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Comportamiento social normal en los caballos

PorGary M. Landsberg, BSc, DVM, MRCVS, DACVB, DECAWBM;Sagi Denenberg, DVM, DACVB, Dip. ECAWBM (Behaviour), MACVSc (Behaviour)
Revisado/Modificado mar 2019

Los caballos domésticos son animales sociales. En la naturaleza, viven en un grupo de harén o manada de 2 a 21 caballos, con uno o varios sementales, varias yeguas y sus crías. Un semental (el animal de mayor rango o el animal dominante) realiza la mayoría de la cría. Los sementales de alto rango son los primeros en acceder a las yeguas en celo y los primeros en desplazar a una yegua de otra manada. A menos que queden preñadas, las yeguas tienen un ciclo de más de 21 días durante los meses de primavera y verano.

Hay tres fases de comportamiento sexual en los caballos: cortejo, apareamiento y comportamiento posterior al apareamiento. Durante el cortejo, el semental se acerca a la yegua, hace cabriolas, la olfatea, la acaricia y la acicala. La yegua puede chillar, cocear o alejarse para mostrarle al semental que no está lista. Cuando está receptiva a la monta, puede quedarse quieta, desviar la cola y orinar, lo que lleva al semental a montarla. La reproducción en pastos suele tener más éxito que la reproducción "a mano" o controlada.

La ovulación (la liberación de un ovocito de un ovario) suele producirse mientras una yegua es sexualmente receptiva a un semental. La gestación dura entre 315 y 365 días, con una media de 340 días. Los factores que afectan a la duración de la gestación incluyen la nutrición, la época del año (tiempo más corto para la reproducción al final del verano) y el sexo del feto (un poco más largo para los potros machos). Las yeguas suelen parir por la noche, incluso cuando se les proporciona luz artificial. El vínculo entre la yegua y el potro se produce en las primeras 24 horas. La mayoría de los comportamientos de amamantamiento los inicia el potro y los termina la yegua, especialmente en el primer mes.

Durante el primer mes de vida, los potros son los que más dependen de sus madres y tienen un contacto mínimo con otros caballos. Pasan la mayor parte del tiempo descansando cerca de su madre. Es importante que los cuidadores proporcionen un manejo suave durante los primeros 42 días de vida. Aproximadamente a los 2 o 3 meses de edad, los potros se vuelven más sociales y comienzan a jugar con otros potros y a explorar su entorno. Los chasquidos (golpeteos con los dientes o mordisqueo) es un gesto facial que los caballos jóvenes muestran a los adultos, especialmente a los sementales. Su frecuencia alcanza un máximo a los 2 meses de edad, tras lo cual disminuye. Puede funcionar para disminuir la agresividad de los adultos, pero también es compatible con el comportamiento de lactación desplazado. No se trata de la misma conducta que chasquear los belfos, que constituye una amenaza agresiva en la cual las orejas se llevan hacia atrás y la boca se abre chasqueando los belfos, pero sin retraerlos.

Aproximadamente a los 4 meses de edad, los potros se vuelven más independientes de sus madres y comienzan a desarrollar relaciones con otros caballos. También comienzan a pasar más tiempo realizando comportamientos adultos, como pastar y descansar mientras están de pie. Los potros juegan más que las potras y participan en juegos diferentes a los de aquellas. Los juegos de los potros se centran más en las peleas y en las montas, mientras que los de las potras se centran más en correr y en acicalarse mutuamente. Las potras acicalan tanto a los potros como a las potras, mientras que los potros tienden a acicalar solo a las potras, lo que se ha interpretado como una práctica para el posterior comportamiento de cortejo. La experiencia social del juego aprendida a estas edades es importante para la interacción social normal en la vida adulta.

La mayoría de las potras y todos los potros abandonan la manada en la que nacieron antes de los 2 años de edad, cuando alcanzan la madurez sexual. Permanecen solos durante unos meses y luego se unen a otro grupo o establecen uno nuevo. Los sementales jóvenes forman manadas de solteros, y el semental de mayor rango dentro de este grupo suele ser el siguiente en adquirir una pareja. Las potras pueden unirse a una manada de solteros, pero se incorporan a menudo a otras manadas. Los sementales rara vez son solitarios; cuando esto ocurre, suelen ser ancianos y enfermos.

El rango en los caballos no está necesariamente asociado con la edad, el peso, la altura, el sexo o el tiempo en el grupo. La descendencia de las yeguas de alto rango parece ser de alto rango más tarde en la vida, lo que podría indicar tanto factores genéticos como de experiencia. Mientras que el rango en los machos se basa principalmente en el acceso a las hembras, el rango en las hembras está determinado por las yeguas que lideran las actividades del grupo (p. ej., la búsqueda de recursos como pozos de agua). Las manadas de caballos están muy estructuradas por las hembras y estas son las que deciden si marcharse o permanecer en un harén. Estas decisiones no se suelen basar en determinados sementales ni en sus características, sino en la valoración que hace la hembra de los recursos alimentarios. Las hembras de alto rango pueden interferir notoriamente en la crianza de los potros de las hembras de rango jerárquico inferior. Las yeguas forman amistades y son más propensas a acicalarse unas a otras. Este patrón es característico de muchos animales: el rango se determina principalmente por la forma en que los animales de rango inferior ceden ante los de rango superior, y no como resultado de un combate abierto.

Las relaciones dentro de la mayoría de los grupos de caballos son complejas y dependen de múltiples factores y sus interacciones (edad o tiempo de residencia en el grupo, sexo, tamaño y rango de la madre). Es importante tener en cuenta estos factores a la hora de abordar los problemas que puedan surgir en los caballos estabulados.

También existen efectos de rango entre las manadas. Las manadas constituidas por varios sementales predominan sobre los grupos con uno solo, probablemente porque los sementales de menor rango dentro de una manada son responsables de la mayoría de las peleas que se producen entre grupos. Las manadas que habitualmente ocupan un territorio o que utilizan un recurso (p. ej., un abrevadero) tienden a retenerlo. Los grupos, así como los individuos dentro de ellos, siguen patrones específicos de marcaje fecal.

Para más información

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