Cortesía del Dr. K. Gelatt.
Los cuerpos extraños corneales se observan con frecuencia en animales domésticos. Suelen ser materiales orgánicos, pero también se pueden observar arena, metales y cristales. Los signos clínicos incluyen blefaroespasmo variable, epífora y una uveítis refleja variable (escapes de líquido acuoso, miosis, inflamación iridal, hipotonía ocular y posible hipopion).
Los cuerpos extraños se pueden identificar en la superficie conjuntival o en la cara posterior del fórnix del tercer párpado, o encima o debajo de la córnea. Estos, adheridos a las superficies oculares, se suelen extraer bajo anestesia tópica mediante una irrigación enérgica o con pinzas oftálmicas dentadas pequeñas. Si el cuerpo extraño se ha incrustado dentro de las capas profundas de la córnea o ha penetrado en la cámara anterior, se requiere anestesia general para eliminarlo con cuidado desde la superficie anterior corneal o la cámara anterior. Es imperativo que la localización del cuerpo extraño (es decir, la profundidad dentro de la córnea) se establezca antes de su extracción. En caso de duda, se debe suponer que penetra en la cámara anterior.
La herida corneal se aproxima mediante suturas simples discontinuas reabsorbibles de 7-0 a 9-0. La terapia posoperatoria suele incluir antibióticos tópicos y sistémicos de amplio espectro, midriáticos y AINE sistémicos. El pronóstico para la visión suele ser favorable. Las complicaciones infrecuentes incluyen formación de cicatrices corneales variables, endoftalmitis séptica, formación de cataratas y glaucoma secundario.
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Consulte también la información para propietarios sobre lesiones corneales en animales.