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Septicemia hemorrágica en búfalos de agua y ganado vacuno

PorDerek A. Mosier, DVM, PhD, DACVP
Revisado/Modificado oct 2021

La septicemia hemorrágica (SH) es una enfermedad de los búfalos de agua y del ganado vacuno en las regiones tropicales causada por serotipos específicos de Pasteurella multocida. Se producen formas asintomáticas, neumónicas y diseminadas (endotoxémicas), a menudo con malestar agudo y mortalidad elevada. Sin embargo, el tratamiento antimicrobiano muy temprano en la enfermedad puede reducir la mortalidad. El diagnóstico definitivo exige el aislamiento de P multocida serotipos B:2 o E:2 o detección mediante pruebas de serotipos capsulares moleculares y somáticos.

La septicemia hemorrágica (SH) es una forma aguda y muy mortal de pasteurelosis que afecta principalmente al búfalo de agua, al ganado vacuno y al bisonte. Se trata de una enfermedad animal incluida en la lista de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y se considera la enfermedad bacteriana más importante económicamente de los búfalos de agua y el ganado vacuno en las zonas tropicales de Asia, particularmente en la India y otras partes del sudeste de Asia donde las poblaciones de búfalos de agua son elevadas. La enfermedad es más devastadora para los pequeños granjeros, donde la cría y las prácticas preventivas son deficientes y el manejo de pastos libres es común. La SH es también una enfermedad importante en África y Oriente Medio, con brotes esporádicos en el sur de Europa. Los únicos brotes confirmados de SH en América tuvieron lugar en bisontes en el Parque Nacional de Yellowstone, el más reciente en 1965-1967. La SH natural se da con poca frecuencia en cerdos, ovejas y cabras, y se ha descrito en camellos, elefantes, rinocerontes, caballos, asnos, yaks y varias especies de ciervos y otros rumiantes silvestres.

Etiología de la septicemia hemorrágica

La SH clásica según la definición de la OMSA está causada por Pasteurella multocida serotipos B:2 y E:2 (sistema de clasificación de Carter y Heddleston), que corresponden a los serotipos 6:B y 6:E del sistema de clasificación Namioka-Carter. El serotipo B:2 se ha identificado en la mayoría de las áreas donde la enfermedad es endémica, mientras que el serotipo E:2 se ha encontrado solo en África. La pasteurelosis septicémica que es clínicamente similar a la SH está causada por una amplia variedad de serotipos de P multocida. La pasteurelosis septicémica se ha descrito con mayor frecuencia en rumiantes silvestres y se produce en áreas geográficas no afectadas por la SH, como EE. UU., Europa, Reino Unido, Australia y Canadá.

Transmisión, epidemiología y patogenia de la septicemia hemorrágica

Se ha estimado que las tonsilas de hasta el 5 % de los búfalos de agua y del ganado vacuno sanos están colonizadas por P multocida serotipos B:2 o E:2, que pueden excretarse durante periodos de estrés. Los factores estresantes más comunes asociados con los brotes de SH incluyen temperatura y humedad elevadas, infección concomitante (hemoparásitos o fiebre aftosa), malnutrición o carga de trabajo elevada. Aunque los brotes pueden producirse en cualquier momento, las epidemias más graves tienen lugar durante la temporada de lluvias. El aumento de los brotes asociados con lluvias abundantes se debe muy probablemente a los múltiples factores estresantes presentes durante este tiempo y a las condiciones de humedad, que prolongan el tiempo de supervivencia del microorganismo en el medio ambiente.

La infección se produce por contacto con secreciones orales o nasales infectadas de animales portadores sanos o de animales con enfermedad clínica, o por ingestión de alimentos o agua contaminados. La infección comienza en las tonsilas y los tejidos nasofaríngeos adyacentes. Posteriormente, la bacteriemia conduce a la diseminación y al crecimiento rápido de bacterias en varias localizaciones, lesión tisular, una respuesta de citocinas del hospedador y liberación de lipopolisacáridos que da lugar a una endotoxemia que progresa rápidamente. Los signos clínicos pueden aparecer 1-3 días después de la infección y la muerte puede producirse en las 8-24 h posteriores a la aparición de los primeros signos clínicos.

En las zonas endémicas, la SH afecta a terneros mayores y adultos jóvenes, y la morbilidad y la mortalidad son variables. En áreas no endémicas pueden producirse epizootias con una alta morbilidad y mortalidad que puede alcanzar el 100 %. El búfalo de agua tiende a tener una mayor morbilidad con una enfermedad clínica más grave que el ganado vacuno. La recuperación puede estimular la inmunidad adquirida frente a cepas homólogas y a menudo heterólogas de P multocida, y algunos de estos animales se convierten en portadores sanos que pueden ser una fuente de infección para futuros brotes.

