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Salmonelosis en animales

PorWalter Grünberg, DVM, PhD, DECAR, DECBHM
Última revisión/modificación ago 2020

La salmonelosis es una infección por bacterias de Salmonella spp. Afecta a la mayoría de las especies animales, así como a los humanos, y es un importante problema de salud pública. La presentación clínica puede variar desde un estado de portador crónico sano hasta pacientes con enteritis aguda o crónica y septicemia. El diagnóstico se establece mediante el aislamiento del patógeno, lo cual puede suponer un reto debido a que la diseminación bacteriana en los portadores crónicos se produce de forma intermitente y a que un aislamiento único del patógeno de un individuo sano no prueba la infección. En pacientes con signos de enfermedad sistémica se necesita un tratamiento antibiótico potente. El uso de antimicrobianos en portadores sanos, pero también en pacientes con enteritis localizada, es controvertido, porque se cree que este abordaje aumenta el riesgo de que el paciente se convierta en un excretor crónico.

Salmonella, una bacteria gramnegativa en forma de bacilo que pertenece a la familia Enterobacteriaceae, es el agente causante de la salmonelosis. La salmonelosis en vertebrados homeotermos se asocia en la mayoría de los casos con serovariedades de Salmonella enterica. El tipo más común de infección es el estado de portador, en el que los animales infectados son portadores del patógeno durante un periodo de tiempo variable sin mostrar ningún signo clínico. La enfermedad clínica se caracteriza por dos síndromes principales: una septicemia sistémica (también denominada tifoidea) y una enteritis. Otras presentaciones clínicas menos frecuentes incluyen aborto, artritis, enfermedad respiratoria, necrosis de las extremidades y meningitis.

Solo unos pocos serotipos producen salmonelosis clínica en animales sanos y suelen tener un pocas especies hospedadoras, un fenómeno denominado especificidad serovariedad-hospedador. Salmonella enterica serovariedad Typhi (S Typhi) y S Paratyphi produce fiebre tifoidea en las personas, S Gallinarum produce una enfermedad similar en las aves de producción, S Abortusovis en ovejas, S Choleraesuis en cerdos, S Dublin en ganado vacuno, etc.

Las restantes serovariedades (serotipos) rara vez producen enfermedad sistémica clínica en animales adultos sanos no gestantes. Sin embargo, colonizan el intestino de muchas especies de animales, entran en la cadena alimentaria humana y producen gastroenteritis en las personas (intoxicación alimentaria). S Typhimurium y S Enteriditis son la causa más frecuente de enteritis en las personas (salmonelosis no tifoidea), pero también puede producir infecciones típicas de fiebre tifoidea en los ratones; por lo tanto, la base de la patogenicidad no está clara. Las cepas de este último grupo también pueden producir una enfermedad más grave, con afectación sistémica similar a la tifoidea en animales muy jóvenes si han recibido anticuerpos protectores insuficientes de su madre o cuando son particularmente sensibles (p. ej., como resultado de la vejez, la enfermedad o la gestación). La especie hospedadora de la que se aísla un serotipo no es necesariamente la única especie que puede actuar como hospedador; por tanto, los factores epidemiológicos son importantes para determinar la prevalencia.

Los terneros jóvenes, lechones, corderos y potros pueden desarrollar tanto la enteritis como la forma septicémica. Los ganado vacuno adulto, las ovejas, los caballos, los perros, los gatos y otros mamíferos pueden desarrollar enteritis aguda cuando se exponen a una dosis suficientemente grande de una cepa virulenta. La enteritis crónica puede desarrollarse en cerdos de cebo y ocasionalmente en ganado vacuno, pero también se da en especies de animales de compañía. Las hembras gestantes pueden abortar. El animal portador clínicamente normal constituye un problema grave en todas las especies hospedadoras. Los casos agudos de salmonelosis se observan con poca frecuencia en perros y gatos, y se caracterizan por diarrea aguda con o sin septicemia.

