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Introducción a la tuberculosis en animales

PorNuno Santos, PhD
Revisado/Modificado mar 2023

La tuberculosis es una enfermedad zoonótica infecciosa causada por Mycobacterium tuberculosis y el complejo Mycobacterium avium. Suele ser una enfermedad crónica y debilitante; sin embargo, los signos varían entre especies. El diagnóstico se basa en la respuesta inmunitaria celular y la identificación del microorganismo mediante cultivo o pruebas moleculares. El tratamiento se basa en un tratamiento prolongado de un cóctel de antimicrobianos y a menudo no se intenta en animales, debido a problemas de salud pública.

La tuberculosis es una enfermedad granulomatosa infecciosa de animales y humanos que se debe a bacilos acidorresistentes del género Mycobacterium, particularmente el complejo Mycobacterium tuberculosis (tuberculosis humana y de mamíferos) y el complejo Mycobacterium avium (tuberculosis aviar).

Aunque habitualmente se define como una enfermedad crónica y debilitante, la tuberculosis a veces puede adoptar un curso agudo, de progresión rápida. La enfermedad afecta muchas especies de vertebrados. La aparición generalizada de cepas multirresistentes (MDR) y de cepas extensivamente resistentes (XDR) de M tuberculosis es de interés para los clínicos y los funcionarios de la salud pública y los organismos reguladores implicados en el control de la enfermedad.

La tuberculosis bovina se ha erradicado en algunos países, pero está resurgiendo en otros, a menudo como resultado del establecimiento de comunidades de múltiples hospedadores que incluyen animales silvestres y de producción distintos del ganado vacuno. La tuberculosis bovina es todavía una enfermedad zoonótica importante en países sin programas de control del ganado vacuno y sin pasteurización extensiva de la leche. Los signos clínicos y las lesiones suelen ser similares en todas las especies.

Etiología de la tuberculosis en animales

El género Mycobacterium comprende más de 170 especies, la mayoría de las cuales son microorganismos ambientales.

  • Los principales tipos reconocidos de complejos de Mycobacterium tuberculosis (bacilos de la tuberculosis de los mamíferos) son M tuberculosis, M canettii, M bovis, M caprae, M pinnipedii, M microti, M mungi, M suricattae, M africanum y el bacilo del dassie y el bacilo del chimpancé, que aún no han sido denominados.

  • El complejo Mycobacterium avium incluye M avium avium (bacilo de la tuberculosis aviar), M avium hominissuis (aislado de personas, cerdos y otros mamíferos), y M intracellulare, entre otras especies.

Los tipos difieren en características durante el cultivo y en patogenicidad.

Todos los tipos de Mycobacterium pueden producir infección en especies hospedadoras distintas a la suya.

  • M tuberculosis es el más específico de hospedador; produce enfermedad progresiva solo en raras ocasiones en otros animales que no sean humanos y primates (principalmente perros, cerdos, ganado vacuno y elefantes).

  • M bovis puede causar enfermedad progresiva en muchas especies de mamíferos, incluidos los humanos.

  • M caprae, un organismo estrechamente relacionado con M bovis, se ha aislado de personas, cabras, ganado vacuno y otras especies silvestres en Europa.

  • M avium avium es la especie de mayor importancia en aves; sin embargo, tiene una amplia variedad de hospedadores y también es patógeno para los cerdos, el ganado vacuno, las ovejas, los cérvidos, el visón, los perros, los gatos, ciertos animales exóticos con pezuña y algunos animales de sangre fría.

  • M avium hominissuis es la causa de la tuberculosis en humanos inmunodeprimidos, cerdos y otros animales.

  • M intracellulare causa enfermedad en animales de sangre fría y se ha aislado en muchas otras especies.

Patogenia de la tuberculosis en animales

La ruta principal de infección de la tuberculosis es la inhalación de gotículas infectadas procedentes de los pulmones; sin embargo, las bacterias también pueden ingerirse, especialmente a través de la leche, el agua o los alimentos contaminados. La transmisión a través de mordeduras infecciosas es frecuente en los tejones. Otros métodos de infección, como el intrauterino o el coital, tienen menor incidencia.

Los bacilos inhalados son fagocitados por los macrófagos alveolares, que pueden eliminar la infección o permitir la proliferación de la micobacteria. En el último caso, puede formarse un granuloma, que consiste en macrófagos muertos y degenerados rodeados de células epitelioides, granulocitos, linfocitos y, finalmente, células gigantes multinucleadas. El centro necrótico de purulento a caseoso puede calcificarse y la lesión puede rodearse de tejido de granulación y una cápsula fibrosa (formando un "tubérculo").

Las lesiones granulomatosas iniciales en el órgano y los nódulos linfáticos regionales se conocen como el "complejo primario". La infección por vía oral puede conducir a un complejo primario en la faringe o en los nódulos linfáticos mesentéricos o, con menor frecuencia, en las amígdalas o los intestinos. La composición celular y la presencia de bacilos acidorresistentes en las lesiones tuberculosas difieren entre las distintas especies hospedadoras. Las infecciones latentes, donde las micobacterias sobreviven en un estado no replicativo dentro de los granulomas, son frecuentes en la tuberculosis humana y pueden darse en la tuberculosis animal, especialmente en los tejones.

