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Enfermedades virales de las aves de compañía

PorSharman M. Hoppes, DVM, DABVP (Avian)
Última revisión/modificación sept 2021

Poliomavirus aviar

El poliomavirus aviar (APV) causa enfermedad en los loros jóvenes. Hay dos formas de la enfermedad según las especies afectadas: el poliomavirus aviar de los periquitos y el poliomavirus aviar de los no periquitos. Ambos se caracterizan por una muerte de hiperaguda a aguda de los neonatos predestetados. Los signos clínicos aparecen 7-10 días después de la exposición e incluyen letargo, estasis del buche y muerte en 24-48 horas. Los periquitos que sobreviven >3 semanas de edad a menudo presentan distrofia de las plumas (muda francesa o "plumeros"). Las psitácidas más viejas pueden tener enfermedad subclínica o hemorragias y coagulopatías. Las aves adultas suelen ser resistentes a la infección; se seroconvertirán y excretarán el virus hasta por 90 días, y luego eliminarán la infección. El diagnóstico ante mortem se logra con sondas de ADN de hisopos cloacales y muestras de sangre. Los métodos de control de los aviarios incluyen no alojar periquitos o agapornis con otras especies, higiene estricta, limitar el tráfico en el vivero y estrictas cuarentenas y pruebas de aves nuevas. Hay una vacunación disponible.

Hallazgos clínicos del poliomavirus aviar

La presentación típica en periquitos de la enfermedad por poliomavirus es un joven bien musculado, justo antes de la edad del emplumado, con aparición aguda de letargo, estasis de buche y muerte en 24-48 h. Otros signos clínicos son hemorragia cutánea, distensión abdominal y anomalías en las plumas. Los periquitos que sobreviven >3 semanas de edad a menudo presentan distrofia de las plumas (muda francesa o "plumeros"). En otras especies de psitácidas de <4 meses, la infección suele ser mortal. Las psitácidas más viejas pueden tener enfermedad subclínica o hemorragias y coagulopatías.

Diagnóstico del poliomavirus aviar

El diagnóstico ante mortem se logra mediante PCR de hisopados cloacales y sangre, y pruebas de seroneutralización de muestras de sangre para identificar aves con exposición viral previa. El diagnóstico en un grupo se suele basar en los signos clínicos, las características del animal y los hallazgos de la necropsia.

Los hallazgos macroscópicos en la necropsia de los polluelos fallecidos con frecuencia comprenden musculatura esquelética pálida y equimosis subcutánea. Los riñones y el hígado están aumentados y pueden estar pálidos, congestionados y moteados o presentar focos blancos muy pequeños. También se pueden producir hemorragias petequiales o equimóticas en las vísceras, particularmente en el corazón. El corazón está agrandado algunas veces y puede mostrar hidropericardio. Frecuentemente se observan cuerpos de inclusión intranucleares en el hígado, los riñones, el corazón, el bazo, la médula ósea, la glándula uropigial, la piel, los folículos de las plumas, etc.

Tratamiento y control del poliomavirus aviar

Los métodos de control del aviario incluyen evitar el alojamiento de periquitos o agapornis en instalaciones donde se reproducen otras especies, cumplir los procedimientos de higiene mínimos, evitar el acceso de los visitantes a las instalaciones y no introducir aves en el aviario sin una cuarentena de 90 días y pruebas. La eliminación de la infección por APV de un aviario de periquitos infectados es un desafío. Primero, toda reproducción debe detenerse durante 6 meses. La presencia de neonatos, polluelos y adultos infectados propaga la enfermedad. Durante este tiempo, las aves adultas se trasladan a un área no infectada mientras se desinfecta todo el aviario. Los nidos se deberían desinfectar o eliminar y reemplazar. Después de 6 meses, las aves reproductoras adultas pueden devolverse a un aviario limpio y reanudarse la reproducción.

La prevención de la tienda de mascotas debe incluir la separación de los neonatos de diferentes fuentes, la compra de aves de fuentes donde se realizan pruebas de poliomavirus y vacunación y, preferiblemente, no comprar ni vender aves no destetadas.