La salmonelosis clínica, así como la excreción fecal de Salmonella en los animales de compañía se han relacionado con la práctica cada vez más común entre los propietarios de alimentar con dietas a base de carne cruda a las mascotas. A diferencia de los alimentos comerciales para perros tratados térmicamente, las dietas caseras que consisten en carne o huevos crudos o poco cocidos suelen presentar cultivos positivos para Salmonella spp o E coli. Del mismo modo, las golosinas para mascotas, como las orejas de cerdo secas, se han identificado como una fuente de infección de las mascotas por Salmonella.

Etiología y patogénesis de la salmonelosis en animales

La salmonelosis está presente en todas partes del mundo, pero es más frecuente en regiones con cría intensiva de animales. Aunque este patógeno intracelular facultativo es principalmente una bacteria intestinal, suele encontrarse en ambientes sujetos a contaminación fecal. Las heces de animales infectados pueden contaminar el alimento y el agua, la leche, las carnes frescas y procesadas de los mataderos, los productos vegetales y productos animales usados como fertilizantes o alimentos, corrales, prados y muchos materiales inertes. Los organismos pueden sobrevivir durante meses en zonas húmedas y cálidas, como en los cebaderos de cerdos y de aves, o en los pozos de agua, pero sobreviven <1 semana en el estiércol compostado de ganado. Los roedores y aves silvestres también son también una fuente de infección para los animales domésticos. La granulación de los piensos reduce el nivel de contaminación por salmonelas, en gran medida como resultado del tratamiento térmico que conlleva.

Aunque muchas otras Salmonella spp pueden causar enfermedad entérica, estas son las más comunes (hasta cierto punto varían según la localización geográfica) en cada especie ( ver la Tabla: Serovariedades de Salmonella frecuentemente asociadas a enfermedad clínica por especies animales).

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Aunque los patrones clínicos resultantes no son distintivos, las distintas especies de salmonela tienden a presentar una epidemiología diferente. El perfil de plásmidos y de resistencia a fármacos a veces son indicadores útiles para los estudios epidemiológicos. La prevalencia de la infección varía entre las especies hospedadoras y los países y es mucho mayor que la incidencia de la enfermedad clínica, que en los animales de abasto suele precipitarse por situaciones de estrés como la privación repentina de alimento, el transporte, la sequía, el hacinamiento, el parto, la cirugía y la administración de ciertos fármacos, incluidos los antibióticos orales. La mayor sensibilidad de los animales muy jóvenes puede deberse al elevado pH gástrico, a la ausencia de una flora intestinal estable y a una inmunidad limitada.

La ruta habitual de infección en la enteritis es fecal-oral, aunque también se ha descrito infección a través de las vías respiratorias superiores y la conjuntiva. Tras la ingestión, el microorganismo coloniza el tracto GI e invade y se multiplica en los enterocitos y el tejido linfoide tonsilar. La penetración de las bacterias en la lámina propia contribuye a la lesión intestinal y a la diarrea. El complejo proceso implica la adhesión a través de apéndices fimbriales y la inyección, por parte de Salmonella, de proteínas en las células epiteliales, lo que inducen cambios en el citoesqueleto de actina que inducen la ondulación de la membrana en la superficie celular. Esto atrapa la Salmonella y da lugar a la secreción de líquido y su ingestión por la célula. La infección celular da lugar a la activación de un proceso de alarma en el hospedador a través de moléculas de señalización, como resultado de la detección de proteínas bacterianas de superficie, que a su vez induce una fuerte respuesta inflamatoria que suele restringir las bacterias al intestino.

Algunos serotipos también se localizan en el aparato reproductor. Los serotipos que pueden causar enfermedad tifoidea pueden modular la respuesta inicial del hospedador y suprimir la respuesta inflamatoria. La destrucción celular continúa y las bacterias son ingeridas por células fagocitarias como los macrófagos y los neutrófilos. Aunque los neutrófilos por lo general son capaces de matar la Salmonella, la bacteria puede sobrevivir y multiplicarse dentro de los macrófagos, que representan el principal tipo de célula hospedadora durante la infección.

Conforme progresa la infección, se desarrolla la auténtica septicemia, con la posterior localización en cerebro y meninges, útero grávido, articulaciones y zonas distales de las extremidades y punta de orejas y cola, lo que a su vez puede dar lugar a meningoencefalitis, abortos, osteítis y gangrena seca en la zona distal de las extremidades, cola u orejas. El microorganismo suele localizarse en la vesícula biliar y los nódulos linfáticos mesentéricos y los animales que sobreviven excretan el organismo intermitentemente en las heces.

