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Enfermedades parasitarias de los mamíferos marinos

PorCara L. Field, DVM, PhD, DACZM
Última revisión/modificación jun 2022

Los mamíferos marinos son sensibles a todos los grupos principales de parásitos, incluyendo nematodos, trematodos, cestodos, ácaros, pulgas y acantocéfalos. La experiencia clínica con muchos de ellos es limitada, mientras que otros se observan con frecuencia en los ejemplares recientemente capturados.

Acantocéfalos de mamíferos marinos

Los cetáceos son el hospedador principal de Bolbosoma spp, pero pueden infestarse con parásitos del género Corynosoma, cuyos hospedadores principales son los pinnípedos y las nutrias marinas. Se ha descrito Bolbosoma spp en pinnípedos. Corynosoma enhydra solo se ha detectado en nutrias marinas.

El diagnóstico se efectúa por la detección de huevos en las heces, aunque la clínica de la enfermedad y el tratamiento no están bien documentados. Se han descrito tres especies de Profilicollis (presentes también en aves) en nutrias marinas como causantes de peritonitis secundaria a perforación intestinal. La muerte suele producirse antes de que el parásito ponga los huevos. El diagnóstico ante mortem es problemático; el líquido peritoneal puede mostrar evidencia de inflamación.

El tratamiento exitoso es muy raro y muy intensivo, e implica una rehidratación y realimentación muy lentas de las nutrias afectadas, además de medicamentos antimicrobianos y gastroprotectores.

Acariasis de mamíferos marinos

Ácaros nasales y pulmonares: los ácaros nasales y pulmonares se encuentran en las focas fócidas y otáridas. Los ciclos vitales de estos ácaros no se conocen completamente.

Los ácaros pulmonares causan toses con crepitaciones. Los ácaros nasales pueden producir descarga nasal, pero poco molesta aparentemente. Las infestaciones por ácaros se han asociado con lesiones extensas y ásperas de la laringe de los cetáceos, pero se desconocen sus implicaciones y su tratamiento.

El diagnóstico se establece mediante la identificación del ácaro en las secreciones nasales o el esputo.

Las infecciones se han eliminado rápidamente con ivermectina (200 mcg/kg, SC, repetida después de 2 semanas). En cautividad, el tratamiento de los animales infectados elimina el problema en las instalaciones sin necesidad de un tratamiento ambiental.

Sarna demodécica: se ha diagnosticado sarna demodécica en leones marinos y osos polares de California. Los factores predisponentes en los pinnípedos son desconocidos. Los ácaros no se transmiten fácilmente por contacto entre los animales.

Las lesiones no pruríticas y alopécicas con hiperqueratosis, descamación y excoriación se producen en las aletas y otras superficies corporales que contactan con el sustrato. En los casos crónicos se observa una infección bacteriana secundaria que evoluciona a piodermia.

El diagnóstico se establece mediante raspados dérmicos profundos y la identificación del ácaro.

El tratamiento es el mismo que en los perros.

Son muy sensibles a la ivermectina, así como a los insecticidas organoclorados. El polvo de rotenona también es eficaz. Se debe sacar al animal afectado del agua, para que se seque antes de espolvorearlo, y se debe mantener fuera del agua durante ≥12 h. Se debe repetir el tratamiento en 10-12 días. Los animales en cautividad pueden estar libres de parásitos siempre que no se introduzcan nuevas fuentes de infestación.

Pediculosis de mamíferos marinos

Los piojos chupadores son frecuentes en los pinnípedos silvestres. Los piojos se pueden observar macroscópicamente y se transmiten con facilidad.

Las infestaciones graves pueden causar anemia grave.

Son muy sensibles a la ivermectina, así como a los insecticidas organoclorados. El polvo de rotenona también es eficaz. Se debe sacar al animal afectado del agua, para que se seque antes de espolvorearlo, y se debe mantener fuera del agua durante ≥12 h. Se debe repetir el tratamiento en 10-12 días. Los animales en cautividad pueden estar libres de parásitos siempre que no se introduzcan nuevas fuentes de infestación.

