La dopamina, un neurotransmisor adrenérgico con receptores específicos en la vasculatura renal, se usa con frecuencia para tratar la disminución del flujo sanguíneo renal que puede contribuir a la insuficiencia renal aguda. También incrementa la filtración glomerular y la excreción de sodio.
La dopamina tiene una semivida muy corta y se administra en infusión continua. Las dosis más altas provocan taquicardia, arritmias cardiacas y vasoconstricción periférica.
Los pacientes que con la dopamina sola no producen orina pueden responder a una combinación de dopamina y furosemida. La dopamina se administra en infusión continua, y la furosemida se administra en bolo IV. Si no se produce mejoría en 6 horas, es poco probable que remonte, y debe interrumpirse la infusión. Puede necesitarse diálisis (hemodiálisis o diálisis peritoneal) para mantener a estos pacientes.