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Trastornos del páncreas en los perros

PorDeborah S. Greco, DVM, PhD, DACVIM-SAIM;David Bruyette, DVM, DACVIM;Robert J. Kemppainen, DVM, PhD;Mark E. Peterson, DVM, DACVIM-SAIM;Janice E. Kritchevsky, VMD, DACVIM-LAIM
Última revisión/modificación jun 2018

El páncreas está compuesto por varios tipos de células que tienen distintas funciones implicadas en la producción de hormonas y enzimas digestivas. El páncreas exocrino produce enzimas que son esenciales para la digestión de componentes dietéticos complejos como las proteínas, los triglicéridos y los hidratos de carbono complejos. El páncreas exocrino también secreta grandes cantidades de bicarbonato, que actúa tamponando el ácido gástrico. Los trastornos del páncreas exocrino se tratan en la sección sobre trastornos digestivos, porque se relacionan con la digestión. El páncreas endocrino produce las hormonas insulina y glucagón, que regulan los niveles de azúcar en sangre. Las funciones y los trastornos del páncreas endocrino se tratan en esta sección.

Los islotes de Langerhans en el páncreas constan de tres tipos de células, cada una de las cuales produce una hormona diferente. La mayoría de las células, llamadas células beta, producen insulina. La insulina afecta, directa o indirectamente, a la función de todos los órganos del cuerpo, especialmente al hígado, las células grasas y los músculos. En general, la insulina aumenta la transferencia de glucosa (azúcar) y otros compuestos a las células del organismo. También disminuye la tasa de descomposición de grasas, proteínas y carbohidratos.

Los otros dos tipos celulares de los islotes de Langerhans producen las hormonas glucagón y somatostatina. Cuando los niveles de glucosa en sangre disminuyen, se libera glucagón. El glucagón ayuda a convertir los carbohidratos almacenados en glucosa para que puedan usarse como energía.

La insulina y el glucagón trabajan juntos para mantener la concentración de glucosa en la sangre y otros líquidos corporales dentro de un rango relativamente estrecho. El glucagón controla la liberación de glucosa desde el hígado, y la insulina controla el transporte de glucosa a numerosos tejidos del organismo.

Diabetes mellitus

La diabetes mellitus (a menudo llamada simplemente diabetes) es un trastorno crónico del metabolismo de los carbohidratos debido a una deficiencia de insulina o resistencia a la insulina. Los perros de mediana edad son los más afectados, y las hembras se ven afectadas con el doble de frecuencia que los machos. Ciertas razas pequeñas, como los Caniches miniatura, los Teckels, los Schnauzers, los Cairn Terriers y los Beagles, parecen desarrollar diabetes con más frecuencia que otras razas, pero cualquier raza puede verse afectada.

Son varios los mecanismos responsables de la disminución de la producción y secreción de insulina, pero suelen implicar la destrucción de las células de los islotes, ya sea por el sistema inmunitario o por una inflamación grave y recurrente del páncreas (pancreatitis). También se observan resistencia a la insulina y diabetes mellitus en muchos perros con enfermedad de Cushing ( ver Enfermedad de Cushing). El tratamiento a largo plazo con glucocorticoides o progestinas puede hacer que un animal sea más propenso a desarrollar diabetes mellitus. Durante la gestación y durante los ciclos de celo, las perras no esterilizadas producen la hormona progesterona, que puede producir niveles elevados de azúcar en sangre y resistencia a la insulina. La obesidad aumenta el riesgo de resistencia a la insulina. El aumento de glucagón también parece contribuir al desarrollo de niveles elevados de azúcar en sangre al liberar las reservas hepáticas de glucosa. El estrés, la obesidad y el uso de ciertos fármacos (glucocorticoides y progestágenos) pueden aumentar los signos de diabetes.

La diabetes a menudo puede desarrollarse gradualmente y los signos pueden pasar inadvertidos al principio. Los signos comunes incluyen aumento de la sed y de la micción, junto con aumento del apetito y pérdida de peso. Los animales diabéticos a menudo desarrollan infecciones a largo plazo o recurrentes. Es frecuente que el hígado esté agrandado. Se suelen desarrollar cataratas en los perros con una diabetes mellitus mal controlada. El diagnóstico de la diabetes mellitus se basa en el hallazgo de niveles elevados de azúcar en la sangre y la orina tras un periodo de ayuno.

Su comprensión de la enfermedad y el cuidado diario de su mascota son fundamentales para controlar con éxito la diabetes. El tratamiento consiste en una combinación de pérdida de peso, dieta, inyecciones de insulina y, posiblemente, medicamentos orales. Su veterinario determinará la cantidad y el momento de las comidas de su mascota, y la dosis y el momento de las inyecciones de insulina. Siga estas recomendaciones muy de cerca. Además, su perra se debe esterilizar si todavía no lo está. Las mediciones de glucosa en sangre son necesarias para garantizar el control de la enfermedad. Su veterinario puede recomendarle que realice este control en casa para obtener los resultados más fiables. Su veterinario interpretará estos resultados para realizar los cambios necesarios en el tratamiento a lo largo del tiempo.

