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Tumores de la piel en los gatos

PorKaren A. Moriello, DVM, DACVD
Revisado/Modificado ago 2018

Los tumores son crecimientos anormales de células. Los tumores que afectan a la piel o al tejido justo debajo de la piel son los tumores más frecuentes en los gatos. Esto se debe en parte a que son los tumores más visibles y en parte a que la piel está constantemente expuesta a muchos factores del entorno que causan tumores. Los carcinógenos químicos, la radiación solar y los virus pueden causar tumores cutáneos. Los factores hormonales y genéticos también pueden influir.

Es difícil distinguir entre un tumor y una enfermedad inflamatoria. Los tumores cutáneos pueden aparecer de muchas formas. Suelen ser pequeños bultos o protuberancias, pero también pueden presentarse como zonas sin pelo, manchas descoloridas, erupciones o úlceras que no cicatrizan. Dado que los tumores cutáneos son tan diversos, su identificación debe dejarse en manos de un veterinario.

Los tumores pueden ser benignos o malignos (cancerosos). Los tumores benignos no son invasivos, no se diseminan a otras zonas del cuerpo y son fáciles de extirpar quirúrgicamente. Los tumores malignos pueden diseminarse y causar daño al animal. Los tumores malignos pueden invadir el tejido circundante y diseminarse a órganos distantes. Distinguir un tumor benigno de un tumor canceroso requiere conocimientos especializados y equipo de laboratorio. Un veterinario puede realizar una aspiración de células con aguja fina o una biopsia (que extrae una pequeña cantidad de tejido de un tumor) para su evaluación.

El tratamiento depende sobre todo del tipo de tumor, de su localización y tamaño, y del estado físico general del animal. Para los tumores benignos que no están ulcerados y no afectan a la rutina normal del animal, el tratamiento puede no ser necesario. Esta podría ser la opción más prudente, especialmente en gatos mayores.

Existen varias opciones para los tumores malignos o benignos que inhiben las actividades normales o son estéticamente desagradables. Para la mayoría, la extirpación quirúrgica es la más eficaz, la menos costosa y la opción con menos efectos adversos. El láser y la crioterapia (congelación) también son opciones para tratar pequeños tumores superficiales benignos. Si se sospecha malignidad, el tejido circundante también puede extirparse quirúrgicamente. En el caso de los tumores que no pueden extirparse por completo, la extirpación parcial puede prolongar la vida del animal. El tratamiento con radiación o quimioterapia también puede usarse para proporcionarle a su gato el mejor resultado posible. Su veterinario le recomendará el tratamiento más adecuado para su gato.

Después de la extirpación quirúrgica, los tumores deben ser evaluados por un laboratorio para confirmar el tipo de tumor y si es probable que se haya extirpado todo el tumor. Esto último se realiza mediante la evaluación microscópica del borde del tejido resecado (los "márgenes") para ver si hay células tumorales presentes. Los márgenes "sucios" describen las células tumorales que se extienden hasta el borde del tejido extirpado, lo que indica que todavía quedan células tumorales en el cuerpo del gato. Los márgenes "estrechos" describen las células tumorales cercanas (pero no en el borde), lo que indica que las células tumorales podrían quedar en el lugar de la cirugía. Los márgenes "amplios" o "limpios" describen las células tumorales alejadas del borde del tejido extirpado, lo que indica que es poco probable que las células tumorales permanezcan en el lugar quirúrgico.

Además de los tumores de la piel y los folículos pilosos, existen tumores que afectan a la glándula ceruminosa del oído.

Tumores de células basales y carcinomas

Las células basales se encuentran en la base de la capa superior de la piel (la epidermis). Un crecimiento benigno de estas células es un tumor de células basales. Un crecimiento maligno es un carcinoma de células basales.

Los tumores de células basales son comunes en los gatos más mayores. Las razas Doméstica de pelo largo, Himalayo y Persa son las de mayor riesgo. Los tumores pueden desarrollarse en casi cualquier parte del organismo. Estos tumores suelen aparecer como bultos duros, solitarios, a menudo sin pelo o ulcerados. Los bultos pueden sobresalir como tallos de la superficie de la piel. Varían en tamaño desde menos de 1 cm hasta más de 10 cm de diámetro. En los gatos, estos tumores suelen ser de color oscuro. Pueden formarse quistes. Aunque los tumores de células basales son benignos, algunos crecen rápidamente y pueden causar una extensa ulceración e inflamación secundaria. La extirpación quirúrgica es un tratamiento eficaz.

