Los parásitos sanguíneos son organismos que viven en la sangre de sus hospedadores animales. Estos parásitos pueden variar desde protozoos unicelulares hasta bacterias más complejas y rickettsias. El método de transmisión varía según el parásito, pero a menudo se transmiten a través de las picaduras de garrapatas o dípteros.
Babesiosis
La babesiosis es una enfermedad que se transmite por garrapatas. Está causada por parásitos protozoarios del género Babesia, que infectan a los eritrocitos. La babesiosis afecta a una amplia gama de animales domésticos y silvestres, y ocasionalmente a los humanos. Aunque el principal impacto económico de la babesiosis se da en la industria del ganado vacuno, las infecciones en otros animales domésticos, incluyendo los gatos, se producen en distintos grados en todo el mundo.
Se ha descrito una enfermedad de gravedad variable debida a Babesia felis en gatos domésticos al sur de África. También se han descrito casos intermitentes causados por otras especies de Babesia en otras zonas. Una característica inusual es su falta de respuesta a los medicamentos normales utilizados para destruir los parásitos de Babesia. Sin embargo, su veterinario puede proporcionarle medicamentos alternativos para esta enfermedad. El tratamiento de apoyo es útil, y puede incluir el uso de medicamentos antiinflamatorios, antioxidantes y corticoesteroides. Las transfusiones sanguíneas pueden salvar la vida de los animales muy anémicos. La prevención de la exposición a las garrapatas mediante el uso de productos apropiados para el control de las garrapatas y la eliminación inmediata de las garrapatas ayudará a evitar que su gato se exponga a este parásito.
Se ha declarado un bajo número de casos de babesiosis humana, pero no está claro si las especies de Babesia que infectan a los gatos son las mismas que infectan a las personas. Se han descrito casos mortales en personas a las que se les había extirpado el bazo o que tenían un sistema inmunitario debilitado. Las infecciones humanas por Babesia se adquieren mediante picadura de garrapatas infectadas o por transfusiones de sangre contaminada.
Citauxzoonosis
La citauxzoonosis es una enfermedad potencialmente mortal de los gatos causada por el parásito Cytauxzoon felis. Los parásitos viven y se reproducen dentro de los gatos monteses y se transmiten a los gatos domésticos por garrapatas. La mayoría de los casos se dan en los estados del sur y del sudeste de EE. UU. y suelen estar relacionados con el acceso a zonas forestales. La citauxzoonosis se suele diagnosticar cuando las garrapatas están activas, por lo general de abril a septiembre. La enfermedad progresa rápidamente y suele ser mortal, aunque una cepa que se encuentra en el noroeste de Arkansas y el nordeste de Oklahoma puede ser menos peligrosa. La enfermedad también puede transmitirse por infección sanguínea, que parece tener resultados menos mortales. Los gatos no pueden transmitir la enfermedad a otros gatos sin la presencia de garrapatas.
Después de la transmisión, el parásito infecta los glóbulos blancos del gato. Las células infectadas entonces obstruyen los vasos sanguíneos, bloqueando el flujo sanguíneo y causando la muerte de los tejidos corporales. Los glóbulos rojos también se infectan, pero no son responsables de los efectos destructivos de la enfermedad.
Los signos de infección suelen comenzar alrededor de 10 días después de la picadura de la garrapata y alcanzan su punto máximo alrededor de 6 días después. Los gatos pueden estar febriles, débiles, deprimidos y deshidratados, tener dificultad para respirar y negarse a comer. Las temperaturas pueden alcanzar los 40,5 °C, pero suelen caer por debajo de lo normal en el momento de la muerte. Las encías y otras mucosas suelen estar amarillas (ictéricas). Su veterinario realizará análisis de sangre para identificar esta infección. El tratamiento ha sido históricamente ineficaz cuando la infección está causada por una cepa grave, pero los tratamientos nuevos y agresivos suelen tener más éxito. Mantener a los gatos lejos de las áreas donde se encuentran las garrapatas es la mejor manera de prevenir esta enfermedad. El uso de preventivos contra las garrapatas (como los collares antigarrapatas) también puede reducir la transmisión de la enfermedad en muchos casos, aunque no en todos.
