La conjuntiva es una membrana fina que recubre el interior de los párpados y se extiende hasta la córnea del ojo. Desempeña un papel en el movimiento de las lágrimas y el ojo, proporcionando protección para el ojo de invasores extraños y curando la córnea después de una lesión. Es importante identificar y tratar los problemas de la conjuntiva, porque algunos pueden indicar una enfermedad generalizada, mientras que otros pueden producir ceguera si no se tratan.
Los vasos sanguíneos rotos debajo de la conjuntiva puede ser el resultado de un traumatismo o un trastorno sanguíneo. Esta afección, por sí misma, no requiere tratamiento, pero es necesaria una inspección minuciosa para determinar si se han producido cambios más graves dentro del ojo. Si no hay indicios definitivos o historia de un traumatismo, entonces su veterinario realizará un examen completo para determinar la causa de la hemorragia espontánea.
La quemosis es la hinchazón del tejido conjuntival alrededor de la córnea. Se produce en cierto grado con todos los casos de inflamación, pero los ejemplos más llamativos se observan en los traumatismos, la deficiencia de proteínas en la sangre (hipoproteinemia), las reacciones alérgicas y las picaduras de insectos. Las picaduras de insectos se tratan con corticoesteroides tópicos y suelen curarse rápidamente. En otros casos se necesita un tratamiento específico para tratar la causa original.
Conjuntivitis (ojo rosa)
La conjuntivitis, también conocida como ojo rosa, puede producirse como resultado de muchas enfermedades diferentes que afectan al ojo o incluso a todo el organismo. Las causas varían desde infecciones (incluidas las causadas por bacterias, virus, hongos y parásitos) hasta irritantes ambientales. Los signos son enrojecimiento del ojo, hinchazón del tejido alrededor de la córnea (quemosis, véase anteriormente), secreción del ojo y molestias oculares leves. El aspecto de la conjuntiva no suele ser suficiente, por sí solo, para que su veterinario pueda diagnosticar la causa con solo una exploración física. Un diagnóstico específico a menudo requiere una anamnesis, una exploración física, pruebas de raspados conjuntivales, una prueba de la lágrima de Schirmer y, en ocasiones, una biopsia.
La conjuntivitis en un solo ojo puede ser el resultado de un cuerpo extraño, la inflamación del saco lagrimal (dacriocistitis) o el ojo seco. La conjuntivitis que se produce en ambos ojos suele estar causada por una infección por un virus o una bacteria. Por ejemplo, los herpesvirus pueden producir conjuntivitis en caballos. Los irritantes y alérgenos ambientales son otras causas comunes de conjuntivitis. Si hay una secreción llena de moco y pus, su veterinario puede recetar un antibiótico tópico. Sin embargo, el antibiótico por sí solo puede no producir la curación si están implicados otros factores. Su veterinario también comprobará la presencia de cuerpos extraños en el ojo, irritantes ambientales, parásitos y defectos en la forma o el contorno del párpado, ya que estos factores también contribuyen a la conjuntivitis. Dado que la conjuntivitis puede tener múltiples causas, su veterinario puede prescribir una combinación de tratamientos.
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