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Bronconeumonía bacteriana en ovejas y cabras

Revisado/Modificado sept 2022

Mannheimia haemolytica y Pasteurella multocida son frecuentemente responsables de la bronconeumonía en cabras y ovejas jóvenes en crecimiento, con signos clínicos que van desde una depresión leve y enfermedad respiratoria hasta la muerte aguda. El tratamiento se basa en la administración rápida y eficaz de antimicrobianos y en cuidados de apoyo; la prevención consiste en un manejo y una cría adecuados.

La bronconeumonía producida por Pasteurella multocida o Mannheimia haemolytica tiene una distribución craneoventral en el pulmón y afecta a las ovejas y cabras de todas las edades en todo el mundo. Los animales jóvenes en la época del destete se ven especialmente afectados. Es una causa frecuente de morbilidad y mortalidad en los corderos y cabritos, especialmente en aquellos que no han recibido un calostro adecuado o en los que la inmunidad pasiva está en descenso. La enfermedad parece darse más frecuentemente en animales que han sufrido un estrés reciente, como el transporte, el destete, el cambio de dieta o la mezcla con animales de otras explotaciones. Bibersteinia (anteriormente Pasteurella) trehalosi causa septicemia y bronconeumonía en corderos y también se ha descrito como agente causante de bronconeumonía en terneros y cabras. (Véase también Pasteurelosis en ovejas y cabras.)

Etiología de la bronconeumonía bacteriana en ovejas y cabras

Los microorganismos P multocida y M haemolytica son comensales del tracto respiratorio superior que pueden causar neumonía tanto por sí solos como junto con otros microorganismos. Las infecciones primarias por los patógenos respiratorios, como la parainfluenza de tipo 3 (PI-3), los adenovirus, el virus respiratorio sincitial, Bordetella parapertussis o en particular Mycoplasma ovipneumoniae, parecen predisponer a la infección secundaria por Pasteurella y Mannheimia.

Patogénesis de la bronconeumonía bacteriana en ovejas y cabras

El estrés parece ser un factor importante que permite que Pasteurella, Mannheimia, Mycoplasma spp y otras bacterias y virus se multipliquen y alteren los mecanismos normales de defensa física, lo que facilita la invasión del tejido pulmonar y el desarrollo de neumonía. En los terneros, la función de los macrófagos alveolares está afectada tras una neumonía viral. Como resultado, la eliminación de los patógenos bacterianos inhalados disminuye, lo que les permite establecerse. Las interacciones hospedador-patógeno producen daño tisular, especialmente debido a la afluencia masiva de neutrófilos. Dado que se trata de neutrófilos lisados, liberan enzimas que causan más daño al tejido pulmonar. Este mecanismo puede ser semejante al de la neumonía por Pasteurella y Mannheimia en el ganado bovino.

Hallazgos clínicos de la bronconeumonía bacteriana en ovejas y cabras

La enfermedad respiratoria aguda causada por M haemolytica es poco frecuente en ovejas adultas, a menos que exista un problema predisponente, como el adenocarcinoma pulmonar ovino u otra infección viral. Los signos clínicos incluyen depresión de inicio agudo, letargo e inapetencia, que están relacionados con una endotoxemia profunda. La muerte súbita puede producirse sin que se hayan observado signos clínicos. Por lo general, las ovejas afectadas se separan del restos del rebaño y se pueden capturar y sujetar fácilmente. Al acercarse, pueden mostrar un aumento de la frecuencia respiratoria con esfuerzo abdominal.

Por lo general, las ovejas afectadas presentan fiebre (>40,5 °C). Las membranas mucosas están congestionadas y puede haber signos de deshidratación, como ojos hundidos y una duración prolongada del pliegue cutáneo. La auscultación no suele revelar cambios dignos de mención más allá de un aumento de la frecuencia respiratoria. Las contracciones del rumen están reducidas o ausentes. Puede haber evidencia de diarrea. Se puede observar líquido espumoso alrededor de la boca durante las etapas terminales.

Lesiones

Se producen hemorragias equimóticas subcutáneas en la garganta y las costillas. Los pulmones están pesados, hinchados y de color rojo púrpura en los casos hiperagudos, y las vías respiratorias contienen espuma manchada de sangre. Los casos de mayor duración muestran consolidación craneoventral y pleuroneumonía fibrinosa.