Vermes pulmonares de mamíferos marinos

Los vermes pulmonares son frecuentes en los pinnípedos y los cetáceos. Los leones marinos pueden tener Parafilaroides decorus, mientras que Otostrongylus circumlitus suele parasitar a las focas. Este último parásito también se ha encontrado en los corazones de algunas fócidos, aunque no produce microfilaremia. Ambos parásitos usan a los peces como hospedadores intermediarios. Hay al menos cuatro especies de nematodos pulmonares en diferentes cetáceos hospedadores, incluyendo Halocercus lagenorhynchi, que ha causado infecciones prenatales en delfines mulares.

La infección por nematodos pulmonares se puede diagnosticar analizando las heces o las mucosidades bronquiales. El diagnóstico de O circumlitus en elefantes marinos es complicado. La mortalidad se produce tras la aparición de los signos generalizados de letargo, deshidratación y neutrofilia, que suele suceder antes de que la parasitación sea evidente y el primer estadio larvario pueda detectarse en el esputo o las heces.

Los primeros signos de parasitosis pulmonar son la anorexia, la tos y, a veces, la expectoración de mucosidad con sangre. Las infecciones por nematodos pulmonares suelen permanecer subclínicas durante largos periodos, los signos clínicos solo aparecen cuando el animal se debilita por otras razones.

El tratamiento de la infestación por P decorus consiste en agentes mucolíticos administrados por vía intratraqueal, antimicrobianos para tratar cualquier neumonía bacteriana concomitante, ivermectina o moxidectina (ambas a 0,2 mg/kg) y prednisona o dexametasona simultánea dado que la muerte parasitaria puede causar inflamación grave.

Se ha descrito con cierto éxito el tratamiento basado en la administración intratraqueal de fosfato de levamisol (5 mg/kg, intratraquealmente, cada 24 h durante 5 días). Sin embargo, puede ser más eficaz un tratamiento combinado con ivermectina y fenbendazol administrados 3 días después de haber iniciado una terapia con dexametasona, antibióticos y agentes mucolíticos. Los nematodos pulmonares de los cetáceos son probablemente sensibles al levamisol y a la ivermectina. Sin embargo, las muertes súbitas de dos belugas tras la administración IM de fosfato de levamisol sugieren que la administración de este fármaco por esta vía puede estar contraindicada. Un porcentaje de pinnípedos también muestra reacciones neurológicas tras la administración intramuscular de levamisol; por este motivo se recomienda aplicarlo PO o SC.

En cautividad, las infecciones por nematodos pulmonares suelen ser autolimitantes si las larvas no utilizan el pescado fresco como hospedador intermediario. La administración de pescado congelado previene la reinfección.

Dirofilariosis de mamíferos marinos

Los gusanos del corazón del género Acantocheilonema son un hallazgo frecuente en la necropsia de pinnípedos. Las fócidos se infestan por A spirocauda, y los otarios se infectan subcutáneamente por A odenhali. La transmisión de A spirocauda se cree que se produce a través del piojo de la foca (Echinophthirius horridus). Ambos grupos de pinnípedos pueden estar infestados por el gusano del corazión canino, Dirofilaria immitis, en las zonas endémicas. No obstante, los fócidos son hospedadores poco frecuentes.

La dirofilariosis se diagnostica mediante la identificación de microfilarias en la sangre, aunque es necesaria una evaluación cuidadosa, ya que las microfilarias benignas de A odenhali son frecuentes en los otáridos y pueden confundirse con Dirofilaria. Se cree que la transmisión se produce por los mismo mosquitos que pican a los perros.

Una terapia progresiva con fosfato de levamisol hasta alcanzar una dosis alta (40 mg/kg PO, cada 24 h durante 1 semana) ha erradicado con éxito la infección en pinnípedos cautivos, con la ventaja de que se puede administrar por vía oral. La prevención en las zonas endémicas ha tenido éxito con la administración oral en la comida de ivermectina (a dosis de perro) mensualmente o dietilcarbamazina (3,3 mg/kg) semanalmente durante la época de mosquitos.