Los carcinomas de células basales son tumores malignos que se producen con mayor frecuencia en gatos mayores. Los Persas son más propensos. Suelen aparecer como úlceras en la cabeza, las patas o el cuello. Al contrario que los tumores benignos de células basales, estos carcinomas no suelen elevarse en la piel. Se diseminan formando nuevas úlceras. La extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección. Estos tumores se diseminan a la piel vecina, pero rara vez a otros órganos.

Tumores fibroblásticos benignos

Los tumores fibroblásticos benignos incluyen los tumores conocidos como nevus colágenos y fibromas.

Los nevus colágenos son acumulaciones benignas de colágeno que son poco frecuentes en los gatos. Se suelen encontrar en gatos de edad media o mayores, con mayor frecuencia en las patas, la cabeza, el cuello y las zonas predispuestas a traumatismos. Son bultos planos o elevados que se desarrollan en la capa dérmica de la piel o en la grasa debajo de la piel. La extirpación quirúrgica de ambas formas suele ser eficaz. Con poca frecuencia, algunos pueden crecer demasiado para poder ser extirpados quirúrgicamente.

Los fibromas suelen comenzar en la capa dérmica de la piel y tienen bordes bien definidos. Aunque son más frecuentes en los perros, todos los animales domésticos pueden desarrollar fibromas. Suelen ser benignos. Aparecen como bultos elevados, a menudo sin pelo, que pueden palparse duros y gomosos o blandos y llenos de líquido. A menos que los fibromas sean malignos o interfieran en las actividades o el aspecto del gato, el tratamiento es opcional. En algunos casos, los fibromas pueden llegar a ser bastante grandes. En estos casos se recomienda la extirpación quirúrgica para que el gato se sienta más cómodo.

Tumores de los vasos sanguíneos

Los hemangiomas son bultos únicos o múltiples, circulares, a menudo comprimibles, de color rojo a negro. Se parecen a los vasos sanguíneos y algunos pueden parecer "ampollas de sangre". Son tumores poco frecuentes en gatos adultos y se desarrollan con mayor frecuencia en la cabeza, las patas y el abdomen. Los hemangiomas son benignos pero tienden a desarrollar úlceras y a hacerse bastante grandes. Es importante identificar el tipo de tumor para asegurarse de que no sea un tumor maligno, por lo que la extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección. Sin embargo, los tumores pueden ser grandes y afectar a la parte inferior de las extremidades, dificultando la extirpación quirúrgica. En estos casos puede ser necesaria la congelación (crioterapia) o la radiación. Estos tumores no se suelen diseminar a nuevos sitios después de la extirpación quirúrgica completa.

Los angiosarcomas (también llamados hemangiosarcoma, linfangiosarcoma y angioendotelioma) son los tumores de tejidos blandos más propensos a crecer rápidamente y diseminarse a otras localizaciones. Estos tumores pueden surgir en cualquier momento, pero parecen darse con mayor frecuencia en gatos machos castrados de mayor edad. Cuando están presentes, se suelen encontrar en las patas y el tronco del gato. Algunas formas de angiosarcomas se han asociado con la exposición prolongada al sol, especialmente en gatos con capa blanca.

Los angiosarcomas pueden tener un aspecto muy variado. Lo más habitual es que aparezcan como uno o varios bultos rojos en la piel o en los tejidos blandos subyacentes. Con menor frecuencia aparecen como un moratón mal definido. Estos tumores crecen rápidamente y se diseminan, especialmente a los pulmones y al hígado. En la mayoría de los casos, la extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección. Debido a que estos tumores a menudo se diseminan por todo el cuerpo, su veterinario extirpará tanto el tumor como un amplio margen de tejido que lo rodea. Para los tumores superficiales se puede utilizar la criocirugía (congelación) según sea necesario. Evitando la exposición solar se puede reducir el desarrollo de nuevos tumores. Hay otros tipos de tratamientos disponibles. Hable con su veterinario o con un oncólogo veterinario para obtener más información sobre las opciones de tratamiento.

Quistes cutáneos queratinizados

Algunos gatos desarrollan quistes que están llenos de queratina, una proteína de la piel. Estos se describen como quistes cutáneos queratinizados. Los quistes son benignos y tienen un núcleo duro o sólido. La mayoría de estos quistes son malformaciones de los folículos pilosos y pueden ser del mismo color que el pelo. Solo se encuentran ocasionalmente en gatos. Los quistes pueden ser solitarios o múltiples. La extirpación quirúrgica es el tratamiento habitual. No apriete los quistes queratinizados porque liberarán queratina en los tejidos circundantes y provocarán una inflamación grave.

