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Trastornos de la boca en los perros

PorStanley I. Rubin, DVM, MS, DACVIM
Última revisión/modificación may 2018

La función primaria de la boca es obtener e introducir el alimento en el tracto digestivo. Algunas de sus funciones adicionales incluyen comunicación e interacción social, aseo, protección y regulación térmica (especialmente en perros). Coger comida, masticar y tragar requiere una compleja interacción de los músculos de la mandíbula, los dientes, la lengua y la parte superior de la garganta. Cuando cualquiera de estas funciones está afectada por una enfermedad o un traumatismo, puede dar como resultado desnutrición y deshidratación. Un examen oral completo debería formar parte de la exploración física de su animal, ya que las enfermedades orales se tratan de forma más eficaz con un diagnóstico precoz. De lo contrario, muchas permanecerán ocultas en la boca y progresarán hacia una fase avanzada.

Enfermedades orales inflamatorias y ulcerativas

La enfermedad de las encías ( ver Enfermedades de las encías) es el problema oral más común en pequeños animales. Otras causas de trastornos inflamatorios orales incluyen enfermedades del sistema inmunitario, agentes químicos, infecciones, traumatismos, enfermedades metabólicas, alteraciones del desarrollo, quemaduras, tratamiento con radioterapia y cáncer. Las infecciones que se han asociado con la inflamación oral incluyen el virus del moquillo canino y la leptospirosis. Puede observarse inflamación traumática de la boca después de que un animal intente comer material vegetal afilado (como espigas de plantas) o aislamiento de fibra de vidrio. La planta doméstica Dieffenbachia puede causar inflamación oral y llagas si se mastica. La insuficiencia renal crónica puede causar inflamación y llagas en la boca.

Los signos pueden variar con la causa y la extensión de la inflamación. Puede observarse pérdida de apetito. El mal aliento y el babeo son frecuentes con la inflamación de la boca, la inflamación de la lengua y el dolor de garganta. La saliva puede estar teñida con sangre. El animal puede tocarse el hocico con las patas y resentirse de cualquier intento de examen de la cavidad oral debido al dolor. Los nódulos linfáticos de la región pueden estar agrandados.

Estomatitis canina

La estomatitis canina implica la inflamación de las membranas mucosas de la boca. Los signos incluyen inflamación grave de las encías, retracción de las encías en varios sitios y llagas grandes en la superficie de la boca cerca de la superficie de los dientes grandes. El problema suele afectar a los Galgos, pero también se ha observado en el Bichon Maltés, el Schnauzer miniatura, el Labrador Retriever y otras razas. El rasgo característico es la úlcera o llaga de contacto que se desarrolla donde el labio entra en contacto con la superficie del diente, con más frecuencia en la superficie interna del labio superior junto a los caninos y muelas carniceras superiores (también llamadas 4.° premolar). Estas anomalías también se han denominado "úlceras del beso" debido a que se encuentran donde los labios "besan" los dientes. Los análisis de sangre y las muestras de tejido pueden descartar otras causas de estomatitis (como la enfermedad renal avanzada).

La causa de esta enfermedad es una disfunción del sistema inmunitario que provoca una respuesta inflamatoria excesiva a la placa dental. Por esta razón, un control exhaustivo de la placa mediante una limpieza profesional y una excelente higiene bucal en casa (incluyendo el cepillado de dientes dos veces al día) puede resolver el problema. Su veterinario puede recetar medidas antibacterianas suplementarias, como enjuagues tópicos de clorhexidina o geles. En los casos graves, las preparaciones antiinflamatorias tópicas pueden proporcionar alivio. Las molestias causadas por las úlceras pueden dificultar el cepillado de los dientes de su mascota y la administración de medicamentos orales. Si las molestias son graves y es incapaz de cepillar los dientes, puede ser necesario extraer los dientes adyacentes para eliminar las superficies de contacto en las que se acumula la placa. Aunque la extracción puede ayudar a controlar las llagas es posible que no cure completamente el problema, ya que la placa crece en todas las superficies de la boca y los animales pueden seguir desarrollando llagas.

Trastornos de los labios

La dermatitis del pliegue labial es una inflamación cutánea crónica que se da en razas con el labio superior y los pliegues del labio inferior caídos (como el Spaniel, el Bulldog Inglés y el San Bernardo). Estos labios a menudo acumulan humedad, causando el desarrollo de inflamación. El trastorno puede empeorar cuando una mala higiene bucal da lugar a recuentos bacterianos salivales elevados. Los pliegues del labio inferior puede volverse muy malolientes, inflamados, incómodos e hinchados.