El tratamiento se basa en la terapia de soporte. Existe una vacuna disponible. Para las aves reproductoras, se administran dos dosis de la vacuna en un intervalo de 2 semanas; esto debe hacerse fuera de la temporada de cría. El fabricante recomienda la administración de la primera dosis cuando el polluelo tiene >35 días de edad, con una vacunación de recuerdo en 2-3 semanas.

Enfermedad del pico y de las plumas de las psitácidas

La enfermedad del pico y de las plumas de las psitácidas (PBFD, por sus siglas en inglés) está causada por un circovirus de las psitácidas. El virus fue reconocido por primera vez en la década de 1970 en cacatúas con lesiones en el pico y las plumas. Desde entonces, se ha reconocido en la mayoría de las especies de loros y también en Passeriformes y Columbiformes. Afecta principalmente a los loros jóvenes. Las aves infectadas presentan plumas anormales, lesiones en el pico e inmunodepresión. Las aves infectadas diseminan el virus a través de las plumas, la caspa de estas, las heces y las secreciones orales. La transmisión se produce por inhalación y/o ingestión del virus y puede producirse verticalmente. Este virus es muy estable en el medio ambiente, por lo que los fómites pueden ser una fuente importante de infección. El diagnóstico se basa en los síntomas clínicos y los resultados de las pruebas de PCR. El tratamiento se basa en la terapia de soporte. Debido a su naturaleza contagiosa y resultado terminal, la eutanasia humanitaria puede estar justificada. El control implica una higiene estricta, pruebas y cuarentena de todas las aves nuevas.

El nombre no es representativo de la presentación clínica típica, que a menudo no incluye anomalías en el pico y es menos probable que presente las anomalías graves y clásicas de las plumas que se ven en las cacatúas cuando se documentó por primera vez la enfermedad. El uso de pruebas de detección por PCR ha disminuido considerablemente la prevalencia del virus en Cacatua spp criadas en cautividad. Sin embargo, la enfermedad todavía se observa en loros grises africanos, loros Eclectus, agapornis (Agapornis), loris y otras especies, pero es poco común. La infección natural parece producirse principalmente en aves jóvenes, y se han observado algunos ejemplos en pájaros de >3 años de edad.

Hallazgos clínicos de la enfermedad del pico y las plumas por psitácidas

En la infección por PBFD clásica, la primera indicación de la presencia de la enfermedad es la falta de polvo en el pico. El virus causa la formación anormal de plumas en crecimiento e inmunosupresión. Las plumas están pellizcadas o aplastadas en su base y pueden tener hemorragias dentro del raquis en desarrollo. Las plumas se caen fácilmente y vuelven a crecer lentamente o no vuelven a crecer. La distribución de las plumas afectadas depende de la edad del ave y del estadio de la muda cuando se infecta. La pérdida de pigmento se puede producir en las plumas coloreadas. El ave puede vivir con estas lesiones durante meses o años.

A medida que la enfermedad progresa, el sistema inmunitario se ve afectado y la mayoría de las aves mueren de infecciones secundarias. Una forma hiperaguda de la enfermedad se produce en aves jóvenes, que desarrollan enteritis y neumonía, pierden peso y mueren. Los loros grises africanos pueden desarrollar una pancitopenia, porque el virus ataca la médula ósea. Estas aves mueren repentinamente con inclusiones virales en el timo, la bolsa de fabricio y la médula ósea.

Diagnóstico de la enfermedad del pico y de las plumas de las psitácidas

El diagnóstico de la enfermedad del pico y de las plumas de las psitácidas se basa en la apariencia clínica, resultados de las pruebas PCR de heces, caspa de las plumas o sangre; y en la biopsia de folículos plumosos afectados que muestran inclusiones intracitoplasmáticas basófilas. Las pruebas de PCR pueden detectar la infección en aves que todavía parecen sanas. Estas aves pueden enfermar posteriormente o desarrollar una respuesta eficaz frente al virus. Debido a la estabilidad del virus, el análisis por PCR también puede usarse con muestras ambientales. Se recomienda la cuarentena y la repetición de la prueba para las aves asintomáticas positivas a la PCR. En la necropsia, las aves afectadas a menudo no presentan lesiones macroscópicas internas, pero pueden observarse inclusiones intranucleares o intracitoplasmáticas histológicamente en las plumas, bolsa de fabricio, timo, hígado u otros órganos.

