Los minerales que se encuentran naturalmente en la orina pueden agruparse para formar cristales diminutos. Cuando los cristales se agrupan, se forman urolitos (también conocidos como cálculos urinarios). Estos cálculos pueden desarrollarse en cualquier parte del aparato urinario, incluso en el riñón, el uréter, la vejiga o la uretra. Ciertos tipos de cálculos parecen haber aumentado en los gatos en los últimos años. La causa no está clara, pero los investigadores están analizando los efectos de la dieta para determinar si existe algún vínculo.
Los investigadores veterinarios no comprenden completamente qué causa la formación de cálculos ( ver Por qué desarrollan urolitos (cálculos) los gatos, más adelante). Hay muchos tipos diferentes de cálculos, cada uno formado por una mezcla compleja de varios minerales. Los tipos más comunes están formados por estruvita, oxalato de calcio y urato. Estos y otros tipos de cálculos solo se desarrollan en determinadas condiciones. Pueden estar causados por un problema con los propios minerales o por un problema con otras sustancias químicas presentes en la orina y que, en circunstancias normales, impiden la formación de cálculos. El ambiente de las vías urinarias también puede contribuir a la formación de cálculos. Todas estas afecciones pueden verse afectadas por infecciones del tracto urinario, la dieta, la digestión, la cantidad de orina que produce el gato, la frecuencia con la que orina, los medicamentos y la genética.
Los gatos con cálculos muy pequeños en el aparato urinario no suelen presentar signos. Sin embargo, los cálculos más grandes en las vías urinarias inferiores pueden interferir en la micción o irritar el revestimiento de la uretra. A su vez, estos problemas pueden causar incapacidad para orinar, sangre en la orina y micción lenta o dolorosa. Los cálculos renales (que son raros en los gatos) no suelen causar signos a menos que el riñón se inflame o los cálculos pasen al uréter. Si un uréter se obstruye con un cálculo, puede causar vómitos, depresión o dolor en el abdomen en el área alrededor de los riñones. Este dolor es particularmente común cuando ambos uréteres están obstruidos repentina y completamente; los líquidos se acumulan causando el agrandamiento de los riñones. El dolor es el único signo de cálculos en el uréter en un solo lado; sin embargo, el dolor puede ser difícil de detectar en los gatos. Si el uréter obstruido no se diagnostica de inmediato, se produce daño renal. Finalmente, se destruye el riñón bloqueado.
Los veterinarios pueden detectar ocasionalmente cálculos en la vejiga al presionar el abdomen del gato. Los cálculos en la uretra también pueden detectarse durante un examen rectal o cuando se intenta insertar un catéter. Puede haber muchos cálculos presentes a la vez. Si se localiza un cálculo, es importante examinar todo el tracto urinario para buscar otros. Las radiografías pueden detectar cálculos de tan solo 3 mm de tamaño. Su veterinario también realizará pruebas en la orina del gato (como un análisis de orina y un cultivo) y puede ser necesario realizar una ecografía u otras pruebas especializadas.
El tratamiento de los cálculos y la prevención de su retorno depende de su tipo y localización. El tratamiento y la prevención pueden incluir cirugía, una dieta especial, litotricia (un procedimiento que usa ondas sonoras para romper los cálculos) y medicación. Cuando se extraen los cálculos, su veterinario puede enviarlos a un laboratorio para su análisis. El conocimiento de los tipos de minerales que contiene el cálculo puede proporcionar la información necesaria para prescribir medicamentos que pueden prevenir la formación de más cálculos. Los gatos sometidos a tratamiento para los urolitos se deberán controlar de cerca, regresando a intervalos regulares para pruebas adicionales. También es importante eliminar cualquier infección del tracto urinario, evitar ciertos suplementos minerales y vitamínicos y fomentar el consumo adecuado de agua.
Obstrucción uretral
Los urolitos pueden alojarse en la uretra y bloquear el flujo de orina fuera de la vejiga. Esto se llama obstrucción uretral y es frecuente en los gatos machos. Puede producirse de repente o desarrollarse lentamente a lo largo de varios días o semanas. Al principio, el gato puede intentar orinar con frecuencia y producir solo un chorro fino, unas gotas o nada. Los gatos también pueden tener un dolor extremo y gritar al intentar orinar. La obstrucción completa hace que las toxinas se acumulen en el organismo en 1 o 2 días, lo que provoca depresión, falta de apetito, vómitos, diarrea, deshidratación, arritmias (ritmos cardiacos anormales), coma y la muerte en unos 3 días. La obstrucción uretral es una situación de urgencia, y su gato necesita ser tratado por un veterinario inmediatamente.
El tratamiento consiste en aliviar la obstrucción, ya sea empujando el cálculo hacia la vejiga con un catéter o extrayéndolo quirúrgicamente. Si el cálculo vuelve a introducirse en la vejiga, suele ser necesaria la cirugía para extraerlo, de modo que no vuelva a pasar a la uretra.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre los cálculos urinarios.