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Fármacos antiinflamatorios no esteroideos en animales

PorScott H. Edwards, BVMS, PhD
Última revisión/modificación nov 2021

La importancia del tratamiento del dolor y el uso de fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) ha aumentado drásticamente en las últimas décadas, y el uso de AINE en animales de compañía es una práctica rutinaria. Los AINE tienen el potencial de aliviar el dolor y la inflamación sin los efectos secundarios inmunosupresores y metabólicos asociados a los corticoesteroides. No obstante, todos los AINE pueden producir otros efectos adversos que deberían considerarse en el tratamiento global del proceso inflamatorio.

Modo de acción de los fármacos antiinflamatorios no esteroideos en animales

En general, la clasificación los AINE se aplica a los fármacos que inhiben uno o más pasos en el metabolismo del AA. A diferencia de los corticoesteroides, que inhiben numerosas vías, los AINE actúan principalmente en la reducción de la biosíntesis de las prostaglandinas inhibiendo la ciclooxigenasa (COX). En general, los AINE no inhiben la formación de 5-LOX y, por tanto, de leucotrienos, ni la formación de otros mediadores inflamatorios.

Con el descubrimiento de las dos isoformas de COX (COX-1 y COX-2) se ha avanzado en la comprensión del mecanismo de acción y de los potenciales efectos adversos de los AINE. La COX-1, que se expresa prácticamente en todos los tejidos del cuerpo (p. ej., intestino y riñón), cataliza la formación de prostaglandinas, las cuales median varios tipos de efectos fisiológicos, como la hemostasia, la protección de la mucosa gastrointestinal y la protección del riñón en los episodios de hipotensión. Por el contrario, la COX-2 se activa en tejidos dañados e inflamados y cataliza la formación de prostaglandinas inducibles, como la PGE2, asociada con la intensificación de la respuesta inflamatoria. La COX-2 está también involucrada en la termorregulación y en la respuesta de dolor de una lesión. Por consiguiente, la inhibición de la COX-2 por los AINE es la causa del efecto antipirético, analgésico y antiinflamatorio de los AINE.

No obstante, la inhibición concomitante de la COX-1 produce muchos de los efectos adversos de los AINE, como la ulceración gástrica y la toxicidad renal. Dado que los AINE varían en su capacidad para inhibir cada isoforma de la COX, un fármaco que inhibe la COX-2 a una concentración inferior a la necesaria para inhibir la COX-1 sería considerado inocuo. Este concepto ha propiciado el desarrollo de los "AINE selectivos de COX-2". Aunque se han descrito proporciones de inhibición de COX-1:COX-2 (por lo general IC50 COX-1: IC50 COX-2) por varios AINE en humanos y animales, se recomienda precaución al interpretar dichas proporciones, ya que varían mucho según la prueba de selectividad utilizada. La selectividad por COX de los AINE también varía según la especie; las tasas de selectividad de COX comunicadas para las personas no pueden extrapolarse directamente a otras especies.

Por lo general, los fármacos con porcentajes de preferencia contra la COX-2 pueden tener efectos adversos debido a la inhibición de la COX-1. En los perros, el coeficiente de inhibición favorable se ha descrito para el carprofeno, el meloxicam, el deracoxib, el firocoxib y el robenacoxib, mientras que la proporción desfavorable se ha descrito en la aspirina, la fenilbutazona y el vedaprofeno. Los fármacos ahorradores de COX-1 se asocian con una menor ulceración gastrointestinal y una menor inhibición plaquetaria; sin embargo, puede ser una simplificación suponer que la inhibición completa de la COX-2 no tiene riesgo potencial.

Las investigaciones recientes sugieren que la COX-2 puede inducirse constitutivamente en diversos órganos, incluidos el cerebro, la médula espinal, los ovarios y los riñones. En los perros, el ARNm de la COX-2 está presente en el asa de Henle y en la mácula densa y puede desempeñar un papel muy importante en la respuesta protectora frente a la hipotensión. La expresión renal de COX-2 varía entre especies, siendo mayor en perros en comparación con los seres humanos. La COX-2 también parece ser importante en la cicatrización de las úlceras gastrointestinales en humanos, y ciertos inhibidores específicos de la COX-2 retrasan la cicatrización de la úlcera de forma experimental. Aunque la COX-1 tiene una función importante en la regulación de la homeostasis, desempeña también un papel más significativo aún en la inflamación.

Los AINE entran en la bolsa de la enzima COX, con lo cual el impedimento estérico impide la entrada de AA. La aspirina es inusual porque acetila irreversiblemente un residuo de serina de COX, lo que da como resultado una pérdida completa de la actividad de COX. Por tanto, la duración del efecto de la aspirina depende de la tasa de renovación de la COX; la actividad se pierde durante toda la vida de las plaquetas (7-10 días) después de la administración de aspirina, lo que explica la duración del efecto de la aspirina sobre la hemostasia. A diferencia de la aspirina, la mayoría de los demás AINE (incluido el ácido salicílico, un metabolito activo de la aspirina) son inhibidores de la COX competitivos reversibles; su duración de inhibición está determinada principalmente por la farmacocinética de eliminación del fármaco.

Efectos farmacológicos de los fármacos antiinflamatorios no esteroideos en animales

Todos los AINE, excepto el paracetamol, son antipiréticos, analgésicos y antiinflamatorios. Se utilizan de manera habitual para el alivio del dolor y de la inflamación asociados con osteoartritis en los perros y para cólicos, enfermedad del navicular y laminitis en caballos. El uso de AINE para el alivio del dolor perioperatorio en animales de compañía es una práctica estándar. Por lo general, los AINE ofrecen solo alivio sintomático del dolor y la inflamación y no modifican significativamente el curso del daño patológico. Como analgésicos, suelen ser menos efectivos que los opioides y están por tanto indicados por lo general solo contra el dolor de leve a moderado en las personas. Sin embargo, en la medicina veterinaria, los AINE también encuentran uso en el tratamiento del dolor intenso, óptimamente en combinación con un opioide.