El complejo primario puede permanecer estable durante largos periodos o puede progresar lenta o rápidamente. La diseminación a través del torrente sanguíneo y de las vías linfáticas puede ser generalizada y causar rápidamente la muerte, como en la tuberculosis miliar aguda. Las lesiones nodulares pueden aparecer en muchos sitios, como la pleura, el peritoneo, el hígado, los riñones, el bazo, los huesos, la glándula mamaria, el aparato reproductor y el SNC. También puede presentar un curso prolongado y crónico, con lesiones cuyo patrón de distribución suele ser más localizado.

En los cerdos, las lesiones debidas a M avium hominissuis o M avium avium se dan con mayor frecuencia en los nódulos linfáticos asociados con el tracto GI. Sin embargo, se produce una enfermedad generalizada que afecta al hígado, los pulmones y el bazo.

Hallazgos clínicos de la tuberculosis en animales

La expresión de la enfermedad en los animales infectados por tuberculosis puede variar de latente y subclínica a grave, reflejando la extensión y localización de las lesiones. Los signos clínicos generales incluyen emaciación progresiva, letargo, debilidad, anorexia, diarrea y febrícula fluctuante.

La bronconeumonía de la forma respiratoria de la enfermedad tiene como resultado una tos crónica, intermitente y húmeda, con signos posteriores de disnea y taquipnea. Las lesiones degenerativas producidas por la bronconeumonía granulomatosa pueden detectarse mediante auscultación y percusión. Puede haber un aumento de tamaño de los nódulos linfáticos superficiales y abscesos drenantes. Los nódulos linfáticos más profundos afectados no siempre pueden palparse; sin embargo, pueden causar una obstrucción por compresión de las vías respiratorias, la faringe y el intestino, lo que produce disnea y timpanismo ruminal.

Diagnóstico de la tuberculosis en animales

  • Respuesta inmunitaria celular.

  • Identificación del patógeno mediante cultivo o pruebas moleculares.

La prueba diagnóstica más importante para la tuberculosis es la prueba intradérmica de la tuberculina. Los derivados proteicos purificados (PPD) preparados a partir del filtrado de cultivo de M bovis o M avium. La respuesta de hipersensibilidad de tipo retardado del hospedador es responsable, en gran medida, de la patología de la tuberculosis, y es esencial en la prueba intradérmica de la tuberculina utilizada de forma generalizada para el diagnóstico de la enfermedad en animales de producción. Para la prueba de la tuberculina intradérmica única, el animal se inocula con PPD bovinos. En un reactor (es decir, un animal que reacciona a la prueba), el antígeno estimula un infiltrado local de células inflamatorias y causa tumefacción de la piel que puede detectarse mediante palpación y medirse con calibradores. La reacción se lee a las 48-72 horas para visualizar la sensibilidad máxima y a las 96 horas para la especificidad máxima.

Los sitios de prueba varían en sensibilidad y localización anatómica; incluyen la región del cuello, el pliegue caudal en la base de la cola y el labio vulvar. Una desventaja de la SITT bovina es que pueden producirse reacciones cruzadas en animales infectados con M. kansasii, M. avium, M. tuberculosis, M. avium paratuberculosis, u otras micobacterias que comparten algunos determinantes antigénicos con M. bovis.

En zonas con una alta incidencia de tuberculosis aviar u otras infecciones micobacterianas como la paratuberculosis, se puede utilizar la prueba de la tuberculina intradérmica única comparativa (SCITT), con tuberculinas PPD biológicamente equilibradas inoculadas simultáneamente en zonas separadas en el cuello. El agente que induce la sensibilización provoca la reacción cutánea más intensa.

Es posible observar falsos negativos en animales con una respuesta inmunitaria deficiente, como aquellos que se encuentran en un estadio temprano de infección, en casos no respondedores de enfermedad avanzada o en los animales de más edad. Las vacas con partos recientes pueden de igual forma presentar resultados falsos negativos.

Los signos clínicos pueden dirigir el diagnóstico, pero no son patognomónicos, incluso en casos avanzados. La radiografía, la tomografía computarizada, la citología y la prueba de PCR de la capa leucocitaria o de los exudados pueden ser útiles en los primates no humanos y en los animales de compañía. Puede emplearse el examen microscópico del esputo y otras secreciones para dirigir las investigaciones diagnósticas. Los hallazgos de necropsia de los granulomas son a menudo muy indicativos de la enfermedad.

El diagnóstico se confirma mediante el aislamiento y la identificación del microorganismo, con un cultivo que suele tardar entre 4 y 15 semanas, o por prueba de PCR. Las técnicas de genotipado molecular, como la tipificación de espoligotipos, la tipificación de repetición en tándem de número variable y la secuenciación del genoma completo, son útiles para realizar investigaciones epidemiológicas.

