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Pancreatitis y otros trastornos del páncreas en los perros

PorStanley I. Rubin, DVM, MS, DACVIM
Última revisión/modificación may 2018

El páncreas es un órgano que tiene dos funciones principales: endocrina y exocrina. El páncreas endocrino produce las hormonas insulina y glucagón, que regulan los niveles de azúcar en sangre. El páncreas exocrino produce enzimas que son esenciales para la digestión de componentes dietéticos complejos como las proteínas, los triglicéridos y los hidratos de carbono complejos. El páncreas exocrino también secreta grandes cantidades de bicarbonato, que actúa tamponando el ácido gástrico.

Los trastornos del páncreas exocrino se tratan aquí, porque están relacionados con la digestión. Las funciones endocrinas del páncreas se tratan en Trastornos hormonales.

Inflamación del páncreas (pancreatitis)

La pancreatitis es la enfermedad pancreática exocrina más frecuente tanto en perros como en gatos. Puede ser a corto o largo plazo, dependiendo de si la enfermedad ha dañado permanentemente el tejido pancreático o no. Ambas formas pueden ser graves.

Para la mayoría de los casos de pancreatitis no se puede identificar una causa específica. Sin embargo, se cree que comer basura, grandes cantidades de restos de la mesa u otros alimentos inadecuados es un factor de riesgo común en los perros. Un traumatismo grave o una cirugía pueden dar lugar a pancreatitis. El uso de algunos fármacos también puede estar relacionado con la pancreatitis. Los altos niveles de grasas en la sangre, llamadas triglicéridos, y la excesiva función de las glándulas adrenales (hiperadrenocorticismo) son también factores de riesgo de pancreatitis. Hay una mayor prevalencia de pancreatitis en Schnauzers miniatura, Yorkshire Terriers, Cocker Spaniels, Teckels, Caniches, perros de trineo u otras razas. Algunas infecciones, como Babesia canis o Leishmania, también pueden contribuir al desarrollo de pancreatitis.

En las fases iniciales de la enfermedad, la secreción de jugo pancreático disminuye. Esto es seguido por una serie de pasos que conducen a la activación de las enzimas pancreáticas dentro del páncreas, más que en el tracto intestinal. Las enzimas comienzan a digerir el páncreas mismo, causando daño dentro del páncreas y desencadenando inflamación, lo que produce daño en otras partes del organismo. La pérdida de apetito, los vómitos, la debilidad, el dolor abdominal, la deshidratación y la diarrea son los signos más comunes que se describen en los perros con pancreatitis grave. Los perros con formas más leves de la enfermedad pueden no presentar signos o signos inespecíficos, como pérdida de apetito, letargo y diarrea.

Un historial completo (incluyendo cualquier indiscreción alimentaria) combinado con vómitos y dolor abdominal puede sugerir un diagnóstico de pancreatitis. Su veterinario puede utilizar análisis de sangre para confirmar el diagnóstico, junto con radiografías abdominales, ecografías o biopsias de tejido del páncreas.

El tratamiento de la pancreatitis incluye una monitorización cuidadosa y cuidados veterinarios de apoyo. Puede ser necesaria la hospitalización. La intervención temprana ayudará a evitar complicaciones. Si se conoce la causa, se puede iniciar un tratamiento específico. Se suelen administrar medicamentos para detener los vómitos y aliviar las náuseas. El descanso del páncreas mediante la restricción de toda la comida o el agua por la boca durante 3-4 días solo se recomienda cuando el perro está vomitando incontrolablemente. Los perros gravemente enfermos reciben fluidos intravenosos. Se suelen administrar analgésicos porque se supone que el animal tiene dolor abdominal.

