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Trastornos del páncreas en los gatos

Revisado/Modificado ago 2018

El páncreas está compuesto por varios tipos de células que tienen distintas funciones implicadas en la producción de hormonas y enzimas digestivas. El páncreas exocrino produce enzimas que son esenciales para la digestión de componentes dietéticos complejos como las proteínas, los triglicéridos y los hidratos de carbono complejos. El páncreas exocrino también secreta grandes cantidades de bicarbonato, que actúa tamponando el ácido gástrico. Los trastornos del páncreas exocrino se comentan con los trastornos digestivos, porque se relacionan con la digestión. El páncreas endocrino produce las hormonas insulina y glucagón, que regulan los niveles de azúcar en sangre. Las funciones y los trastornos del páncreas endocrino se tratan en esta sección.

Los islotes de Langerhans en el páncreas constan de tres tipos diferentes de células, cada una de las cuales produce una hormona diferente. La mayoría de las células, llamadas células beta, producen insulina. La insulina afecta, directa o indirectamente, a la función de todos los órganos del cuerpo, especialmente al hígado, las células grasas y los músculos. En general, la insulina aumenta la transferencia de glucosa y otros compuestos a las células del organismo. También disminuye la tasa de descomposición de grasas, proteínas y carbohidratos.

Los otros dos tipos celulares de los islotes de Langerhans producen las hormonas glucagón y somatostatina. Cuando los niveles de glucosa en sangre disminuyen, se libera glucagón. El glucagón ayuda a convertir los carbohidratos almacenados en glucosa para que puedan usarse como energía.

La insulina y el glucagón funcionan juntos para mantener la concentración de glucosa en la sangre y otros líquidos corporales dentro de un rango relativamente estrecho. El glucagón controla la liberación de glucosa desde el hígado, y la insulina controla el transporte de glucosa a numerosos tejidos del organismo.

Diabetes mellitus

La diabetes mellitus (a menudo llamada simplemente diabetes) es un trastorno crónico caracterizado por un aumento de los niveles de azúcar en sangre causado por una deficiencia de insulina o una resistencia a la insulina. Los gatos de mediana edad o más mayores son los más afectados. La diabetes mellitus se produce en todas las razas felinas por igual y tanto en machos como en hembras. En un estudio, los gatos machos obesos tenían más probabilidades de padecer diabetes que las hembras.

Hay varios mecanismos responsables de la disminución de la producción y la secreción de insulina, pero suelen implicar la destrucción de las células de los islotes. En muchos gatos con diabetes, una proteína llamada amiloide se acumula y daña las células de los islotes. El propio sistema inmunitario del gato también puede destruir las células de los islotes. La obesidad aumenta el riesgo de resistencia a la insulina tanto en gatos como en perros.

La diabetes a menudo puede desarrollarse gradualmente y los signos pueden pasar inadvertidos al principio. Los signos comunes incluyen aumento de la sed y de la micción, junto con aumento del apetito y pérdida de peso. El estrés, la obesidad y la administración de corticoesteroides pueden incrementar la gravedad de estos signos. Los gatos también pueden desarrollar debilidad en las extremidades traseras (llamada neuropatía diabética). Los animales diabéticos a menudo desarrollan infecciones a largo plazo o recurrentes. Es frecuente que el hígado esté agrandado. La lipidosis hepática ("enfermedad del hígado graso") también puede producirse en gatos con diabetes.

El diagnóstico de diabetes mellitus se basa en el hallazgo de niveles elevados de azúcar en sangre y orina después de un periodo de ayuno. En los gatos, el nivel de azúcar en sangre suele aumentar en situaciones de estrés, como la extracción de una muestra de sangre, y pueden ser necesarias múltiples evaluaciones para confirmar el diagnóstico.

Su comprensión de la enfermedad y el cuidado diario de su mascota son fundamentales para controlar con éxito la diabetes. El tratamiento consiste en una combinación de pérdida de peso, dieta, inyecciones de insulina y, posiblemente, medicamentos orales. Su veterinario determinará la cantidad y el momento de las comidas de su mascota, y la dosis y el momento de las inyecciones de insulina. Siga estas recomendaciones muy de cerca. Las mediciones de glucosa en sangre son necesarias para garantizar el control de la enfermedad. Su veterinario puede recomendarle que realice este control en casa para obtener los resultados más fiables. Su veterinario interpretará estos resultados para realizar los cambios necesarios en el tratamiento a lo largo del tiempo.