Los poros de Winer dilatados son crecimientos poco frecuentes de los folículos pilosos que solo se reconocen en gatos de edad avanzada. Los machos pueden estar predispuestos. Los crecimientos se desarrollan con mayor frecuencia en la cabeza. Son solitarios, tienen forma de cúpula y se asemejan mucho a una gran espinilla. La queratina puede sobresalir de la superficie, dando al crecimiento la apariencia de un cuerno cutáneo. Estos quistes son benignos y pueden curarse con la extirpación quirúrgica completa.

Lipomas y liposarcomas

Los lipomas son tumores benignos de tejido graso (adiposo) que se encuentran ocasionalmente en los gatos. Los gatos Siameses machos castrados y mayores son los que más riesgo tienen de padecer estos tumores. Se encuentran con mayor frecuencia en el abdomen. La obesidad no parece ser un factor en el desarrollo de lipomas en los gatos. Los lipomas suelen aparecer como masas blandas, ocasionalmente finas y con bultos discretos. La mayoría se mueve libremente cuando se tocan. Puede haber múltiples lipomas. Muchos lipomas se fusionan con el tejido adiposo sano adyacente, lo que dificulta al veterinario la identificación del borde del tumor.

A pesar de su naturaleza benigna, los lipomas no deben ignorarse, porque tienden a crecer y pueden ser indistinguibles de los lipomas infiltrativos o de los liposarcomas (véase más adelante). La extirpación quirúrgica es el tratamiento.

Los lipomas infiltrativos son muy poco frecuentes en gatos. Cuando se encuentran, se suelen tratar como tumores malignos, aunque rara vez se diseminan a otros órganos. Estos tumores son bultos blandos y abultados en la capa de grasa debajo de la piel. Pueden extenderse a los músculos subyacentes y al tejido conectivo. Los lipomas invasivos se consideran sarcomas de malignidad parcial. Si no se extirpa todo el tumor, se puede diseminar a los tejidos cercanos. La cirugía para extirpar el tumor y un amplio margen de tejido circundante suele ser el tratamiento de elección. La amputación puede ser necesaria.

Los liposarcomas son tumores raros que son abultados y de blandos a duros. Los liposarcomas son tumores malignos que tienen un bajo potencial de diseminación a otros órganos. En los gatos, la infección por el virus de la leucemia felina se ha asociado con poca frecuencia a estos tumores. Se recomienda la extirpación quirúrgica amplia del tumor más el tejido circundante. La recidiva es frecuente, por lo que puede ser necesario un tratamiento de radioterapia de seguimiento.

Tumores linfoides de la piel

El linfoma o el linfosarcoma es un cáncer de la sangre y del sistema linfático. Una forma rara de linfoma puede aparecer primero como infiltraciones linfoides de la piel, causando tumores distintivos. El linfosarcoma en los gatos suele comenzar en otras partes del organismo, como el tracto intestinal o el sistema linfático. A partir de ahí, ocasionalmente puede extenderse a la piel. El linfoma está asociado a la infección por el virus de la leucemia felina. Hay dos formas de linfoma cutáneo: epiteliotrópico y no epiteliotrópico.

El linfosarcoma cutáneo epiteliotrópico es la forma más frecuentemente reconocida de tumores cutáneos linfoides en los gatos. Entre los gatos, la enfermedad tiende a desarrollarse en los animales más mayores. Los signos suelen ser sumamente sutiles. Los tumores suelen aparecer inicialmente como una placa costrosa que puede picar. El diagnóstico preciso en las primeras fases es difícil. Por lo tanto, se utilizarán raspados de piel, biopsias y otras herramientas diagnósticas para identificar los tejidos sospechosos. Los tumores evolucionan hacia un linfosarcoma cutáneo inconfundible. Se desconoce si los medicamentos utilizados para tratar la afección en perros funcionan en gatos. Sin embargo, un nuevo tratamiento del sistema inmunitario puede ser una opción de tratamiento viable. Hable con su veterinario o con un oncólogo veterinario para obtener más información.

El linfosarcoma cutáneo no epiteliotrópico pueden aparecer como tumores únicos o múltiples que se desarrollan con mayor probabilidad en el tronco de los gatos. La enfermedad se presenta en gatos de mediana edad o mayores. Los tumores son parches gruesos o bultos que pueden producir pérdida de pelo o úlceras cutáneas. La enfermedad se disemina rápidamente. Incluso cuando se extirpa quirúrgicamente un bulto solitario, es probable que reaparezca. Se desconoce un tratamiento definitivo, pero puede haber varios tratamientos disponibles a través de su veterinario u oncólogo veterinario.

Mastocitomas

Los mastocitomas son un tipo de tumor llamado así por el tipo de célula cutánea a partir del cual crecen. Los mastocitomas son el segundo tumor cutáneo más común en los gatos. También existen formas de sarcoma de mastocitos generalizadas, de células sanguíneas, esplénicas y del tracto digestivo. Puede haber más de un tumor en la piel.