En los casos leves de pancreatitis se suele cambiar a los perros a una dieta baja en grasas y a golosinas bajas en grasas. Se debe identificar y tratar cualquier enfermedad subyacente o factor de riesgo de pancreatitis. A los perros que no responden a otros tratamientos se les pueden recetar medicamentos adicionales. Los pacientes con pancreatitis leve de larga duración deben vigilarse para detectar posibles complicaciones, como la insuficiencia pancreática exocrina (véase más adelante) y la diabetes mellitus.

El pronóstico en los casos leves es bueno, pero el de los casos graves de pancreatitis es incierto. El pronóstico es malo en los perros que experimentan complicaciones graves, como el fracaso de órganos.

Insuficiencia pancreática exocrina

La insuficiencia pancreática exocrina es un síndrome causado por una producción y secreción insuficientes de enzimas digestivas por parte del páncreas. El deterioro de las estructuras que producen las enzimas pancreáticas es la causa más común de este síndrome en los Pastores Alemanes, Collies de pelo largo y Eurasiers. Estos perros tienden a ser adultos jóvenes cuando se desarrolla la enfermedad. La inflamación pancreática a largo plazo (pancreatitis) es la causa más común en otras razas. Las causas menos comunes son los tumores que provocan la obstrucción del conducto pancreático. Los perros con insuficiencia pancreática exocrina debida a estas otras causas suelen ser de mediana o avanzada edad y pueden ser de cualquier raza.

Las enzimas pancreáticas desempeñan un papel crítico en la asimilación de todos los componentes principales de la dieta, y la falta de enzimas digestivas pancreáticas produce problemas con la digestión y malabsorción. La falta de nutrientes también causa pérdida de peso y puede originar deficiencias vitamínicas. Los animales con insuficiencia pancreática exocrina causada por pancreatitis prolongada pueden desarrollar diabetes mellitus.

Los signos más frecuentemente descritos son comer en exceso, pérdida de peso y diarrea. A veces se observan vómitos y pérdida de apetito, pero pueden ser un signo de una enfermedad concomitante. Las heces suelen ser pálidas, sueltas y voluminosas y pueden ser fétidas. En raras ocasiones se puede ver diarrea acuosa. El diagnóstico se puede realizar mediante un análisis de sangre que indica una disminución de la capacidad funcional del páncreas exocrino.

La mayoría de los perros con insuficiencia pancreática exocrina pueden tratarse con éxito suplementando cada comida con enzimas pancreáticas (en polvo o de tejido fresco). Siga cuidadosamente las instrucciones de su veterinario para este suplemento dietético. Evite proporcionar demasiado o muy poco y siga el programa prescrito. Asegúrese de informar de cualquier sangrado de la boca a su veterinario. Este efecto adverso puede eliminarse a menudo reduciendo la dosis de enzima o humedeciendo el alimento y la mezcla de enzimas. Cuando los signos han mejorado puede ser posible disminuir gradualmente la dosis.

Si la suplementación enzimática por sí sola no resuelve la afección, la deficiencia de vitamina B12 (cobalamina) puede ser una causa posible. La deficiencia de cobalamina se observa en más del 80 % de los perros con insuficiencia pancreática exocrina. Se puede administrar esta vitamina a los perros con deficiencia de vitamina B12 mediante inyección. También se han descrito otras deficiencias vitamínicas. Los perros que no responden al tratamiento con enzimas pancreáticas y cobalamina probablemente tienen una enfermedad adicional del intestino delgado que necesita diagnosticarse y tratarse.

La mayoría de los perros pueden seguir comiendo su comida normal, pero una dieta muy digestible, baja en fibra y moderada en grasas puede ser útil en aquellos que no responden satisfactoriamente al tratamiento. Sin embargo, es importante evitar cambios radicales en la dieta.

En la mayoría de los casos, la insuficiencia pancreática exocrina es el resultado de una pérdida irreversible de tejido pancreático y la curación es rara. Sin embargo, con una suplementación enzimática adecuada y un seguimiento, los perros con este trastorno suelen ganar peso rápidamente, producir heces normales y pueden llevar una vida normal.

