VERSIÓN PARA PROFESIONALES
Los perros jóvenes pueden tener un trastorno de dismotilidad esofágica sin megaesófago evidente. Los signos clínicos pueden ser similares a los del megaesófago, aunque algunos perros sin signos clínicos presentan una motilidad anormal durante un esofagograma. En un estudio, en más de la mitad de los casos, la afección mejoró o se resolvió con la edad. Las razas terrier estaban sobrerrepresentadas.
Los gatos también pueden tener disfunción esofágica, que puede ser idiopática, congénita o secundaria a miastenia gravis, masas mediastínicas, anomalías del anillo vascular, disautonomía y estenosis. Muchos gatos mejoran con el tratamiento médico, como el uso de sucralfato, H2-bloqueantes y metoclopramida.