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Anemia en los gatos

PorSusan M. Cotter, DVM, DACVIM
Revisado/Modificado may 2018

La anemia se produce cuando hay una disminución en el número de glóbulos rojos. Puede desarrollarse por pérdida, destrucción o falta de producción de glóbulos rojos. La anemia se clasifica como regenerativa o no regenerativa. En una anemia regenerativa, la médula ósea responde adecuadamente a la disminución del número de glóbulos rojos aumentando su producción. En la anemia no regenerativa, la médula ósea responde inadecuadamente a la mayor necesidad de glóbulos rojos. Las anemias debidas a hemorragias o a la destrucción de los glóbulos rojos existentes suelen ser regenerativas. Las anemias causadas por una disminución de la hormona que estimula la producción de glóbulos rojos o por una anomalía en la médula ósea son no regenerativas.

Signos de anemia en los gatos

Los signos de anemia en los animales dependen de la gravedad, la duración (a corto o largo plazo) y la causa subyacente de la enfermedad. La anemia súbita puede provocar un shock e incluso la muerte si se pierde rápidamente más de un tercio del volumen de sangre y no se repone. Después de una rápida pérdida de sangre, el animal suele presentar un aumento de la frecuencia cardiaca, encías pálidas y presión arterial baja. La causa de la pérdida de sangre puede ser obvia, como una lesión importante. Si no se encuentra evidencia de hemorragia externa, su veterinario buscará una fuente de pérdida de sangre interna u oculta, como un tumor roto en el bazo, un trastorno hemorrágico o parásitos. Si los glóbulos rojos están siendo destruidos, el gato puede presentar ictericia (un color amarillento del blanco de los ojos, la piel o las encías).

Los gatos con anemia prolongada han tenido tiempo de adaptarse y sus signos suelen desarrollarse más lentamente. Estos signos incluyen pérdida de energía, debilidad y pérdida de apetito. Los animales afectados presentan resultados similares en la exploración física, como encías pálidas, aumento de la frecuencia cardiaca y, posiblemente, agrandamiento del bazo o soplo cardiaco.

Diagnóstico de la anemia en los gatos

Una parte importante del diagnóstico de la anemia es una historia clínica completa. Las preguntas que puede hacer el veterinario son: desde cuándo se presentan los signos, si hay antecedentes de exposición a tóxicos como venenos para roedores, metales pesados o plantas tóxicas, qué tratamientos farmacológicos y vacunas ha recibido la mascota, a dónde ha viajado y cualquier enfermedad anterior.

Un hemograma completo es un análisis de sangre que su veterinario utilizará para proporcionar información sobre la gravedad de la anemia, el grado de respuesta de la médula ósea y el estado de otros tipos de células sanguíneas. Se debe realizar una prueba para evaluar el tamaño y la forma de los glóbulos rojos y para comprobar parásitos de los glóbulos rojos.

¿CÓMO SE HACEN LOS RECUENTOS DE CÉLULAS SANGUÍNEAS?

Se toma una muestra de sangre y se coloca en un tubo de ensayo que contiene un anticoagulante para evitar que se coagule. A continuación, se envía a un laboratorio.

El proceso se suele realizar con equipos automatizados. La sangre se mezcla bien y se coloca en una gradilla especial sobre el analizador. Este instrumento tiene muchos componentes diferentes para analizar diferentes elementos en la sangre. El analizador de recuento celular cuenta el número de glóbulos rojos y blancos y de plaquetas. Los resultados se imprimen o se envían a un ordenador para que los revise un técnico.

Debido a que un contador celular automatizado muestra y cuenta tantas células, los resultados son muy precisos. Sin embargo, ciertas células anormales en la sangre pueden identificarse incorrectamente. Para asegurarse de que los resultados son correctos, un técnico revisa el frotis de sangre en un portaobjetos e identifica cualquier célula anormal o parásito sanguíneo presente.

Además de contar, medir y analizar glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, los analizadores de sangre automatizados también miden el tamaño medio y la cantidad de hemoglobina en los glóbulos rojos. Esta información puede ser útil cuando se trata de identificar la causa de una anemia.

Se pueden realizar otros análisis de sangre y orina para evaluar el funcionamiento de los órganos internos. Si se sospecha una pérdida de sangre en el estómago o los intestinos, puede ser útil examinar las heces del gato al microscopio para detectar rastros de sangre y parásitos. Las radiografías pueden ayudar a identificar enfermedades ocultas. Los hematomas o las hemorragias pueden ser signos de una enfermedad o afección que afecta a la capacidad de coagulación de la sangre e indican la necesidad de realizar una prueba denominada perfil de coagulación. Si se sospecha enfermedad hemolítica (una afección en la que hay destrucción de glóbulos rojos), se pueden realizar otras pruebas. Un análisis de sangre para detectar agentes infecciosos también puede ayudar a definir la causa de la anemia.

