El pH ideal de la orina es de 7,0-7,5 en perros y de 6,3-6,6 en gatos. Si el pH de la orina permanece bajo tras modificar la dieta, puede administrarse citrato potásico en el alimento para aumentar el pH. Debido a que crea complejos con el calcio para formar sales más solubles que el oxalato cálcico, el citrato inhibe la formación de cristales de oxalato cálcico.
La acidificación urinaria es útil en el tratamiento de los urolitos de estruvita (fosfato amónico magnésico). El cloruro de amonio y la -metionina son los acidificantes urinarios de elección.
La acidificación urinaria crónica, y la acidosis subsiguiente, pueden ser nocivas y no deben establecerse sin una evaluación completa del paciente.
La solución de Walpole, una mezcla de acetato de sodio (1,16 %), ácido acético glacial (1,09 %) y agua destilada (97,75 %) que tiene un pH de 4,5, se comercializa como tratamiento para disolver las obstrucciones por estruvita en obstrucciones uretrales felinas por lavado retrógrado a través de un catéter urinario. También se ha utilizado con éxito para tratar la urolitiasis en machos cabríos mediante cistocentesis guiada ecográficamente e infusión percutánea.
Para los perros con urolitos asociados al amoníaco (p. ej., Dálmatas con cálculos de urato y perros con derivaciones vasculares portosistémicas), la orina puede alcalinizarse con citrato de potasio. Opcionalmente, el alopurinol es un inhibidor de la xantina oxidasa que puede ayudar a disolver los urolitos de urato.