Las pruebas celulares in vitro (es decir, la prueba del interferón gamma) con leucocitos estimulados con antígeno de M bovis pueden complementar la prueba intradérmica de la tuberculina, ampliamente utilizada. En muchos países, sin embargo, no se han generalizado debido a su coste y a la necesidad de realizar ensayos celulares en el laboratorio durante las 24 horas (preferiblemente durante las 8 horas) siguientes a la recogida de las muestras de sangre.

A pesar del menor papel de una respuesta inmunitaria humoral en la tuberculosis, las pruebas serológicas como el ELISA funcionan bien en cerdos y se han desarrollado pruebas de flujo lateral para un cóctel de antígenos en varias especies, incluidos los elefantes.

Control de la tuberculosis en animales

  • Control: prueba y eliminación y vigilancia en mataderos.

  • Tratamiento: rara vez se intenta en animales de compañía y especies en peligro debido al riesgo zoonótico.

El principal reservorio de la infección por M bovis es el ganado vacuno. Sin embargo, la tuberculosis bovina a menudo persiste en una comunidad de múltiples hospedadores que incluye animales silvestres y otros animales domésticos: tejones, cérvidos y jabalíes en Europa; ciervos, zarigüeyas y hurones en Nueva Zelanda; cérvidos y el bisonte americano en América del Norte; el búfalo africano en Sudáfrica; y el búfalo de agua en Australia. El control es particularmente complicado cuando M bovis o M caprae están presentes en una comunidad de varios hospedadores.

Los carnívoros y carroñeros pueden contraer M bovis consumiendo canales infectadas o interactuando con animales afectados de otras especies. Estas especies incluyen el hurón tejón euroasiático, el mapache, el león, el coyote, el lobo, la hiena, el guepardo, el oso negro, el gato montés y el leopardo. Los cerdos silvestres, los facóqueros y los jabalíes son particularmente sensibles a la contaminación ambiental por M bovis.

Los principales abordajes para el control de la tuberculosis en los animales de producción son la prueba y el sacrificio y la vigilancia en mataderos. La prueba y eliminación se basa en pruebas programadas rutinariamente, después de las cuales se sacrifican los reactores a la prueba de la tuberculina intradérmica o a la prueba de interferón gamma. Como alternativa, se pueden llevar a cabo la prueba y el sacrificio antes del transporte de cualquier animal o lote. En un rebaño afectado, se aconseja realizar la prueba cada 2 meses para eliminar del rebaño a los animales que puedan diseminar la infección.

Son útiles las medidas higiénicas rutinarias destinadas a limpiar y desinfectar los locales contaminados, así como una estricta bioseguridad. La prueba y el sacrificio son obligatorios en muchos países, y en algunos casos dan lugar a la erradicación. En algunos países, donde las pruebas y la eliminación no son prácticas, se han utilizado estrategias de prueba y separación para el control.

En los animales de compañía, el tratamiento puede controlar la progresión de la enfermedad, pero debe realizarse con precaución debido a problemas de salud pública. El agente causal debe identificarse mediante el cultivo de las biopsias de la lesión y se ha de vigilar la eliminación de micobacterias infecciosas.

No se dispone de una vacuna antituberculosa fiable para ninguna especie. Se han desarrollado vacunas vivas atenuadas, inactivadas por calor, de subunidades proteicas y de ADN; sin embargo, no se administran, en parte porque interfieren con las pruebas diagnósticas utilizadas en los programas de erradicación.

Potencial zoonótico de la tuberculosis en animales

Todos los miembros del complejo M tuberculosis son patógenos zoonóticos capaces de infectar a los humanos. La carga de la tuberculosis zoonótica puede ser sustancial en entornos de bajos recursos donde no se han implementado programas de erradicación y pasteurización de la leche. Los pastores, los trabajadores de los mataderos y los manipuladores de carne de caza corren mayor riesgo.

La carga global de tuberculosis zoonótica no se reconoce debido a la incapacidad de los procedimientos estándar de laboratorio para diferenciar los casos humanos de tuberculosis zoonótica de los casos generales de tuberculosis. Las lesiones zoonóticas de la tuberculosis suelen tener una localización extrapulmonar que puede dificultar el diagnóstico. Los fallos del tratamiento son más frecuentes en la tuberculosis zoonótica.

Puntos clave

  • Las bacterias causantes de la tuberculosis se suelen transmitir por inhalación o ingestión, lo que da lugar a lesiones granulomatosas en los pulmones y en los nódulos linfáticos cefálicos, torácicos o mesentéricos.

  • Los signos son inespecíficos. El diagnóstico se basa en la prueba de la tuberculina intradérmica, la prueba del interferón gamma o la identificación específica del microorganismo mediante cultivo o pruebas moleculares.

  • El control en los animales de producción se basa en la prueba y el sacrificio y la vigilancia en los mataderos. El tratamiento de animales de compañía y animales silvestres en cautividad en peligro de extinción a menudo no se intenta debido a problemas de salud pública.

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