Otros nematodos de mamíferos marinos

Anasakidae: Anasakidae es una familia de nematodos patógenos que se encuentran en el estómago de los mamíferos marinos. Causan la formación de granulomas en sus zonas de adherencia y pueden llegar a producir pérdida de sangre, ulceración y, finalmente, perforación y peritonitis. El pescado crudo es considerado como la fuente de infección más frecuente. Las parasitaciones por Contracaecum spp son frecuentes en cetáceos y pinnípedos silvestres. Los osos polares en cautividad son propensos a sufrir una parasitación importante por áscaris.

El diagnóstico se suele establecer mediante la evaluación fecal.

Los nematodos gástricos pueden tratarse con éxito con diclorvos (30 mg/kg, PO, administrado dos veces, con un intervalo de 10 días), fenbendazol (11 mg/kg, PO, dos veces, con un intervalo de 10 días) o mebendazol (9 mg/kg, PO, administrado dos veces, con un intervalo de 10 días). Se puede considerar la ivermectina o el pirantel.

Anquilostomas: se han encontrado anquilostomas (Uncinaria spp) en pinnípedos. Solo se conocen parasitaciones graves en lobos marinos. Las crías de lobo marino recién nacidas se infectan a través del calostro y la infección se suele resolver por sí sola sin intervención. El disofenol (12,5 mg/kg, SC) o la ivermectina (100 mcg/kg, SC), han sido eficaces contra estos parásitos.

Crassicauda: se han encontrado muchas especies de un nematodo espirúrido de gran tamaño (Crassicauda spp) en los senos craneales, vasos principales, riñones y conductos de las glándulas mamarias de los cetáceos.

No se ha descrito ningún tratamiento que haya tenido éxito, aunque es posible el uso de parasiticidas sistémicos. El requerimiento de dos hospedadores intermediarios en estas especies de nematodos posibilita que las parasitaciones en cautividad sean con frecuencia autolimitantes.

Cestodosis de mamíferos marinos

Diphyllobothrium pacificum se encuentra con frecuencia en leones marinos. Se cree que las parasitaciones graves causan obstrucción intestinal. En los fócidos se observan con frecuencia parasitaciones por D lanceolatum. Diplogonoporus tetrapterous se suele detectar en todos los pinnípedos. En los cetáceos se observan frecuentemente parasitaciones por Tetrabothrium forsteri y Strobilocephalus triangularis. Los cetáceos también presentan con frecuencia quistes subcutáneos de cestodos distribuidos por la grasa. Suelen ser las formas larvarias de los cestodos de los tiburones y no suelen tener relevancia clínica. Se han descrito varias especies de cestodos en nutrias marinas y osos polares, pero no parecen tener una importancia clínica.

El diagnóstico se basa en la flotación fecal o la visualización del parásito en las heces.

La administración de praziquantel (10 mg/kg, PO, una vez) es un tratamiento eficaz.

Trematodosis de mamíferos marinos

Las parasitaciones por trematodos son frecuentes en pinnípedos y cetáceos. Nasitrema spp se ha observado en los conductos nasales y en los senos de los cetáceos.

Los huevos de estos trematodos se han asociado con focos necróticos en el cerebro de animales que mostraban un comportamiento anómalo y se han considerado como causa de neumonía localizada en cetáceos. Las infecciones a menudo se acompañan de halitosis y mucosidad marrón alrededor del orificio nasal y, en ocasiones, de tos. El diagnóstico se basa en la observación de los huevos operculados típicos de los trematodos en hisopos nasales o heces.

El tratamiento con praziquantel oral (10 mg/kg, PO, dos tratamientos separados por un intervalo de 1 semana) suele ser eficaz. Se puede prevenir la reinfección si los animales no se alimentan con pescado fresco o vivo.

Zalophotrema hepaticum es un trematodo hepático importante en leones marinos de California. Causa hipertrofia biliar y fibrosis hepática.

Los signos clínicos se suelen observar en animales adultos e incluyen ictericia, letargo y anorexia. La bilirrubinemia y el incremento de las enzimas hepáticas séricas son hallazgos frecuentes. El diagnóstico se basa en la identificación de los huevos del trematodo en las heces.

El tratamiento con praziquantel (10 mg/kg) o con bitional (20 mg/kg) ha tenido éxito.

Otros trematodos colonizan el estómago, intestino, hígado, páncreas y otros órganos abdominales de los mamíferos marinos. La fibrosis pancreática debida a la trematodiasis es un hallazgo frecuente durante la necropsia.

