La sordera puede ser congénita (presente al nacimiento) o adquirida como resultado de una infección, traumatismo o degeneración del oído.
La sordera presente al nacimiento puede ser hereditaria, como se sabe que ocurre en los caballos con capa blanca, como los caballos American Paint.
La sordera adquirida puede deberse a la obstrucción del conducto auditivo externo, como ocurre en la otitis externa (inflamación del conducto auditivo externo) de larga duración, o puede producirse tras la destrucción o el daño del oído medio o interno. Otras causas incluyen un tipo de trastorno óseo conocido como osteoartropatía temporohioidea, tumores que afectan al oído o al tronco encefálico y el envejecimiento. En algunos de estos casos es posible la sordera de un oído o la pérdida parcial de la audición.
Los animales sordos de un oído pueden presentar signos sutiles de sordera o no tenerlos. Se puede utilizar una prueba electrónica (llamada respuesta evocada auditiva del tronco encefálico, o RATE) para evaluar la audición en caballos, pero solo suele estar disponible en los hospitales veterinarios de referencia con personal especialista.
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Consulte también el contenido para veterinarios sobre la sordera en animales.