Como antipiréticos, los AINE reducen la temperatura corporal en estados febriles. Aunque el efecto beneficioso de las respuestas febriles suele superar los efectos negativos, la inhibición por parte de los AINE de la actividad de la PGE2 en el hipotálamo puede proporcionar alivio sintomático y mejorar el apetito. En Europa, los AINE se han usado conjuntamente con antimicrobianos para el tratamiento agudo de enfermedades respiratorias en el ganado vacuno. Pueden reducir la morbilidad gracias a sus efectos antipiréticos y antiinflamatorios y prevenir el desarrollo de lesiones pulmonares irreversibles.

El efecto de algunos AINE en el metabolismo de los condrocitos se ha investigado. Algunos, incluidos la aspirina, el naproxeno y el ibuprofeno, se consideran condrotóxicos, ya que inhiben la síntesis de los proteoglucanos del cartílago. Otros, incluidos el carprofeno y el meloxicam, pueden considerarse condroneutrales, o según la dosis, en realidad estimulan la producción de la matriz del cartílago. Los efectos potencialmente beneficiosos o perjudiciales de los AINE en el metabolismo de los condrocitos permanece sin aclararse.

Un área terapéutica en la que el uso de los AINE puede volverse importante es en el tratamiento y la prevención del cáncer. Los estudios epidemiológicos en las personas muestran que el uso de la aspirina está asociado con una reducción significativa en la incidencia del cáncer de colon. Nuevos datos sugieren que el efecto terapéutico de los AINE en el cáncer de colon está mediado por la inhibición de la COX-2, que puede ser reguladora positiva de muchas neoplasias premalignas y malignas. En veterinaria, se ha demostrado que el uso del piroxicam reduce el tamaño de tumores como el carcinoma de células transicionales en los perros. Los inhibidores específicos de la COX-2 pueden resultar útiles como tratamiento primario o adjunto en el tratamiento del cáncer.

Administración y farmacocinética de fármacos antiinflamatorios no esteroideos en animales

La mayoría de los AINE son ácidos orgánicos débiles que se absorben bien tras la administración oral. No obstante, los alimentos pueden deteriorar la absorción oral de algunos AINE (p. ej., la fenilbutazona, el meclofenamato, el flunixino y el robenacoxib). Varios AINE están disponibles como formulaciones parenterales para administración intravenosa, intramuscular o subcutánea. Algunas formulaciones parenterales son muy alcalinas (p. ej., fenilbutazona), y se puede provocar una necrosis tisular si se inyectan perivascularmente. Una vez absorbidos, la mayoría de los AINE quedan extensamente (hasta un 99 %) unidos a las proteínas plasmáticas, con una sola pequeña proporción del fármaco disponible de manera activa en los tejidos. Los AINE también pueden competir por los sitios de unión con otros compuestos altamente unidos a proteínas, lo que conduce a cierto desplazamiento del fármaco; sin embargo, este desplazamiento tiene pocas consecuencias terapéuticas porque no afecta a la concentración del fármaco libre. Debido a que los AINE se unen en gran medida a proteínas y la extravasación de proteínas se produce en la inflamación, los AINE tienden a concentrarse en las áreas de inflamación. En consecuencia, su duración de acción suele exceder la predicha por la semivida de eliminación.

La mayoría de los AINE son biotransformados en el hígado para inactivar los metabolitos que se excretan por filtración glomerular y secreción tubular a través del riñón o la bilis. El mavacoxib es una excepción, ya que se excreta en su mayoría inalterado por la bilis. La biotransformación y la semivida de eliminación varían significativamente según la especie (y en algunos casos según la raza o la cepa, como ocurre en el caso de algunas COX-2 en los Beagles), tanto que no es posible extrapolar con seguridad las dosis de una especie animal a otra. Algunos AINE, incluidos el naproxeno, el etodolac y el ácido meclofenámico, sufren una extensa recirculación enterohepática en algunas especies, dando lugar a una prolongada semivida de eliminación.

Efectos adversos de los fármacos antiinflamatorios no esteroideos en animales

Todos los AINE tienen potencial para inducir reacciones adversas, algunas de las cuales pueden ser potencialmente mortales. Muchas reacciones a los AINE son relativas a las dosis y suelen ser reversibles con la interrupción del tratamiento y con terapia de apoyo.

El vómito es el efecto adverso observado con mayor frecuencia, siendo la ulceración gastrointestinal el efecto adverso potencialmente mortal más común. La pérdida de los mecanismos protectores gastrointestinales se produce por la inhibición de la prostaglandinas constitutivas de la COX-1 que regulan el flujo de la sangre a la mucosa y estimulan la producción del bicarbonato y del moco. Esto trastorna la barrera alcalina protectora del intestino, permitiendo la difusión de los ácidos gástricos hacia la mucosa, lesionando células y vasos sanguíneos y causando la gastritis y la ulceración. Los AINE ácidos orgánicos, especialmente la aspirina, también pueden causar irritación química directa de la mucosa gastrointestinal y desacoplar la fosforilación oxidativa en las células epiteliales de la mucosa.

La recirculación enterohepática de ciertos AINE puede dar lugar a elevadas concentraciones biliares que aumenten el potencial ulcerogénico en el intestino. La enteropatía con pérdida de proteínas del intestino delgado es una manifestación adicional de la inhibición de la COX-1 y del reciclaje enterohepático. La hemorragia gastrointestinal producida por los AINE puede ocultarse y dar lugar a una anemia ferropénica o ser más grave, derivando en vómitos, hematemesis y melena.