Los terneros no suelen ser portadores, pero virtualmente todos los adultos lo son durante periodos variables, de hasta 10 semanas en ovejas y vacas y de hasta 14 meses en caballos. El ganado vacuno adulto infectado con S Dublin puede excretar el microorganismo durante años. La infección también puede persistir en los nódulos linfáticos o las amígdalas, sin que aparezcan salmonelas en las heces. Los portadores latentes pueden, en situaciones de estrés, comenzar a excretar el organismo o incluso desarrollar la enfermedad clínica. Un portador pasivo adquiere la infección desde el medio ambiente, pero no es invadido, de modo que, si se separa del foco ambiental, deja de ser portador.

Epidemiología de la salmonellosis en animales

Ganado vacuno

S Typhimurium se suele asociar con brotes de enteritis en terneros <2 meses de edad, mientras que S Dublin se ha asociado con la misma afección en terneros mayores y en ganado adulto. En terneros y corderos, S Dublin suele ser endémica en una granja en particular, mientras que S Typhimurium se asocia frecuentemente con la introducción de terneros de granjas infectadas y puede causar brotes explosivos esporádicos. La contaminación de alimentos y agua por roedores infectados o aves silvestres también se ha relacionado con brotes asociados con S Typhimurium en explotaciones de ganado vacuno. Las infecciones por serovariedades exóticas de Salmonella están frecuentemente relacionadas con la compra de alimentos contaminados. En el vacuno adulto, no es rara la infección subclínica con brotes esporádicos en el rebaño. Los factores de estrés que precipitan la enfermedad clínica son la privación de alimento y agua, los niveles mínimos de nutrición, los largos tiempos de transporte, el parto y la profilaxis con antibióticos, y la mezcla y el hacinamiento en los cebaderos.

Ovejas

En rebaños de ovejas, los brotes de Salmonella son más frecuentes en la estación fría, cuando los animales se mantienen en grupos densamente poblados, lo que facilita la difusión del patógeno a través de la contaminación del alimento y del agua. Los factores estresantes como la privación transitoria de alimento o agua, el transporte de larga distancia o la infestación intensa por nematodos presentan factores predisponentes importantes. El patógeno se introduce en un rebaño mediante la adquisición de animales infectados, el alojamiento del rebaño en un establo previamente contaminado, la compra de alimentos contaminados o la contaminación de los alimentos, el agua o el entorno por roedores o aves silvestres.

Cerdos

Los brotes de salmonelosis septicémica en cerdos son raros y cuando ocurren, se puede seguir la pista de la infección hasta la compra de un cerdo infectado. La compra de cerdos de cebo procedentes de explotaciones libres de Salmonella y el uso de una política de "todo dentro/todo fuera" en las naves de finalización minimizan la exposición. El uso creciente de la cría extensiva al aire libre aumenta el riesgo de exposición a fuentes ambientales de infección. Las paseriformes, las gaviotas y las palomas pueden constituir una fuente directa de infección o una fuente de contaminación de los alimentos y el agua.

Caballos

La mayoría de los casos en caballos adultos se desarrollan tras el estrés de la cirugía o el transporte relacionado con las ferias de venta y la privación de alimento y agua, seguido de la sobrealimentación en su destino. Las yeguas pueden ser portadoras inaparentes y eliminar la bacteria durante el parto e infectar al recién nacido. La salmonelosis septicémica puede ocurrir en potros, que puede ser endémica o puede haber brotes.

Perros y gatos

Muchos perros y gatos son portadores asintomáticos de salmonelas, lo que se ha atribuido a los hábitos alimentarios indiscriminados de estas especies, que tienden a ingerir alimentos independientemente de su frescura o contaminación. La transmisión de Salmonella por perros y gatos se ha relacionado con la enfermedad en los humanos que viven en la misma casa que el animal de compañía. La enfermedad clínica no es frecuente en perros y gatos, pero cuando aparece suele estar asociada a la hospitalización, a otra infección o afección debilitante en los adultos, o a la exposición a grandes cantidades de la bacteria en cachorros y gatitos, en los que la enteritis puede ser habitual.

