La piodermia superficial es una infección bacteriana limitada a las capas superiores de la piel y al folículo piloso. La infección suele ser secundaria a traumatismos locales, trastornos de la queratinización, infestación parasitaria, factores hormonales o alergias. En los perros, la piodermia superficial es la forma más frecuente de piodermia, y también es la razón más común para el uso de antimicrobianos en la clínica de pequeños animales. La realización de una citología cutánea es clave para la identificación de bacterias y células inflamatorias, y los cocos y los neutrófilos son los hallazgos más comunes. Por desgracia, el tratamiento de la piodermia se ha vuelto progresivamente más difícil debido a la presencia de bacterias resistentes a la meticilina y a múltiples fármacos. Identificar y controlar la causa subyacente es fundamental para evitar la recidiva.
Piodermia significa literalmente “pus en la piel”, y puede estar causada por etiologías infecciosas, inflamatorias y/o neoplásicas; cualquier proceso que dé como resultado la acumulación de un exudado neutrofílico puede denominarse piodermia. Sin embargo, lo más habitual es que la piodermia se refiera a las infecciones bacterianas de la piel. Las piodermias son comunes en los perros, pero menos en los gatos.
Cortesía del Dr. Stephen White.
Las piodermias bacterianas son infecciones simples o complejas. Las infecciones simples son las que se producen en animales jóvenes y se desencadenan por episodios únicos o simples (p. ej., la infestación por pulgas). Las infecciones complejas son recurrentes y están asociadas a enfermedades subyacentes, como:
Alergias (alergia a las pulgas, dermatitis atópica, alergia alimentaria).
enfermedades internas (particularmente endocrinopatías como hipotiroidismo o hiperadrenocorticismo)
afecciones seborreicas (incluidas enfermedades de las glándulas foliculares o sebáceas)
enfermedades parasitarias (p. ej., Demodex canis)
displasias foliculares
predisposiciones anatómicas (p. ej., pliegues cutáneos)
Las infecciones simples o complejas pueden ser superficiales o profundas. Las piodermias bacterianas limitadas a la epidermis y los folículos pilosos se denominan superficiales, mientras que las que afectan a la dermis, la dermis profunda o causan forunculosis se denominan profundas. La clasificación etiológica se refiere al microorganismo patógeno implicado en la infección (p. ej., estafilococos, estreptococos, etc.). Las infecciones superficiales son secundarias a otras diversas afecciones.
Etiología de la piodermia en perros y gatos
La piodermia bacteriana por lo general se origina por sobrecrecimiento/sobrecolonización de la flora residente normal o transitoria. l patógeno principal de los perros es Staphylococcus pseudintermedius.
Entre la flora residente normal de la piel de los perros también pueden encontrarse estafilococos coagulasa negativos, estreptococos,Micrococcus sp y Acinetobacter. Las bacterias transitorias de la piel canina incluyen Bacillus sp, Corynebacterium sp, Escherichia coli, Proteus mirabilis y Pseudomonas sp. Estos organismos pueden desempeñar un papel como patógenos secundarios, pero a menudo se requiere S pseudintermedius para que se produzca el proceso patológico. Entre la flora residente normal de la piel de los gatos se encuentran Acinetobacter sp, Micrococcus sp, estafilococos coagulasa negativos y estreptococos interferón alfahemolíticos. Las bacterias transitorias de la piel de los gatos comprenden Alcaligenes sp, Bacillus sp, E coli, P mirabilis, Pseudomonas sp, estafilococos coagulasa positivos y coagulasa negativos y estreptococos alfahemolíticos.
La piodermia se puede clasificar según la profundidad de la infección: de superficie, superficial o profunda. La piodermia de superficie incluye la dermatitis húmeda aguda (puntos calientes), la piodermia del pliegue (intertrigo) y el síndrome de sobrecrecimiento bacteriano (eritema con gran número de bacterias pero sin otros signos clínicos). El pioderma superficial o foliculitis bacteriana se extiende al interior del ostium folicular y al tejido epidérmico. La piodermia profunda es menos frecuente pero más grave, porque se expande hacia la dermis, con un mayor riesgo de bacteriemia. La piodermia profunda se puede observar con cualquier desencadenante subyacente o inmunodeficiencia adquirida, y se suele asociar a la demodicosis.
El factor más importante en las piodermias superficiales que permite que una bacteria colonice la superficie cutánea es la adherencia bacteriana o la "pegajosidad" a los queratinocitos. Las zonas calientes y húmedas de la piel, como los pliegues labiales, faciales, vulvares, de la cola y del cuello, y las zonas axilares, interdigitales o plantares, a menudo presentan recuentos bacterianos más elevados que otras zonas de la piel y presentan un riesgo mayor de infección. Los puntos de presión, como los codos y los corvejones, son propensos a las infecciones, probablemente por la irritación y la rotura folicular debidas a la presión crónica y repetida. Cualquier alteración de la piel que cambie el entorno normalmente seco a otro mas húmedo puede predisponer a la sobrecolonización de bacterias residentes o transitorias.