Se producen dos variantes distintas: una de tipo mastocitario y otra de tipo histiocítico. El tipo mastocitario es más común. Se encuentran principalmente en gatos mayores de 4 años. Se pueden desarrollar en cualquier parte del cuerpo, pero se encuentran más frecuentemente en la cabeza y el cuello. Los tumores son bultos simples, sin pelo, por lo general de 2 a 3 cm de diámetro. Ocasionalmente, estos tumores pueden extenderse a la grasa bajo la piel. Estos tumores suelen ser benignos. La extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección; el 30 % de los tumores de este tipo reaparecen tras la cirugía y algunos se diseminan a otros órganos. La congelación (criocirugía), la quimioterapia y la radioterapia son algunas de las opciones utilizadas por los veterinarios para tratar múltiples tumores recurrentes en gatos.

El tipo histiocítico del mastocitoma cutáneo en gatos se reconoce principalmente en los gatos Siameses menores de 4 años de edad. Los tumores pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo y aparecen como bultos múltiples, pequeños (menos de 1 cm de diámetro) y duros bajo la superficie de la piel. Los gatos mayores suelen tener menos tumores. Esta variante puede ser difícil de distinguir de los bultos causados por inflamación. Dado que estos tumores a veces desaparecen por sí solos, el tratamiento puede no ser necesario.

Melanomas

Un melanoma es un tumor cutáneo que se desarrolla a partir de los melanocitos (las células que crean el pigmento o el color de la piel). Son poco frecuentes en los gatos y pueden ser malignos (llamados melanomas malignos) o benignos (llamados melanocitomas). A diferencia de las personas, el daño solar rara vez se asocia con melanomas en los gatos.

Los melanomas en los gatos se encuentran con mayor frecuencia en la cabeza (especialmente en las orejas), el cuello y la parte inferior de las patas en los gatos de mediana edad o mayores. Pueden aparecer como manchas, parches o masas elevadas o planas. La mayoría tiene una superficie oscura, que puede estar ulcerada o no. Aunque suelen ser solitarios, estos tumores pueden ser múltiples. La extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección y ofrece un buen resultado para los tumores benignos.

Neurofibromas y neurofibrosarcomas

Los neurofibromas y los neurofibrosarcomas (también llamados tumores de la vaina nerviosa) son tumores que crecen en el tejido conectivo alrededor de un nervio. Se encuentran en gatos mayores. Cuando aparecen en la piel, estos tumores se presentan como bultos blancos y duros. Algunos de estos tumores son benignos, pero la mayoría son localmente invasivos, pero no se diseminan a órganos distantes. El tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica completa. La radioterapia de seguimiento u otras terapias pueden retrasar el crecimiento del tumor.

Tumores de las glándulas sebáceas

Las glándulas sebáceas secretan aceite (sebo) en los folículos pilosos y en la piel. Los tumores y las afecciones de tipo tumoral de las glándulas sebáceas son infrecuentes en los gatos. Los gatos mayores tienen más probabilidades de desarrollar estos tumores que los gatos jóvenes o de mediana edad.

La hiperplasia de las glándulas sebáceas es un sobrecrecimiento benigno de células de las glándulas sebáceas. Estos tumores suelen ser pequeños (menos de 1 cm) y es más probable que se produzcan en la cabeza o el abdomen. Pueden estar cubiertos por pequeños bultos y tener una superficie brillante.

Los adenomas de glándulas sebáceas son tumores benignos comunes en gatos y perros. Los gatos Persas son la raza más predispuesta. Tienen un aspecto similar pero más grande que la hiperplasia de las glándulas sebáceas. Cuando se producen tumores, suelen encontrarse en varios lugares. Se producen en cualquier parte del cuerpo, pero se encuentran con más frecuencia en la cabeza. Los adenomas sebáceos pueden estar cubiertos de una costra e inflamados con pus.

Los adenocarcinomas de glándulas sebáceas son la forma maligna más rara de estos tumores. Se producen en gatos de mediana edad o mayores. Las gatas pueden estar predispuestas. Son difíciles de distinguir de los adenomas de las glándulas sebáceas o de otros carcinomas cutáneos. Por lo general se requiere una biopsia (estudio de laboratorio de una muestra de tejido del tumor) para establecer un diagnóstico definitivo. Estos tumores se diseminan dentro de la piel y pueden extenderse a los nódulos linfáticos regionales en una fase avanzada de la enfermedad.