Hallazgos clínicos de la salmonellosis en animales

La infección con localización de Salmonella en las tonsilas o el tracto gastrointestinal que no está asociada a una enfermedad clínica es una forma común de salmonelosis denominada estado de portador. Los animales portadores están infectados crónicamente y pueden excretar salmonelas al medio ambiente de forma intermitente. Los animales portadores pueden desarrollar la enfermedad clínica siempre que la función inmunitaria se vea afectada o se produzca una infección simultánea con otro patógeno.

La enteritis con septicemia es el síndrome habitual en terneros recién nacidos, corderos, potros, aves y lechones, y pueden producirse brotes en cerdos de hasta 6 meses de edad. Cuando se produce una enfermedad sistémica con enteritis como resultado de una inmunosupresión, la enfermedad puede ser aguda, con depresión, fiebre (40,5-41,5 °C) y muerte en 24-48 h. Se pueden observar síntomas neurológicos y neumonía en terneros y cerdos. La mortalidad puede alcanzar el 100 %, según los antecedentes genéticos del hospedador y la virulencia de la cepa.

La enteritis aguda sin afectación sistémica extensa es más frecuente en los adultos y en los animales jóvenes de ≥1 semana de edad. Inicialmente hay fiebre (40,5-41,5 °C), seguida de una diarrea acuosa grave, algunas veces disentería y a menudo tenesmo.

En un brote en un rebaño, pueden pasar varias horas antes de que comience la diarrea, en cuyo momento la fiebre puede desaparecer. Las heces, cuya consistencia puede variar en consistencia, pueden tener un olor pútrido y contener mucosidades, fibrina, trozos de mucosa y en algunos casos, sangre. La exploración rectal es molesta y produce molestia y tenesmo. En las vacas lecheras, la producción láctea a menudo desciende estrepitosamente. El dolor abdominal es habitual y puede ser intenso (cólico) en équidos. La mortalidad es variable, pero puede alcanzar el 100 % según la virulencia de la cepa.

En los terneros lecheros, la infección del tracto respiratorio con fiebre, disnea, secreción nasal y anorexia se observa con una frecuencia creciente en la infección por S Dublin. De manera similar, la artritis séptica de una o varias articulaciones y la infección séptica de las placas de crecimiento de los huesos largos con cojera y retraso del crecimiento, así como la necrosis local de una o ambas orejas, se han descrito en la infección por Salmonella en terneros.

En perros y gatos, la enfermedad clínica cursa con diarrea aguda con septicemia y ocurre ocasionalmente en cachorros y gatitos o en adultos estresados por una enfermedad concomitante. La neumonía puede ser evidente. Cuando la enteritis se vuelve más crónica, las perras, las gatas, las vacas, las yeguas y las ovejas gestantes pueden abortar, y la progenie viva también puede tener enteritis. A veces los gatos afectados pueden presentar conjuntivitis.

El aborto es también el signo característico de la enfermedad asociada con las serovariedades de Salmonella que afectan específicamente al tracto reproductivo, como S Abortusovis en ovejas o S Abortusequi en caballos.

Los animales productores de piel y los carnívoros de los zoológicos pueden verse afectados La fuente de infección es a menudo el alimento contaminado. Varias especies de roedores (p. ej., cobayas, hámsteres, ratas y ratones) y los conejos son sensibles. Los roedores suelen actuar como fuente de infección en las explotaciones donde la enfermedad es endémica. Las tortugas de compañía fueron en su día una fuente común de infección en las personas que ha sido prácticamente eliminada por la reducción del tráfico comercial.

Diagnóstico de la salmonelosis en animales

  • Basado en los signos clínicos y el cultivo bacteriano o los cultivos repetidos positivos en ausencia de signos.

El diagnóstico de la salmonelosis se establece mediante el aislamiento repetido del patógeno a partir de las heces, lo que sugiere un estado de portador, o mediante un único aislamiento del patógeno a partir de heces, sangre o cualquier muestra de tejido en combinación con la presencia de signos clínicos compatibles con la salmonelosis clínica. Un aislamiento único del patógeno a partir de heces sin signos clínicos ciertamente justifica un nuevo muestreo para determinar si el individuo afectado es portador crónico de Salmonella, pero no es suficiente para establecer el diagnóstico de salmonelosis.