Hallazgos clínicos de la septicemia hemorrágica

En los casos hiperagudos de SH que causan la muerte en 8-24 horas, los animales suelen presentar fiebre, hipersalivación, secreción nasal y dificultad respiratoria; sin embargo, debido a la corta duración de la enfermedad, estos signos clínicos pueden pasarse por alto fácilmente. La enfermedad aguda puede persistir hasta 3 días, y con menor frecuencia hasta 5 días, y se caracteriza por fiebre de 40-41,1 °C, apatía o inquietud y resistencia a moverse, hipersalivación, lagrimeo, secreción nasal que comienza como serosa y progresa a mucopurulenta. También se observa tumefacción subcutánea en la región faríngea que se extiende a la parte ventral del cuello y el pecho (y algunas veces a las extremidades anteriores), dificultad respiratoria progresiva, cianosis, postración terminal y, a veces, dolor abdominal con diarrea.

Lesiones

La lesión característica de la SH es la tumefacción del tejido subcutáneo y del músculo de la región submandibular, el cuello y el pecho por un líquido edematoso claro o sanguinolento. También puede haber líquido de seroso a serofibrinoso en el tórax, el pericardio y la cavidad abdominal. Por lo general, existe una congestión generalizada con petequias y equimosis en los tejidos y en las superficies serosas, especialmente en los aparatos respiratorio, gastrointestinal y urinario. Las hemorragias petequiales son especialmente frecuentes en los nódulos linfáticos retrofaríngeos y cervicales. En algunos casos puede aparecer congestión pulmonar y edema, a veces con neumonía intersticial, y gastroenteritis.

Diagnóstico de la septicemia hemorrágica

  • Diagnóstico clínico basado en la anamnesis y los signos clínicos y las lesiones características.

  • Diagnóstico de laboratorio basado en cultivos y análisis de sangre

El diagnóstico clínico de la SH en áreas endémicas se basa en la anamnesis, los fallos en la vacunación, las condiciones ambientales y la presencia de los signos clínicos y lesiones característicos de la enfermedad. Aunque los brotes típicos de SH no son difíciles de reconocer en regiones endémicas, en el diagnóstico diferencial es preciso considerar la salmonelosis aguda, el ántrax y las intoxicaciones no infecciosas. Los casos esporádicos son más difíciles de diagnosticar clínicamente y se podrían confundir con carbunco sintomático, tormenta eléctrica o mordedura de serpiente.

El diagnóstico definitivo de la SH se basa en el aislamiento de P multocida serotipos B:2 o E:2 (u otros serotipos menos comunes reconocidos por la OMSA como causantes de la SH) de la sangre y de los tejidos de un animal con signos típicos. Otros serotipos de P multocida pueden provocar una enfermedad similar a la SH en el ganado vacuno y en los búfalos de agua, y deben diferenciarse de la SH clásica. Para identificar estos serotipos, en Asia y África se ha utilizado la prueba de inmunidad pasiva del ratón con el uso de suero de conejo inmune específico frente a B:2 y E:2. Algunos laboratorios disponen de pruebas más exactas, como las pruebas de hemaglutinación indirecta, coaglutinación y ensayos de inmunodifusión. Más recientemente, se han utilizado técnicas moleculares, como la electroforesis en gel de campo pulsado, Southern blots, amplificación isotérmica mediada por bucle y los protocolos basados en PCR, para diferenciar entre serotipos capsulares y somáticos. Las técnicas de PCR son más factibles para su uso en áreas endémicas y pueden utilizarse con varias muestras, como sangre, tejidos o bacterias de cultivos en caldo o placa.

Tratamiento y prevención de la septicemia hemorrágica

  • Antimicrobianos administrados al principio de la enfermedad

  • Vacunación

Los antimicrobianos son eficaces frente a la SH si se administran en una fase muy temprana de la enfermedad. Sin embargo, dado que la SH progresa rápidamente, el tratamiento a menudo no tiene éxito. Durante los brotes, se debe tratar a cualquier paciente con fiebre con antimicrobianos intravenosos tan pronto como sea posible para obtener rápidamente concentraciones bactericidas antimicrobianas sistémicas. Se han usado eficazmente varias sulfamidas, tetraciclinas, penicilina, gentamicina, kanamicina, ceftiofur, enrofloxacino, tilmicosina y cloranfenicol para tratar la SH. Sin embargo, la resistencia a múltiples fármacos mediada por plásmidos y cromosomas parece estar aumentando en algunas cepas de P multocida, y se ha descrito resistencia a las tetraciclinas y a la penicilina para el serotipo B:2.