Una vez establecido el diagnóstico, el tratamiento es opcional para los tumores benignos de las glándulas sebáceas, a menos que estén inflamados e infectados. En el caso de los adenocarcinomas malignos, el tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica (tanto del tumor como del tejido adyacente, incluidos los nódulos linfáticos afectados). También se puede prescribir tratamiento con radiación. Incluso los crecimientos benignos de las glándulas sebáceas recidivan si el tumor no se elimina por completo. Además, los gatos que desarrollan un tumor en las glándulas sebáceas suelen desarrollar nuevos tumores en otros lugares. Su veterinario puede recomendar la consulta con un especialista en el tratamiento del cáncer (oncólogo) o trastornos de la piel (dermatólogo) para proporcionar el mejor tratamiento para su gato.

Tumores de células gigantes de tejidos blandos (histiocitomas fibrosos)

Los histiocitomas fibrosos malignos se encuentran con mayor frecuencia en la piel y los tejidos blandos de los gatos mayores. Son más comunes en la parte inferior de las patas o en la parte inferior del cuello, pero también pueden aparecer en los puntos de vacunación. Rara vez se diseminan a otras localizaciones del organismo, pero tienden a invadir los tejidos circundantes y vuelven después de la extirpación quirúrgica. Debido a que estos tumores recidivan a menudo, su veterinario extirpará el tumor y parte del tejido circundante. Esto es necesario para proporcionarle a su gato el mejor resultado posible.

Sarcomas de tejidos blandos

Los sarcomas son tumores del tejido conectivo: los tejidos que conectan o sostienen otras partes del organismo. Los sarcomas de tejidos blandos son tumores del tejido conectivo blando, como el músculo, los tendones, los vasos sanguíneos y la grasa. Dado que el tejido conectivo blando se puede encontrar en todo el organismo, estos tumores pueden aparecer en cualquier parte. Estos tumores a menudo se denominan sarcomas de "células fusiformes".

En general, los sarcomas de tejidos blandos tienden a invadir los tejidos circundantes, pero no se extienden a otros órganos. Los sarcomas en la superficie de la piel tienden a tener un comportamiento más benigno, mientras que los sarcomas profundos tienden a ser más malignos. Además, cuanto más extenso sea el tumor, más probable es que sea maligno. Un tumor de crecimiento rápido tiene mayor probabilidad de ser maligno que uno de desarrollo lento. Algunos sarcomas se encuentran en los puntos de vacunación en los gatos.

Muchos sarcomas tienen forma de pulpo, con tentáculos que se extienden profundamente en el tejido circundante. El diagnóstico consiste en encontrar una masa en el gato y confirmar que las células del tumor son células fusiformes. Las células se obtienen mejor mediante una biopsia.

La extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección. Dado que grupos de células tumorales demasiado pequeños para ser vistos crecen como tentáculos a partir del tumor principal, su veterinario extirpará no solo el tumor fácilmente visible (la cabeza del pulpo) sino también un amplio margen de tejido que lo rodea. En algunos casos, la amputación puede ser necesaria porque el tumor no se puede extirpar completamente de una pata. La mejor oportunidad, si no la única, de extirpar completamente un sarcoma es durante la cirugía inicial. Los sarcomas que recidivan tienen un mayor potencial de invasión a los tejidos más profundos y se extienden a otras partes del organismo. Las cirugías posteriores para los tumores recurrentes pueden no aumentar la supervivencia a largo plazo del gato. Los sarcomas de células fusiformes no suelen responder bien a las dosis convencionales de radiación. Las dosis más altas han tenido cierto éxito. La extirpación quirúrgica seguida de tratamiento con radiación o el tratamiento con radiación administrado antes de la cirugía pueden proporcionar un intervalo libre de tumor más prolongado. La quimioterapia para los sarcomas se ha convertido en un medio de tratamiento más común. Aunque la quimioterapia puede mejorar la calidad de vida y prolongar la vida de un gato afectado, rara vez proporciona una cura completa.

La fibromatosis es un engrosamiento y crecimiento invasivo en las vainas del tendón. Las fibromatosis se diagnostican con poca frecuencia en los gatos. Son localmente invasivos pero no se diseminan a órganos distantes. Si es posible, la extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección. La recidiva es común, y el tratamiento con radioterapia puede ser útil.

Los fibrosarcomas crecen rápidamente y pueden extenderse a otros lugares. Estos son los tumores de tejidos blandos más comunes en los gatos. Los fibrosarcomas varían notablemente en su apariencia y tamaño. Los tumores que surgen debajo de la superficie de la piel pueden aparecer abultados. Los que surgen en la grasa u otros tejidos bajo la superficie de la piel pueden pasar desapercibidos a menos que se realice una exploración física exhaustiva y práctica. Son duros y carnosos y aparecen profundamente en la piel y la grasa subyacente. A menudo invaden los músculos. Cuando los tumores son múltiples, suelen producirse dentro de la misma zona del cuerpo.