Los cultivos fecales carecen de sensibilidad, especialmente en animales infectados crónicamente o en portadores subclínicos, porque tienden a eliminar un número reducido de bacterias de forma intermitente. El muestreo repetido es necesario cuando se analiza el estado de portador de Salmonella de un individuo para reducir la probabilidad de un resultado falso negativo.

Para determinar la fuente del microorganismo, también se puede buscar la presencia de microorganismos en el entorno inmediato del animal sospechoso de salmonelosis, como en los alimentos y el agua o en las heces de roedores silvestres y aves que pueden habitar las instalaciones.

La identificación del patógeno se realiza mediante cultivo convencional seguido de serotipificación y subdivisión adicional sobre la base de la sensibilidad a bacteriófagos seleccionados (fagotipificación), mediante PCR e inmunoensayos de flujo lateral. Por lo general, se necesitan técnicas de cultivo que impidan el crecimiento de E coli fecal, y pueden ser necesarios cultivos fecales repetidos para aislar el microorganismo. A menudo se requiere un paso de enriquecimiento previo, especialmente para muestras en las que las bacterias pueden estar presentes en cantidades reducidas, como en los alimentos. Esto puede ser seguido por el enriquecimiento en caldo selectivo y la siembra de colonias en una variedad de agar que suprimen otras bacterias entéricas que probablemente estén presentes en el intestino.

La PCR es muy sensible, por lo que se ha recomendado su uso en muestras con una carga bacteriana supuestamente baja. Dado que la PCR también identifica bacterias no viables, un resultado positivo no debe considerarse automáticamente una prueba de infección. Las muestras fecales pueden suponer un reto para la PCR debido a los compuestos inhibidores de la PCR presentes en las heces.

Las pruebas serológicas para identificar anticuerpos específicos en el suero o la leche están disponibles y se usan cada vez más como herramienta diagnóstica en los programas de vigilancia y control de las salmonelas. Estas pruebas se suelen desarrollar para identificar un espectro limitado de serovariedades y serogrupos de salmonelas. Las pruebas serológicas son difíciles de interpretar en algunos individuos, porque un animal seropositivo puede no volver a infectarse. Además, la especificidad hace que en países con baja prevalencia de infección, muchos resultados positivos sean falsos positivos. La serología puede ser una herramienta significativa para identificar portadores de Salmonella que requieren un seguimiento con muestreo fecal repetido.

Los síndromes clínicos suelen ser característicos, pero deben diferenciarse de varias enfermedades similares en cada especie ( ver la Tabla: Diagnóstico diferencial de la salmonelosis por especies animales).

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Lesiones

Las lesiones en la enfermedad entérica son más graves en el íleon inferior, el ciego y el colon espiral, y varían desde el acortamiento de las vellosidades con pérdida del epitelio hasta la pérdida completa de la arquitectura intestinal. Hay una infiltración con neutrófilos y posteriormente con macrófagos en la lámina propia, pudiendo verse trombos en sus capilares. Se suelen observar hemorragias y hebras de fibrina, y puede haber una costra fibrinonecrótica en la superficie de la mucosa intestinal.

Tratamiento de la salmonelosis en animales

  • Los antibióticos y los cuidados de apoyo están indicados para animales con enfermedad sistémica o septicémica.

  • El tratamiento de la salmonelosis intestinal o de la infección asintomática es controvertido debido al riesgo de crear portadores o resistencia a los antibióticos.

El tratamiento precoz es esencial en el caso de la salmonelosis septicémica, pero existe una considerable controversia en cuanto al uso de agentes antimicrobianos en la salmonelosis entérica. Los antibióticos orales pueden no ser eficaces y pueden alterar de forma nociva la microbiota intestinal, interfiriendo con el antagonismo competitivo y prolongando la eliminación del organismo. También existe la preocupación de que las cepas de salmonela resistentes a los antibióticos seleccionadas por los antibióticos orales puedan infectar posteriormente a las personas. Al suprimir los componentes sensibles a los antibióticos de la flora normal, los antibióticos también pueden promover la transferencia de la resistencia a los antibióticos de las cepas resistentes de E coli a Salmonella. El uso de antibióticos como promotores del crecimiento ha sido prohibido en muchos países por esta razón.

