aves reproductoras, los huevos suelen tener una cáscara delgada, la producción de huevos y la incubabilidad disminuyen y se produce la muerte embrionaria. La deficiencia de calcio puede conducir al cese de la puesta de huevos, la distocia o al prolapso cloacal.
El diagnóstico se basa en la anamnesis (por lo general un ave sedentaria con una dieta deficiente) y la exploración física. El ave puede presentar disminución del calcio en sangre (plasmático e ionizado), aumento del fósforo y disminución de las concentraciones de vitamina D (25-hidroxicolecalciferol), y las radiografías pueden revelar una disminución de la densidad ósea o fracturas patológicas.
El tratamiento consiste se basa en la terapia de soporte, suplementos de calcio y vitamina D, y conversión a una dieta apropiada. Si hay fracturas patológicas, puede ser necesario entablillar o vendar, junto con reposo en jaula, AINE o analgésicos. El tratamiento inicial debe consistir en gluconato de calcio al 10 % (100 mg/kg, IM). Puede ser necesario modificar la jaula para minimizar la escalada y cualquier posibilidad de caída.
Las aves de compañía deben exponerse a la luz solar natural cuando sea posible. La luz ultravioleta B (UVB) en el rango de 290-315 nm es necesaria para la activación de la vitamina D3 en aves. Los propietarios deben proporcionar una jaula al aire libre que proporcione oportunidades para escalar y/o volar y acceso a la luz solar directa. Las aves deben monitorearse de cerca cuando están al aire libre, incluso en una jaula, porque muchos depredadores pueden herir a un ave de compañía a través de las barras de la jaula. Las luces UV de interior se pueden utilizar si la exposición a la luz solar natural no es una opción. Las investigaciones han demostrado que la mayoría de las aves se benefician tanto de la vitamina D3 administrada por vía oral como por la radiación UV-B; sin embargo, se ha descrito que los loros grises africanos (Psittacus erithacus) tienen una mayor dependencia de la luz UVB para mantener niveles adecuados de calcio sérico que Amazona spp.
El tratamiento y el control a largo plazo implican la reducción de la actividad reproductiva mediante la conversión de la dieta, la reducción del fotoperiodo, la eliminación de las cajas nido y la eliminación de las parejas o parejas percibidas. Los implantes de acetato de leuprolida y deslorelina pueden suprimir temporal y reversiblemente el ciclo reproductivo.
Proporcionar un ejercicio adecuado es importante para prevenir la enfermedad. La fuerza ósea está relacionada con la cantidad de actividad de carga que sufre un hueso. El ejercicio con soporte de peso puede ayudar a reducir el riesgo de fractura al mejorar el equilibrio y la fuerza. Junto con las modificaciones dietéticas y la suplementación con calcio y vitamina D, se ha demostrado que los ácidos grasos esenciales (aceite de semilla de lino a razón de 0,1-0,2 mL/kg/día, PO, o un suplemento de ácidos grasos omega a 0,22-0,44 mL/kg/día) disminuyen la incidencia y la gravedad de las fracturas, así como aumentan la densidad ósea en las aves de producción.
Intoxicación por vitamina D
Aunque no se cree que la ingesta excesiva de calcio por vía oral cause problemas clínicos en la mayoría de los casos, el exceso de vitamina D3 por vía oral puede provocar una deposición dañina de calcio en tejidos como los riñones. Los suplementos deben usarse con cuidado, especialmente en especies sensibles (p. ej., guacamayos).
Enfermedad por almacenamiento de hierro en aves de compañía
La enfermedad por depósitos de hierro se refiere a una enfermedad que se produce con una acumulación excesiva de hierro en el hígado. La hemacromatosis se reserva para casos asociados con patología existente. A medida que aumentan los niveles de hierro en el hígado, los lisosomas hepáticos se dañan y liberan hierro iónico, lo que produce daño oxidativo en las membranas y las proteínas. La enfermedad por almacenamiento de hierro es común en minás y tucanes, y en ciertas aves de zoológico como las aves del paraíso. Ocasionalmente se ha descrito en especies de psitácidas de compañía, en particular loris. La enfermedad por depósitos de hierro está asociada con la ingestión excesiva de hierro en la dieta. Sin embargo, no todas las aves se ven afectadas cuando se alimentan con dietas similares, y el estrés o los factores genéticos también pueden desempeñar su papel. Ciertos alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, aumentan la absorción de hierro de la dieta. Las recomendaciones actuales de hierro en la dieta para tucanes y minás son <50-100 ppm.
Los signos clínicos de la enfermedad por almacenamiento de hierro en las aves de compañía son anorexia, pérdida de peso, depresión, abdomen distendido con ascitis, disnea y biliverdinuria. El hígado, el bazo y el corazón son los órganos afectados con mayor frecuencia. A menudo se observa insuficiencia circulatoria, ascitis e hipoalbuminemia. El diagnóstico se establece mediante biopsia hepática.
El tratamiento se basa en flebotomías periódicas, quelación del hierro y modificación de la dieta. Es prudente recomendar de forma rutinaria dietas bajas en hierro para los minás y los tucanes de compañía (existen fórmulas comerciales disponibles). Deben evitarse los alimentos con alto contenido de vitamina C. Se ha sugerido la suplementación con quelantes como taninos, fibra y fitatos.
Otros problemas nutricionales
Además de las deficiencias nutricionales bien documentadas en las dietas diseñadas para psitácidas, descritas anteriormente, también deben tenerse en cuenta los siguientes problemas dietéticos:
La alta incidencia de lipidosis hepática, aterosclerosis e insuficiencia cardiaca derecha en aves en cautividad sedentarias que consumen principalmente dietas de semillas.
La aparición de fibrosis hepática y cirrosis secundaria a la aflatoxicosis por semillas conservadas inadecuadamente y cacahuetes para mascotas.
La diferencia entre los alimentos proporcionados por propietarios bien intencionados para que coman sus aves (alimentos de mesa, dieta formulada granulada, verduras, etc.) y lo que las aves realmente consumen (semillas).
La baja palatabilidad de la mayoría de los suplementos vitamínicos y minerales añadidos al agua, que no solo son ineficaces, sino que pueden provocar una disminución del consumo de agua y deshidratación.
Los alimentos que los propietarios deben evitar para alimentar a sus aves son el chocolate, las bebidas con cafeína, el alcohol, la comida basura (sal, dulces), productos lácteos, cebollas, aguacates y semillas de manzana.
Las aves silvestres pasan muchas horas al día buscando comida. Las aves de compañía en cautividad suelen consumir todas sus necesidades calóricas de un comedero, gastando muy poco tiempo o energía. Para promover un estilo de vida más saludable para las aves de compañía, se deben proporcionar oportunidades de alimentación que aumenten la actividad, promuevan una dieta más saludable y estimulen a las aves intelectualmente. Los propietarios deben proporcionar una jaula lo suficientemente grande para que el ave trepe y juegue, con cuerdas u otras perchas que estimulen la actividad y el equilibrio. Se deben colocar múltiples comederos pequeños por toda la jaula para fomentar el movimiento. Los juguetes de forrajeo con porciones de comida también promueven la actividad. Una jaula de vuelo al aire libre que permita la luz solar natural y una mayor actividad es ideal.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre los trastornos nutricionales de las aves de compañía.