El tratamiento de la dermatitis del pliegue labial incluye rasurar el pelo, limpiar los pliegues de una a dos veces al día con peróxido de benzoílo o un limpiador cutáneo suave, y mantener la zona seca. Su veterinario puede recetarle una aplicación diaria de una crema tópica para la dermatitis del pañal. La corrección quirúrgica de los pliegues labiales profundos es un remedio más duradero para los casos graves.

Las heridas de los labios, resultantes de peleas o de morder objetos cortantes, son frecuentes y varían ampliamente en gravedad. Las espinas, las espigas, las plantas espinosas y los anzuelos pueden clavarse en los labios y causar irritaciones o heridas graves. Las sustancias irritantes, como los materiales de plástico o los vegetales, pueden producir inflamación de los labios. Se pueden desarrollar infecciones labiales. Las heridas de los labios deben ser limpiadas y suturadas por su veterinario, si es necesario.

La extensión directa de la enfermedad grave de las encías o la inflamación dentro de la boca puede producir inflamación de los labios (queilitis). Lamerse zonas de dermatitis bacteriana o heridas infectadas puede extender la infección a los labios y a los pliegues labiales. La inflamación de los labios también puede estar relacionada con infestaciones parasitarias, enfermedades cutáneas autoinmunitarias y tumores.

La inflamación de los labios y sus pliegues puede ser a corto o a largo plazo. Los animales pueden golpearse con las patas, rascarse o frotarse la boca o el labio, tener mal olor en el aliento y ocasionalmente salivar en exceso o negarse a comer. Con la infección crónica de los márgenes o pliegues de los labios, el pelo de estas zonas está descolorido, húmedo y enredado con una secreción espesa, amarillenta o marrón y fétida que se superpone a la piel enrojecida que puede tener llagas abiertas. A veces, la infección se extiende desde otra área del cuerpo; esto se diagnostica fácilmente debido a la infección que lo causa.

La inflamación de los labios que no está relacionada con los pliegues labiales se suele resolver con una limpieza mínima, antibióticos apropiados (si hay infección bacteriana) y el tratamiento específico de la causa. Es necesario tratar la enfermedad periodontal o la inflamación de la boca para evitar las recidivas.

La queilitis infecciosa que se ha extendido desde una localización alejada de la boca suele mejorar con el tratamiento del foco primario, pero también es necesario el tratamiento de la zona del labio. En caso de infección grave, los cuidados incluyen rasurar el pelo de la zona infectada. A continuación, se limpiará y secará suavemente la zona. Los antibióticos se pueden prescribir si la infección es grave o se disemina a otras localizaciones.

Estomatitis fúngica

La estomatitis fúngica está causada por el crecimiento excesivo del hongo Candida albicans. Es una causa infrecuente de inflamación oral en perros. Los signos incluyen inflamación de la boca, mal aliento, babeo, rechazo a comer y sangrado o llagas abiertas en la lengua o las membranas mucosas. Por lo general se cree que está relacionada con otras enfermedades orales, con tratamiento con antibióticos de larga duración o un sistema inmunitario deprimido. En la mayoría de los casos se tratarán tanto la enfermedad subyacente como la propia infección fúngica. Siga cuidadosamente las recomendaciones de su veterinario sobre la dieta para apoyar la recuperación de su mascota. Su veterinario también recomendará un programa de tratamiento para controlar el hongo que causa el problema. Esta es una fase crucial del tratamiento porque el pronóstico es malo si la enfermedad subyacente no se puede tratar o controlar adecuadamente.

Boca de trinchera (gingivitis ulcerativa necrotizante aguda)

Esta enfermedad relativamente infrecuente de los perros se caracteriza por una inflamación grave de las encías (gingivitis), ulceración y muerte del tejido que recubre la boca. La causa de esta enfermedad es desconocida, pero se ha sugerido que las bacterias bucales normales y otros microorganismos pueden causarla después de que algún factor predisponente aumente sus niveles o disminuya la resistencia de la boca a la infección. Otros factores potenciales son el estrés, el empleo excesivo de corticoesteroides y una mala alimentación.

La enfermedad aparece primero como un enrojecimiento e inflamación de los bordes de las encías, que son dolorosos, sangran con facilidad y pueden producir retracción de las encías. Es frecuente que se extienda a otras zonas internas de la boca. En los casos graves, esto produce llagas y hueso expuesto. El mal aliento es marcado y el animal puede no querer comer debido al dolor. Puede haber exceso de babeo y la saliva puede estar teñida de sangre. La enfermedad se diagnostica excluyendo otras posibles causas.

El tratamiento suele consistir en el tratamiento de la enfermedad de las encías, extracciones dentales, limpieza profesional de heridas, higiene oral, antibióticos y antisépticos orales.