Cáncer pancreático

Los cánceres del páncreas exocrino pueden ser benignos o malignos. Los adenomas pancreáticos son tumores benignos (no diseminados). Los adenocarcinomas pancreáticos son el tumor maligno más frecuente del páncreas exocrino en perros. También se han descrito algunos otros tipos de cáncer en el páncreas.

Se puede establecer un diagnóstico basado en una combinación de análisis de sangre, radiografías, ecografía, biopsia o cirugía exploratoria, según corresponda.

Adenomas pancreáticos

Los tumores benignos pueden dar lugar al desplazamiento de órganos en cavidad abdominal. Sin embargo, estos cambios no causan signos en la mayoría de los casos. En raros casos, el tumor puede obstruir el conducto pancreático y causar deterioro del páncreas exocrino restante, dando lugar a insuficiencia pancreática exocrina (véase anteriormente).

Los adenomas pancreáticos son benignos y teóricamente no requieren tratamiento a menos que causen signos. Sin embargo, debido a que los tumores se encuentran a menudo durante la cirugía y el aspecto de los tumores benignos y malignos es similar, se suele recomendar la extirpación del tejido pancreático afectado. El pronóstico en estos casos es excelente.

Adenocarcinomas pancreáticos

Los adenocarcinomas pueden provocar la muerte de una parte del tejido canceroso si el tumor supera su suministro de sangre. Esto causa inflamación local, que puede dar lugar a signos de pancreatitis. Los tumores malignos también pueden extenderse a órganos vecinos o distantes.

Muchos perros no muestran signos hasta una fase avanzada de la enfermedad. Algunos perros presentan signos que sugieren una inflamación del páncreas. Se puede observar ictericia si se desarrolla una obstrucción del conducto biliar. En algunos casos de adenocarcinoma de páncreas también se han descrito signos relacionados con la diseminación, como cojera, dolor de huesos o dificultad para respirar.

Los adenocarcinomas pancreáticos no se suelen detectar hasta que la enfermedad está avanzada y el cáncer ya se ha diseminado. En los pocos casos en los que parece que el cáncer aún no se ha extendido, su veterinario puede intentar la extirpación quirúrgica. Sin embargo, es difícil extirpar completamente estos tumores y la cirugía a menudo no tiene éxito. Tanto la quimioterapia como la radioterapia han demostrado tener poco éxito en pacientes humanos o veterinarios con adenocarcinomas pancreáticos. Por tanto, el pronóstico para perros en casos de adenocarcinoma pancreático es grave.

Abscesos pancreáticos

Un absceso pancreático es una acumulación de pus, por lo general cerca del páncreas, que se considera una complicación de la pancreatitis (véase anteriormente). Los signos incluyen vómitos, depresión, dolor abdominal, pérdida de apetito, fiebre, diarrea y deshidratación. En algunos animales se puede palpar una masa en el abdomen. Los perros pueden responder de forma favorable al drenaje quirúrgico del absceso. Sin embargo, los riesgos y los costes de la cirugía pueden superar los beneficios, a menos que haya pruebas claras de una masa que crece o una infección bacteriana. Su veterinario hará una recomendación quirúrgica basada en el estado específico de su perro, su salud general y consideraciones relacionadas.

Pseudoquiste pancreático

Un pseudoquiste pancreático es una acumulación de líquido pancreático estéril rodeada por una pared de tejido. Se considera una complicación de la inflamación en el páncreas, por lo que los signos son similares a los de la pancreatitis. Los vómitos son el signo más consistente. Los quistes se pueden ver mediante ecografía. El uso de una aguja larga para extraer líquido del quiste puede proporcionar líquido para su análisis y diagnóstico. La extracción de líquido también es un método para tratar estos quistes. La cirugía puede ser necesaria si el perro tiene signos que persisten o si el pseudoquiste no disminuye de tamaño.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre trastornos pancreáticos.