Diagnóstico de la bronconeumonía bacteriana en ovejas y cabras

  • Cultivo bacteriano.

En la necropsia, comprobar si el tejido pulmonar se hunde (neumonía) o flota (normal) sigue siendo una prueba de detección útil para neumonías debidas a Pasteurella o Mannheimia. En los casos agudos, los cultivos obtenidos de hisopos o lavados traqueales o de tejido pulmonar o nódulos linfáticos asociados son diagnósticos. El examen histológico es útil, especialmente si también se sospechan otros tipos de neumonía (p. ej., la neumonía por retrovirus intersticial en las ovejas y cabras adultas). En casos crónicos, los cultivos bacterianos pueden ser menos concluyentes; Pasteurella o Mannheimia pueden ser el problema inicial, pero los resultados de los cultivos tomados posteriormente pueden mostrar Trueperella pyogenes, un patógeno terciario común y agente causante de abscesos pulmonares.

Tratamiento y control de la bronconeumonía bacteriana en ovejas y cabras

  • Antimicrobianos

  • Cuidados de apoyo

  • Vacunación

  • Manejo ambiental

Siempre que sea posible, el tratamiento de las neumonías por Pasteurella y Mannheimia se debe basar en los cultivos bacterianos y la sensibilidad a los antimicrobianos, especialmente en los brotes en explotaciones o lotes, cuando están implicados animales valiosos o en los casos agudos o crónicos cuando los intentos terapéuticos iniciales han fracasado. Los patrones de sensibilidad de los aislados pueden variar considerablemente. Los antimicrobianos comúnmente recomendados incluyen la oxitetraciclina (10 mg/kg, IM o IV, cada 24 horas, de un producto de acción prolongada; o 20 mg/kg, IM o IV, 1 vez, de un producto de acción prolongada), el florfenicol (20 mg/kg, IM, cada 48 horas; o 40 mg/kg, SC, 1 vez), el ceftiofur (2,2 mg/kg, IM, cada 24 horas durante 3-5 días) y la tilosina (10-20 mg/kg, IM, cada 12-24 horas). La tilmicosina (solo para uso en ovejas), la tulatromicina y otros antimicrobianos macrólidos también pueden usarse; sin embargo, pueden ser bastante más caros, y la tilmicosina presenta un alto riesgo de lesiones y muerte en los casos de exposición humana. Los casos agudos pueden también beneficiarse del uso de AINE (p. ej., flunixino meglumin, meloxicam, o ketoprofeno) para el control de la endotoxemia y la inflamación. Las opciones de tratamiento pueden verse condicionadas por la disponibilidad y la legalidad de los antimicrobianos según la región.

Los brotes de neumonía se han asociado a una ventilación inadecuada, el hacinamiento, la mezcla con animales procedentes de varias explotaciones (situaciones de cebadero o de los lugares de venta), la mala nutrición, el fallo de la transferencia pasiva de anticuerpos, el transporte y otros factores estresantes. El control y la prevención dependen de la corrección de los factores predisponentes y de la pronta respuesta a los casos clínicos.

Para la prevención de la pasteurelosis, las vacunas que incorporan proteínas reguladas por hierro son las mejores. Dado que estas proteínas son antigénicamente similares, confieren protección cruzada frente a múltiples serotipos. Las ovejas reproductoras requieren un ciclo primario de dos dosis con un intervalo de 4-6 semanas, seguidas de un refuerzo anual 4-6 semanas antes del parto. Sin embargo, este régimen de vacunación solo proporciona inmunidad pasiva a los corderos durante un máximo de 5 semanas. Los corderos pueden protegerse con dos dosis de vacuna administradas a partir de los 10 días de edad, ya que los anticuerpos calostrales no interfieren con el desarrollo de la inmunidad activa.

Puntos clave

  • Los animales jóvenes, estresados y mezclados tienen mayor riesgo de bronconeumonía por Pasteurella o Mannheimia.

  • La administración rápida y eficaz de antimicrobianos es esencial para el éxito del tratamiento.

  • La prevención se basa en buenas prácticas de manejo y vacunación.