Inflamación de la lengua

La inflamación de la lengua se llama glositis. Puede deberse a infecciones, irritaciones, heridas, enfermedades, productos químicos u otras causas, como quemaduras eléctricas o picaduras de insectos. Un hilo, cuerda u otro cuerpo extraño se puede quedar atrapado bajo la lengua. La glositis también puede producirse en perros de pelo largo que utilizan la boca y la lengua en un intento de eliminar plantas espinosas de su pelo.

El babeo y la reticencia a comer son signos frecuentes, pero la causa puede pasar desapercibida a menos que se examine cuidadosamente la boca. La enfermedad de las encías puede provocar enrojecimiento, hinchazón y, en ocasiones, llagas en el borde de la lengua. Puede no haber inflamación de la superficie superior de la lengua, pero la superficie inferior puede estar dolorida, irritada y cortada por el cuerpo extraño. Las púas de puercoespín, partes de plantas y otros materiales extraños pueden alojarse tan profundamente que no puedan detectarse fácilmente. Los aguijones de los insectos causan una hinchazón repentina de la lengua. Algunos animales tienen una lengua con un surco central profundo, que a menudo se llena de pelos que actúan como irritantes. En los casos crónicos de inflamación puede haber una descarga marrón y fétida (a veces con hemorragia). Frecuentemente, el animal se resiste a permitir que se le examine la boca.

El veterinario trata la glositis retirando cualquier cuerpo extraño y cualquier diente roto o enfermo. La infección se puede tratar con un antibiótico adecuado. La limpieza de las heridas y el uso de colutorios antisépticos son beneficiosos en algunos casos. Pueden ser necesarios una dieta blanda y fluidos intravenosos. Si el animal está débil y es incapaz de comer bien durante un periodo prolongado también puede ser necesaria la alimentación por sonda. La glositis repentina debida a picaduras de insectos puede necesitar un tratamiento de urgencia. Si la glositis está causada por otra afección, también se tratará la enfermedad primaria. La lengua se cura rápidamente después de eliminar la irritación y la infección.

Traumatismos de los tejidos blandos

Las lesiones en las mejillas o la boca son frecuentes en los perros, pero suelen responder bien al tratamiento.

Mordeduras en la mejilla

Una herida a lo largo del lateral de la mejilla o bajo la lengua puede estar causada por un autotraumatismo cuando el tejido queda atrapado entre los dientes durante la masticación. La extirpación quirúrgica del tejido en exceso evita que se produzcan más lesiones.

Quemaduras orales

Las quemaduras térmicas (por calor), químicas o eléctricas que afectan a la boca son frecuentes en los perros. Su veterinario buscará lesiones en otros sistemas orgánicos. Las lesiones pueden ser leves, con solo molestias temporales, o pueden ser muy destructivas, con pérdida de tejido y formación de cicatrices, seguidas de deformidad o pérdida de tejido. En algunos casos, estas otras lesiones pueden poner en peligro la vida. A veces, los cachorros se queman al masticar un cable eléctrico. Estos animales a menudo tienen una cicatriz lineal a través del dorso de la lengua, siguiendo la trayectoria del cable eléctrico. Una o ambas comisuras labiales pueden tener una cicatriz o herida, y los dientes adyacentes pueden estar descoloridos y finalmente necesitan una endodoncia.

Un perro con una quemadura en la boca puede dudar a la hora de comer o beber, babear o resentir la manipulación de su boca o cara. Si la destrucción tisular es importante, pueden aparecer llagas e inflamación de la boca. Estas heridas se pueden infectar fácilmente. Si usted mismo observó la quemadura, proporcione los detalles a su veterinario. Si el animal es atendido por un veterinario poco después de recibir una quemadura química en la boca, podrá neutralizar el producto químico y/o eliminarlo con agua. También puede ser necesario rasurar el pelo. Lo más frecuente es que el perro sea atendido por el veterinario demasiado tiempo después de la exposición para que la neutralización sea efectiva.

Si el animal solo tiene el revestimiento de la boca enrojecido sin daños en los tejidos, es posible que no necesite más tratamiento que una dieta blanda o líquida hasta que el dolor se haya curado. Si el daño tisular es extenso, el veterinario puede lavar los tejidos con una solución de clorhexidina y realizar una limpieza para eliminar el tejido muerto y los restos. Se pueden recetar antibióticos para reducir la posibilidad de infección.

Verrugas víricas y papilomas

Las verrugas víricas son crecimientos no cancerosos causados por un virus. El revestimiento de la boca y las comisuras del labio se ven afectados con mayor frecuencia, pero el techo y la parte posterior de la boca también pueden estar involucrados. Las verrugas víricas son más frecuentes en los perros jóvenes y a menudo aparecen de repente, con un crecimiento y una difusión rápidos. Los signos se observan cuando los crecimientos interfieren en la recogida de alimentos, la masticación o la deglución. En ocasiones, si los crecimientos son numerosos, el perro puede morderlos al masticar, lo que hace que sangren y se infecten. Las verrugas pueden desaparecer espontáneamente en unas semanas o meses, y no suele ser necesario extirparlas. Si es necesario, un veterinario puede eliminar las verrugas quirúrgicamente. Los perros gravemente afectados pueden beneficiarse de las vacunas, si están disponibles. También pueden desarrollarse grandes cantidades de verrugas víricas en perros mayores que tienen otra enfermedad que suprime el sistema inmunitario.