Tratamiento y control de la enfermedad del pico y las plumas por psitácidas

No existe un tratamiento específico para la PBFD, aplicándose terapia de soporte en las aves infectadas. La naturaleza contagiosa de la PBFD y su a menudo resultado terminal en las aves clínicamente afectadas justifican el aislamiento y la eutanasia en la mayoría de los casos clínicos. Se recomienda una higiene estricta con atención al control del polvo, protocolos de detección que incluyen pruebas de PCR tanto de las aves como del medio ambiente, y cuarentenas prolongadas en las instalaciones de reproducción con especies sensibles. Todas las aves nuevas sensibles deben analizarse antes de su introducción en el aviario. En colonias reproductoras infectadas, también puede ser necesario retirar todos los huevos para su limpieza e incubación artificial. Desde el desarrollo de una PCR, la prevalencia de la enfermedad ha disminuido.

Enfermedad de Pacheco

El herpesvirus psitácido es un herpesvirus alfa que es el agente causal de la enfermedad de Pacheco y de la papilomatosis interna en loros. La enfermedad de Pacheco causa una hepatitis viral que se observa predominantemente en las especies del Nuevo Mundo (loros del Amazonas, guacamayos y cotorras).

La papilomatosis interna se produce en loros que han sobrevivido a la enfermedad de Pacheco. La papilomatosis se observa con mayor frecuencia en guacamayos, loros del Amazonas, cotorras y loros caciques. La enfermedad se asocia con el estrés, el cual puede causar que los portadores clínicamente sanos excreten el virus e inicien la infección en las aves sensibles, como ocurre a menudo durante la introducción de nuevas aves, la reubicación o en aquellas con enfermedades subyacentes o durante la reproducción. Se difunde por contacto directo, aerosoles o por la contaminación fecal del alimento o del agua, con un periodo de incubación de 3 a 14 días. El resultado de la infección depende del genotipo del virus, la especie de ave infectada y la salud general del ave. Las aves infectadas se convierten en portadoras crónicas y permanecerán infectadas de forma persistente y excretarán el virus de forma intermitente durante toda su vida. Es menos probable que las especies del Viejo Mundo sean portadoras o clínicamente sensibles. Las especies de la Patagonia y algunas Aratinga spp pueden ser hospedadores naturales silvestres, y algunos individuos de estas especies pueden excretar virus de manera asintomática cuando están estresados. Otras especies pueden también actuar como portadores.

Hallazgos clínicos de la enfermedad de Pacheco en aves de compañía

Los signos terminales de la enfermedad de Pacheco incluyen muerte aguda en animales bien musculados y uratos de color amarillo brillante con heces escasas. Otros signos clínicos son diarrea, uratos verdes, letargo, regurgitación, debilidad y depresión.

Diagnóstico de la enfermedad de Pacheco en las aves de compañía

El diagnóstico de la enfermedad de Pacheco en un ave viva puede realizarse mediante sondas de ADN combinadas con hisopos orales y cloacales y muestras de sangre. Se han descrito incrementos en la actividad de la AST plasmática y una marcada leucopenia.

Debido a la naturaleza aguda de la enfermedad, las lesiones histológicas pueden no ser evidentes. Sin embargo, la mayoría de las aves afectadas presentarán hepatomegalia, esplenomegalia y nefromegalia. El hígado puede estar moteado y de color visiblemente descolorido. Pueden estar presentes hemorragias petequiales y equimóticas en el pericardio y en la grasa mesentérica. Las inclusiones intranucleares se observan histológicamente en el hígado, el bazo, el epitelio intestinal y el páncreas.

Tratamiento y prevención de la enfermedad de Pacheco en aves de compañía

Además de los cuidados de apoyo, puede usarse aciclovir (80 mg/kg, 3 veces al día, o 400 mg/kg en el alimento) durante un brote; sin embargo, el riesgo de una mayor transmisión debido a la manipulación es grande. Se han desarrollado vacunas autógenas durante los brotes y han disminuido eficazmente la morbilidad y la mortalidad. Existe disponible una vacuna inactivada.