Coccidiosis de mamíferos marinos

Se han encontrado coccidios (Eimeria phocae) en focas comunes con diarrea sanguinolenta y mortal. El desarrollo de un cuadro clínico por este parásito es poco frecuente, a no ser que el hospedador se estrese con la captura, el manejo o los cambios durante la cría. Se han identificado al menos dos nuevas especies de coccidios intestinales en leones marinos de California. Cystoisospora delphini se ha descrito como causa de enteritis en el delfín mular. Sin embargo, también se considera que no esté asociado con cuadros clínicos. E trichechi se ha descrito en el manatí del Amazonas (Trichechus inunguis), y E nodulosa en el manatí de Florida. No están asociados a enfermedad.

Estos coccidios probablemente sean sensibles a fármacos anticoccidiales (p. ej., el amprolio) utilizados en otras especies. ( ver Coccidiosis.)

Sarcocystis de mamíferos marinos

Sarcocystis neurona presenta una alta prevalencia en la población californiana de nutrias marinas y también se encuentra comúnmente en fócidos y leones marinos de California. También se han documentado algunos casos en morsas y cetáceos en cautividad. La infección puede ser subclínica o provocar una grave encefalitis caracterizada por signos neurológicos generalizados. Se ha descrito el éxito del tratamiento de una foca de puerto en cautividad y algunas nutrias marinas con enfermedad neurológica después del tratamiento prolongado con ponazurilo (5-10 mg/kg, PO, cada 24 horas durante 60 días).

Sarcocystis spp se han detectado en la musculatura de muchos cetáceos, otarios y fócidos. No parecen estar asociados con signos clínicos reconocidos. Sin embargo, a diferencia de los fócidos y las nutrias marinas, los leones marinos de California pueden desarrollar una polimiositis debilitante que produce una atrofia muscular grave. El diafragma, los músculos intercostales y el esófago a menudo están muy afectados y se puede sospechar que los animales tienen enfermedad pulmonar. Se ha descrito el éxito del tratamiento en un león marino de California adulto con miositis utilizando ponazurilo (10 mg/kg, PO, cada 24 h) durante 28 días y prednisolona en los primeros 5 días de tratamiento. Después del tratamiento de múltiples leones marinos adicionales, es probable que esté justificada una pauta de tratamiento más prolongada, y el hallazgo de megaesófago es un indicador de mal pronóstico. Sarcocystis spp también se han asociado con hepatitis necrotizante mortal en fócidos, otáridos, odontocetos y osos polares.

Toxoplasmosis de mamíferos marinos

Se ha descrito la infección por Toxoplasma gondii en muchas especies de mamíferos marinos, pero se sabe que infecta en particular a la población de nutrias marinas de California, causando una enfermedad que varía desde una infección subclínica hasta una encefalitis grave. También se ha descrito meningoencefalitis mortal por T gondii en un manatí de Florida y enfermedad diseminada en manatíes antillanos. La encefalitis por Toxoplasma spp también se ha descrito en las focas comunes, focas monjes, y lobos marinos del norte. La toxoplasmosis diseminada se ha descrito en leones marinos de California. La transmisión transplacentaria se ha descrito en un calderón gris. Toxoplasma gondii se ha descrito en delfines mulares, calderones grises (Grampus griseus), delfines listados (Stenella coeruleoalba) y delfines giradores. Los análisis serológicos están permitiendo detectar una amplia variedad de hospedadores en los mamíferos marinos, incluyendo los osos polares.

La toxoplasmosis debe considerarse como un diagnóstico diferencial para cualquier mamífero marino con enfermedad del SNC, y el diagnóstico en animales vivos se basa por lo general en pruebas serológicas además de en los signos clínicos. El diagnóstico mediante prueba de PCR en sangre o LCR puede intentarse, pero puede arrojar resultados falsos negativos. La coinfección con otros protozoos parásitos no es infrecuente.

No se han descrito tratamientos satisfactorios, especialmente porque T gondii forma a menudo quistes tisulares resistentes a los fármacos en el SNC, pero se puede alcanzar un estado de remisión tras el tratamiento oral con ponazurilo y trimetoprima-sulfamidas durante 3-4 semanas.