Hallazgos clínicos y lesiones de la piodermia en perros y gatos
En los perros, el pioderma superficial suele aparecer de la siguiente manera:
áreas multifocales de alopecia
pápulas o pústulas foliculares
collaretes epidérmicos
costras y escamas
El tronco y el vientre son los más afectados. Las lesiones menos frecuentes incluyen pústulas grandes y fluctuantes (impétigo bulloso), grandes áreas de alopecia con un borde eritematoso y escamoso (piodermia superficial extendida), erosiones o ulceraciones en las uniones mucocutáneas (piodermia mucocutánea), dolor y tractos supurantes en el dorso (forunculosis después del aseo), pápulas y nódulos en el hocico dorsal (forunculosis nasal), alopecia y placas liquenificadas (dermatitis por lamido acral).
Las características de la piodermia profunda en los perros son dolor, costras, olor y exudado purulento y hemorrágico. También puede observarse eritema, tumefacción, úlceras, costras hemorrágicas y ampollas, pérdida de pelo y tractos drenantes con un exudado serohemorrágico o purulento. El puente nasal, el mentón, los codos, los corvejones, las áreas interdigitales y los salientes óseos son más propensos a infecciones profundas, pero cualquier zona puede estar implicada. El granuloma acral por lamido y las áreas de dermatitis piotraumática son también manifestaciones clínicas de piodermia profunda. La forunculosis interdigital es otra manifestación de piodermia profunda.
La piodermia superficial en gatos normalmente se debe a Staphylococcus spp. A menudo se pasa por alto y se infradiagnostica. La piodermia felina es más común en las enfermedades alérgicas de la piel, las enfermedades parasitarias y el acné del mentón felino.
La dermatitis miliar puede ser una manifestación clínica de piodermia superficial. Los gatos con piodermias profundas a menudo presentan alopecia, úlceras, costras hemorrágicas y fístulas. En los gatos, las piodermias profundas recidivantes que no curan pueden asociarse a enfermedades sistémicas, como el virus de la inmunodeficiencia felina o la leucemia felina, o micobacterias atípicas.
Diagnóstico de la piodermia en perros y gatos
Basado en los síntomas clínicos, cultivo bacteriano y descartando otras causas de foliculitis
El diagnóstico de piodermia se basa en la presencia de lesiones características, confirmando la presencia de bacterias y descartando otras causas comunes de foliculitis como la demodicosis y la dermatofitosis. Para descartar la dermatofitosis se puede recurrir a la lámpara de Wood, al examen directo de los pelos para detectar la presencia de hifas o esporas, o al cultivo fúngico; los raspados cutáneos profundos negativos descartan la demodicosis folicular.
La citología cutánea es una de las herramientas más valiosas para el diagnóstico de la piodermia, ya que permite la identificación de células inflamatorias y bacterias. La citología cutánea también puede ayudar a identificar la dermatitis por Malassezia, que es una coinfección frecuente. El cultivo bacteriano y las pruebas de sensibilidad son particularmente importantes en los casos de piodermia recidivante debido a la mayor incidencia de infecciones resistentes y son esenciales en la selección del tratamiento antimicrobiano sistémico.
La citología cutánea debe realizarse desde el área de cultivo para confirmar la presencia de bacterias. La técnica utilizada para recoger las muestras varía según el tipo y la localización de la lesión. Los frotis por impresión se utilizan para recoger muestras después de abrir una pústula o pápula o de eliminar una costra. Se puede utilizar cinta adhesiva transparente para recoger muestras de lesiones secas, oleosas o difíciles de alcanzar con un portaobjetos de microscopio (p. ej., los espacios interdigitales). Los hisopos de algodón se utilizan para recoger muestras de los conductos auditivos, los tractos de drenaje, los pliegues ungueales y las lesiones cutáneas húmedas. Se puede utilizar una microespátula o una hoja de bisturí del n.° 10 para recoger muestras de zonas de difícil acceso, como los pliegues ungueales, y para exponer la piel de debajo de una costra o escama antes de realizar un frotis de impresión. Pueden usarse aspirados con aguja fina para recoger muestras de nódulos, placas y ampollas hemorrágicas.
Dado que las piodermias se desencadenan por problemas subyacentes, es necesario realizar pruebas diagnósticas y tratar los desencadenantes subyacentes. Las causas más frecuentes de piodermia recidivante incluyen la imposibilidad de identificar el desencadenante subyacente, un tratamiento antibiótico insuficiente (dosis demasiado baja o duración demasiado corta), el uso concomitante de glucocorticoides u otra terapia inmunosupresora, la elección equivocada del antibiótico o la dosis incorrecta.
Los desencadenantes subyacentes más comunes de piodermia superficial incluyen:
Alergias (dermatitis atópica, alimentaria y alergia a la picadura de pulga).
Endocrinopatías (hipotiroidismo, hiperadrenocorticismo).
trastornos de la queratinización
displasias foliculares
ectoparásitos
mal aseo
Tratamiento de la piodermia en perros y gatos
Identificar y controlar la causa subyacente es fundamental para evitar la recidiva.