Las lesiones de la papilomatosis están presentes predominantemente en la mucosa oral y cloacal, pero también pueden encontrarse internamente en el tracto intestinal o, con menor frecuencia, en la conjuntiva o la bolsa de fabricio. Los propietarios suelen notar primero el sangrado de un papiloma en los excrementos y/o el prolapso del papiloma a través de la cloaca. Las lesiones pueden ser leves o graves (ulceradas y sangrantes) y con frecuencia crecen y disminuyen. Las lesiones ulceradas pueden necesitar cauterizarse o extirparse quirúrgicamente, aunque suelen recidivar. El tratamiento es de soporte, como analgésicos, cauterización y antimicrobianos para prevenir una infección secundaria. Los fármacos antiherpesvirales no son curativos y no parecen afectar al curso de la enfermedad.

Bornavirus aviar/enfermedad de dilatación de proventrículo

El bornavirus aviar (ABV) es un virus neurotrópico que causa la enfermedad de dilatación proventricular (PDD). La PDD es una enfermedad neurológica progresiva que afecta únicamente al sistema nervioso y es mortal una vez que se desarrollan los signos clínicos. La PDD, también conocida como enfermedad de emaciación de los guacamayos, ganglioneuritis neuropática, ganglioneuritis linfoplasmocitaria, encefalomielitis de las psitácidas y ganglioneuritis aviar, se reconoció por primera vez a finales de la década de 1970 en guacamayos importados a EE. UU. y Alemania. La enfermedad afecta principalmente a guacamayos, cotorras y loros grises africanos, aunque todos los loros se consideran sensibles. El bornavirus aviar ha sido reclasificado. Las dos especies que se sabe que causan PDD en los loros son el bornavirus psitaciforme 1 y 2 e incluyen los genotipos 1-8 del bornavirus del loro (PaBV). PaBV-2 y PaBV-4 son los genotipos más frecuentemente descritos en loros.

Hallazgos clínicos del bornavirus aviar/enfermedad de dilatación proventricular

La presentación más frecuente de las aves afectadas es la pérdida de peso crónica (a menudo después de un aumento inicial del apetito), el paso de alimentos no digeridos (se reconoce más fácilmente cuando se encuentran semillas enteras en los excrementos) y regurgitación. Radiológicamente se puede observar un ventrículo dilatado. Los signos del tracto gastrointestinal a menudo reflejan una patología de los ganglios terminales del nervio vago (par craneal X). Las infecciones bacterianas o fúngicas secundarias del proventrículo sin motilidad pueden dar lugar a infecciones crónicas y sepsis. Se ha descrito miocarditis relacionada con el bornavirus aviar/PDD. Los signos neurológicos (convulsiones, temblores, debilidad, ataxia, ceguera) pueden aparecer en algunas especies, con o sin signos gastrointestinales concomitantes. El bornavirus aviar se elimina en la orina y en las heces, y algunas aves pueden presentar poliuria. Los signos clínicos pueden ser lentamente progresivos o desarrollarse de forma aguda. Los brotes son esporádicos, con baja morbilidad y alta mortalidad.

Transmisión del bornavirus aviar/enfermedad de dilatación proventricular en aves de compañía

El bornavirus aviar/PDD es contagioso, pero el modo real de transmisión no está claro. La transmisión del PaBV y la PDD está bien documentada, ya que se ha detallado cómo se propagan las enfermedades después de la introducción de un ave adulta con PDD mortal en un aviario. Dado que el ABV puede detectarse en los excrementos (heces y orina), la vía de transmisión fecal-oral se considera la más probable, aunque un artículo reciente que investiga las diferentes vías de infección del bornavirus de los loros en ninfas reveló que la transmisión del PaBV por vía oral o intranasal no tuvo éxito. Un segundo artículo indicó que la transmisión del PaBV por contacto directo es ineficaz en aves inmunocompetentes y completamente desarrolladas.

El PaBV está ampliamente distribuido en poblaciones de aves en cautividad y silvestres, y la infección es común entre las psitácidas en cautividad en América del Norte y Europa. Sin embargo, la infección no siempre causa PDD. Se han documentado muchos portadores sanos o subclínicos de varias especies. En estudios realizados en Europa y América del Norte, hasta el 15-40 % de los loros sanos son positivos al PaBV. La transmisión vertical no ha sido probada, pero parece probable.