En algunos gatos recién diagnosticados, se produce la remisión (reversión) de la diabetes, y el gato ya no necesita la administración de insulina. La remisión suele producirse a los 3-4 meses de iniciar los cambios en la dieta y el tratamiento con insulina. La monitorización cuidadosa de los niveles de glucosa en sangre puede ayudar a identificar si su gato está en remisión.

No realice cambios en la cantidad o el momento de los tratamientos con insulina o en la dieta sin consultar a su veterinario. La sobredosis de insulina puede causar un nivel bajo de azúcar en sangre (hipoglucemia); la infradosificación de insulina puede tener graves efectos a largo plazo en la regulación de la diabetes de su gato. Los signos de niveles peligrosamente bajos de azúcar en sangre incluyen debilidad, falta de coordinación, convulsiones y colapso. Si estos signos se observan después de administrar insulina a su gato, llame a su veterinario inmediatamente. Él o ella pueden hacer recomendaciones para aumentar rápidamente el nivel de azúcar en sangre de su gato antes de llegar a la clínica veterinaria. Un nivel significativamente bajo de azúcar en sangre es una urgencia médica y exige tratamiento inmediato.

La diabetes mellitus no tratada o mal tratada puede dar lugar a una complicación grave y potencialmente mortal denominada cetoacidosis diabética. Se trata de una urgencia médica que requiere tratamiento inmediato y hospitalización para corregirla. Los signos de cetoacidosis incluyen aumento de la sed y de la micción, letargo, debilidad, disminución del apetito y dificultad para respirar. Si su gato tiene alguno de estos signos, debe ser examinado por un veterinario de inmediato.

Tumores funcionales de las células de los islotes (insulinomas)

Los tumores en las células de los islotes del páncreas a menudo producen y secretan las hormonas que normalmente secreta la glándula. El tumor más común de los islotes pancreáticos afecta a las células beta secretoras de insulina y se denomina insulinoma. Los tumores de células de los islotes también pueden producir y secretar otras hormonas y productos. Los insulinomas no son frecuentes en los gatos.

Los signos son el resultado de una secreción excesiva de insulina, que provoca una bajada de azúcar en la sangre (hipoglucemia). Inicialmente, los signos incluyen debilidad, fatiga después del ejercicio, espasmos musculares, falta de coordinación, confusión y posiblemente cambios de temperamento. Los animales se agitan con facilidad y en ocasiones se excitan e inquietan. Pueden producirse convulsiones periódicas. Un gato también puede sufrir un colapso, pareciendo haberse desmayado.

Los signos se presentan con poca frecuencia al principio, pero se vuelven más frecuentes y duran más a medida que la enfermedad progresa. Los episodios pueden estar provocados por el ejercicio o por el ayuno o la comida (lo que estimula la liberación de insulina y reduce los niveles de azúcar en sangre). Los signos se resuelven rápidamente después del tratamiento con glucosa. Los episodios repetidos de bajadas de azúcar prolongadas y graves pueden provocar daños cerebrales irreversibles. El diagnóstico se basa en un historial de debilidad periódica, colapso o convulsiones, junto con pruebas que indican un nivel bajo de azúcar en la sangre.

La extirpación quirúrgica del tumor puede corregir el bajo nivel de azúcar en la sangre y los signos del sistema nervioso, a menos que ya se hayan producido daños permanentes. Sin embargo, si el tumor ya se ha diseminado, los niveles de azúcar en sangre pueden permanecer bajos después de la cirugía. Desafortunadamente, los insulinomas son a menudo malignos, pero los gatos pueden vivir más de un año con una buena calidad de vida si se extirpan todos los tumores grandes. La calidad de vida a veces puede mantenerse en los animales afectados modificando la dieta y administrando glucocorticoides u otros fármacos.

Para más información

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