En los caballos puede aparecer colitis dorsal derecha (que produce una enteropatía perdedora de proteínas), acompañada de signos de cólico y diarrea. La hipoalbuminemia puede ser evidente en la evaluación clínica patológica y existe la posibilidad de progresión a ulceración y perforación. Teóricamente, los AINE selectivos para la COX-2 (ahorrando COX-1) deberían causar pocos o ningún efecto adverso gastrointestinal. Sin embargo, se ha demostrado que los AINE selectivos de la COX-2 causan gastritis, erosión, ulceración y enteropatía en humanos y animales. La COX-2 también está implicada en los mecanismos protectores de la mucosa gástrica; la selectividad de la COX-2 confiere relativa seguridad gastrointestinal.

La pérdida gastrointestinal de sangre puede complicarse aún más por la función plaquetaria alterada. Los AINE, al inhibir la COX-1, evitan que las plaquetas formen TXA2, un potente agente de agregación. Por lo tanto, se esperaría un retraso en el tiempo de coagulación, y esto ocurre con la aspirina, pero mucho menos con los AINE selectivos para la COX-2. La aspirina se une irreversiblemente a la COX-1 plaquetaria; sin embargo, con otros AINE, la unión es competitiva. Clínicamente, al menos en el perro, los AINE selectivos de la COX-2 no parecen retrasar sustancialmente el tiempo de coagulación (según el tiempo de hemorragia de la mucosa bucal, el tiempo de protrombina y el tiempo de tromboplastina parcial). El meloxicam y otros AINE están registrados para su administración preoperatoria en las cirugías rutinarias de esterilización; sin embargo, se recomienda precaución en pacientes con mayor riesgo de hemorragia. Debido a que la inhibición de TXA2 causa hemorragia prolongada, se recomienda evaluar el tiempo de hemorragia de la mucosa bucal en animales para los que se prevé cirugía. Se han descrito discrasias sanguíneas en gatos, perros y caballos después del tratamiento a largo plazo con AINE distintos de la aspirina. La administración de paracetamol en gatos está asociada con anemia con cuerpos de Heinz, metemoglobinemia, insuficiencia hepática y muerte. También se han descrito discrasias de la médula ósea que están asociadas con la administración de fenilbutazona.

Las prostaglandinas COX-2 median la vasodilatación renal protectora durante la hipotensión. Los animales con una enfermedad renal que reciben AINE pueden experimentar una exacerbación o una descompensación de su enfermedad. Mantener la hidratación y la perfusión renal es importante en los animales que reciben AINE, especialmente los que se someten a anestesia o cirugía, y en los caballos con cólico. Los AINE selectivos de la COX-2 no son más seguros con respecto al potencial de nefropatías, incluyendo la necrosis papilar y la nefritis intersticial.

La administración de los AINE puede inducir leves cambios hepáticos que se caracterizan principalmente por el incremento de las enzimas sin signos clínicos o disfunción hepática. Se han descrito informes no comunes de reacciones idiosincrásicas que dan lugar a trastornos o fallos hepáticos en humanos (el paracetamol y otros), en perros (el paracetamol, el carprofeno, el etodolaco) y en caballos (la fenilbutazona). Se han documentado citopatías (lesión hepatocelular, necrosis), colestática, y patrones mixtos histopatológicos de lesión. Los AINE deben usarse con cautela en animales con enfermedad hepática preexistente.

Fármacos antiinflamatorios no esteroideos específicos

Basados en la estructura, la mayoría de los AINE pueden dividirse en tres grandes grupos: ácido carboxílico y derivados del ácido enólico, y los inhibidores de la COX-2. Los subgrupos de ácidos carboxílicos incluyen los salicilatos (aspirina), ácidos propiónicos (ibuprofeno, naproxeno, carprofeno, ketoprofeno y vedaprofeno), fenematos (ácidos tolfenámico y meclofenámico), ácidos fenilacéticos (paracetamol) y ácidos aminonicotínicos (flunixino). Los principales subgrupos de ácidos enólicos son las pirazolonas (fenilbutazona) y los oxicams (meloxicam, piroxicam).

La nueva clase coxib de inhibidores selectivos de la COX-2 ha florecido en las últimas décadas con un historial accidentado en la medicina humana y una plétora de miembros entrando en el campo veterinario; el cimicoxib incluso ha hecho la transición de la medicina humana a la veterinaria. Los AINE incluyen el deracoxib, el firocoxib, el robenacoxib, el mavacoxib y el cimicoxib. El único inhibidor de la COX-2 que permanece en medicina humana en EE. UU. es el celecoxib, después de que el rofecoxib, el veldecoxib y el lumiracoxib fueran retirados tras haberse demostrado que aumentaban el riesgo de ataque cardiaco y accidente cerebrovascular en humanos. En otros países, el parecoxib (el profármaco del valdecoxib) y el etoricoxib también están disponibles para uso humano.

Aunque los AINE pueden diferir en sus potencias relativas, todos son igualmente eficaces a las dosis apropiadas.

El grapiprant es un nuevo antagonista de la PGE2, que actúa en el receptor EP4. No es un inhibidor de la COX-1 o COX-2.

Uso de aspirina en animales

La aspirina es con mucho el AINE más utilizado en las personas, pero en medicina veterinaria se usa principalmente para aliviar el dolor de leve a moderado asociado con la inflamación musculoesquelética o la osteoartritis. El éster salicílico de ácido acético, aspirina (ácido acetilsalicílico) está disponible en varias formulaciones diferentes, que incluyen bolo (para ganado vacuno), pasta oral (para caballos), solución oral (para aves de producción) y tabletas (para perros). Los productos con cubierta entérica utilizados en medicina humana no se recomiendan en perros, porque la retención gástrica puede conducir a una exposición errática al plasma.