Diagnóstico del bornavirus aviar/enfermedad de dilatación del proventrículo en las aves de compañía

Se puede establecer un diagnóstico presuntivo basado en la historia clínica, los síntomas clínicos y la evaluación radiográfica. Las radiografías secuenciales, las radiografías del tracto gastrointestinal con contraste y la fluoroscopia pueden ayudar al diagnóstico. El proventrículo está a menudo muy dilatado. Los estudios de contraste a menudo revelan tiempos de tránsito retrasados en todo el tracto gastrointestinal. La disminución de la motilidad puede conducir a enteritis por gramnegativos o clostridios. La bioquímica sérica y la hematología suelen ser normales, aunque puede haber un aumento de la concentración de CPK, anemia leve, heterofilia o hipoproteinemia.

La prueba de PCR de la cloaca o las heces es la prueba más común realizada. Dado que la diseminación del virus es intermitente, un resultado negativo en una prueba de PCR fecal o cloacal no descarta la enfermedad. La realización de pruebas al menos tres veces a intervalos mensuales, con resultados negativos en las tres pruebas, es la mejor prueba para declarar a un ave negativa al ABV. Las pruebas serológicas como el ELISA, la IFA y el Western blot también pueden confirmar la exposición, pero pueden no detectar infecciones tempranas, porque algunas aves infectadas por el PaBV no desarrollan una respuesta de anticuerpos detectable hasta el final del proceso de la enfermedad. La evaluación de la infección por el PaBV y el diagnóstico de PDD es difícil porque, aunque la infección por el PaBV es común, el desarrollo clínico de la PDD es raro. Por tanto, las pruebas que simplemente detectan la presencia del PaBV pueden no ser especialmente útiles para el diagnóstico ante mortem de la PDD.

Algunos investigadores han propuesto pruebas serológicas para detectar anticuerpos antigangliósidos, afirmando que parecen detectar con mayor precisión las aves clínicamente afectadas. Los anticuerpos antigangliósidos se usan como marcadores de enfermedad inmunomediada y se inducen por diversos patógenos. Otros estudios no lo han corroborado.

El diagnóstico definitivo se confirma por histopatología con lesiones características de ganglioneuritis mioentérica en el buche, el ventrículo o la glándula adrenal. Las biopsias de las glándulas ventriculares y adrenales son arriesgadas y rara vez se realizan. Se ha descrito que las biopsias de cultivos son diagnósticas de PDD en solo alrededor del 30-35 % de los casos. El hecho de no observar lesiones en el buche no excluye la enfermedad. Las biopsias proventriculares en las aves afectadas no se realizan de forma rutinaria porque el proventrículo es propenso a la dehiscencia. A menudo, la PDD se diagnostica en la necropsia. El examen histológico debe realizarse en el buche, el proventrículo, el ventrículo duodenal, la glándula adrenal, el corazón, el riñón, el bazo y el cerebro.

Interpretación de las pruebas diagnósticas para la PDD:

  • Una RT-PCR coanal y cloacal con una prueba serológica, reconociendo que una prueba negativa en todas no excluye la infección.

  • Un ave que da positivo tanto en la prueba de PCR como en la serológica debe considerarse positiva y mantenerse separada de las aves con resultados negativos.

  • Un ave positiva por PCR solamente debe volverse a analizar en 4-6 semanas y mantenerse separada de otras aves hasta que tenga tres pruebas negativas o se confirme como positiva en pruebas adicionales.

  • Un ave positiva en una prueba serológica solamente debe considerarse positiva y mantenerse separada de las aves que dan negativo.

  • Los resultados positivos de la PCR y la prueba serológica para el ABV en un ave sana no predicen una enfermedad clínica futura con PDD.