En los gatos se reconocen tres formas de fibrosarcoma: una forma múltiple que se suele encontrar en gatos menores de 4 años y está causada por el virus del sarcoma felino; una forma solitaria en el gato joven o mayor, no causada por el virus del sarcoma felino, y un tumor que se desarrolla en los tejidos blandos donde se suele vacunar a los gatos. (véase Tumores asociados a la vacuna, más adelante.)

La extirpación quirúrgica por parte de un cirujano certificado se considera el mejor tratamiento; sin embargo, la eliminación completa es muy difícil de conseguir. Al extirpar un fibrosarcoma, el veterinario extirpará no solo el tumor, sino también un margen de tejido amplio y profundo alrededor del tumor. Dado que es difícil determinar los bordes del tumor, la recidiva es frecuente. Más del 70 % recidiva dentro del primer año de la cirugía inicial. La tasa de recidiva es mayor del 90 % para los sarcomas asociados con las vacunaciones. Incluso cuando la extirpación quirúrgica parece completa, la recidiva sigue siendo la norma. Se recomienda el tratamiento con radiación y quimioterapia para aumentar el intervalo libre de tumor. La quimioterapia se ha recomendado para los tumores que no se pueden extirpar. Teniendo en cuenta la naturaleza invasiva de estos tumores, puede ser apropiado consultar con un oncólogo veterinario (un especialista en el tratamiento del cáncer).

Fibrosarcoma, gato

Tumores asociados a la vacuna (sarcomas en el punto de inyección)

En la década de 1990, los veterinarios observaron un aumento en la frecuencia de fibrosarcomas y otros sarcomas debajo de la piel de los gatos. Los tumores se localizan a menudo en los puntos donde se administran las vacunas, como entre los omóplatos, en las extremidades traseras o en el dorso. Suelen aparecer como bultos o manchas duras en estas zonas, pero es necesario realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico.

Algunas vacunas, como ciertas vacunas frente a la rabia y la leucemia felina, se han relacionado con un mayor riesgo de padecer este tumor. Los adyuvantes, que son compuestos añadidos a una vacuna para estimular la respuesta inmunitaria del animal, pueden ser uno de los muchos factores que causan los tumores. En los últimos años, otros tipos de inyecciones se han asociado con el desarrollo de estos sarcomas, y estos tumores se han renombrado sarcomas en el punto de inyección. Dado que los tumores a menudo se diseminan localmente y pueden ser difíciles de extirpar, se han modificado las recomendaciones de vacunación. Los cambios pueden incluir vacunar a los gatos con menos frecuencia, hacer coincidir las vacunas que se administran con el riesgo de infecciones a las que el gato puede estar expuesto y administrar inyecciones en la pata para facilitar la extirpación del tumor si es necesario. Los fabricantes de vacunas también están investigando vacunas más eficaces y nuevas formas de administrarlas que eliminan la necesidad de añadir adyuvantes.

Sin embargo, los propietarios de gatos deben ser conscientes de que el riesgo global de este tumor es bajo. Las estimaciones van desde 1 de cada 1000 hasta 1 de cada 10 000 gatos afectados. La protección contra la enfermedad que proporcionan las vacunas superará con creces el riesgo en la mayoría de los casos. Su veterinario puede recomendarle las vacunas y el programa de vacunación que mejor se adapte a su gato, teniendo en cuenta factores como la edad, la salud y la exposición a otros animales.

Carcinomas de células escamosas

Los carcinomas de células escamosas son tumores frecuentes de la piel y la boca. Al principio, estos tumores pueden aparecer como pequeñas úlceras que no se curan. A medida que crecen, a menudo se convierten en bultos irregulares que pueden o no tener úlceras abiertas. Es más frecuente un único tumor, pero pueden aparecer múltiples tumores, especialmente en áreas dañadas por el sol. Los carcinomas de células escamosas suelen ser invasivos en los tejidos y huesos adyacentes. También se pueden diseminar a otras partes del organismo.