Las vacunas muertas se usan con mayor frecuencia para la prevención e incluyen las bacterinas, las vacunas precipitadas con alumbre y las vacunas en gel de hidróxido de aluminio y las vacunas con adyuvantes oleosos. En los animales de >3 años de edad se recomienda administrar dos dosis iniciales, con un intervalo de 1-3 meses, seguidas de vacunaciones de refuerzo una o dos veces al año. La vacuna con adyuvante oleoso proporciona protección durante 9-12 meses y se administra anualmente. Es más eficaz cuando se administra 1 mes antes de la estación del monzón o de las lluvias. Aunque proporciona la inmunidad más potente, es impopular en el campo debido a su viscosidad y dificultad de administración. Las vacunas oleosas combinadas con polisorbato 80 o saponina también se han utilizado en un intento de aumentar la facilidad de administración o la protección inmunitaria.

Las vacunas de gel de hidróxido de aluminio y precipitadas de alumbre que se usan habitualmente tienen una duración de inmunidad más corta (aproximadamente 4-5 meses con una eficacia protectora variable), por lo que se recomiendan revacunaciones dos veces al año. Es importante que las vacunas estén elaboradas a partir de cepas de P multocida circulantes en las regiones de uso previsto para obtener la máxima eficacia. La inmunidad materna puede interferir con la eficacia de la vacuna en los terneros.

Las vacunas atenuadas o vivas modificadas se han utilizado con cierto éxito. Una vacuna viva, avirulenta e intranasal preparada a partir de P multocida serotipo B:3(4) de gamo parece ser eficaz; sin embargo, esta vacuna se ha asociado a brotes esporádicos y virulencia en animales jóvenes. También se han investigado experimentalmente varias vacunas vivas modificadas y de subunidades preparadas a partir de componentes bacterianos purificados o recombinantes, pero no están ampliamente disponibles.

El fallo de la vacunación para controlar la SH se debe con frecuencia a una cobertura vacunal inadecuada (<70 %), principalmente debido a los sistemas de manejo variables que dificultan la vacunación anual. En muchos casos, la vacunación se practica solo frente a un brote usando una vacuna de bacterina (caldo o gel) para una rápida cobertura en el área afectada, seguida de vacunación en anillo usando la vacuna con adyuvante oleoso. La OMSA ha recomendado el establecimiento de zonas libres de enfermedad (ausencia de enfermedad durante 3 años), de modo que la vacunación pueda centrarse en las áreas donde la infección es habitual. El uso de vacunas vivas atenuadas intranasales también se ha sugerido como un medio para aumentar la cobertura de la vacuna mediante la autovacunación de aquellos animales en contacto con animales vacunados.

Riesgo zoonótico de septicemia hemorrágica

Los serotipos de P multocida que causan SH no se han encontrado en infecciones en humanos. No obstante, dado que muchos serotipos de P multocida tienen el potencial de infectar a las personas, deben ponerse en práctica medidas profilácticas adecuadas cuando se esté trabajando con casos sospechosos de SH o enfermedades similares a la SH.

Puntos clave

  • La SH es predominantemente una enfermedad del búfalo de agua y del ganado vacuno en las zonas tropicales, causada por los serotipos de P multocida B:2 y E:2.

  • La SH puede presentarse de forma asintomática, neumónica o diseminada; la endotoxemia asociada con la enfermedad diseminada (bacteriémica) se asocia a menudo a una mortalidad elevada.

  • Hay vacunas disponibles; sin embargo, la vacunación a menudo tiene un éxito variable en el campo.

  • El tratamiento antimicrobiano administrado por vía IV poco después del inicio de la enfermedad puede reducir la mortalidad.

Para más información

  • World Organization for Animal Health (OIE), Manual of Diagnostic Tests and Vaccines for Terrestrial Animals, chapter 3.4.10: Haemorrhagic septicemia OIE, Paris, 2019.

  • World Organization for Animal Health (OIE), Terrestrial Animal Health Code, chapter 11.7: Haemorrhagic septicemia

  • Brown C. and Torres A. (eds.) US Animal Health Association Foreign Animal Diseases,: Hemorrhagic septicemia,"pp 297-300. Committee of Foreign and Emerging Diseases of the US Animal Health Association, 2008.

  • Spickler, A R. "Hemorrhagic septicemia," Center for Food Security and Public Health, Ames, IA, 2019.