Tratamiento del bornavirus aviar/enfermedad de dilatación proventricular en aves de compañía

El tratamiento para la PDD incluye proporcionar cuidados de apoyo, como alimentos fácilmente digestibles, que pueden complementarse con la administración de un AINE (p. ej., meloxicam, celecoxib o robenacoxib). El tratamiento de apoyo puede incluir agentes procinéticos gastrointestinales como la cisaprida y la metoclopramida para mejorar el tránsito del tracto gastrointestinal. Los antimicrobianos o antifúngicos pueden ser necesarios para las infecciones secundarias. El aceite de linaza a 0,1 mL/kg, PO, diariamente, o un suplemento veterinario de ácidos grasos omega-3 y omega-6 a 0,22-0,44 mL/kg, PO, se han recomendado y utilizado para reducir la inflamación.

De forma anecdótica, el estrés ha sido un factor en el desarrollo de los signos clínicos; por tanto, se deben implementar métodos para reducir el estrés, como practicar una buena higiene, proporcionar dietas nutricionalmente adecuadas y evitar condiciones de hacinamiento. El estrés reproductivo también puede exacerbar los síntomas clínicos. La leuprolida o el implante de deslorelina se han utilizado para reducir las hormonas reproductivas. La gabapentina se ha recomendado para los signos del sistema nervioso central o periférico, como convulsiones o ataxia. La dosis de gabapentina es de 10-25 mg/kg, PO, cada 12 horas. Para las aves que se automutilan, la dosis de gabapentina es de 50 mg/kg, PO, cada 12 horas. Hasta la fecha, ningún antivírico ha sido eficaz en el tratamiento o la prevención del ABV.

AINE para el tratamiento de la PDD:

  • Meloxicam, 0,5-1 mg/kg, PO o IM, cada 12 h.

  • Robenacoxib, 7-10 mg/kg, IM, cada 7 días × 4 semanas y después cada 4 semanas.

  • Celecoxib, 15-30 mg/kg, PO, cada 12 h.

Control del bornavirus aviar/enfermedad de dilatación proventricular en aves de compañía

El aislamiento de las aves positivas es importante para la prevención de la enfermedad. Las pruebas de PCR y serológicas (un mínimo de tres pruebas realizadas con un intervalo de 4-6 semanas) y la separación de las aves que dan positivo de las que dan negativo son medidas de control recomendadas. Sin embargo, el número de pruebas falsas negativas (debido a la excreción intermitente) hace que esta sea una tarea larga y potencialmente difícil, y las aves clínicamente sanas que dan positivo al ABV no deben ser eutanasiadas. El ABV no es un virus de larga vida en el medio ambiente; por lo tanto, una buena higiene y la luz ultravioleta pueden ayudar a limitar la propagación de la enfermedad en un hogar o en un aviario.

El control del ABV en aviarios y hogares requiere un abordaje multimodal:

  • Practicar una buena higiene

  • Alojar a las aves al aire libre cuando las temperaturas lo permitan

  • Evitar el hacinamiento y el estrés y proporcionar una buena nutrición.

  • Aislamiento de todas las aves nuevas, enfermas o positivas al ABV.

  • Análisis de las aves existentes y de las que acaban de presentarse mediante pruebas serológicas y de PCR múltiples (hasta tres), y alojar a las aves por separado según los resultados.

  • Con la posibilidad de transmisión vertical, los pollitos de aves infectadas deben ser incubados y criados a mano, separados de otras aves no infectadas y vigilados para detectar el desarrollo de la enfermedad.

  • Debido a la excreción intermitente y a los resultados serológicos no concluyentes, pueden ser necesarios años de pruebas y separación de las aves para obtener aviarios con negativos al ABV.

  • No existe vacuna. Los estudios de vacunas están en sus comienzos.

Infecciones por poxvirus

Las tres formas clínicas de infección por poxvirus son:

  • Forma cutánea o "viruela seca": lesiones en forma de verruga por lo general en la cara, el pico y las patas (forma más común).

  • Forma diftérica o "viruela húmeda": lesiones en la mucosa de la cavidad oral y el tracto respiratorio.

  • "Viruela generalizada" septicémica: lesiones internas que afectan a las vías respiratorias y gastrointestinales y causan una enfermedad sistémica.

La transmisión se produce principalmente a través de insectos vectores (picaduras de dípteros).

