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Complejo de enfermedad respiratoria felina

PorCaroline C. Tonozzi, DVM, DACVECC
Última revisión/modificación feb 2022

El complejo de enfermedad respiratoria felina se suele manifestar por signos clínicos en los ojos, nariz y boca (rinosinusitis, estornudos, conjuntivitis, lagrimeo, salivación y ulceraciones orales), así como por fiebre. Los componentes principales de las infecciones son la rinotraqueítis vírica felina (RVF; herpesvirus felino tipo 1), el calicivirus felino (CVF), Chlamydia felis y Mycoplasma felis. El complejo patológico suele ser autolimitante, pero puede complicarse con infecciones bacterianas secundarias. El diagnóstico se basa en los signos clínicos y las pruebas de laboratorio para aislar e identificar el agente o agentes. El tratamiento es de apoyo, con tratamiento antimicrobiano para la infección bacteriana secundaria. La prevención se realiza mediante la vacunación.

El complejo de enfermedad respiratoria felina incluye las enfermedades caracterizadas por rinosinusitis, conjuntivitis, lagrimeo, salivación y úlceras orales. Las enfermedades principales, la rinotraqueítis viral felina (RVF, herpesvirus felino tipo 1), los calicivirus felinos (CVF), Chlamydia felis, Mycoplasma felis o las combinaciones de estas infecciones, afectan tanto a especies exóticas como domésticas. La neumonitis felina (Chlamydia psittaci) y las infecciones por micoplasma parecen tener una importancia menor. La peritonitis infecciosa felina suele causar una afección más generalizada, pero puede provocar signos de infección leve de las vías respiratorias superiores. Bordetella bronchiseptica también puede contribuir a la infección.

La RVF y los calicivirus son específicos del hospedador y no presentan riesgos conocidos para el ser humano. Human conjunctivitisSe ha descrito conjuntivitis humana causada por clamidia felina.

Etiología de la enfermedad respiratoria felina

La mayoría de las infecciones agudas de las vías respiratorias superiores en felinos están provocadas por la RVF, aunque el CVF puede ser más prevalente en algunas poblaciones. Pueden darse infecciones dobles con estos dos virus. Se cree que otros microorganismos, como C felis, Mycoplasma spp, y reovirus, son responsables de la mayoría de las infecciones restantes o agravan aún más la infección por RVF o CVF. La concomitancia de Bartonella henselae también puede complicar aún más la infección.

La transmisión natural de estos agentes se produce por las gotitas en aerosol y fómites, que pueden transmitirse a un gato sensible por el cuidador. Los gatos convalecientes pueden albergar el virus durante muchos meses. El calicivirus se excreta continuamente, mientras que la RVF infecciosa se libera intermitentemente. El estrés puede precipitar un curso secundario de la enfermedad. El periodo de incubación dura 2-6 días para la RVF y el CVF, y 5-10 días para la neumonitis.

Hallazgos clínicos del complejo de enfermedades respiratorias felinas

El inicio de la enfermedad se caracteriza por fiebre, estornudos frecuentes, secreción nasal (mucopurulenta o serosa), conjuntivitis, rinitis y salivación. La fiebre puede alcanzar los 40,5 °C, pero disminuye y tiende a fluctuar de lo normal a 39 °C. El gato puede volverse anoréxico e hipersalivado. Los gatos pueden desarrollar queratitis ulcerativa, epífora, quemosis, blefaroespasmo o hiperemia conjuntival; los gatos gravemente debilitados pueden desarrollar estomatitis ulcerosa. Los signos pueden persistir 5-10 días en los casos leves y hasta 6 semanas en los casos graves. Generalmente, la mortalidad es baja y el pronóstico es bueno porque la enfermedad suele ser autolimitante.

La infección por RVF a menudo se complica por infecciones bacterianas secundarias; los abortos y las infecciones generalizadas también se han asociado con la enfermedad. Las infecciones por RVF pueden causar cambios osteolíticos en los cornetes nasales y dar lugar a cambios a largo plazo en la cavidad nasal, rinitis crónica y predisposición a la infección.