La exposición prolongada a la luz solar es una causa importante de carcinomas de células escamosas de la piel. Los gatos que son total o parcialmente blancos tienen menos protección contra el sol y suelen estar afectados. Las anomalías suelen desarrollarse en las orejas, las crestas de los ojos, los párpados, la nariz o los labios de los gatos que tienen la piel blanca en estas regiones. Antes de que se desarrolle un tumor maligno, los gatos a menudo desarrollan queratosis solar. Los signos de la queratosis solar incluyen engrosamiento y decoloración de la piel. Los tumores de células escamosas de la piel se tratan con cirugía para extirpar el tumor y los tejidos circundantes. Sin embargo, también se pueden utilizar cremas tópicas que modifican el sistema inmunitario, terapia con láser, crioterapia (congelación), quimioterapia tópica o radioterapia. Limitar la exposición a la radiación ultravioleta puede ayudar a prevenir los carcinomas de células escamosas de la piel. Esto puede conseguirse utilizando pantallas ultravioletas en las ventanas, protectores solares y manteniendo a su gato en el interior durante las horas de máxima luz solar (entre las 10 de la mañana y las 2 de la tarde). Antes de usar un protector solar en su gato, consulte a su veterinario para obtener recomendaciones. Los productos de protección solar preparados para uso humano no siempre son seguros para los gatos y nunca deben usarse alrededor de los ojos.

Los carcinomas orales de células escamosas pueden aparecer en la boca y en la lengua de los gatos y no están causados por daño solar. Los hábitos de aseo de los gatos los exponen a carcinógenos (como el humo del cigarrillo y los collares antipulgas), que aumentan su riesgo de desarrollar estos carcinomas de células escamosas. La mayoría de los carcinomas orales de células escamosas son lesiones únicas y ulceradas. Los gatos afectados pueden tener mal aliento, babear excesivamente, tener problemas para tragar o negarse a comer. A menudo se asemejan a una enfermedad dental porque afectan a los dientes y al hueso de la mandíbula o maxilar. Las lesiones ulcerativas invaden otros tejidos locales. Una biopsia para confirmar el diagnóstico puede ayudar a planificar el tratamiento. La cirugía oral especializada para extirpar el hueso afectado es el tratamiento recomendado, pero es difícil para los gatos porque necesitarán sondas de alimentación. La cirugía va seguida de radioterapia. La quimioterapia puede ser de ayuda limitada en algunos casos. El pronóstico es de reservado a malo en la mayoría de los casos, a menos que el tumor se diagnostique y trate pronto. La mayoría de los gatos tienen enfermedad avanzada en el momento del diagnóstico.

Carcinoma de células escamosas, gato

La enfermedad de Bowen felina (también conocida como carcinoma multicéntrico de células escamosas felino in situ) es una enfermedad de los gatos de edad (más de 10 años) que puede estar asociada a una inmunidad reducida. Los tumores aparecen como múltiples manchas y bultos discretos de color rojo, negro o marrón. Su desarrollo está asociado a la presencia de un papilomavirus. Los gatos afectados a menudo están enfermos o tienen un sistema inmunitario debilitado. Las lesiones crecen en la superficie de la piel, pero finalmente estos tumores pueden cambiar a una forma que se disemina a los tejidos subyacentes. Es poco probable que los tumores se extiendan a otras partes del organismo. Ningún tratamiento ha demostrado ser completamente satisfactorio; no obstante, la crioterapia (congelación), el tratamiento con radiación localizada y el tratamiento tópico pueden controlar inicialmente las lesiones.

Tumores de las glándulas sudoríparas

Hay dos tipos de glándulas sudoríparas: apocrinas y ecrinas. Las glándulas apocrinas están presentes en todos los folículos pilosos y los sacos anales. En el canal auditivo están presentes glándulas apocrinas modificadas llamadas glándulas ceruminosas. Las glándulas apocrinas no producen sudor en los gatos, sino que producen un aceite con un olor distintivo que se usa para atraer a las parejas, marcar territorios y advertir a otros animales. Las glándulas ecrinas se encuentran en las almohadillas de los gatos y producen sudor. Los tumores de la glándula ecrina son extremadamente raros.

Los quistes de las glándulas apocrinas (dilataciones quísticas de las glándulas apocrinas) se encuentran en gatos de mediana edad o mayores. Tienen dos formas. En la forma quística, se desarrollan uno o más quistes en la dermis media o superior, pero tienen poca relación con los folículos pilosos. También existe una forma más dispersa en la que las glándulas apocrinas asociadas con múltiples folículos pilosos están dilatadas. Aparecen como bultos o ampollas cutáneas llenas de líquido y se producen con mayor frecuencia en la cabeza y el cuello. El tratamiento es mediante extracción quirúrgica.

Los adenomas de las glándulas apocrinas se producen en los gatos más viejos como quistes firmes o blandos, rara vez mayores de 4 cm de diámetro, en la base de la glándula sudorípara. Contienen cantidades variables de líquido claro a marrón. En los gatos, el líquido puede tener una pigmentación oscura. Los adenomas apocrinos son más probables en los gatos machos que en las hembras. La gran mayoría de estos adenomas se producen en la cabeza, especialmente en las orejas.