Con la diseminación de Staphylococcus resistentes a la meticilina (SRM), y multirresistentes (SMRM), el tratamiento de la piodermia se ha vuelto más desafiante. La selección empírica de antibióticos sistémicos es cada vez más difícil, y debe basarse en los resultados del cultivo bacteriano y los resultados de la sensibilidad para los casos de piodermia superficial que no responden al tratamiento empírico, en animales con antecedentes de SRM y para todos los casos de piodermia profunda. El tratamiento sistémico es necesario para la piodermia profunda y para las infecciones superficiales diseminadas o graves; los casos leves y localizados de la piodermia superficial pueden tratarse únicamente con tratamientos tópicos. La terapia tópica también puede usarse como tratamiento coadyuvante para las piodermias superficiales y profundas, para disminuir la necesidad de tratamiento sistémico.
Debido a que Staphylococcus pseudintermedius, el patógeno más común asociado a piodermia, produce betalactamasa, se debe evitar el uso empírico de estos antibióticos:
penicilina
ampicilina
amoxicilina
La mayoría de las cepas también son resistentes a la tetraciclina y la estreptomicina.
Como consideración para el tratamiento sistémico, los agentes antimicrobianos se pueden clasificar en fármacos de primer y segundo nivel, según la probabilidad de que sean eficaces frente a los estafilococos y de su espectro de actividad frente a los patógenos gramnegativos. Los fármacos de primer nivel pueden usarse empíricamente en animales sin antecedentes de SRM. El tratamiento con agentes de segundo nivel, como las fluoroquinolonas, debe basarse siempre en los resultados del cultivo bacteriano y de la sensibilidad. La duración del tratamiento es importante para el éxito del tratamiento.
Los fármacos de primer nivel incluyen:
clindamicina
cefalosporinas de primera generación
amoxicilina-ácido clavulánico
sulfamidas potenciadas
Para la piodermia superficial, la duración del tratamiento ha de extenderse 7-10 días después de la curación clínica. Esto debe extenderse a 14-20 días después de la curación clínica de los animales con piodermia profunda.
Existe buena evidencia de que el tratamiento tópico puede ser eficaz como único tratamiento en la piodermia superficial, incluidos los casos con SRM. La mejor formulación que se debe utilizar variará según la extensión de las lesiones, el tipo de pelaje y la facilidad de aplicación. Hay disponibles champús, cremas, geles, pomadas y mousses. Los ingredientes activos de los champús antibacterianos incluyen:
Clorhexidina (2-4 %): mata las bacterias coagulando las proteínas citoplasmáticas bacterianas y deteriorando las membranas celulares bacterianas.
Peróxido de benzoílo (2,5-3 %): un agente oxidante que altera la membrana de la pared celular bacteriana aumentando la permeabilidad o provocando su rotura. También es desengrasante, por lo que podría secarse.
Lactato de etilo (10 %): se hidroliza en etanol y ácido láctico, por lo que ejerce una acción bacteriostática y bactericida.
Hipoclorito de sodio (0,005 %): un antiséptico bien tolerado que también muestra propiedades antiinflamatorias a través de la generación de radicales superóxido; tiene actividad dependiente de la concentración frente a bacterias gramnegativas y grampositivas.
Inmunomoduladores
Las bacterinas se definen como suspensiones, por lo general de bacterias lisadas o atenuadas, utilizadas como vacunas para aumentar la inmunidad a patógenos particulares o a una enfermedad, y se han utilizado esporádicamente en perros para la piodermia recidivante. El mecanismo de acción es poco conocido. La mejoría está determinada por una disminución en la frecuencia o gravedad de los signos. Cuando se usan bacterinas, es importante controlar primero la infección administrando un tratamiento antimicrobiano simultáneo durante las primeras 4-6 semanas. La dosis habitual es de 0,5 mL administrados por vía subcutánea 2 veces por semana durante 10-12 semanas. Si es eficaz, la frecuencia puede reducirse a una vez por semana o menos, pero en la mayoría de los casos es necesario un tratamiento de por vida.
Puntos clave
En los perros, la piodermia superficial es la forma más frecuente de piodermia, y también es la razón más común para el uso de antimicrobianos en la clínica de pequeños animales.
Con la identificación de Staphylococcus spp resistente a la meticilina y multirresistente a fármacos, el tratamiento de la piodermia se ha vuelto más complicado.
Dado que Staphylococcus pseudintermedius, el patógeno más común asociado a la piodermia, produce betalactamasa, debe evitarse el uso empírico de penicilina, amoxicilina y ampicilina.
Para más información
Guidelines for the diagnosis and antimicrobial therapy of canine superficial bacterial folliculitis (Antimicrobial Guidelines Working Group of the International Society for Companion Animal Infectious Diseases). Vet Dermatol, 2014 Jun;25(3):163-e43. Epub 2014 Apr 11.
Loeffler, A. Lloyd, D.H. What has changed in canine pyoderma? A narrative review. Vet Journal. May 2018, 235:73–82. https://doi.org/10.1016/j.tvjl.2018.04.002
Consulte también la información para propietarios sobre la piodermia en perros y gatos.