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Trastornos que afectan a múltiples sistemas orgánicos de las aves de compañía

PorTeresa L. Lightfoot, DVM, DABVP (Avian)
Última revisión/modificación ene 2020

Varias enfermedades pueden afectar a múltiples partes o sistemas y aparatos del cuerpo de un ave. Los signos pueden ser generales (como debilidad o falta de interés por la comida o las actividades) o más específicos. A veces no se observan signos. Aquí se analizan los trastornos más comunes.

Poliomavirus

El poliomavirus se identificó por primera vez en periquitos, luego en otros loros y periquitos, y más recientemente se ha demostrado que causa enfermedad en los pinzones. El poliomavirus puede infectar a aves de todas las edades, pero los polluelos y los juveniles son los más sensibles. Las aves afectadas pueden presentar falta de apetito, diarrea y debilidad generalizada, y la aparición de estos signos suele ser rápida. También pueden producirse hematomas en la piel y los músculos y la infección puede afectar al corazón, al hígado y a los riñones. La infección suele ser mortal y la muerte puede producirse en 24 a 48 horas. Si un ave sobrevive, puede tener un crecimiento anormal de las plumas, enfermedad cardiaca y daño hepático en la edad adulta. Las aves adultas pueden ser portadoras del virus y propagar la infección. Se cree que la prevalencia de este virus en loros y periquitos adultos es alta.

El poliomavirus puede transmitirse de la hembra al huevo, pero la mayoría de las infecciones se transmiten por contacto directo, caspa de las plumas y exposición a las heces. Las hembras expuestas pueden desarrollar anticuerpos protectores que se transmiten a los polluelos y pueden proporcionar inmunidad temporal. Las crías de hembras no expuestas tienen mayor riesgo de infección porque carecen de anticuerpos protectores.

No hay tratamiento disponible para las aves infectadas. La diseminación del virus puede controlarse mediante pruebas y aislamiento de todas las aves infectadas y mediante la vacunación. Dado que los adultos infectados eliminan el virus solo bajo ciertas condiciones, puede ser difícil identificar a los adultos infectados. El control durante un brote puede mantenerse desinfectando los utensilios de alimentación manual, incubadoras y criadoras y mediante la vacunación. Las posibilidades de exposición al poliomavirus pueden reducirse siguiendo de cerca los procedimientos estándar de higiene, evitando el acceso a los polluelos de los visitantes o a cualquier ave que regrese o sea de fuera, y usando los procedimientos de cuarentena apropiados para todas las aves nuevas. En primer lugar, un veterinario debe realizar un examen para asegurarse de que el virus del polioma aviar no está presente.

Existe una vacuna para prevenir la infección por poliomavirus que se administra en dos dosis. El veterinario puede administrar la primera dosis a partir de las 4 semanas de edad para completar adecuadamente la serie de vacunación y permitir que se desarrolle la inmunidad completa. Las aves más mayores reciben dos vacunas con un intervalo de 2-4 semanas, y luego un refuerzo anualmente. Pueden vacunarse tanto los loros adultos como los jóvenes, negativos y positivos.

Enfermedad de Pacheco (herpesvirus de Pacheco)

La enfermedad de Pacheco es una enfermedad de los loros (psitácidas) muy contagiosa y de rápido desarrollo causada por un herpesvirus. Esta enfermedad está asociada al estrés, que puede hacer que las aves de aspecto saludable que portan el virus transmitan la infección a las aves sensibles. Se transmite por contacto directo entre aves, por secreciones en el aire o por contaminación de alimentos o agua con heces. Los guacamayos, los loros del Amazonas, los periquitos monje y las cotorras no están frecuentemente implicados en los brotes de la enfermedad. Las especies del Viejo Mundo son menos propensas a ser portadoras o sensibles a la infección.

Las aves infectadas pueden no mostrar ningún signo de enfermedad hasta justo antes de morir. Las aves suelen estar en buen estado y tienen buen apetito. El esponjamiento, la pérdida de energía y las heces acuosas son signos que a veces pueden observarse en las aves infectadas. La mayoría de las aves no se recuperan de la infección. El diagnóstico de la enfermedad de Pacheco debe hacerse rápidamente para prevenir una mayor propagación de la infección. Véase enfermedad de Pacheco para aprender más.

