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Acumulación reticulorruminal de leche ("bebedores ruminales") en terneros

PorIngrid Lorenz, DMV, PhD, DECBHM, Bavarian Animal Health Service
Última revisión/modificación jun 2022

    La acumulación de leche reticulorruminal ("bebedor ruminal") es una afección en la que la leche se ingiere directamente en el rumen debido a un fallo del reflejo de la gotera esofágica, lo que produce acidosis ruminal en terneros con una dieta líquida. El trastorno se presenta como una enfermedad crónica primaria (síndrome de acidosis ruminal) en terneros, y en su forma aguda como una complicación secundaria a diferentes enfermedades neonatales, más frecuentemente diarrea neonatal. También se conocen casos de corderos alimentados artificialmente.

    El surco reticular o gotera esofágica es una estructura muscular que se extiende desde el cardias hasta el orificio reticuloomasal. Su correcto cierre es una condición previa para el paso directo de la leche ingerida o del lactorreemplazante al abomaso. Cuando el surco reticular no se cierra parcial o completamente, la leche se derrama en el reticulorrumen y se fermenta a ácidos grasos de cadena corta o ácido láctico. El descenso subsiguiente del pH del contenido ruminal (a veces hasta un pH <4) conduce a grados variables de inflamación de la mucosa de los preestómagos y del abomaso. En los casos crónicos, la hiperqueratosis o la paraqueratosis de la mucosa ruminal pueden producir un deterioro de la motilidad ruminal con timpanismo crónico o recurrente. Además, se ha observado una atrofia de las vellosidades intestinales y una disminución de la actividad enzimática del borde en cepillo con mala digestión y malabsorción.

    Las consecuencias sistémicas de la acidosis ruminal aguda se deben principalmente a la absorción de ácidos orgánicos desde el tracto GI. En particular, los L y D-isómeros del ácido láctico pueden producir acidosis metabólica con la acumulación de D lactato debido a la ausencia de una enzima específica para su metabolismo en los mamíferos. Se ha descubierto que esta acumulación de D lactato es responsable de signos clínicos como letargo, ataxia y debilidad general.

    La disfunción primaria de la gotera esofágica se produce como resultado de situaciones estresantes (p. ej., transporte prolongado, agrupamiento o cambio en las técnicas de alimentación), especialmente en terneros alimentados con cubos. Los signos clínicos suelen aparecer algunas semanas después de la llegada de los terneros a las unidades de cebo y se caracterizan por inapetencia, letargo, crecimiento deficiente, pérdida de pelo, timpanismo recurrente, distensión abdominal ventral y evacuación de heces arcillosas. Se pueden oír sonidos de salpicaduras de líquido en la sucusión del flanco izquierdo. La recuperación del contenido ruminal fermentado por sonda gástrica es diagnóstica. En estos casos crónicos avanzados, el pronóstico es desfavorable. Si la enfermedad se detecta a tiempo, la alimentación con pequeños volúmenes de leche con un biberón o un cubo puede tener éxito. Además, el cierre de la gotera esofágica puede activarse permitiendo que el ternero chupe un dedo antes de ofrecerle la leche.

    La acidosis ruminal aguda secundaria a otros trastornos se produce con mayor frecuencia en terneros con diarrea neonatal; sin embargo, también ocurre en otras enfermedades dolorosas o debilitantes. En estos casos, el cuadro clínico suele estar dominado por la enfermedad subyacente. En los casos de ruminitis grave, los terneros pueden rechinar los dientes, arquear el lomo y mostrar una ligera distensión abdominal. La alimentación forzada de terneros inapetentes o principalmente anoréxicos también puede causar acidosis ruminal o empeorar la situación proporcionando sustrato para una mayor fermentación.

    El pronóstico de la acumulación de leche reticulorruminal secundaria depende principalmente del éxito del tratamiento de la enfermedad subyacente. Los terneros con acidosis metabólica y deshidratación debido a diarrea neonatal se suelen recuperar espontáneamente de la acumulación reticulorruminal de leche después de un tratamiento adecuado, y la afección suele pasar desapercibida. En los terneros que han sido alimentados a la fuerza o que no responden al tratamiento como se esperaba, se debe considerar la acumulación de leche reticulorruminal y examinar el líquido ruminal. La extracción del contenido y el lavado con agua tibia por sonda gástrica pueden ser beneficiosos, especialmente después de una alimentación forzada prolongada. La profilaxis frente a la acumulación reticulorruminal de leche consiste en el tratamiento precoz de los terneros enfermos, técnicas de alimentación adecuadas y la reducción del estrés en los terneros adquiridos.