Los antimicrobianos con un espectro gramnegativo deben administrarse inmediatamente por vía parenteral siempre que se sospeche septicemia por Salmonella. La terapia antimicrobiana inicial debe basarse en el conocimiento del patrón de resistencia a los medicamentos de los organismos encontrados previamente en la zona. Las infecciones nosocomiales pueden implicar microorganismos muy resistentes a los fármacos. Las combinaciones de trimetoprima-sulfamida pueden ser eficaces. La ampicilina, las fluoroquinolonas o las cefalosporinas de tercera generación son posibles alternativas. La resistencia a la ampicilina, trimetoprima, sulfamida, tetraciclinas y aminoglucósidos suele estar mediada por plásmidos y se transfiere fácilmente entre diferentes bacterias. La resistencia a las quinolonas es mutacional, pero las mutaciones aleatorias pueden ser seleccionadas por el uso de antibióticos y pueden ser transferidas por bacteriófagos. El tratamiento debe continuarse diariamente durante 6 días.

Si se opta por la medicación oral, debe administrarse en el agua de bebida y no mezclada con el alimento sólido, porque los animales afectados tienen sed debido a la deshidratación y su apetito suele ser escaso. Puede ser necesaria la administración de fluidos para corregir el desequilibrio acidobásico y la deshidratación. Los terneros, el ganado vacuno adulto y los caballos necesitan grandes cantidades de fluidos. Los antibióticos como la ampicilina o las cefalosporinas producen lisis de las bacterias con liberación de endotoxina, lo que proporciona una indicación para el uso de AINE para reducir los efectos de la endotoxemia.

La forma entérica es difícil de tratar eficazmente en todas las especies. Aunque pueden curarse clínicamente, la curación bacteriológica es difícil, bien porque los organismos se establecen en el sistema biliar y se desprenden intermitentemente hacia la luz intestinal, o porque los animales se reinfectan a partir del medio ambiente en un momento en que su flora intestinal normal, que es inhibidora de la colonización por patógenos, está agotada por la terapia antibiótica. Un factor a considerar con la terapia antimicrobiana es que puede aumentar el riesgo de crear animales portadores; en las personas y otras especies animales, el tratamiento antimicrobiano prolonga el periodo después de la recuperación clínica durante el cual el patógeno puede ser recuperado del tracto GI.

Control y prevención de la salmonellosis en animales

Los portadores de salmonellosis y los alimentos y el medio ambiente contaminados son los principales problemas. Para monitorizar el estado del rebaño con respecto a salmonela, se pueden cultivar hisopos impregnados en los desagües o los filtros de leche. El control se basa en la prevención de la introducción y limitación de la difusión dentro del rebaño. En muchos países y en la UE, se han introducido programas respaldados por el gobierno para controlar y reducir los niveles de infección en animales destinados al consumo, especialmente aves de producción y cerdos.

Prevención de introducción

Hay que hacer todo lo posible para evitar introducir un portador de Salmonella; lo ideal es comprar los animales directamente solo en explotaciones que se saben libres de la enfermedad y aislarlos durante ≥1 semana mientras se controla su estado de salud. Asegurarse de que las partidas de alimento estén libres de salmonela depende de la integridad de la fuente de origen de las mismas. Algunos países también realizan pruebas de contaminación y regulan la importación y la producción doméstica de alimentos y componentes alimentarios.

Limitación de la difusión dentro del rebaño

En un brote de salmonelosis, deben aplicarse los siguientes procedimientos:

  1. Los animales infectados deben ser identificados y sacrificados o aislados.

  2. Se requiere un tratamiento vigoroso en los animales que muestran síntomas de enfermedad sistémica.

  3. Los animales tratados deben volver a examinarse varias veces para confirmar que no son portadores.

  4. Los animales asintomáticos identificados como portadores mediante cultivos fecales positivos repetidos durante varios meses deben ser retirados. El tratamiento de animales asintomáticos con cultivos positivos con antimicrobianos es muy controvertido porque el riesgo de generar un animal portador está supuestamente aumentado.