Hay muchas cepas de CVF serológicamente relacionadas. Estas parecen tener una predilección por el epitelio de la cavidad oral y el tejido pulmonar profundo. Algunos calicivirus no son patógenos. Algunas cepas inducen poco más que salivación y úlceras en la lengua, el paladar duro y los orificios nasales; otras producen edema pulmonar y neumonía intersticial. A menudo resulta imposible diferenciar clínicamente la RVF de la infección por CVF. Hay dos cepas que pueden producir un "síndrome de cojera" pasajero, sin signos de ulceración oral o neumonía. Estas cepas causan una fiebre pasajera, cojera alternante de las patas y dolor a la palpación de las articulaciones afectadas. Los signos clínicos se observan con mayor frecuencia en gatitos de 8-12 semanas de vida y suelen resolverse sin tratamiento. El síndrome puede darse en gatitos vacunados contra el CVF, ya que ninguna vacuna protege contra las dos cepas que producen el "síndrome de cojera".

También se han hallado calicivirus en gatos con gingivitis y estomatitis linfoplasmocitarias. Las lesiones superficiales cicatrizan rápidamente y el apetito regresa 2-3 días después del inicio. El curso clínico normalmente es de 7-10 días. En la respuesta febril aguda, son signos comunes la inapetencia y la depresión. También puede haber rinitis serosa y conjuntivitis. Las infecciones persistentes por calicivirus se han relacionado con la estomatitis linfoplasmocitaria ulcerativa y proliferativa crónica.

Las infecciones por C felis característicamente producen conjuntivitis; los gatos infectados estornudan ocasionalmente. Puede desarrollarse fiebre a medida que la enfermedad progresa más allá de la descarga lagrimal serosa a conjuntivitis mucopurulenta, infiltración linfoide e hiperplasia epitelial. Los gatos convalecientes pueden presentar recidivas.

Mycoplasma spp pueden infectar los ojos y las vías respiratorias superiores, lo que causa característicamente edema grave de la conjuntiva y rinitis de menor gravedad.

La aparición de enfermedad vírica grave de las vías respiratorias altas es rara en gatos adultos vacunados adecuadamente. Estos gatos se deben someter a pruebas para otras enfermedades de las vías respiratorias superiores y, menos frecuentemente, para las enfermedades de inmunodeficiencia concomitantes, incluidos los virus de la leucemia felina y de la inmunodeficiencia felina.

Lesiones

Las lesiones suelen estar limitadas al tracto respiratorio, la conjuntiva y la cavidad oral. En la infección por RVF, la conjuntiva y las membranas mucosas nasales están enrojecidas, tumefactas y cubiertas con un exudado entre seroso y purulento. En los casos graves, se pueden ver focos de necrosis en estas membranas. La laringe y la tráquea pueden estar levemente inflamadas. Los pulmones pueden estar congestionados, con pequeñas áreas de consolidación; sin embargo, los cambios pulmonares rara vez son notables en la infección por RVF, excepto, posiblemente, en los gatitos pequeños bajo estrés. La lesión histológica característica de la infección por RVF es el cuerpo de inclusión intranuclear acidofílico. Durante la primera etapa de la enfermedad puede haber inclusiones en los lugares de necrosis epitelial en la lengua, las membranas nasales, las tonsilas, la epiglotis, la tráquea y la membrana nictitante. Los cuerpos de inclusión son pasajeros. Las inclusiones no se observan en infecciones por calicivirus.

La lesión característica de la CVF es la ulceración de la mucosa nasal. Las lesiones de la lengua o del paladar pueden aparecer inicialmente como vesículas, que posteriormente se rompen. A veces se encuentran ulceraciones en el epitelio del tabique nasal medial. Los calicivirus más virulentos destruyen las células epiteliales de los bronquiolos y de los alvéolos, lo que provoca edema pulmonar agudo que progresa a hiperplasia bronquiolar seropurulenta y neumonía intersticial.

Al principio del curso clínico de la neumonitis felina, el microorganismo causal puede identificarse por frotis o raspados conjuntivales teñidos con Giemsa. Los cuerpos elementales son intracitoplasmáticos. Los micoplasmas se hallan como cuerpos cocoides extracelulares que se observan a menudo en la superficie de las células epiteliales conjuntivales.

Diagnóstico del complejo de enfermedad respiratoria felina

  • Signos clínicos.

  • Raspados conjuntivales

  • Aislamiento e identificación del agente o agentes

El diagnóstico presuntivo se basa en signos típicos como estornudos, conjuntivitis, rinitis, lagrimeo, salivación, úlceras orales y, si es lo suficientemente grave, dificultad respiratoria y neumonía. La infección por RVF suele afectar a las conjuntivas y a las vías nasales, y por calicivirus a las mucosas orales y a las vías respiratorias inferiores. Las infecciones por clamidia causan conjuntivitis crónica de poca gravedad. Estas características pueden estar enmascaradas en las infecciones mixtas. El examen citológico de los raspados conjuntivales teñidos con Giemsa es útil para identificar clamidias y micoplasmas. El diagnóstico definitivo se basa en aislar e identificar el microorganismo patógeno. La mucosa orofaríngea, las fosas nasales externas y los sacos conjuntivales son los sitios preferidos para obtener muestras. No obstante, el diagnóstico de infección por RVF puede ser difícil debido a que el virus se elimina de forma intermitente y porque las tasas de seroprevalencia y aislamiento del virus son similares en gatos enfermos y clínicamente normales. Las muestras de secreciones oculares, nasales o faríngeas caudales para la PCR pueden ayudar a establecer el diagnóstico y el agente causal.

