Ocasionalmente se identifican masas duras de grasa necrótica en la cavidad peritoneal de bovinos maduros, especialmente de las razas Jersey y Guernsey, Japonesa Negra y del ganado vacuno que pastorea festuca durante largos periodos. La necrosis grasa abdominal también se ha observado en cabras y algunas especies de ciervos mantenidos en pastos compuestos principalmente por Festuca arundinacea. Estas masas se suelen confundir con un feto en desarrollo en la palpación rectal porque se perciben como "corchos flotantes" similares a los cotiledones. Los signos clínicos son poco frecuentes; sin embargo, en los casos en los que están presentes muchas masas, una obstrucción intestinal extraluminal puede dar lugar a episodios de dolor abdominal moderado, distensión del intestino proximal y disminución de la producción fecal.
La composición de los depósitos en el ganado vacuno con necrosis grasa es idéntica a la de la grasa en vacas sanas. El depósito anormal de grasa se limita a la cavidad abdominal. El conocimiento actual sugiere que la etiología de las necrosis de grasa abdominal es diferente de la de los depósitos de grasa en otras partes del organismo. La necrosis grasa se ha denominado históricamente lipomatosis; sin embargo, este término ya no es apropiado porque las masas no son neoplásicas ni hiperplásicas.
La etiología específica se desconoce; una causa propuesta es el consumo de alimentos que contienen altas concentraciones de ácidos grasos saturados de cadena larga. La necrosis grasa se observa con mayor frecuencia en el ganado vacuno de carne de ≥2 años de edad tras el pastoreo prolongado de festuca alta infectada por el endofito Neotyphodium (Acremonium) coenophialum; la necrosis grasa se asocia con tasas de infección por endofitos ≥65 %. La necrosis grasa se observa en todo el sudeste de EE. UU., donde la festuca alta es la principal planta de pastoreo. El exceso de condición corporal, los factores genéticos y la falta de ejercicio pueden estar asociados con la necrosis grasa en el ganado vacuno.
Se forman masas duras de grasa necrótica en el epiplón, el mesenterio y la grasa perirrenal. Las masas suelen ser planas y rara vez pedunculadas, y pueden causar signos clínicos cuando comprimen el abomaso, el intestino delgado y el colon espiral, obstruyen el canal del parto o, más raramente, comprimen los uréteres.
La palpación rectal es útil para el diagnóstico y para determinar la prevalencia en un rebaño. Los casos avanzados en las vacas lecheras mayores pueden detectarse mediante la técnica de barrido abdominal con la identificación de grandes masas duras en el abdomen. La exploración ecográfica del abdomen revela la presencia de masas hiperecoicas de tamaño variable en el epiplón, con masas libres o localizadas que parecen flotar en un exceso de líquido peritoneal. Las masas hiperecoicas adyacentes al intestino pueden asociarse con constricción luminal. Se puede establecer un diagnóstico presuntivo de necrosis de la grasa abdominal mediante biopsia guiada por ecografía de las masas ecogénicas o por biopsia directa durante la laparotomía exploratoria del flanco derecho. Con menor frecuencia, durante la cirugía pueden encontrarse masas de grasa aisladas flotando libremente en el líquido peritoneal.
El tamaño de las masas suele aumentar lentamente; sin embargo, puede producirse una resolución espontánea. La retirada del ganado vacuno de los pastos de festuca o la dilución de la ingesta de festuca mediante el suministro de pastos de leguminosas u otros forrajes herbáceos puede producir una lenta reducción de las masas. La isoprotiolona (50 mg/kg por día, por vía oral, durante 8 semanas) aumenta la lipólisis de los tejidos adiposos e inhibe el depósito de lípidos en los adipocitos, lo que disminuye supuestamente el tamaño de las lesiones de necrosis grasa en el ganado vacuno Negro Japonés.
En los rebaños de ciervos afectados, el 90 % de las hembras puede presentar necrosis grasa. Los signos clínicos incluyen la aparición gradual de anorexia, depresión y uremia debido a grandes masas de grasa abdominal necrótica que obstruyen los uréteres; esta última causa hidrouréter e hidronefrosis.
Una segunda forma de necrosis de la grasa abdominal en animales domésticos no tan bien definida, parece estar relacionada con problemas pancreáticos. Aunque no se asocian a un signos clínicos específicos, las lesiones (masas discretas o confluentes de tejido adiposo necrótico) suelen limitarse a la grasa peripancreática. Sin embargo, también se pueden encontrar lesiones de necrosis grasa en todo el abdomen.
Una tercera forma, una necrosis focal de la grasa abdominal y retroperitoneal (esteatitis o enfermedad de la grasa amarilla) se observa con mayor frecuencia en ovejas, pero también en cerdos, caballos, gatos y otras especies. Se dispone de poca información sobre la afección en estas especies; sin embargo, la radiografía abdominal o la ecografía transabdominal pueden ayudar a identificar la necrosis focal en los gatos.