Micoplasmas hemotrópicos (hemoplasmosis, anemia infecciosa felina, hemobartonelosis)
Los hemoplasmas (anteriormente conocidos como Haemobartonella y Eperythrozoon) son parásitos de los glóbulos rojos que pueden causar anemia hemolítica en gatos domésticos. La anemia puede variar de leve a grave. En general, las infecciones no muestran signos en adultos sanos, pero pueden causar anemia grave en animales con un sistema inmunitario deteriorado u otras enfermedades (como el virus de la leucemia felina o el virus de la inmunodeficiencia felina). Sin embargo, Mycoplasma haemofelis es una excepción y puede causar anemia grave, a veces potencialmente mortal, incluso en adultos sanos.
Los hemoplasmas se observan en muchas partes del mundo y están causados por un tipo especializado de bacteria que se multiplica en el torrente sanguíneo. Se cree que se transmite por insectos chupadores de sangre, como las pulgas. La transmisión a través de heridas por mordedura es otra posibilidad, y la transmisión de la madre al gatito también puede producirse durante la gestación.
La infección por hemoplasma en gatos puede causar una enfermedad llamada anemia infecciosa felina. Es más frecuente en los machos de exterior. Los primeros signos de la enfermedad suelen aparecer de 1 a 5 semanas después de la transmisión del parásito, y la recuperación no hace que el animal sea inmune a la reinfección. Los gatos que se han recuperado de la infección pueden ser portadores del parásito y recaer cuando están estresados. Algunos gatos pueden no parecer estar enfermos, pero son portadores de la infección en una forma suprimida (o latente). Los signos de enfermedad solo pueden aparecer cuando el gato tiene otra enfermedad o está estresado.
Cualquier gato anémico debe ser evaluado por un veterinario para detectar la infección. En los casos graves, la fiebre suele alcanzar los 39-41 °C. Cuanto más rápidamente se desarrolla la anemia, más graves son los signos observados. Las membranas mucosas pálidas o la ictericia, la pérdida de apetito y energía, la depresión, la debilidad y un bazo agrandado son signos comunes de esta enfermedad. En los casos crónicos se puede observar pérdida de peso o emaciación, pero es menos probable que haya ictericia o agrandamiento del bazo. El grado de dificultad respiratoria varía según el grado de anemia.
El número de glóbulos rojos afectados varía de acuerdo con la gravedad de la infección y con la fase del ciclo biológico del parásito. Los análisis de sangre de laboratorio se utilizan para confirmar el diagnóstico.
Para ayudar a prevenir esta enfermedad en su gato, reduzca la exposición del animal a los insectos chupadores de sangre y esté atento al estado general de su gato. Si aparecen signos inusuales como pérdida de energía, depresión u otros signos de deterioro de la salud, lleve a su gato al veterinario para que lo examine.
El tratamiento incluye tanto cuidados de apoyo como antibióticos. Sin tratamiento, hasta un tercio de los gatos pueden morir en las fases tempranas de la infección. Los gatos que tienen dificultad para respirar pueden necesitar oxígeno y pueden ser necesarias transfusiones de sangre completa o glóbulos rojos. Los antibióticos son eficaces en muchos casos y pueden ser recetados por su veterinario. Si se recomiendan antibióticos, asegúrese de proporcionar a su mascota las dosis prescritas según el programa que le haya dado su veterinario.
Hepatozoonosis
La hepatozoonosis es un parásito de la sangre de los carnívoros silvestres y domésticos (animales que comen carne). En los gatos, la enfermedad está causada por Hepatozoon felis. En los perros, este microorganismo se transmite por la garrapata marrón del perro, pero su método de transmisión es inusual. La garrapata recoge el microorganismo de un hospedador infectado mientras pica al animal. Un carnívoro no infectado contrae la enfermedad al ingerir la garrapata, no al ser picado por la garrapata.
Los gatos infectados no suelen mostrar ningún signo de infección. La afección se diagnostica identificando el parásito en muestras de sangre o mediante otras pruebas de laboratorio. La afección puede ser difícil de tratar, pero se han utilizado con éxito varios fármacos para tratar el parásito en los gatos. Dado que la hepatozoonosis se transmite por garrapatas en otras especies, se recomienda el uso de un preventivo de pulgas y garrapatas.