Después de la administración oral, la aspirina se absorbe rápidamente en el estómago y en la parte superior del intestino delgado. La aspirina se somete a un gran efecto de primer paso en el hígado para producir ácido salicílico, su principal metabolito activo. Además, la fracción de aspirina que logra acceder a la circulación sistémica también se hidroliza rápidamente a ácido salicílico con una semivida de ~15 min. Después de la administración oral de aspirina, el ácido salicílico se considera el principal principio activo en la circulación sistémica. La aspirina inhibe principalmente la COX-1, mientras que el ácido salicílico tiene una actividad COX-1/COX-2 más equilibrada. Además, la aspirina puede unirse irreversiblemente a la COX-1 mediante la acetilación de un residuo de serina cerca del sitio activo de la enzima. Debido a esta unión irreversible, la actividad anticoagulante de la aspirina dura mucho más que su efecto antiinflamatorio; una sola dosis de aspirina de 20 mg/kg en un caballo puede prolongar la hemorragia durante 48 h.

Según su vía de administración, la aspirina puede tener diferentes efectos farmacológicos. Para la inhibición irreversible de la COX-1 plaquetaria (para tratar una afección tromboembólica), la aspirina administrada por vía intravenosa es más eficaz que la aspirina administrada oralmente porque, para la misma dosis, la exposición a la aspirina es mayor para la vía de administración intravenosa.

Después de la absorción, la aspirina y el ácido salicílico se distribuyen ampliamente a la mayoría de los tejidos y líquidos y atraviesan con facilidad la barrera placentaria. Aproximadamente el 80-90 % del salicilato se une a proteínas plasmáticas. El metabolismo y la eliminación se produce por vía hepática por la conjugación con el ácido glucurónico, seguida de la excreción renal. Los gatos, que carecen de glucuronil transferasa, metabolizan los salicilatos lentamente. Además, el metabolismo del salicilato es saturable y, si se produce una sobreexposición debida a una sobredosis de aspirina, la eliminación del salicilato plasmático puede seguir un orden cero y una cinética de eliminación más lenta. La semivida de eliminación del ácido salicílico en los gatos se aproxima a 40 h, mientras que en los perros es de ~7,5 h.

Dado que la aspirina no está aprobada para el uso veterinario, no se han realizado estudios de eficacia definitiva para establecer dosis efectivas. Las dosis recomendadas en perros son 10-40 mg/kg, oralmente, cada 8-12 horas. La aspirina se ha usado por su efecto anticoagulante en el tratamiento de la laminitis en los caballos a dosis de 10 mg/kg/día, PO. En los gatos, la aspirina puede administrarse para su efecto antiplaquetario en enfermedades tromboembólicas a dosis de 10 mg/kg, PO, cada 48 h, para permitir un metabolismo prolongado. Los efectos adversos son frecuentes después de la administración de la aspirina y parecen depender de las dosis. Incluso en dosis terapéutica de 25 mg/kg, una simple aspirina puede inducir la erosión de la mucosa y ulceración en los perros. Los vómitos y la melena pueden aparecer a dosis mayores. El misoprostol análogo de la PGE1 puede disminuir la ulceración gastrointestinal asociada con la aspirina y otros AINE. La sobredosis de aspirina en todas las especies puede producir la intoxicación de salicilato, caracterizada por una grave anomalía ácido-base, hemorragia, convulsiones, coma y muerte.

Paracetamol en animales

El paracetamol es un derivado del paraaminofenol con efectos analgésicos y antipiréticos similares a los de la aspirina, pero tiene efectos antiinflamatorios más débiles que la aspirina y otros AINE. La razón de esta anomalía es que la inhibición selectiva de la COX-2 del paracetamol se produce a través de la reducción enzimática; se cree que los altos niveles de peróxidos en las áreas de inflamación interfieren periféricamente en la reducción de la COX-2, mientras que los bajos niveles de peróxidos en el cerebro y la médula espinal explican cualquier analgesia mediada centralmente. El paracetamol no inhibe la activación neutrófila, tiene escaso potencial ulcerogénico y no produce efectos sobre las plaquetas ni hemorragia temporal. La dosis recomendada de paracetamol en perros es de 10-15 mg/kg, PO, cada 8 horas. Los efectos adversos dependientes de la dosis incluyen depresión, vómitos y metahemoglobinemia. El paracetamol se ha utilizado en caballos; sin embargo, todavía no se han establecido los límites terapéuticos de eficacia y las dosis adecuadas. El uso en gatos está contraindicado debido a su deficiencia de glucuronil transferasa, que los hace sensibles a la metahemoglobinemia y la necrosis hepática centrolobulillar.

El paracetamol se ha utilizado en perros en combinación con codeína. La eficacia de la codeína oral es débil, porque muy poca se convierte en morfina en esta especie, lo que cuestiona el beneficio de usar la combinación de paracetamol-codeína. En las formulaciones de combinación fija, se evita la capacidad del veterinario para hacer ajustes de dosis de cada fármaco constituyente de forma independiente; el aumento de la dosis de codeína en busca de una mejor analgesia puede causar intoxicación por paracetamol.