Se suele realizar una evaluación de la médula ósea en cualquier animal con una anemia no regenerativa inexplicada. El muestreo de la médula ósea requiere sedación o anestesia.

Anemias regenerativas

Las anemias regenerativas incluyen anemia por pérdida de sangre y anemia hemolítica.

Anemia por pérdida de sangre

La pérdida de sangre repentina y grave puede causar shock e incluso la muerte si se pierde más del 30-40 % del volumen sanguíneo total y la afección no se trata rápidamente con fluidos intravenosos o transfusiones de sangre, o ambos. La causa de la pérdida de sangre puede ser obvia, como un sangrado excesivo después de una lesión importante. Si la razón de la pérdida de sangre no es evidente, su veterinario buscará otras causas, como afecciones que afecten a la capacidad de coagulación de la sangre, tumores sangrantes, úlceras de estómago o parásitos. La pérdida de pequeñas cantidades de sangre a largo plazo acaba produciendo anemia por deficiencia de hierro. Esto da lugar a glóbulos rojos anormalmente pequeños y a una falta de hemoglobina. En los gatitos suele estar causada por parásitos (p. ej., pulgas, piojos o parásitos intestinales), pero en los gatos mayores es más frecuente la hemorragia por úlceras de estómago o tumores.

Anemia hemolítica

Las anemias hemolíticas se producen cuando se destruyen los glóbulos rojos. Suelen ser regenerativas. Las anemias hemolíticas pueden deberse a disfunción del sistema inmunitario, enfermedades de los vasos sanguíneos pequeños, lesión de los glóbulos rojos, trastornos metabólicos, tóxicos, infecciones y enfermedades genéticas.

La anemia hemolítica inmunomediada es una enfermedad potencialmente mortal que se produce cuando el sistema inmunitario ya no reconoce los glóbulos rojos como propios. Esto hace que el sistema inmunitario cree anticuerpos y destruya los propios glóbulos rojos del organismo. En algunos casos, los anticuerpos se dirigen contra los glóbulos rojos inmaduros de la médula ósea, lo que provoca una anemia no regenerativa. Este tipo de anemia puede producirse por sí sola o como resultado de tumores, infecciones, fármacos o vacunas. Los animales con anemia hemolítica inmunomediada tienen signos de anemia (como debilidad y encías pálidas), suelen presentar ictericia y, a veces, fiebre o agrandamiento del bazo. Los gatos afectados pueden mostrar signos leves de desarrollo lento y no parecen tener ningún dolor, o pueden estar repentinamente en una crisis grave. El tratamiento consiste en detener la destrucción de los glóbulos rojos con medicamentos potentes que inhiben el sistema inmunitario. Los pacientes también necesitan a menudo transfusiones de sangre. Cualquier afección subyacente también debe tratarse.

La anemia hemolítica inmunomediada es una afección médica grave que causa la muerte en el 20-75 % de los animales afectados. El riesgo de muerte depende de los signos que se observen, pero la disminución rápida de los recuentos de glóbulos rojos, los recuentos de glóbulos blancos de moderados a altos, los hematomas anormales y la coagulación excesiva pueden indicar un riesgo mayor. El veterinario de su mascota puede necesitar derivar a su gato a un especialista en medicina interna.

Tóxicos (fármacos, plantas, químicos)

Muchas clases de fármacos pueden causar anemia si se ingieren accidentalmente o si su uso prescrito no se controla estrechamente. Estos incluyen fármacos comunes en humanos y animales, como el paracetamol, la aspirina, el naproxeno, la penicilina y muchos otros antibióticos y antiparasitarios. Otros tóxicos causantes de anemia incluyen plantas como el roble, el arce rojo y el helecho, alimentos como las habas y las cebollas, productos químicos y metales pesados como el cobre, el plomo, el selenio y el zinc. Siempre es importante proporcionar una historia clínica tan completa como sea posible a su veterinario cuando se sospecha anemia, para ayudar a identificar la causa.

Infecciones

Muchas infecciones, causadas por bacterias, virus u otros organismos, pueden causar anemia, por daño directo a los glóbulos rojos (que provoca su destrucción) o por efectos sobre los elementos que producen glóbulos rojos en la médula ósea. Algunas infecciones que pueden causar anemia en los gatos son el virus de la leucemia felina, el virus de la inmunodeficiencia felina, las especies bacterianas Haemobartonella y los parásitos Cytauxzoon.

