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Enfermedades por inmunodeficiencia en los gatos

PorIan Rodney Tizard, BVMS, BSc, PhD, DSc (Hons), DACVM
Última revisión/modificación ago 2018

Como las personas, los gatos pueden desarrollar enfermedades y afecciones que alteran la función de su sistema inmunitario. Las enfermedades por inmunodeficiencia tienen consecuencias graves y a menudo reducen las defensas del organismo contra la infección. Algunas son hereditarias y otras están causadas por infecciones víricas (p. ej., la infección por el virus de la inmunodeficiencia felina), malnutrición, estrés, venenos o cáncer. Los animales con inmunodeficiencia hereditaria no deben cruzarse.

Deficiencias en la fagocitosis

La fagocitosis es un mecanismo esencial del sistema inmunitario. Los fagocitos son células que engullen (fagocitan), digieren y matan a los invasores extraños. Los fagocitos responden rápidamente a las infecciones como parte de la respuesta inmunitaria inespecífica (innata). También pueden servir como parte del sistema inmunitario adaptativo al presentar antígenos a otras células en el sistema adaptativo, alertándolas de la presencia de los invasores extraños. Los fagocitos se producen en la médula ósea, se diseminan por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo y luego se acumulan en los tejidos o en la sangre. Se encuentran en la piel, las mucosas, el bazo, los nódulos linfáticos, las cubiertas del cerebro y la médula espinal, la médula ósea y los vasos sanguíneos de todo el organismo.

Fagocitosis

Una deficiencia en la fagocitosis puede estar causada por un bajo número de fagocitos en la sangre o por un defecto en su capacidad para actuar normalmente. Pueden ser congénitas (un defecto de nacimiento) o adquiridas (causadas por enfermedades o fármacos). La deficiencia aumenta la sensibilidad a las infecciones bacterianas de la piel, el aparato respiratorio y el tracto gastrointestinal.

Dado que un gato con un número reducido de fagocitos tiene problemas para combatir las enfermedades, las infecciones pueden convertirse fácilmente en complicaciones potencialmente mortales. Estas infecciones responden mal a los antibióticos. Algunas afecciones en gatos que se sabe que afectan a la fagocitosis incluyen virus como la leucemia felina, la panleucopenia felina y la inmunodeficiencia felina, varios trastornos de la producción de glóbulos blancos y trastornos de la médula ósea. Ciertos fármacos también pueden suprimir la producción de fagocitos.

Inmunodeficiencias selectivas

Los gatos Persas tienen tendencia a desarrollar infecciones graves y a veces prolongadas en la piel, el pelo y las garras. Muchas están causadas por infecciones fúngicas, incluyendo la "tiña". En algunos gatos Persas, las infecciones fúngicas invaden la piel y causan la formación de pequeñas masas carnosas o granuladas llamadas micetomas. Su veterinario puede recomendar un programa de tratamiento para estas infecciones.

Inmunodeficiencias causadas por virus

El parvovirus se produce tanto en perros como en gatos. Esta enfermedad vírica, llamada panleucopenia felina, provoca una reducción grave y a corto plazo del número de neutrófilos y de la capacidad de respuesta de los linfocitos. Estos fallos del sistema inmunitario permiten que el virus prospere y aumentan el riesgo de infecciones fúngicas como aspergilosis, mucormicosis y candidiasis.

El virus de la leucemia felina (FeLV) en gatos causa deterioro de múltiples funciones inmunitarias. Un gato infectado tendrá un sistema inmunitario deteriorado y un mayor riesgo de adquirir infecciones por bacterias y otros agentes infecciosos del entorno. Las infecciones latentes, como la peritonitis infecciosa felina, pueden reaparecer repentinamente.

El virus de la leucemia felina es una importante enfermedad infecciosa de los gatos en todo el mundo. En 2010, el 3,1 % de los gatos examinados en EE. UU. tenían el virus. Además de afectar a la función inmunitaria, el virus pone a los gatos en riesgo de desarrollar anemia (disminución de los niveles de glóbulos rojos), ciertos tipos de cáncer (especialmente linfoma y leucemia), enfermedad intestinal, problemas reproductivos, disfunción neurológica y estomatitis (inflamación grave de la boca).

La infección se diagnostica mediante un análisis de sangre específico. Antes de introducir un nuevo gato en su hogar, se le debe hacer la prueba del virus de la leucemia felina. Su veterinario también puede examinar a su gato si sale al aire libre, vive con un gato positivo al FeLV, está enfermo o ha estado expuesto a otro gato que podría estar infectado.

Desafortunadamente, no existe un tratamiento para los gatos infectados por este virus. Algunos gatos positivos a FeLV pueden vivir durante años sin mayores complicaciones. Asegúrese de programar exámenes veterinarios cada 6 meses, proporcionar un alojamiento limpio y una nutrición adecuada, minimizar el estrés y evitar situaciones en las que su gato pueda contraer infecciones (como el alojamiento en residencias). Los gatos infectados deben mantenerse estrictamente en el interior para evitar la transmisión del virus a otros gatos. Los gatos infectados sobreviven una media de 2,4 años después del diagnóstico.

Existe una vacuna disponible para el virus de la leucemia felina. Su veterinario evaluará a su gato anualmente para informarle de si esta vacuna es necesaria.

El virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) se transmite de un gato a otro a través de la saliva, principalmente por mordeduras. Los gatos a los que se les permite vagar al aire libre, los gatos machos y los gatos mayores tienen más probabilidades de infectarse. Esta infección vírica ataca el sistema inmunitario y produce infecciones de las encías, la boca, el tracto digestivo, el tracto urinario y la piel. También se pueden observar recuentos bajos de glóbulos rojos y blancos, ciertos cánceres o enfermedades neurológicas. Poco después de infectarse, los gatos pueden tener fiebre y agrandamiento de los nódulos linfáticos (ganglios). Sin embargo, estos signos desaparecen y el gato puede parecer sano sin más signos de infección durante meses o años. Sin embargo, una vez infectados, los gatos permanecen infectados de por vida y la mayoría finalmente presentan un deterioro de la función inmunitaria y un mayor riesgo de infecciones.

La infección por el virus de la inmunodeficiencia felina se diagnostica mediante una historia clínica completa y una exploración física combinadas con un análisis de sangre que mide los anticuerpos contra el virus. No existe un tratamiento eficaz, pero los cuidados de apoyo y el tratamiento de los signos son importantes. Esto incluye administrar antibióticos para las infecciones bacterianas, proporcionar una dieta equilibrada, controlar los parásitos, mantener al gato en el interior y aislado de otros gatos y eliminar los tumores.

Existe una vacuna para el virus de la inmunodeficiencia felina, pero no todos los gatos vacunados estarán protegidos, por lo que es importante evitar la exposición, incluso en el caso de las mascotas vacunadas. La vacunación también puede tener un impacto en los resultados futuros de las pruebas de inmunodeficiencia felina. Debe comentar con su veterinario si su gato necesita o no esta vacuna.

Para más información

Véase también el contenido para veterinarios sobre enfermedades por inmunodeficiencia.