Fenilbutazona en animales

Uno de los primeros AINE aprobado para su utilización en los caballos y perros es la fenilbutazona (PBZ), un derivado de la pirazolona disponible en comprimidos, pasta, gel y formulaciones parenterales. Cuando se administra oralmente, la fenilbutazona se adsorbe del heno en la dieta y luego se libera durante la fermentación en el intestino posterior. Aunque esto puede reducir potencialmente la absorción gastrointestinal y la biodisponibilidad, el efecto clínicamente relevante es un retraso en la absorción. Una vez que la fenilbutazona es absorbida, la unión a proteínas plasmáticas es elevada (99 % en caballos). La PBZ es metabolizada por el hígado a varios metabolitos activos (oxifenbutazona) e inactivos, los cuales se excretan en la orina.

Uno de los mayores usos terapéuticos de la PBZ es tratar la laminitis aguda en los caballos. La laminitis se trata inicialmente con fenilbutazona inyectable a dosis de hasta 8,8 mg/kg, seguido de un tratamiento de 2,2-4,4 mg/kg, PO, cada 12 horas. Debido a que el índice terapéutico de PBZ es relativamente estrecho (la PBZ exhibe un metabolismo de orden cero), la dosis debe ajustarse al mínimo posible para mantener la comodidad y evitar la toxicidad. Los efectos gastrointestinales (p. ej., la anorexia) y la depresión son los efectos adversos más frecuentes asociados con la PBZ. Pueden desarrollarse úlceras en la boca, estómago, ciego y colon dorsal derecho. El potencial ulcerogénico de la PBZ en los caballos es mayor que el de el flunixino y el ketoprofeno. En los perros se recomienda la dosis de fenilbutazona de 3-7 mg/kg, PO, cada 8 horas. En los perros, la PBZ se ha relacionado con la hemorragia discrásica, hepatopatías, nefropatías y, aunque raros, casos de depresión irreversible de la médula ósea.

La semivida plasmática de la fenilbutazona es de 5-6 horas en caballos y perros. Como ejemplo de una diferencia importante entre especies en el metabolismo de los fármacos, el ganado vacuno elimina la fenilbutazona muy lentamente, lo que da lugar a una semivida de eliminación de más de 30 días. Aunque la fenilbutaonza no está registrada para su uso en el ganado debido a la preocupación por los residuos (discrasias sanguíneas inducidas por fenilbutazona en seres humanos), el uso fuera de registro en ganado vacuno lechero llevó a la FDA a prohibir su uso en vacas lecheras de 20 meses de edad o más.

Ácido meclofenámico en animales

El ácido meclofenámico es un AINE fenemato (ácido antranílico) disponible para caballos como preparación granular y para perros como tableta oral. La dosis recomendada en caballos es de 2,2 mg/kg por día durante 5-7 días; la dosis recomendada en perros es de 1,1 mg/kg por día durante 5-7 días. En el ganado vacuno, la administración del ácido meclofenámico causa un patrón bifásico de absorción, con un pico inicial de concentración plasmática alcanzado en ~30 min y un pico secundario 4 h después de la dosificación. En los caballos, el ácido meclofenámico se absorbe rápidamente, pero la alimentación antes de la administración puede retrasar la absorción. El inicio de acción es lento, necesitando 2-4 días de dosificación para producir un efecto clínico. Aunque es eficaz en el tratamiento de la laminitis crónica, el ácido meclofenámico tiene un índice terapéutico que puede ser más bajo que el de otros AINE.

Ácido tolfenámico en animales

El ácido tolfenámico es un AINE fenemato y es un análogo estructural del flunixino. Está aprobado para su uso en la UE y otros países. Se usa para la fiebre, el dolor posoperatorio y las afecciones inflamatorias agudas y crónicas en gatos, perros, ganado vacuno y cerdos.

Flunixino en animales

El flunixino es un inhibidor no selectivo de la COX. En EE. UU., el ácido nicotínico derivado del flunixino (como la sal de meglumina) está autorizado para utilizarse en los caballos PO y en formulaciones parenterales. También se ha aprobado una formulación tópica para su uso en ganado vacuno. La dosis recomendada es 1,1 mg/kg/día durante 5 días, PO o IV. El flunixino se absorbe rápidamente después de su administración PO o IM, y la semivida de eliminación es corta (~2-3 h). La eliminación se produce principalmente por excreción renal. El flunixino es eficaz para el tratamiento de la inflamación musculoesquelética y el dolor visceral asociado con cólico en caballos. También se usa para reducir la respuesta hemodinámica mediada por la inflamación a la endotoxina, aunque es improbable que reduzca la mortalidad asociada con el shock endotoxémico. La afirmación "antiendotoxina" proviene de estudios experimentales en los que se administró flunixino a los caballos antes de la exposición a endotoxinas, y posteriormente se midieron los marcadores inflamatorios y los cambios hemodinámicos; la mortalidad no se redujo y los AINE se han demostrado ampliamente en humanos que no tienen ningún impacto sobre la mortalidad asociada con el shock endotóxico.

La dosis recomendada en caballos es de 1,1 mg/kg, cada 12 horas, o 0,25 mg/kg, cada 8 horas. La toxicidad en caballos es relativamente infrecuente, pero puede desarrollarse erosión gastrointestinal y ulceración. El flunixino se ha utilizado para tratar la mastitis y el enfisema pulmonar agudo en bovinos, aunque no está aprobado para estas indicaciones. La administración crónica de flunixino a perros puede provocar ulceración gastrointestinal grave y daño renal. El flunixino no se comercializa en EE. UU. para perros, pero está aprobado en la UE y otros países.