Enfermedades genéticas

Los trastornos hereditarios de los glóbulos rojos también pueden causar anemia en los gatos. Las deficiencias de una enzima llamada piruvato cinasa se observan en gatos Abisinios y Somalíes. Los gatos afectados tienen anemia hemolítica que aumenta y disminuye con el tiempo. Los signos pueden mejorar si se extirpa el bazo o si se administran corticoesteroides. Un trastorno sanguíneo hereditario, la porfiria, que provoca una acumulación de porfirinas en el organismo, se da en gatos, personas y otras especies. Las porfirinas son proteínas que pasan a formar parte de la molécula de hemoglobina en los glóbulos rojos. Su veterinario puede examinar a su gato para detectar estas afecciones.

Isoeritrólisis neonatal

La isoeritrólisis neonatal es una enfermedad inmunológica que se observa en los gatos recién nacidos. Se produce cuando los gatitos maman de una madre cuyo calostro (el líquido amarillento rico en anticuerpos y minerales que se produce después del parto y antes de producir leche verdadera) contiene anticuerpos contra los glóbulos rojos del recién nacido. Esto puede estar causado por la exposición de la madre a otro tipo de sangre durante una gestación anterior o por una transfusión de sangre no compatible. Los gatos con el grupo sanguíneo B también tienen anticuerpos naturales contra el grupo sanguíneo A.

Los gatitos adquieren los anticuerpos cuando comienzan a mamar. Una vez absorbidos, los anticuerpos entran en el torrente sanguíneo, donde se adhieren a los glóbulos rojos y provocan su rotura. Los recién nacidos con isoeritrólisis neonatal son normales al nacer, pero desarrollan anemia hemolítica grave en 2-3 días. Un veterinario puede realizar pruebas para confirmar el diagnóstico. El tratamiento consiste en suspender la ingestión de calostro mientras se brindan terapias de apoyo con transfusiones. La isoeritrólisis neonatal puede evitarse retirando el calostro de la propia madre de los gatitos y administrando calostro libre de anticuerpos. Un veterinario puede realizar una prueba para comprobar si hay hemólisis aloinmune antes de que el recién nacido reciba calostro materno.

Hipofosfatemia

La anemia puede observarse en gatos con hipofosfatemia, una deficiencia de fosfatos en la sangre. La hipofosfatemia se produce en gatos con diabetes o degeneración grasa del hígado. También puede producirse como una complicación del síndrome de realimentación, que es un cambio en la concentración de varios minerales en la sangre que se da durante la recuperación de un periodo de ayuno.

Anemias no regenerativas

Las anemias no regenerativas incluyen anemias causadas por una mala alimentación, enfermedades crónicas, enfermedad renal y trastornos de la médula ósea.

Las deficiencias nutricionales pueden provocar anemia si los nutrientes necesarios para la formación de glóbulos rojos no están presentes en cantidades adecuadas en la dieta. La anemia se desarrolla gradualmente y puede ser inicialmente regenerativa, pero finalmente se convierte en no regenerativa a medida que el organismo se queda sin los nutrientes necesarios para producir glóbulos rojos. La inanición causa anemia por una combinación de deficiencias de vitaminas y minerales, así como una ingesta inadecuada de proteínas, carbohidratos y grasas. Las deficiencias que tienen mayores probabilidades de causar anemia son las de hierro, cobre, vitamina B12, vitamina B6, riboflavina, niacina y vitamina E. La deficiencia de hierro se da en algunos gatos, pero es más probable que se produzca debido a la pérdida de sangre que a una deficiencia nutricional.

La anemia de enfermedad crónica se suele clasificar como leve a moderada y no regenerativa. Es la forma de anemia más frecuente observada en animales. La anemia puede producirse después de una inflamación o infección prolongada, un tumor, una enfermedad hepática o trastornos hormonales como hiper- o hipoadrenocorticismo (trastornos de la glándula adrenal) o hipotiroidismo (una glándula tiroides hipoactiva). Las proteínas denominadas citocinas, producidas por las células inflamatorias, disminuyen la disponibilidad de hierro, la supervivencia de los glóbulos rojos y la capacidad de regeneración de la médula ósea, lo que provoca anemia. El tratamiento de la enfermedad subyacente lleva a la corrección de la anemia.

Una enfermedad renal crónica es una causa común de anemia no regenerativa en los animales. La hormona eritropoyetina estimula el desarrollo de glóbulos rojos en la médula ósea y se produce en los riñones. Los animales con enfermedad renal producen menos eritropoyetina, lo que da lugar a anemia. Para el tratamiento se ha utilizado una forma sintética de la hormona. Los animales que reciben el tratamiento necesitan suplementos de hierro para mantener la producción de glóbulos rojos.