Los poxvirus son virus de ADN grandes que inducen cuerpos de inclusión lipofílicos intracitoplasmáticos (cuerpos de Bollinger) en las células epiteliales del tegumento, el tracto respiratorio y la cavidad oral. Todas las aves se consideran sensibles a la infección por poxvirus, pero muchas aves de compañía y de pajarera rara vez están expuestas a una cepa sensible. En la clínica de aves de compañía, los veterinarios con frecuencia encuentran solo poxvirus de canarios y palomas y aves de producción, que tienen rangos de hospedadores específicos. Los poxvirus son ambientalmente estables, lo que aumenta la probabilidad de que un organismo viable entre en contacto con un hospedador sensible. Los virus de la viruela no pueden penetrar en la piel intacta y debe existir una rotura en la piel o en la membrana mucosa para que se produzca la infección.

La infección por poxvirus puede causar infecciones cutáneas, diftéricas o sistémicas según la cepa del virus, la vía de exposición, las especies afectadas y la edad y salud del ave. La forma cutánea aparece como proliferaciones nodulares o lesiones parecidas a verrugas en la piel sin plumas alrededor de los ojos, el pico, las fosas nasales y las patas. La forma diftérica se caracteriza por lesiones en la mucosa, lengua, faringe y laringe. La forma septicémica se caracteriza por un aspecto embolado, depresión, cianosis, anorexia y tumores cutáneos parecidos a verrugas. La forma cutánea se observa con mayor frecuencia en psitácidas y rapaces.

Los signos clínicos dependen de la forma de la enfermedad, la localización de las lesiones (ojo, boca, oído) y la salud general del ave y pueden incluir letargo, dificultad respiratoria, ceguera parcial, dificultad para comer, pérdida de peso, emaciación y lesiones cutáneas.

El diagnóstico de la infección por poxvirus se suele confirmar mediante la historia clínica, los hallazgos de la exploración física y los hallazgos histológicos de los cuerpos de Bollinger en los tejidos afectados.

El tratamiento suele ser inespecífico y puede incluir terapia de soporte, fluidoterapia, vitamina A parenteral, pomadas oftálmicas frente a infecciones oculares, alimentación asistida y antimicrobianos para prevenir o tratar infecciones secundarias. Las lesiones de la piel pueden necesitar una limpieza diaria.

La transmisión es a través de insectos vectores (picaduras de mosquito) u otras vías de entrada a través de aberturas en la piel. Por tanto, el control de mosquitos y el alojamiento en el interior son vitales para prevenir brotes. Existen vacunas disponibles frente al poxvirus del canario, de las aves de producción y de las palomas, pero son específicas para sus especies hospedadoras.

Enfermedad viscerotrópica velogénica de Newcastle

La enfermedad de Newcastle viscerotrópica velogénica, causada por un paramixovirus del grupo 1, afecta a la mayoría de las especies de aves y es una amenaza importante para la industria avícola. Es rara en loros criados en cautividad alojados en interiores. La transmisión tiene efecto a través de los aerosoles respiratorios, la contaminación fecal del alimento o del agua, el contacto directo con aves infectadas y los fómites.

Las aves pueden ser asintomáticas o morir de forma aguda. Los signos clínicos comprenden depresión, anorexia, pérdida de peso, estornudos, descarga nasal, disnea, conjuntivitis, diarrea de color amarillo a verdoso brillante, ataxia, cabeceo y opistótonos. En los casos prolongados también se puede observar una parálisis uni- o bilateral de las alas y las patas, corea, tortícolis y pupilas dilatadas. Los diagnósticos diferenciales principales comprenden otros paramixovirus (excluyendo el de Newcastle), el síndrome de la dilatación proventricular de las psitácidas y toxicosis por metales pesados. Las lesiones incluyen hepatomegalia, esplenomegalia, hemorragias petequiales o equimóticas en las superficies serosas de todas las vísceras y los sacos aéreos, aerosaculitis y exceso de líquido peritoneal de color paja. El diagnóstico se realiza tradicionalmente a través del aislamiento viral, pero se dispone de pruebas de inmunodifusión en gel de agar que pueden realizarse con sangre completa o suero.

Únicamente es posible el tratamiento sintomático que, por lo tanto, no se recomienda. Si se sospecha la presencia de la enfermedad de Newcastle viscerotrópica velogénica, se debe informar a las autoridades federales y estales pertinentes.