Carprofeno en animales

El carprofeno es un AINE de la clase del ácido arilpropiónico disponible en EE. UU. en formulaciones tipo comprimidos oblongos y masticables. Hay una fórmula inyectable disponible también en EE. UU. y Europa. El carprofeno está aprobado por la Food and Drug Administration para controlar el dolor y la inflamación asociada con osteoartritis y dolor agudo asociado con los tejidos blandos y cirugía ortopédica en los perros. La dosis recomendada es de 4,4 mg/kg por día o dividida cada 12 horas, PO En Europa y en otros países, el carprofeno también está registrado para su uso en caballos y ganado vacuno y para terapias a corto plazo en gatos. En los perros, la biodisponibilidad oral es elevada (90 %) y el pico de concentración plasmática es de ~2-3 h después de la dosificación. La semivida de eliminación en terneros es de ~8 h. Como sucede con otros AINE, el carprofeno está muy unido a proteínas (99 %). La eliminación se produce por biotransformación por vía hepática, con la excreción de los metabolitos resultantes en las heces y la orina. Suelen producirse algunos reciclajes enterohepáticos.

El mecanismo de acción exacto del carprofeno se desconoce. Aunque tiene mayor selectividad por la COX-2 que por la COX-1, el carprofeno está considerado un inhibidor débil de la COX. Los ensayos in vitro con líneas celulares caninas indican que es 129 veces más selectivo para la COX-2, mientras que los ensayos in vitro con sangre completa canina indican que es de 7 a 17 veces más selectivo para la COX-2. Los análisis de sangre completa equina indican que es 1,6 veces más selectiva para la COX-2, y los análisis de sangre completa felina indican que es >5,5 veces más selectiva para la COX-2. Otros mecanismos de acción, incluida la inhibición de PA2, pueden ser responsables de sus efectos antiinflamatorios.

El carprofeno se ha utilizado mucho en los perros desde su introducción, y los casos adversos han sido comparables a los de otros AINE (es decir, ~2 casos/1000 perros tratados). Aproximadamente una cuarta parte de las reacciones adversas notificadas fueron síntomas gastrointestinales, como vómitos, diarrea y ulceración gastrointestinal. Son raros los efectos adversos renales y hepáticos, como sucede con otros AINE. Las potenciales hepatopatías idiosincrásicas graves caracterizadas por insuficiencia hepática aguda se han descrito en algunos perros. Aproximadamente un tercio de los perros que desarrollaron hepatopatías mientras recibían carprofeno eran de raza Labrador Retriever, aunque no se ha demostrado una verdadera predisposición de la raza. Como en cualquier tratamiento de los AINE, la monitorización clínica laboratorial en las lesiones hepáticas es aconsejable, especialmente en animales geriátricos que pueden estar predispuestos a complicaciones más graves.

Ketoprofeno en animales

El ketoprofeno es otro derivado del ácido propiónico disponible en EE. UU. y en otros países como una solución inyectable al 10 % para caballos, y en la UE y Canadá como comprimidos y como solución inyectable al 1 % para perros y gatos. El ketoprofeno está recomendado para el tratamiento del dolor agudo (hasta 5 días) en los perros y gatos. En los caballos, se utiliza para el tratamiento del dolor y de la inflamación asociados a la osteoartritis y para el dolor visceral asociado con los cólicos. La dosis recomendada es de 1 mg/kg/día durante 5 días, IV o PO, en perros y gatos; 2,2 mg/kg/día durante 5 días, IV, en caballos; y 3 mg/kg/día durante 1-3 días, IV o IM, en ganado vacuno. El ketoprofeno es un potente inhibidor de la COX y de la bradicinina y puede también inhibir algunas lipoxigenasas. Su eficacia es comparable a la de los opioides en el tratamiento del dolor tras la cirugía ortopédica o de tejidos blandos en los perros. Tras su administración oral, el ketoprofeno se absorbe rápidamente y tiene una semivida en gatos y perros de unas 2-3 h. Como sucede con otros AINE, el ketoprofeno se metaboliza en el hígado, que inactiva los metabolitos que después se eliminan mediante la excreción renal. Los efectos adversos, como los trastornos gastrointestinales, son similares a los de otros AINE. Se han descrito también otros efectos adversos como hepatopatías y alteraciones renales en animales. Debido a sus potenciales efectos antiplaquetarios, se debe tener precaución cuando empleamos el ketoprofeno en el periodo perioperatorio.

Etodolac en animales

El uso de ácido piranocarboxílico etodolaco está permitido para su utilización en perros en EE. UU. La semivida de eliminación de este ácido es ~8-12 h, permitiendo una dosificación de 10-15 mg/kg/día, PO. Se ha descrito una amplia recirculación enterohepática en perros, seguida de la eliminación del etodolaco y de sus metabolitos en el hígado y por las heces. Los estudios in vitro del etodolaco muestran que es más selectivo en la inhibición de la COX-2 que de la COX-1, aunque los estudios in vitro con sangre canina entera demuestran que no es selectivo. Se ha demostrado que el etodolaco inhibe la quimiotaxis de los macrófagos y que es eficaz en el tratamiento de la cojera asociada a la displasia de cadera. Aunque el riesgo de que el etodolaco produzca úlceras gastrointestinales es bajo a dosis terapéuticas, los estudios de toxicidad demuestran que la administración de la dosis tres veces por encima de la terapéutica sí produce úlceras gastrointestinales, vómitos y pérdida de peso. se han descrito reacciones adversas gastrointestinales, hepáticas y renales después de la administración del etodolaco, similares a las de otros AINE.

Vedaprofeno en animales

El vedaprofeno, derivado del ácido arilpropiónico, está disponible en la UE para caballos y perros en forma de gel y también de manera inyectable para caballos. El vedaprofeno está indicado para el tratamiento del dolor asociado a la inflamación por trastornos musculoesqueléticos en los perros (0,5 mg/kg/día) y en los caballos (1 mg/kg, cada 12 horas) y para el tratamiento del dolor producido por los cólicos en caballos (2 mg/kg, IV, en una sola inyección). Tras su administración oral, el vedaprofeno se absorbe rápidamente. Tiene una biodisponibilidad elevada, pero puede disminuir si el fármaco se administra con la comida. La semivida terminal es de 10-13 h en el perro y 6-8 h en el caballo. El vedaprofeno sufre una amplia biotransformación a metabolitos hidroxilados, los cuales se excretan por la orina y las heces.