Tripanosomiasis transmitidas por la mosca tsetsé africana
Las tsetsé son moscas mordedoras pequeñas y aladas que se alimentan de la sangre de los humanos y otros animales. Solo se dan en el África subsahariana, donde son responsables de la transmisión de un grupo de enfermedades causadas por protozoos del género Trypanosoma, que afectan a todos los animales domésticos. En los gatos, Trypanosoma brucei es probablemente la especie más importante que causa la enfermedad. Esta enfermedad no es frecuente en América del Norte.
Las moscas tsetsé infectadas inyectan los protozoos en la piel de los animales, donde crecen durante unos días y provocan hinchazones localizadas llamadas chancros. Entran en los nódulos linfáticos y después en el torrente sanguíneo, donde se multiplican rápidamente. La respuesta inmunitaria es muy fuerte; sin embargo, no todos los tripanosomas son destruidos por la respuesta inmunitaria, lo que da lugar a una infección a largo plazo.
La gravedad de la enfermedad varía de acuerdo con la especie y la edad del animal infectado y con la especie del tripanosoma implicado. El periodo de incubación suele ser de 1 a 4 semanas. Los signos principales son fiebre, anemia y pérdida de peso. Los ojos a menudo están afectados. Internamente, los nódulos linfáticos y el bazo suelen estar inflamados. El diagnóstico se confirma mediante pruebas de laboratorio para identificar tripanosomas en la sangre de un gato infectado.
Se pueden usar varios fármacos para el tratamiento; sin embargo, la mayoría de los fármacos solo funcionan si se administra la dosis correcta. Es muy importante seguir exactamente la dosis prescrita. Algunos tripanosomas se han vuelto resistentes a ciertos fármacos, lo que puede ser la causa en los casos que no responden al tratamiento médico.
El riesgo de infección puede reducirse en áreas donde la enfermedad es común manteniendo a los gatos en el interior o deshaciéndose de las moscas tsetsé y empleando fármacos preventivos, que se administran para detener el inicio de la infección. Las moscas se pueden controlar parcialmente mediante el uso de espráis o baños en los animales domésticos que se van a proteger, la pulverización de insecticidas en las zonas de cría de moscas, el uso de mallas recubiertas de insecticida y la limpieza de la maleza para reducir el hábitat de las moscas. Se pueden dar fármacos preventivos a los animales en zonas de alto riesgo de infecciones, pero esto rara vez se lleva a cabo en los gatos domésticos. No existe vacuna.
Surra (infección por Trypanosoma evansi)
La surra se separa de las enfermedades transmitidas por la mosca tsetsé porque se suele transmitir por otros dípteros picadores que habitan dentro y fuera de las áreas de la mosca tsetsé. Se da en el norte de África, Medio Oriente, Asia, Extremo Oriente y América Central y del Sur. Es principalmente una enfermedad de los caballos, pero los gatos y otros animales domésticos son sensibles. La enfermedad puede ser mortal en camellos, perros y caballos. No suele causar una enfermedad significativa en los gatos, pero la infección en los gatos puede conducir a la transmisión del protozoo a otras especies. El desarrollo y los efectos de la enfermedad, los signos, el diagnóstico y el tratamiento son similares a los de la tripanosomiasis transmitida por la mosca tsetsé (véase anteriormente).
Enfermedad de Chagas (infección por Trypanosoma cruzi)
La enfermedad de Chagas está causada por la infección por otro tripanosoma, Trypanosoma cruzi. Los insectos transmiten la enfermedad entre especies de animales sensibles, como las zarigüeyas, los armadillos, los roedores y los animales carnívoros silvestres. El tripanosoma causa enfermedad en humanos. Aunque los gatos pueden infectarse, no desempeñan un papel importante en la transmisión de la enfermedad a las personas. La enfermedad se da en América Central y del Sur y áreas localizadas del sur de EE. UU. Los animales domésticos pueden infectarse e introducir el tripanosoma en las viviendas, donde están presentes los insectos. Las personas se infectan entonces por la contaminación de las heridas oculares o por la ingestión de alimentos contaminados con excrementos de insectos que contienen tripanosomas. Otros animales domésticos actúan como hospedadores transmisores de la infección. Su veterinario puede decirle si vive en un área donde las infecciones son probables.
Para más información
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