Los cambios repentinos en la dieta, el destete, el polvo, los altos niveles de amoníaco, la mala ventilación en general, la inmunidad y la mezcla de grupos de edad muy divergentes con un estado vacunal cuestionable desempeñan un papel importante en los brotes de enfermedades respiratorias en grupos de animales. Debe evitarse o minimizarse el estrés y la mezcla de animales de varios orígenes. Para reducir al mínimo los brotes de neumonía o controlarlos es importante establecer la identificación individual de los animales y la exactitud en el diagnóstico clínico o post mortem, y mantener registros precisos sobre los diagnósticos y tratamientos. El transporte a largas distancias es otro factor de estrés que desempeña un papel importante en la patogenia de las infecciones respiratorias en grandes animales.
La inmunización puede ayudar a controlar la infección respiratoria. No obstante, el control puede verse comprometido por la inoportunidad, el uso de vacunas ineficaces o inadecuadas o sobrecogedoras prácticas de manejo negativas. En la mayoría de los casos, las agresiones graves a las defensas naturales no pueden revertirse más tarde mediante agentes terapéuticos ni productos biológicos.
Las superficies mucosas de las vías respiratorias contienen folículos linfoides que intercambian células con otras partes del cuerpo. Sin embargo, la mayoría de los linfocitos del revestimiento de las vías respiratorias producen solamente IgA, mientras que las células en los nódulos linfáticos de las vías respiratorias producen IgM e IgG. Según el agente implicado, se producen distintas respuestas inmunomediadas por células y por anticuerpos en las vías respiratorias, como la opsonización, la aglutinación, la inmovilización, la neutralización de las toxinas y virus, el bloqueo de la adherencia celular, la lisis y la quimiotaxis. El tipo de respuesta inmunitaria varía en función de la edad, la especie y el medio para responder a los mecanismos específicos de virulencia de los agentes patógenos responsables.
Las especies varían en cuanto al tipo de respuesta inmunitaria disponible en diferentes zonas de las vías respiratorias. Las gotitas grandes de antígeno pueden inmunizar las vías aéreas superiores con IgA, pero pueden ser necesarias pequeñas partículas de replicación para inmunizar las vías inferiores. Para desarrollar concentraciones adecuadas de anticuerpos, protectoras del pulmón, muchas veces se requiere el uso de dosis repetidas de antígenos con adyuvante o un antígeno de replicación. Estos resultados rara vez se logran en condiciones de campo (p. ej., los estudios hechos en el campo usando vacunas respiratorias en el ganado vacuno no han demostrado una eficacia estadísticamente significativa).
El manejo ambiental es una parte esencial del tratamiento en las enfermedades respiratorias alérgicas. Por ejemplo, los signos clínicos en caballos con arcadas (obstrucción recurrente de las vías respiratorias) o bovinos con neumonitis por hipersensibilidad pueden controlarse eficazmente evitando la exposición a los mohos presentes en el heno.