Meloxicam en animales

El meloxicam es un AINE oxicam disponible en una variedad de formulaciones para varias vías de administración, incluyendo una solución inyectable, suspensión oral, gel transmucoso y tableta. Las suspensiones orales se suelen usar en pequeños animales debido a la facilidad de administración y a la capacidad de administrar la dosis real calculada. El meloxicam está aprobado para uso humano en EE. UU. y Canadá y para uso en perros en EE. UU. En la UE y otros países, está aprobado para su uso en perros, gatos, ganado vacuno, cerdos y caballos y, en Australia, ovejas.

El meloxicam es un potente inhibidor de la síntesis de la prostaglandina y se emplea en el tratamiento de la inflamación aguda y crónica asociada a las enfermedades musculoesqueléticas y en el tratamiento del dolor posoperatorio. En los perros, tras una primera dosis a 0,2 mg/kg, PO, está recomendado seguir con una de 0,1 mg/kg/día, PO. Una vez que se obtiene el efecto terapéutico, la dosis se puede regular hasta llegar a la mínima posible. Las proporciones COX-1:COX-2 descritas para el meloxicam sugieren que el fármaco es selectivo para la COX-2, y los análisis de sangre completa canina in vitro indican que es 2,7-10 veces más selectivo para la COX-2. Una vez absorbido, el meloxicam tiene una gran unión proteica (97 %) y una semivida de eliminación relativamente larga (>12 h). En humanos y caballos, no hay metabolitos de fase 2. El margen de seguridad gastrointestinal parece que es más elevado en el meloxicam que en los AINE no selectivos y, en los estudios con roedores se ha demostrado que es condroneutral.

En los gatos, el meloxicam sufre un metabolismo oxidativo, no glucuronización, con un 80 % del fármaco excretado en las heces. En EE. UU., el meloxicam no está aprobado para su uso en gatos más allá de una sola inyección (y se emite un recuadro negro de advertencia a este efecto), mientras que en la UE y otros países la suspensión oral está registrada para administración múltiple en gatos, con una dosis de mantenimiento registrada de 0,05 mg/kg. Existe evidencia considerable de que el meloxicam a dosis bajas (0,02 mg/kg) se tolera relativamente bien y es seguro para la administración crónica en gatos, incluidos aquellos con enfermedad renal crónica (aunque es prudente la estadificación y la evaluación exhaustiva del paciente antes de este uso).

Deracoxib en animales

El deracoxib fue el primer AINE de la clase coxib aprobado para su uso en perros; se puede encontrar en forma de comprimidos masticables con sabor a carne de ternera en EE. UU. Se ha demostrado que el deracoxib inhibe la producción de PGE2 mediada por COX-2. Las proporciones de COX-1:COX-2 descritas para el deracoxib en los ensayos de células caninas clonadas in vitro indican que es 1275 veces más selectivo para la COX-2, mientras que los análisis de sangre completa canina in vitro indican que es de 12 a 37 veces más selectivo para la COX-2. El deracoxib está indicado para el control del dolor posoperatorio y de la inflamación asociada a cirugía traumatológica a una dosis de 3-4 mg/kg/día durante 7 días, PO, y para el control de dolor y de la inflamación asociada con osteoartritis en dosis de 1-2 mg/kg/día, PO. Una vez absorbido, la unión a proteínas es de >90 %, y la semivida de eliminación es de 3 h.

Firocoxib en animales

El firocoxib es un AINE de clase coxib aprobado en los EE. UU. y Europa para el control del dolor y la inflamación asociados con la osteoartritis y para el control del dolor y la inflamación posoperatorios asociados con la cirugía de tejidos blandos y ortopédica en perros. En Canadá, Australia y Nueva Zelanda está aprobado para su uso en osteoartritis y cirugía ortopédica y de tejidos blandos. Se encuentra disponible en comprimidos masticables. Tras su administración oral, el firocoxib se absorbe rápidamente y posteriormente se elimina por metabolismo hepático y excreción fecal. La semivida de eliminación es de ~8 h, permitiendo una dosificación de 5 mg/kg/día, PO. Las proporciones de COX-1:COX-2 de los análisis de sangre completa canina in vitro indican que es 384 veces más selectivo para la COX-2. Como en los otros AINE, la unión a proteínas es elevada, de ~96 %. La seguridad gastrointestinal parece ser mayor que la de los AINE inespecíficos.

El firocoxib también está aprobado para su uso en caballos para el tratamiento de la osteoartritis, durante un curso de hasta 14 días de duración. Además de la formulación inyectable, también están disponibles comprimidos y una pasta oral.

Robenacoxib en animales

El robenacoxib es un inhibidor altamente selectivo de la COX-2 de la clase coxib, estructuralmente relacionado con los AINE humanos diclofenaco y lumiracoxib. El robenacoxib se usa para el control del dolor y la inflamación asociados con la osteoartritis, la cirugía ortopédica y de los tejidos blandos en perros (aprobado en UE) y para los trastornos musculoesqueléticos y las cirugías de tejidos blandos en gatos (aprobado en EE. UU. y UE). La dosis es de 2 mg/kg, PO, inicialmente y después de 1-2 mg/kg/día (hasta 6 días en gatos). El coeficiente COX-1:COX-2 en ensayos in vitro con sangre canina completa demuestran que es 128 veces más selectivo para la COX-2. Como con otros AINE, la unión a proteínas es elevada, de ~98 %. La seguridad gastrointestinal es parecida a la de la mayoría de los AINE no selectivos. La semivida de eliminación es de 1 h tras la administración oral. La administración con alimentos disminuye la biodisponibilidad del robenacoxib.

