La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por bacterias del género Mycobacterium. La enfermedad afecta a prácticamente todas las especies de vertebrados y, antes de que se adoptaran medidas de control, era una de las principales enfermedades de los humanos y los animales domésticos. Los signos y las lesiones suelen ser similares en todas las especies. La tuberculosis es poco frecuente en gatos en América del Norte.
Hay varias especies de bacterias que causan tuberculosis. Cada tipo se encuentra principalmente en una especie hospedadora, pero puede producir infección en otras especies hospedadoras. Tres de los principales tipos de bacilos tuberculosos reconocidos son humanos (Mycobacterium tuberculosis), bovinos (Mycobacterium bovis) y aviares (Mycobacterium avium). Los gatos son bastante resistentes a la forma humana.
La ingestión, especialmente a través de alimentos o leche contaminados, es la fuente más común de infección en los gatos y afecta al tracto digestivo y a los nódulos linfáticos asociados. La bacteria también puede diseminarse rápidamente a través del torrente sanguíneo y los canales linfáticos y causar la muerte. Otra posibilidad es que se produzca un curso prolongado de la enfermedad. El microorganismo también puede inhalarse o penetrar a través de la piel. Los signos reflejan la extensión y localización de la infección más la afección subyacente causada por la diseminación a través del torrente sanguíneo. Los signos generalizados incluyen letargo, debilidad, pérdida de apetito y de peso, y fiebre. La neumonía de la forma respiratoria de la enfermedad provoca una tos crónica, intermitente y húmeda con signos posteriores de dificultad para respirar y una respiración rápida y superficial.
La prueba cutánea de la tuberculina para el diagnóstico se considera poco fiable en los gatos, por lo que el diagnóstico se suele realizar con radiografías y pruebas de laboratorio. El tratamiento de la tuberculosis en gatos a menudo no tiene éxito. Si se sospecha que un gato tiene tuberculosis, debe declararse a las autoridades sanitarias competentes. Para proteger a las personas, se suele recomendar la eutanasia de los gatos afectados.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre la tuberculosis.