La diarrea en el caballo adulto puede ser aguda o crónica. Entre los agentes infecciosos que se han citado como causantes potenciales de diarrea aguda en los caballos adultos se incluyen numerosas serovariedades de Salmonella, Neorickettsia risticii, Clostridium difficile, C perfringens, Aeromonas spp, coronavirus y la ciatostomiasis.
Aunque se puede determinar una causa definitiva de diarrea en <50 % de los casos, el tratamiento de la mayoría de los caballos y potros con diarrea es, afortunadamente, de carácter inespecífico y de apoyo. El tratamiento terapéutico eficaz de la diarrea equina es posible a pesar de la falta de un diagnóstico definitivo en muchos casos.
La diarrea que persiste >1 mes se considera crónica y a menudo es un problema de difícil diagnóstico. La diarrea crónica puede estar causada por procesos inflamatorios o neoplásicos que afectan al intestino o por la interrupción de los procesos fisiológicos normales que tienen lugar en este. El diagnóstico diferencial debe incluir la enteropatía por arena y las lesiones infiltrativas, como las asociadas a la enfermedad inflamatoria intestinal o al linfosarcoma intestinal.
Las afecciones no inflamatorias del colon también pueden causar diarrea. Entre estas se incluye la fermentación anómala en el colon mayor, que es potencialmente el resultado de la alteración de la flora o del medio intestinal posterior al tratamiento antimicrobiano, a cambios en la dieta o a etiologías desconocidas. Las causas no intestinales de diarrea crónica incluyen enfermedad hepática crónica, abscesos intraabdominales y, a veces, ulceración gástrica. En estos casos, el diagnóstico se ha de enfocar en diferenciar las enfermedades infiltrativas del intestino de las causas fisiológicas de diarrea.
El coronavirus se ha identificado en las heces de potros normales y en aquellos con enfermedad intestinal. Sin embargo, ha habido brotes recientes de diarrea y cólicos en caballos adultos atribuidos al coronavirus. Los signos clínicos incluyen anorexia, letargo y fiebre. En algunos casos se observan cólicos y cambios en la consistencia fecal. En ocasiones, la progresión rápida conduce a la muerte (o a la eutanasia), pero la mayoría de los casos se resuelven con cuidados de apoyo. El diagnóstico se basa en la detección del microorganismo en las heces mediante PCR en tiempo real, microscopía electrónica y aislamiento del virus. La neutropenia y la linfopenia son las anomalías hematológicas más frecuentes.
Debido al elevado volumen del colon y el ciego de los caballos, se pueden producir pérdidas masivas de líquidos en periodos de tiempo muy cortos. Por eso, la diarrea en caballos adultos puede aparecer como un episodio explosivo con una morbilidad y una mortalidad que superan las asociadas a enfermedades diarreicas en otros animales y en personas.