Mavacoxib en animales

El mavacoxib es un AINE de la clase coxib inhibidor de la COX-2 aprobado en Europa y Australia para el control del dolor y de la inflamación asociados a la enfermedad degenerativa de las articulaciones en perros. El mavacoxib está estructuralmente relacionado con el AINE celecoxib; sin embargo, la sustitución de un grupo metilo por un solo átomo de flúor ha conferido una gran resistencia al metabolismo, lo que ha dado lugar a una semivida de eliminación de 17 días en perros Beagle jóvenes. En ensayos de campo realizados en perros viejos con osteoartritis, se encontró que la semivida era incluso mayor a los 44 días, y en estos perros mayores, aproximadamente 1 de cada 20 exhibía una semivida de >80 días.

Estos estudios farmacocinéticos poblacionales en pacientes diana se utilizaron para optimizar la pauta posológica. La larga semivida significa que el mavacoxib tiene una pauta posológica única: la dosis inicial es de 2 mg/kg, PO, repetida 14 días después; a partir de entonces, el intervalo de dosificación es de 1 mes, sin exceder el curso total de siete dosis (6,5 meses). Los alimentos aumentan significativamente la biodisponibilidad. El coeficiente COX-1:COX-2 en ensayos in vitro con sangre canina completa demuestran que es 128 veces más selectivo para la COX-2. Como con otros AINE, la unión a proteínas es elevada, de ~98 %.

A diferencia de otros AINE, el mavacoxib finalmente se elimina inalterado en las heces después de la secreción biliar de la molécula original. El mavacoxib difiere aún más de la mayoría de los AINE; es una base débil (pKa de 9,57) y es muy liposoluble; por tanto, tiene un volumen de distribución relativamente amplio (1,6 L/kg).

Grapiprant en animales

El grapiprant es un nuevo AINE, disponible en forma de comprimidos, con un nuevo modo de acción. Es un antagonista de la PGE2, que actúa en el subtipo del receptor EP4. No es un inhibidor de la COX-1 o COX-2. En dosis superiores a las indicadas, pueden producirse efectos adversos gastrointestinales.

Dipirona en animales

La dipirona (metamizol) es un AINE atípico con actividad débil contra la COX-1 y la COX-2. Aunque el mecanismo o mecanismos de acción no se han dilucidado por completo, la inhibición central de la COX-3 parece ser la responsable de la analgesia. La dipirona se ha utilizado en humanos durante casi un siglo; sin embargo, el riesgo de discrasias sanguíneas, en particular la agranulocitosis, ha causado su retirada en muchos países, incluido EE. UU. La dipirona es eficazmente un profármaco, que se hidroliza rápidamente al metabolito activo 4-metilaminoantipirina. La inyección de dipirona está registrada para su uso en caballos, ya sea sola o en combinación con el anticolinérgico hioscina-N-butilbromuro.

Otros AINE utilizados en animales

Hay un gran número de AINE con y sin prescripción disponibles para su uso en personas. Sin embargo, por las diferencias que existen en cuanto a metabolismo, eficacia y toxicidad entre especies, muchos no se recomiendan para su empleo en animales. Por ejemplo, en los perros, la indometacina es muy tóxica para el tracto GI y puede dar lugar a úlceras graves, hematemesis y melenas a dosis terapéuticas. El piroxicam sufre amplia recirculación enterohepática en los perros, produciendo una semivida plasmática prolongada. Se han observado ulceraciones y hemorragias gastrointestinales y necrosis papilar renal en los perros que recibieron piroxicam en dosis de 0,3-1 mg/kg/día.

El ibuprofeno es un derivado del ácido arilpropiónico utilizado en los perros como agente antiinflamatorio. Sin embargo, los perros son mucho más sensibles al desarrollo de efectos adversos gastrointestinales por la administración de ibuprofeno que los humanos. A dosis terapéuticas, los efectos adversos observados en los perros incluyen vómitos, diarrea, hemorragia gastrointestinal e infección renal. No es recomendable el empleo de ibuprofeno en perros ni en gatos.

El naproxeno se ha usado en caballos a dosis de 5-10 mg/kg una o dos veces al día. La biodisponibilidad es menor (~50 %) para el naproxeno que para otros AINE, y la semivida de eliminación es de ~5 h en caballos. En los perros, la semivida de eliminación del naproxeno es de 35-74 h, probablemente debido a una gran recirculación enterohepática. La farmacocinética en los perros parece ser dependiente de la raza. Debido a la prolongada semivida del naproxeno, los perros son muy sensibles a sus efectos adversos.

Los medicamentos de la clase coxib, incluidos el celecoxib y el valdecoxib, desarrollados para su uso en medicina humana son selectivos para la COX-2. En los estudios clínicos, la incidencia de úlceras gastrointestinales en los pacientes que recibían valdecoxib o celecoxib fue significativamente menor que en aquellos que recibían el naproxeno. El empleo de estos fármacos en los animales todavía tiene que investigarse más. Un estudio farmacocinético con celecoxib en Beagles demostró la variabilidad de eliminación del fármaco entre los perros. En este estudio, un subgrupo de Beagles metabolizaba el celecoxib mucho más rápidamente que el otro, con semividas de eliminación de ~2 y 18 h, respectivamente. Hasta que no haya más datos disponibles en cuanto a la farmacocinética y seguridad de estos fármacos en animales, su empleo en la práctica veterinaria no se recomienda.

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