No realice cambios en la cantidad o el momento de los tratamientos con insulina o en la dieta sin consultar a su veterinario. La sobredosis de insulina puede causar un nivel bajo de azúcar en sangre (hipoglucemia); la infradosificación de insulina puede tener efectos graves a largo plazo en la regulación de la diabetes de su perro. Los signos de niveles peligrosamente bajos de azúcar en sangre incluyen debilidad, falta de coordinación, convulsiones y colapso. Si se observan estos signos después de administrar insulina, llame a su veterinario inmediatamente. Él o ella pueden hacer recomendaciones para aumentar rápidamente el nivel de azúcar en la sangre de su perro antes de llegar a la clínica veterinaria. Un nivel significativamente bajo de azúcar en sangre es una urgencia médica y requiere tratamiento inmediato.

La diabetes mellitus no tratada o mal tratada puede dar lugar a una complicación grave y potencialmente mortal denominada cetoacidosis diabética. Se trata de una urgencia médica que requiere tratamiento inmediato y hospitalización para corregirla. Los signos de cetoacidosis incluyen aumento de la sed y de la micción, letargo, debilidad, disminución del apetito y dificultad para respirar. Si su perro muestra alguno de estos signos, debe ser examinado por un veterinario de inmediato.

Tumores funcionales de las células de los islotes (insulinomas)

Los tumores en las células de los islotes del páncreas a menudo producen y secretan las hormonas que normalmente secreta la glándula. El tumor más común de los islotes pancreáticos afecta a las células beta secretoras de insulina y se denomina insulinoma. Los insulinomas son muy frecuentes en los perros de 5-12 años de edad. Los tumores de células de los islotes también pueden producir y secretar otras hormonas y productos.

Los signos son el resultado de una secreción excesiva de insulina, que provoca una bajada de azúcar en la sangre (hipoglucemia). Inicialmente, los signos incluyen debilidad, fatiga después del ejercicio, espasmos musculares, falta de coordinación, confusión y posiblemente cambios de temperamento. Los perros se agitan con facilidad y en ocasiones se excitan e inquietan. Pueden producirse convulsiones periódicas. Un perro también puede sufrir un colapso, pareciendo haberse desmayado.

Los signos se presentan con poca frecuencia al principio, pero se vuelven más frecuentes y duran más a medida que la enfermedad progresa. Los ataques pueden ser provocados por el ejercicio o por el ayuno o la comida (que estimula la liberación de insulina y reduce los niveles de azúcar en sangre). Los signos se resuelven rápidamente después del tratamiento con glucosa. Los episodios repetidos de bajadas de azúcar prolongadas y graves pueden provocar daños cerebrales irreversibles. El diagnóstico se basa en un historial de debilidad periódica, colapso o convulsiones, junto con pruebas que indican un nivel bajo de azúcar en la sangre.

La extirpación quirúrgica del tumor puede corregir la hipoglucemia y los signos del sistema nervioso, a menos que ya se haya producido un daño permanente. Sin embargo, si el tumor ya se ha diseminado, los niveles de azúcar en sangre pueden permanecer bajos después de la cirugía. Desafortunadamente, los insulinomas son a menudo malignos, pero los perros pueden vivir más de un año con buena calidad de vida si se extirpan todos los tumores grandes. La calidad de vida a veces puede mantenerse en los perros afectados modificando la dieta y administrando glucocorticoides u otros fármacos.

Tumores de células de los islotes secretores de gastrina (gastrinomas)

La gastrina es una hormona que provoca la liberación de ácido gástrico en el estómago. La gastrina se suele secretar solo por el estómago y el intestino delgado. En casos raros, también puede ser secretada por tumores de las células de los islotes pancreáticos llamados gastrinomas.

Los signos de un gastrinoma pueden incluir pérdida de apetito, vómitos de sangre, diarrea intermitente (que suele contener sangre oscura), pérdida de peso y deshidratación. Muchos de estos signos son el resultado de úlceras de estómago causadas por un exceso de gastrina. En los perros con úlceras de estómago o intestinales repetidas, se puede realizar una cirugía exploratoria para detectar tumores pancreáticos. Sin embargo, en todos los casos conocidos, el cáncer de páncreas ha sido inoperable debido a su diseminación a otras áreas. Los medicamentos para el estómago y las úlceras intestinales pueden hacer que el perro se sienta más cómodo.

Para más información

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