Las lesiones o la muerte por electrocución pueden estar causadas por un rayo, la caída de un cable eléctrico, circuitos eléctricos defectuosos u otras. La muerte suele ser consecuencia de un paro cardiaco o respiratorio. Además de la muerte súbita, los signos pueden incluir quemaduras, pérdida temporal del conocimiento en los casos leves y fracturas o lesiones musculares por contracciones graves. El diagnóstico puede depender de pruebas circunstanciales, como la localización de los grupos de animales afectados y la ausencia de otros signos de enfermedad. Para los animales que sobreviven al evento inicial, se recomiendan cuidados de apoyo.
El daño o la muerte de un animal a causa de la exposición a un alto voltaje eléctrico puede ser consecuencia de un rayo, la caída de un cable eléctrico, circuitos eléctricos defectuosos o por morder un cable eléctrico. La electrocución debido al alcance por un rayo es estacional y suele estar restringida geográficamente. La investigación de una posible electrocución siempre debe realizarse con precaución, porque la electrificación resultante de cables de transmisión rotos, por ejemplo, aún puede estar presente. Una vez que el lugar es realmente seguro, la investigación debe incluir la localización de los animales muertos, el examen de todos los animales afectados y la necropsia de los que murieron. Además, debido a la inevitable reclamación del seguro, se deben tomar fotografías del lugar de la muerte.
Algunas clases de árboles de gran porte, como los robles o los de altura elevada y amplia distribución de raíces por la superficie de la tierra, suelen verse alcanzados por los rayos con mayor frecuencia que los demás. La electrificación de sus raíces carga una amplia superficie, en particular cuando el terreno está húmedo; el paso de raíces cargadas debajo de un charco de agua poco profundo hace que se electrifique. Un desagüe puede dispersar la carga eléctrica a lo largo de su curso. Un cable del tendido eléctrico caído o combado también puede electrocutar a los animales, ya sea por contacto directo o bien al electrificar una acumulación de agua, vallas o construcciones. Existen diferencias en la conductividad del suelo; el barro, la arena, la arcilla, el mármol y los suelos calizos son buenos conductores (en orden decreciente), mientras que el suelo rocoso no lo es.
Los rayos varían en intensidad y en los objetos que caen cerca del rebaño. Estas características, junto con la localización de los animales, influyen en gran medida en que las lesiones sean externas o internas. Estos factores determinan si se puede establecer un diagnóstico definitivo o circunstancial.
La electrocución accidental de animales de granja en establos o confinamientos próximos a menudo se produce por una deficiente instalación del sistema eléctrico. La electrificación de un montante de línea de agua o de las instalaciones del conducto de la leche, o un conducto metálico o un guía metálica, pueden distribuir una corriente eléctrica por el establo que puede causar signos de falta de agua o rechazo del alimento.
La muerte por descarga eléctrica suele ser consecuencia de un paro cardiaco o respiratorio. El paso de la corriente a través del corazón suele producir fibrilación ventricular, mientras que la implicación del SNC puede afectar al centro respiratorio o a otros centros vitales.
Hallazgos clínicos en caídas de rayo y electrocución en animales
Existen varios grados de electrocución. En la mayoría de los casos de electrocución por impacto de rayo, la muerte es instantánea y el animal cae sin oponer resistencia alguna. Ocasionalmente, el animal pierde el conocimiento, pero puede recuperarse en unos minutos o varias horas; los signos nerviosos residuales (p. ej., depresión, paraplejia, hiperestesia cutánea, ceguera) pueden persistir durante días, semanas o permanentemente.
En ~90 % de los casos de electrocución por rayo se observan quemaduras en el cadáver, daños en el entorno más próximo o ambos, pero son menos frecuentes si el animal se electrocuta por contacto con superficies electrificadas. Las quemaduras tienden a ser lineales y son más frecuentes en la cara interna de las extremidades, aunque en muy contadas ocasiones puede estar afectada gran parte de la superficie corporal.
Debajo de las marcas de quemaduras, la congestión capilar es frecuente; el patrón arbóreo característico de la electrocución por rayos puede apreciarse mejor desde el lado dérmico de la piel por la presencia de extravasaciones subcutáneas de sangre. En los animales que se recuperan es raro encontrar quemaduras.