Los adenomas apocrinos del conducto son menos frecuentes. Se encuentran en gatos mayores y aparecen más cerca de la superficie de la piel. Suelen ser más pequeños, más duros y menos quísticos que los adenomas apocrinos.

Los adenomas apocrinos y los adenomas apocrinos del conducto son benignos y la extirpación quirúrgica completa cura la afección.

Los adenocarcinomas de glándulas apocrinas son tumores malignos de las glándulas sudoríparas. Los gatos Siameses pueden estar predispuestos. Este tumor se produce con mayor frecuencia donde las patas se encuentran con el tronco y en la ingle. Los adenocarcinomas de las glándulas apocrinas suelen ser más grandes que los adenomas. Su aspecto varía desde gruesos bultos hasta úlceras. Estos tumores invaden el tejido circundante y a menudo se diseminan a los nódulos linfáticos o, con menor frecuencia, a los órganos internos o la piel. La extirpación quirúrgica completa es el tratamiento de elección para los adenocarcinomas de las glándulas apocrinas. Se sabe poco acerca de la respuesta de estos tumores a la quimioterapia sola o en combinación con la cirugía.

Tumores de los folículos pilosos

Los tricoepiteliomas son tumores poco frecuentes que afectan a los folículos pilosos en los gatos. Aparecen tanto formas benignas como malignas de estos tumores. Los tumores del folículo piloso pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en la cabeza, la cola y las patas. Las formas benignas aparecen como quistes de 1 a 5 cm de diámetro en las capas media e inferior de la piel. La expansión de los quistes o el autotraumatismo pueden causar úlceras cutáneas que pueden supurar material amarillo con aspecto de queso. El tratamiento es mediante extracción quirúrgica. Sin embargo, los gatos que desarrollan un tumor de este tipo son propensos a desarrollar más en otros lugares.

Los tricoepiteliomas malignos son mucho menos frecuentes que la forma benigna. Se extienden a la superficie de la piel y causan inflamación extensa, muerte tisular y fibrosis. La diseminación a otros órganos es infrecuente. La cirugía es necesaria para extirpar los tricoepiteliomas malignos. Debido a que se diseminan, su veterinario probablemente también extirpará tejido alrededor del tumor.

Tumores que se originan fuera de la piel (tumores metastásicos)

Los tumores que se diseminan desde un lugar de origen en el organismo a otras localizaciones del organismo se describen como tumores metastásicos. Es inusual que los tumores que se originan en otra parte del organismo se diseminen (metastaticen) a la piel. Aunque cualquier tumor podría extenderse potencialmente a la piel, los más comunes incluyen el carcinoma de células escamosas, así como los tumores malignos de los vasos sanguíneos, la vejiga, el pulmón, los genitales y la mama. Los tumores pulmonares malignos son propensos a extenderse a las almohadillas o las patas. Si se encuentra un tumor metastásico en una o más patas de un gato, los veterinarios por lo general comprobarán la presencia de cáncer de pulmón. Los tumores metastásicos que afectan a la piel se asocian con un mal pronóstico de recuperación.

Sarcomas indiferenciados y anaplásicos

Estos son cánceres de células mesenquimales y no son comunes en gatos. Las células mesenquimales son las células que se convierten en tejido conectivo, sangre, nódulos linfáticos y otros órganos. Los cánceres de las células mesenquimales son difíciles de identificar porque, al igual que las células mesenquimales mismas, las formas malignas de estas células están poco organizadas y a menudo no están desarrolladas o no se diferencian. Una vez identificados, la cirugía es el tratamiento habitual. Cuando se extirpan estos sarcomas, el veterinario por lo general extirpará no solo el tumor visible, sino también un margen de tejido de 2-3 cm que lo rodea. Esto reduce la posibilidad de que la malignidad vuelva a aparecer. El tratamiento con radiación puede estar indicado después de la extirpación quirúrgica para retrasar el crecimiento del tumor.

Verrugas (papilomas)

Los virus del papiloma causan verrugas en la mayoría de las especies animales. Se transmiten por contacto directo, y posiblemente por insectos. La infección también puede transmitirse cuando un gato entra en contacto con un objeto infectado en su entorno, como camas, platos, collares, correas o juguetes.

En los gatos, el papilomavirus no causa las verrugas duras y redondeadas que se observan en la mayoría de las otras especies. En cambio, da lugar a la formación de carcinoma de células escamosas multicéntrico felino in situ (enfermedad de Bowen felina) ( ver también Carcinomas de células escamosas, anteriormente).

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre tumores de la piel.