Otras infecciones por paramixovirus en aves de compañía

Hay varias cepas de paramixovirus menos patógenas. Los grupos de paramixovirus 2 y 3 son endémicos en la avicultura. El grupo 2 de paramixovirus causa una enfermedad leve en los paseriformes y una enfermedad más grave en las psitácidas. Los signos clínicos en las psitácidas incluyen traqueítis, neumonía y enteritis. El paramixovirus del grupo 3 se ha notificado con una frecuencia mayor en Neophema spp, agapornis y diamantes de Gould, y suele causar enfermedad leve. Los signos clínicos pueden estar ausentes, y la enfermedad da lugar a una muerte aguda. En enfermedades de duración más larga pueden aparecer signos respiratorios, pancreatitis y tortícolis.

El diagnóstico es el mismo que para el paramixovirus del grupo 1. El tratamiento de las infecciones por paramixovirus de los grupos 2 y 3 es un tratamiento de soporte. La vacuna contra el paramixovirus del grupo 1 no debe usarse en psitácidas, porque puede causar reacciones mortales.

Virus del Nilo Occidental

La infección por el virus del Nilo Occidental (VNO) es un virus transmitido por artrópodos del género Flavivirus (familia Flaviviridae). El virus del Nilo Occidental se notificó por primera vez en aves en EE. UU. en agosto de 1999. La aspergilosis se ha diagnosticado en muchas especies de aves. El cuervo americano (Corvus brachyrunchus) y otros córvidos han sufrido una morbilidad y mortalidad particularmente elevadas. Otras especies afectadas incluyen canarios, psitácidas y rapaces. Aunque las psitácidas parecen ser algo resistentes, la enfermedad se ha descrito en periquitos, cacatúas, cotorras, rosellas, caiques, loritos y loros reales. Los loros afectados han sido adultos alojados al aire libre con una presencia de poblaciones de mosquitos documentada. Los mosquitos (Culex spp) son el principal vector de la enfermedad.

Los signos clínicos incluyen depresión, anorexia, pérdida de peso, temblores de cabeza, ataxia, ceguera, convulsiones y muerte. Las aves juveniles son las más afectadas. Los hallazgos oftalmológicos en las rapaces son uveítis anterior, lesiones coriorretinianas exudativas y cicatrices coriorretinianas.

El diagnóstico ante mortem puede ser difícil. El diagnóstico inicial puede basarse en los signos clínicos, la especie y la edad; sin embargo, muchas enfermedades pueden causar signos clínicos similares. Las pruebas serológicas (seroneutralización) pueden indicar una respuesta de anticuerpos a la infección. Las muestras pareadas enviadas con un intervalo de 2 semanas pueden revelar un aumento en los niveles de anticuerpos y dar un diagnóstico más definitivo. Las aves adultas pueden tener altos niveles de anticuerpos circulantes en las áreas endémicas. El ensayo de PCR está disponible. El diagnóstico se establece a menudo en la necropsia. El cerebro y el riñón son los tejidos preferidos para someterlos a un examen histopatológico.

No hay un tratamiento específico para el virus del Nilo Occidental en las aves. Algunas aves pueden mejorar con terapia de soporte (fluidoterapia, alimentación, antimicrobianos/antifúngicos según sea necesario) y tiempo. Un protocolo de vacunación ha tenido éxito en algunas aves usando una vacuna recombinante. La recomendación es la vacunación de las aves en cautividad 2-4 semanas antes de la temporada de mosquitos, con una revacunación 3 semanas después de la dosis inicial.

Para el control, durante la temporada de dípteros, las aves deben alojarse en el interior o en instalaciones exteriores completamente cubiertas. Se deben usar mosquiteros y trampas para mosquitos, y eliminar cualquier fuente de agua estancada.

Virus de la influenza aviar

Las influenzas aviares están causadas por un ortomixovirus. Debido al potencial zoonótico de algunas cepas y el descubrimiento reciente de nuevas mutaciones, este virus puede volverse un patógeno más importante. Tanto el potencial zoonótico como los efectos económicos en la industria avícola son motivos de preocupación.

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