Enfermedades de la médula ósea

La enfermedad o el fallo de la médula ósea por cualquier causa puede provocar una anemia no regenerativa y una reducción del número de todos los tipos de células sanguíneas: rojas, blancas y plaquetas. Cuando la médula está afectada de forma generalizada, se ven afectados primero los glóbulos blancos, seguidos de las plaquetas y, por último, los glóbulos rojos.

La anemia aplásica es un trastorno de la médula ósea, en el que se reduce la capacidad de la médula ósea para desarrollar nuevas células sanguíneas. Se ha descrito en gatos con una afección en la que se encuentran muy pocos glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas sanguíneas en la sangre y con una médula ósea subdesarrollada y reemplazada por grasa. La mayoría de los casos no tienen una causa conocida, pero algunos están causados por infecciones (incluido el virus de la leucemia felina), tratamiento farmacológico (como el metimazol o algunos fármacos quimioterapéuticos), tóxicos y radioterapia. El sistema inmunitario también puede estar afectado. Las pruebas de médula ósea son necesarias para diagnosticar la anemia aplásica. Para tratar la afección se debe determinar y eliminar la causa subyacente. También pueden ser necesarios cuidados de apoyo, como antibióticos y transfusiones. Su veterinario también puede recetarle un fármaco que suprima el sistema inmunitario. Se pueden usar fármacos que estimulen la médula ósea hasta que esta se recupere. Si la enfermedad no tiene una causa conocida o si la recuperación de la médula es poco probable, el trasplante de médula ósea es útil si se dispone de un donante adecuado.

En la aplasia pura de glóbulos rojos solo están afectados los glóbulos rojos. En esta anemia no regenerativa hay una reducción grave de los elementos que producen glóbulos rojos en la médula ósea. Se ha descrito en gatos, incluso algunos con leucemia felina. Otros casos pueden implicar una disfunción del sistema inmunitario y pueden responder a fármacos que suprimen la respuesta inmunitaria inapropiada. Si la anemia es grave, puede ser necesario un tratamiento de apoyo, incluida una transfusión de sangre.

Las leucemias primarias son un tipo de cáncer en el que los glóbulos blancos anormales desplazan a los glóbulos normales. Esto provoca anemia y falta de glóbulos blancos y plaquetas normales. Las leucemias primarias son poco frecuentes, pero se han descrito en gatos. Los retrovirus (el virus de la leucemia felina y el virus de la inmunodeficiencia felina) son una causa en algunos gatos. Las leucemias se clasifican en agudas (repentinas y a menudo graves) o crónicas (a largo plazo). Las leucemias agudas, en las que la médula ósea está llena de células sanguíneas inmaduras, suelen responder mal a la quimioterapia. En los animales que sí responden, los tiempos de remisión suelen ser cortos. Las leucemias crónicas, en las que hay un gran aumento de la producción de una línea de células sanguíneas, son menos propensas a causar anemia y responden mejor al tratamiento.

La mielodisplasia (también llamada síndrome mielodisplásico) es un trastorno de la médula ósea en el que el crecimiento y la maduración de las células productoras de sangre en la médula ósea es defectuoso. Esto produce anemia no regenerativa o escasez de glóbulos blancos o plaquetas. Se considera un síndrome preleucémico (que se produce antes de que la leucemia se desarrolle por completo). La mielodisplasia se da en gatos, perros y humanos. La enfermedad se suele producir en gatos con leucemia felina, pero también puede darse como resultado de otros tumores, tratamiento farmacológico o mutaciones en las células madre. Algunos gatos responden al tratamiento con hormonas sintéticas y esteroides. El tratamiento de soporte con transfusiones de sangre puede ser útil. Las tasas de supervivencia varían porque la mielodisplasia puede evolucionar hacia la leucemia. Muchos animales con esta enfermedad se eutanasian o mueren de infección, hemorragia o anemia.

La mielofibrosis es una enfermedad progresiva que causa anemia y agrandamiento del bazo y del hígado. Provoca un fallo de la médula ósea después de causar la sustitución de los elementos normales de la médula por tejido fibroso. Se da en los gatos y en algunas otras especies. La mielofibrosis puede surgir por sí sola o como resultado de un cáncer, una anemia hemolítica inmunomediada, radioterapia o causas hereditarias. El diagnóstico puede realizarse mediante una biopsia de médula ósea, un procedimiento que requiere anestesia. El tratamiento depende de la causa subyacente, pero suele implicar la supresión del sistema inmunitario. Dado que la supresión del sistema inmunitario aumenta las posibilidades de que su mascota contraiga otras enfermedades, siga cuidadosamente las recomendaciones de su veterinario para controlar la exposición a los agentes causantes de la enfermedad.

Para más información

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