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Displasia laríngea en caballos

(Defecto del cuarto arco branquial, desplazamiento rostral del arco palatofaríngeo)

PorBonnie R. Rush, DVM, MS, DACVIM
Revisado/Modificado jul 2023

La displasia laríngea equina es un síndrome congénito reconocido en caballos de varias razas. También conocida como enfermedad del cuarto arco branquial, este síndrome implica una malformación del desarrollo de las estructuras laríngeas formadas a partir del cuarto y, ocasionalmente, sexto arco branquial. La aplasia o hipoplasia de diversas estructuras laríngeas puede producirse unilateral o bilateralmente, pero los defectos suelen ser del lado derecho. Se han identificado numerosas anomalías del desarrollo que afectan a los cartílagos cricoides y tiroides y a los músculos faríngeos.

Las anomalías del desarrollo más frecuentes son:

  • Malformaciones de los cartílagos tiroides y cricoides.

  • Ausencia de articulaciones cricotiroideas y cricoaritenoideas.

  • Hipoplasia o aplasia de los músculos cricotiroideo o cricofaríngeo.

  • Malformación de los músculos del esfínter esofágico superior.

Los signos clínicos de la displasia laríngea pueden aparecer primero en potros o caballos adultos, y la gravedad de los signos clínicos depende de la extensión del defecto, de las estructuras específicas afectadas y del uso del caballo. El signo clínico más frecuente es el ruido respiratorio durante el ejercicio, aunque también se ha descrito disnea, intolerancia al ejercicio, disfagia y eructos leves o cólicos (secundarios a aerofagia). En algunos caballos, la displasia laríngea se diagnostica como un hallazgo accidental.

El diagnóstico a menudo se puede establecer mediante palpación laríngea y endoscopia (en reposo o dinámica). La endoscopia dinámica es esencial para evaluar la función laríngea durante el ejercicio y para las decisiones de pronóstico y tratamiento. La ecografía o la radiografía laríngea son útiles para confirmar el diagnóstico. La TC o la RM son la herramienta diagnóstica más precisa.

Los hallazgos diagnósticos pueden incluir:

  • Palpación de la laringe compatible con una articulación cricotiroidea ausente: espacio palpable entre los cartílagos cricoides y tiroides; ausencia de una o ambas alas del cartílago tiroides.

  • Exploración endoscópica en reposo o dinámica: reducción de la abducción aritenoidea del lado derecho (más frecuente), colapso de las cuerdas vocales, desplazamiento rostral del arco palatofaríngeo y colapso del pliegue aritenoides.

  • Radiografía: dilatación de la cricofaringe con una columna continua de aire desde la faringe hasta el esófago cervical.

  • Ecografía laríngea: ausencia de articulación cricotiroidea, extensión dorsal del cartílago tiroides.

Se han propuesto numerosos abordajes de tratamiento quirúrgico, como la ventriculocordectomía, la aritenoidectomía, la laringoplastia y la termoplastia con láser. La elección del tratamiento y el resultado dependen de la naturaleza y gravedad de las anomalías estructurales y de los objetivos del rendimiento deportivo. En general, es poco probable que los caballos afectados se conviertan en atletas eficaces.

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