Otras infecciones por herpesvirus

Otros herpesvirus importantes de las aves de compañía son la cepa responsable de los crecimientos en las patas similares a las verrugas (llamados papilomas) en las especies de Cacatua y una pérdida anormal de color observada en las patas de los guacamayos. Se cree que la papilomatosis interna de los guacamayos (más notablemente guacamayos de alas verdes, Ara chloroptera) y los loros del Amazonas está causada por un herpesvirus relacionado con el que causa la enfermedad de Pacheco. La traqueítis del Amazonas (inflamación de la tráquea), que es una infección poco frecuente, también está causada por un herpesvirus.

Infecciones por poxvirus

Debido a restricciones en las importaciones, el poxvirus que históricamente era común en las amazonas frentiazules importadas rara vez se ve en las aves de compañía. Sin embargo, las infecciones por poxvirus todavía pueden producirse en canarios y palomas y en varias especies de aves silvestres. Estos virus no son contagiosos para las psitácidas (loros).

Las aves de compañía pueden mostrar uno de tres tipos diferentes de signos clínicos. El primer tipo, la infección de la piel, es el más común. Estas aves tienen crecimientos individuales, pequeños abscesos o costras en la piel de áreas sin plumas, como la cara (especialmente alrededor de los ojos y la boca) y las patas y pies. La forma diftérica o "húmeda" es el segundo tipo, que puede seguir a la forma cutánea o producirse por sí sola. La hinchazón y las secreciones de los ojos van seguidas de lesiones en las membranas mucosas de la garganta, las vías respiratorias superiores y el esófago. La tercera forma, la más grave, se produce con una rápida aparición de signos generalizados de enfermedad, como depresión, decoloración azulada de la piel, pérdida de apetito y muerte rápida.

Los veterinarios suelen recomendar el tratamiento con vitamina A y antibióticos, pomadas para los ojos, calor, humedad, limpieza diaria de las zonas afectadas y atención a la dieta. Las infecciones por poxvirus se transmiten por picaduras de insectos (por lo general de mosquitos) o por heridas en la piel. Por tanto, el control de mosquitos y el alojamiento en el interior son vitales para prevenir brotes. Las vacunas frente al poxvirus del canario y del pichón están disponibles, pero solo protegen a sus especies hospedadoras.

Micobacteriosis (tuberculosis aviar)

La micobacteriosis es una infección bacteriana que a veces se denomina tuberculosis aviar, aunque difiere de la tuberculosis en los mamíferos. Algunas especies de bacterias Mycobacterium están relacionadas con la micobacteriosis en aves de compañía.

La micobacteriosis se observa con mayor frecuencia en aves de compañía de la familia de los loros, en las que suele afectar al tracto intestinal. La mayoría de las aves infectadas son adultas. La enfermedad es de larga duración y progresiva y afecta al hígado y al tracto digestivo. Para muchas aves, la infección es mortal.

Los signos de infección pueden incluir pérdida de apetito, pérdida de peso (a pesar de tener buen apetito), depresión y diarrea. Las aves con infecciones tempranas pueden no mostrar signos. El diagnóstico puede ser difícil y se realiza de forma más fiable con una biopsia y una tinción especial para los microorganismos. Estos microorganismos son difíciles de cultivar.

El tratamiento puede ser difícil y puede tardar hasta un año. Además, la enfermedad puede transmitirse de las aves a los humanos, por lo que hay que tener mucho cuidado para evitar la infección, lavándose bien las manos con agua y jabón después de estar en contacto con un ave enferma, usando guantes y practicando otras buenas prácticas de higiene. Aunque algunas pruebas sugieren que el riesgo de transmisión de las aves de compañía a las personas es bajo, las personas de edad avanzada, muy jóvenes o con sistemas inmunitarios debilitados (como las personas infectadas por el VIH) deben evitar cualquier contacto con aves infectadas.

Psitacosis (clamidiosis, fiebre del loro)

La psitacosis o clamidiosis es una infección grave causada por la bacteria Chlamydia psittaci. Las bacterias se encuentran en las secreciones nasales y en las heces de aves infectadas, aves en recuperación y portadoras. Dado que la enfermedad puede transmitirse de las aves a las personas, existen ciertas regulaciones en los EE. UU. con respecto a la declaración y cuarentena de las aves que se sospecha que tienen psitacosis. Aunque todavía es una enfermedad preocupante, la infección por clamidia ha disminuido drásticamente desde que se redujo la importación de aves de América del Sur.

Algunas aves, debido a su resistencia genética, son menos propensas a enfermar cuando se infectan y, en consecuencia, son más propensas a convertirse en portadoras. Estas incluyen palomas, tórtolas, periquitos, ninfas, cacatúas y alrededor de 100 especies adicionales. Otras especies, como las rosellas, los loritos, los minás, los canarios y algunos loros tienen resistencia natural baja.

