Piodermia significa literalmente "pus en la piel" y puede estar causada por infección, inflamación o cáncer. No es frecuente en gatos. La piodermia bacteriana suele estar causada por un crecimiento excesivo de bacterias que viven normal o temporalmente en la piel. La infección se suele desencadenar por una afección subyacente, como alergias, infestación por pulgas o ácaros y acné en el mentón. Sin embargo, cualquier enfermedad que cause picor y autotraumatismo puede desencadenar una piodermia. Las zonas cálidas y húmedas de la piel (como las áreas alrededor de la boca, los genitales y los dedos de los pies) tienen un mayor riesgo de infección.
El signo más común de la piodermia bacteriana es la descamación excesiva, especialmente en el lomo, cerca de la cola. Las escamas a menudo están perforadas por pelos. Casi nunca se encuentran pústulas intactas ("granos"). Es frecuente la aparición de pequeños bultos sólidos en la piel (llamada dermatitis miliar). Se suelen observar pérdida de pelo, llagas abiertas (úlceras), costras sanguinolentas y heridas supurantes cuando la piodermia está profundamente dentro de la piel. La piodermia profunda recurrente que no cicatriza en los gatos puede estar asociada a una enfermedad multisistémica, como la infección por el virus de la inmunodeficiencia felina o el virus de la leucemia felina, o por micobacterias atípicas.
El diagnóstico se basa en los signos. La evaluación microscópica de muestras tomadas de la piel también puede ser útil. También es importante identificar y tratar cualquier causa subyacente. Se necesitan múltiples raspados profundos de la piel para descartar las infestaciones parasitarias. También se pueden realizar cultivos bacterianos y fúngicos.
Las causas más comunes de una piodermia bacteriana que recidiva después del tratamiento incluyen el fallo para identificar un desencadenante subyacente o la interrupción prematura de los antibióticos. Por lo tanto, es importante seguir completamente las instrucciones de su veterinario para cualquier medicación. Los gatos suelen padecer simultáneamente infecciones bacterianas y por hongos en la piel, y no es raro que su veterinario trate ambas enfermedades.
El tratamiento antibiótico se suele prescribir durante al menos 3 semanas. Los piodermias de larga duración, recurrentes o profundas suelen necesitar 8-12 semanas o más para curarse completamente.
La atención al cepillado también es crucial. Se debe cortar el pelo en los gatos con piodermia profunda, y se recomienda un cepillado profesional en los gatos con pelo de medio a largo. Esto eliminará el exceso de pelo que puede atrapar residuos y bacterias y ayudará al aseo. Siga cuidadosamente las instrucciones de su veterinario con respecto al cepillado.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre la piodermia.