  5. El área de maternidad debe reconocerse como un área crítica para la transmisión de enfermedades. Se debe implementar un riguroso protocolo de higiene; deben considerarse medidas como la separación temprana de los terneros de las madres portadoras y la pasteurización del calostro.

  6. Debe restringirse el movimiento de los animales dentro de la explotación para limitar la infección al grupo más pequeño posible. Debe evitarse la mezcla aleatoria de animales.

  7. El alimento y el agua para beber deben estar protegidos de contaminación fecal.

  8. Los edificios contaminados deben limpiarse y desinfectarse enérgicamente.

  9. El material contaminado debe ser cuidadosamente eliminado.

  10. Todo el personal debe estar en conocimiento del riesgo que supone trabajar con animales infectados y de la importancia de la higiene personal. Debe introducirse un estricto programa de gestión de la explotación.

  11. Se debe considerar el uso de una vacuna, especialmente en un brote que involucre a vacas gestantes, cerdos o aves de puesta. Se pueden utilizar bacterinas comerciales muertas o autógenas. Las vacunas vivas atenuadas son muy prometedoras, pero hay pocas disponibles comercialmente (véase más adelante).

  12. Se debe minimizar el estrés.

Vacunas de Salmonella

Las salmonelas son bacterias intracelulares facultativas, por lo que se espera que una vacuna viva sea necesaria para una protección inmunitaria óptima contra la enfermedad; sin embargo, hay algunas pruebas de que las bacterinas inactivadas pueden inducir un nivel de protección menor. En varios estudios, las vacunas vivas atenuadas frente a Salmonella en cerdos, vacuno y pollos estimularon una fuerte respuesta inmunitaria mediada por células y protegieron a los animales tanto de la enfermedad sistémica como de la colonización intestinal. Una vacuna viva atenuada de S Choleraesuis autorizada para su uso en el ganado porcino parece reducir eficazmente la colonización de los tejidos y proteger a los cerdos de la enfermedad después de las pruebas con organismos virulentos y en condiciones de campo. Esta vacuna también protegió a los terneros contra la provocación experimental con Salmonella S Dublin y del serogrupo C1 tras su administración intranasal o SC. Una vacuna viva frente a S Gallinarum ha demostrado ser eficaz no solo frente a S Gallinarum (tifus aviar), sino también para reducir significativamente la infección de las gallinas ponedoras afectadas por S Enteritidis.

Riesgo zoonótico de salmonelosis en animales

Las infecciones por Salmonella en animales productores de alimentos presentan un grave problema de salud pública, ya que los productos alimenticios de origen animal se consideran una fuente importante de infección humana. Las fuentes más comunes de infección son los huevos y sus productos relacionados, y la carne de ave y de otras especies animales de consumo. La leche y los productos lácteos también se han asociado con brotes de salmonelosis en las personas. Además, la contaminación de frutas y verduras por agua infectada también puede ser una fuente de infección. Los casos de salmonelosis en humanos también se remontan a excreción de Salmonella de perros y gatos clínicamente sanos que viven en la misma casa, así como a alimentos o golosinas para animales de compañía contaminados, en particular cuando estos consisten en material crudo o no tratado con calor. En Europa, S Enteritidis y S Typhimurium, y en EE. UU. S Typhimurium, son las serovariedades más prevalentes asociadas con la enfermedad humana.

Puntos clave

  • La salmonelosis afecta prácticamente a todas las especies de animales de granja y de compañía y representa una importante amenaza para la salud de la población.

  • La infección por Salmonella spp puede presentarse como una enfermedad clínica grave; sin embargo, los portadores que clínicamente pasan inadvertidos y que eliminan Salmonella en las heces durante periodos prolongados son mucho más prevalentes.

  • En pacientes con enfermedad sistémica o septicemia se necesita un tratamiento antimicrobiano potente y de apoyo. El uso de antimicrobianos es discutible, sin embargo, en animales sanos que excretan Salmonella y en pacientes con la forma entérica localizada de la enfermedad.

Para más información

  • Consulte también la información para propietarios sobre la salmonelosis en gatos, perros y caballos.