Según la especie de ave afectada, los signos de psitacosis variarán. Los signos típicos de la infección incluyen un ave erizada, deprimida, con dificultad para respirar, secreción de los ojos y la nariz, y que no come ni vocaliza. La aparición de excrementos de color verde lima o amarillo, especialmente cuando la orina también está descolorida, a menudo se presentan con la psitacosis. Una forma de psitacosis que se produce con poca frecuencia afecta al sistema nervioso central e incluye signos como temblores, sacudidas, torsión de la cabeza y convulsiones. Esta forma se ha reconocido con mayor frecuencia en loros grises africanos y cacatúas. Además, las nifas y las especies de Neophema (turquesas, periquitos de pecho escarlata) pueden parecer tener una enfermedad ocular semejante a la conjuntivitis o al orzuelo. La psitacosis puede afectar a varios órganos internos, como el hígado y el corazón.

Una vez que se diagnostica la psitacosis, el tratamiento suele implicar la administración de antibióticos (a menudo añadidos a la comida o al agua) durante un periodo prolongado. Las aves en crisis de clamidia necesitan cuidados intensivos y de apoyo (antibióticos inyectables, líquidos, calor, aislamiento, condiciones de limpieza extrema, ausencia de estrés), así como tratamiento para cualquier otro signo de enfermedad.

La mejor manera de controlar la psitacosis es mantener a las aves sensibles alejadas del agente infeccioso. Dado que las bacterias pueden permanecer infecciosas durante muchos meses en los excrementos secos, la limpieza y la desinfección son esenciales. Eliminar las corrientes de aire y rociar el área con los desinfectantes apropiados ayudará a mantener las plumas infecciosas y el polvo al mínimo. Las aves que han tenido la enfermedad o están bajo tratamiento pueden reinfectarse.

Dado que la bacteria puede causar enfermedad tanto en las personas como en las aves, se debe tener cuidado de practicar siempre una buena higiene al cuidar a un ave enferma. Esto incluye el uso de guantes cuando se manipula al ave, el lavado de manos con agua y jabón y la desinfección diaria de jaulas, comederos y otros utensilios. Todas las aves nuevas deben someterse a pruebas de psitacosis antes de introducirlas en su hogar.

En la mayoría de las áreas, los médicos deben declarar los casos de psitacosis a las autoridades sanitarias locales, y el tratamiento puede necesitar ser coordinado y aprobado por la agencia reguladora.

Tabla
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Enfermedades por clostridios

Las bacterias clostridios causan varios trastornos en las aves, según las especies de bacterias implicadas y la localización de la infección. Las aves se infectan al comer alimentos o agua contaminados, al inhalar esporas o bacterias del aire u otras superficies contaminadas, o por la infección de heridas. Un método común de entrada en las aves se produce cuando las bacterias invaden el tejido cloacal dañado (el área donde la orina, las heces y los uratos esperan ser eliminados) en aves con prolapso cloacal o papilomatosis.

Los signos varían según el tipo de infección por clostridios. Las cepas de la bacteria que causan la enfermedad producen una toxina en el intestino delgado de las aves, dando lugar a una rápida pérdida del estado general y pérdida de peso, comportamiento letárgico, disminución del apetito y comida manchada de sangre o no digerida. La toxina y sus efectos pueden permanecer en el sistema durante mucho tiempo incluso después de que se haya tratado la infección bacteriana original.

Para la prevención, minimice el estrés y el hacinamiento, asegure una ventilación adecuada y proporcione una dieta nutricionalmente adecuada. Asegúrese de que el alimento esté correctamente conservado y libre de crecimiento bacteriano. Las esporas pueden estar presentes en los productos de maíz y grano, así como en los gránulos fabricados o en los alimentos extruidos, y pueden desarrollar crecimiento bacteriano si no se conservan adecuadamente. Las heces de los animales domésticos (perros y gatos) también pueden albergar estas bacterias.

Otras infecciones bacterianas

Varios tipos de bacterias pueden causar enfermedades en las aves. Algunos suelen estar presentes en el organismo o el medio ambiente del ave, pero no causan enfermedad excepto bajo ciertas circunstancias, como en aves muy jóvenes, viejas, débiles, estresadas o que tienen un sistema inmunitario deteriorado. Escherichia coli, Pseudomonas, Aeromonas, Serratia marcescens, Salmonella, Klebsiella, Enterobacter, Proteus y Citrobacter son bacterias que se aíslan con frecuencia en las aves. Se han descrito especies de Pasteurella como posibles agentes causantes de la infección en aves mordidas por otros animales, como gatos o ratas de compañía.