Los animales de menor tamaño, como los cerdos, que entran en contacto con bebederos electrificados o tendidos eléctricos, pueden morir de forma instantánea o verse lanzados a cierta distancia por la fuerza de la descarga. Los cerdos electrocutados a menudo están recostados y pueden haber sufrido fracturas de raquis, pelvis o extremidades, como consecuencia de graves contracciones musculares.
Diagnóstico de caída de rayo y electrocución en animales
Cortesía del Dr. Roy Lewis, Westlock Veterinary Clinic.
El diagnóstico puede depender de pruebas circunstanciales.
El diagnóstico casi siempre se ve facilitado por la evidencia circunstancial, es decir, la localización del cadáver y la ausencia de cualquier proceso patológico cuando se examina en la necropsia. Sin embargo, muchas veces, los cadáveres no se encuentran inmediatamente y la autólisis post mortem puede evitar una necropsia significativa. Por lo tanto, la presencia de animales muertos debajo de un árbol, o cerca de un vallado de alambre o agrupados alrededor de un poste de la luz, es una clara evidencia de electrocución por caída de un rayo incluso en ausencia de pruebas físicas como la corteza de un árbol quemada recientemente o el resquebrajamiento de palos o tablas en una cerca, o cualquier lesión visible en el cadáver. La magnitud, duración y dirección de la corriente, el relámpago o la explosión producirán grados variables de evidencia histopatológica interna o externa.
El rigor mortis se desarrolla y desaparece muy rápido. La dilatación post mortem del rumen se produce rápidamente y debe diferenciarse del timpanismo ruminalante mortem; en ambos casos, la sangre tiende a coagularse lentamente o no se coagula en absoluto. Las mucosas del tracto respiratorio superior, incluidos los cornetes y los senos paranasales, están congestionadas y hemorrágicas; son frecuentes la presencia de hemorragias lineales en la tráquea, y ocasionalmente encontramos grandes coágulos de sangre en la tráquea, pero los pulmones no se encuentran comprimidos como en el timpanismo. El resto de las vísceras están congestivas y podemos encontrar petequias y equimosis en muchos órganos.
Debido a la distensión ruminal post mortem, la sangre, escasamente coagulada, se desplaza a las áreas periféricas del cadáver, lo que origina una extravasación de sangre a los músculos y a los nódulos linfáticos superficiales de la cabeza, el cuello y las extremidades anteriores, y en menor grado en los cuartos traseros.
Probablemente, la mejor indicación de muerte instantánea es la presencia de heno u otro alimento en la boca del animal; otros datos que lo evidencian son la presencia de ingesta normal (especialmente en el rumen), escasez de ingesta espumosa (timpanismo espumoso) y la presencia de heces normales en el tracto digestivo posterior y ocasionalmente en el suelo detrás del animal. Si, por ejemplo, el rayo ha golpeado la tierra cercana, el examen minucioso de las extremidades puede proporcionar la única evidencia física de la patología. Pocos trastornos que afectan al ganado causarán una muerte tan aguda con los animales agrupados en un área pequeña.
Los animales de granja con frecuencia están asegurados contra las electrocuciones por rayos, y el perito de la compañía aseguradora o el veterinario destinado a firmar el parte del seguro deberían observar detenidamente las circunstancias antes de iniciar la reclamación. El investigador debe cerciorarse de que el animal realmente murió en la localización de alto riesgo y de que no se le ha trasladado después de la muerte. Esto podría hacerse para sacar ganancias o para confundir deliberadamente la investigación. De manera similar, el examen de la información meteorológica reciente que confirma las tormentas, si está disponible, es una parte importante del proceso para fundamentar una reclamación al seguro. Una descripción bien documentada del lugar donde ha muerto el animal y los resultados de un examen de necropsia suelen ser aceptables para respaldar una reclamación al seguro por electrocución por rayos.
Tratamiento del alcance por rayo y electrocución en animales
Aquellos animales que logran sobrevivir requerirán una terapia sintomática y de apoyo. La eutanasia está indicada para aquellos animales recostados con fracturas o con graves lesiones musculares.
Puntos clave
Las lesiones o la muerte de animales a causa de la exposición a un alto voltaje eléctrico puede ser consecuencia de un rayo, la caída de un cable eléctrico, circuitos eléctricos defectuosos u otras causas.
El diagnóstico a menudo se basa en pruebas circunstanciales.
Aquellos animales que logran sobrevivir requerirán una terapia de apoyo.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre caída de rayo y electrocución.