Tratamiento del complejo de enfermedad respiratoria felina

  • Cuidados de apoyo

  • Tratamiento antimicrobiano para la infección bacteriana secundaria

El tratamiento es principalmente sintomático y de apoyo, pero los antimicrobianos de amplio espectro son útiles contra las infecciones bacterianas secundarias (p. ej., amoxicilina con ácido clavulánico, cefalosporinas, trimetoprima-sulfa, fluoroquinolonas, tetraciclinas, cloranfenicol), así como directamente contra C felis y M felis. Las tetraciclinas y las fluoroquinolonas son los agentes más eficaces contra C felis y M felis. Las secreciones nasales y oculares deben retirarse con frecuencia para comodidad del gato. La nebulización o las gotas nasales de suero salino pueden ayudar a retirar secreciones tenaces. Puede ser útil administrar gotas nasales que contengan un vasoconstrictor (p. ej., dos gotas de sulfato de efedrina [en solución al 0,25 %] en cada orificio nasal, dos veces al día) y antibióticos para reducir la cantidad de exudados nasales.

Si se desarrollan úlceras corneales en las infecciones por RVF (queratitis herpética), se deben considerar las pomadas antivirales tópicas que contengan idoxuridina, trifluridina o vidarabina cada 4 horas. La lisina (250 mg, PO, 2 a 3 veces al día) interfiere en la replicación vírica herpética y puede reducir la gravedad de la infección por RVF. Si la disnea es grave, el gato puede necesitar suplementos de oxígeno en una jaula de oxígeno. La administración de fluidos puede estar indicada para corregir la deshidratación y puede ser necesaria la alimentación asistida, ya sea con una jeringa o, en los gatos gravemente afectados, mediante una sonda de alimentación (nasoesofágica, nasogástrica o esofagostomía).

Prevención del complejo respiratorio felino

Hay disponibles varias vacunas intranasales de virus vivo modificadas de RVF-CVF. Los gatos de >9 semanas deben vacunarse 2 veces con un intervalo de 3 semanas entre las vacunaciones. Los gatitos han de vacunarse a intervalos de 3-4 semanas hasta que tengan ≥12 semanas de vida. En los gatos adultos está indicada la revacunación anual con una sola dosis cada 1-3 años.

Debe advertirse a los propietarios de que a veces los gatos inoculados oronasalmente pueden estornudar frecuentemente durante 4-7 días después de la vacunación. Los gatitos vacunados, cuando tienen <12 semanas, deben revacunarse al alcanzar esa edad. Se recomienda la revacunación anual con una sola dosis.

Las vacunas de virus vivo modificado de RVF y CVF para administración parenteral están disponibles en combinación con vacunas de panleucopenia felina de virus vivo químicamente inactivado o modificado. También se dispone de una vacuna para la administración parenteral, compuesta totalmente de virus inactivados.

Las vacunas que contienen C felis cuyo origen es de un embrión de pollo o de las líneas celulares se administran parenteralmente. Se recomienda una dosis única para gatos de más de 12 semanas; los gatitos menores deben volverse a vacunar cuando alcanzan las 16 semanas. Todos deben revacunarse anualmente. Estas vacunas están indicadas en albergues de gatos o instalaciones en donde se ha confirmado la infección por C felis. Las vacunas de clamidias están disponibles en combinación con vacunas para RVF y CVF y con vacunas para panleucopenia. La vacunación sistemática y el control de los factores ambientales (como la exposición a gatos enfermos, el hacinamiento y el estrés) proporcionan una buena protección contra la enfermedad de las vías respiratorias superiores.

Puntos clave del complejo de enfermedad respiratoria felina

  • Los gatos jóvenes o muy viejos son más susceptibles a contraer una infección de las vías respiratorias superiores. Las razas braquicéfalas tienen mayor riesgo de desarrollar una enfermedad crónica.

  • Las infecciones suelen ser autolimitantes.

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