Intoxicación por metales pesados

Los metales pesados como el plomo y el zinc son comunes en todo el ambiente, por lo que es importante limitar la exposición de su ave a ellos. No se debe permitir que las aves jueguen fuera de sus jaulas sin supervisión. El ambiente debe ser inspeccionado para detectar la presencia de metales pesados, y las fuentes deben retirarse del área si es posible. Dado que los materiales de las jaulas y los cercados son fuentes habituales de metales pesados, es importante seleccionar adecuadamente los materiales no tóxicos. Se debe utilizar acero inoxidable y alambre soldado. Las grapas de la jaula deben estar hechas de aleaciones que no contengan plomo o zinc.

Las intoxicaciones por plomo y zinc son las dos intoxicaciones más frecuentes en aves enjauladas. El envenenamiento por zinc es ahora más común que el envenenamiento por plomo, debido a la mayor conciencia de los peligros del plomo y al mayor uso de materiales galvanizados. La galvanización es un proceso de recubrimiento de otros metales como el hierro con una superficie a base de zinc para evitar la oxidación. Esta galvanización se encuentra en gran parte del alambre fabricado y otros herrajes utilizados en la construcción de jaulas caseras.

Las fuentes potenciales de plomo incluyen pintura vieja, vidrieras, pesos para cortinas de plomo, pesos de pesca con plomo y soldaduras de plomo. Los signos de envenenamiento por metales pesados incluyen regurgitación de agua, sed excesiva, depresión, falta de energía y debilidad. En la intoxicación por plomo pueden producirse temblores, falta de coordinación, excitabilidad o convulsiones.

Su veterinario sospechará envenenamiento por metales pesados cuando los signos de esta intoxicación se acompañen de la presencia de metal en la molleja en una radiografía. Este diagnóstico puede confirmarse determinando los niveles de plomo o zinc en la sangre. El tratamiento inicial, además de los cuidados de apoyo, suele ser de una clase de fármacos denominados agentes quelantes que se inyectan en el músculo hasta que el ave ya no presente signos. Una vez que su ave esté estable, puede administrarle un agente quelante en casa. Si la intoxicación no es grave, la respuesta del ave al tratamiento suele ser rápida. Como con todas las intoxicaciones, la prevención es la clave.

Envenenamiento por humos y aerosoles

Muchos propietarios de aves son conscientes del peligro que se produce cuando las superficies cubiertas con Teflon®, Silverstone®, Tefzel® u otros fluoropolímeros están sobrecalentadas. Los utensilios de cocina y para hornear antiadherentes, algunas bombillas de lámparas de calor (las fabricadas para su uso en la industria alimentaria), los hornos autolimpiantes y las planchas a menudo están recubiertas con fluoropolímeros. Los fluoropolímeros comienzan a liberar partículas a temperaturas tan bajas como 202 °C y liberan partículas de fluoropolímero vaporizadas a partir de 240 °C. Estas temperaturas se suelen alcanzar durante la cocción normal. Por ejemplo, al cocinar carne, la temperatura normal de fritura es de entre 204 y 232 °C. Cuando se calientan a 360 °C o más, los fluoropolímeros emiten vapores ácidos que pueden ser mortales para las aves. Esta temperatura se puede alcanzar cuando se cocina carne de pollos de engorde o cuando se usa la función de limpieza en algunos hornos autolimpiantes.

Los vapores de fluoropolímeros no son el único peligro químico doméstico potencial para las aves. Varios productos en aerosol (incluidos algunos ambientadores de alfombras), los plásticos fundidos o quemados en un horno microondas o los nuevos sistemas de calefacción por conductos también pueden ser irritantes o tóxicos para las aves enjauladas ( See also heading on page Peligros domésticos para las aves de compañía).

Los signos de envenenamiento incluyen dificultad para respirar, signos neurológicos y muerte súbita. La mayoría de las exposiciones son mortales antes de que se pueda actuar, pero si tiene tiempo, lleve al ave al aire libre y luego al veterinario tan pronto como sea posible. Es mejor ubicar la jaula de su ave en un área bien alejada de cualquier humo que pueda generarse como resultado del cocinado. Las jaulas deben estar siempre bien ventiladas.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre enfermedades bacterianas, enfermedades víricas e intoxicaciones de las aves de compañía.