Los papilomas se parecen mucho a las verrugas víricas, pero tienden a crecer más lentamente y es menos probable que se encuentren en grupos. No se suelen diseminar y pueden curarse mediante extirpación quirúrgica.

Tumores orales

Los tumores en la boca y la parte superior de la garganta pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Tumores benignos

Los tumores orales benignos más comunes en perros son los fibromas odontogénicos periféricos (anteriormente llamados épulis fibromatosos o épulis osificantes). Se pueden observar en perros de cualquier edad, pero son más frecuentes en perros de 6 años o mayores.

Estos tumores benignos son masas duras que afectan al tejido de las encías. Surgen del ligamento del diente afectado. Estas masas se suelen presentar solas, aunque puede haber múltiples masas presentes. Pueden llegar a ser bastante grandes. La cirugía que extirpa todo el tumor curará al perro.

Los ameloblastomas periféricos caninos son benignos pero crecen rápidamente. Invaden rutinariamente los tejidos cercanos incluyendo el hueso. Debido a su naturaleza agresiva, estos tumores deben extirparse quirúrgicamente. La radioterapia puede minimizar la desfiguración si hay tumores grandes.

Debido a la naturaleza variada de los tumores orales, su veterinario querrá realizar una biopsia de los tumores antes de la cirugía. Los resultados de la biopsia guiarán al veterinario a planificar la cirugía y cualquier otro tratamiento necesario.

Tumores malignos

En los perros, los tipos más frecuentes de tumores malignos son el melanoma maligno, el carcinoma de células escamosas y el fibrosarcoma. Los signos varían según la localización y extensión del tumor. Es frecuente el mal aliento, la reticencia a comer y el babeo excesivo. Si la parte posterior de la boca y la garganta están afectadas puede resultar difícil tragar. Los tumores se ulceran y sangran con frecuencia. La cara puede hincharse a medida que el tumor crece e invade el tejido circundante. Los nódulos linfáticos cercanos al tumor a menudo se inflaman antes de que se pueda ver el tumor.

En general, se necesita una biopsia para confirmar el diagnóstico. Si su veterinario sospecha que el tumor se ha diseminado, también se pueden evaluar los nódulos linfáticos cercanos y los pulmones.

El tratamiento y el pronóstico dependen del tipo específico de tumor y de si se ha diseminado. Los melanomas malignos son muy invasivos y se diseminan fácilmente; por consiguiente, el pronóstico es de reservado a malo. La extirpación quirúrgica del tumor puede prolongar la supervivencia y puede curar la enfermedad; sin embargo, la recidiva es frecuente. Una vacuna que estimula el sistema inmunitario para atacar el tumor puede ser eficaz en algunos perros con melanoma maligno. Los carcinomas de células escamosas que no afectan a las amígdalas tienen una baja tasa de propagación, y el pronóstico es bueno con una cirugía agresiva, radioterapia o ambas. Los carcinomas de células escamosas que afectan a las amígdalas se propagan rápidamente y tienen un mal pronóstico. Los fibrosarcomas tienen un pronóstico reservado, y la reaparición del crecimiento del tumor tras la cirugía es frecuente.

Trastornos salivales

La saliva humedece la boca y ayuda a iniciar la digestión de los alimentos. Como ocurre con cualquier otra parte del organismo, puede haber problemas médicos que afecten a las glándulas que producen la saliva.

Salivación excesiva (ptialismo)

La salivación excesiva tiene dos causas principales: o bien el animal produce demasiada saliva (un trastorno llamado ptialismo), o bien el animal no puede tragar eficazmente la saliva que produce. En cualquier situación, el animal babea. Hay varias causas subyacentes para esta afección (véase la lista a continuación). La más grave de ellas es la rabia, por lo que su veterinario intentará excluirla primero. La causa subyacente puede estar dentro o cerca de la boca, o puede ser un signo de una afección más general. Cualquiera que sea la causa, se tendrá que determinar y tratar para controlar la afección. Si no se mantiene la piel lo más seca posible puede aparecer una inflamación húmeda a corto plazo en los labios y la cara. Se puede recomendar la limpieza con una solución antiséptica.

Causas de la salivación excesiva

  • Fármacos o venenos.

  • Irritación asociada con inflamación de la boca o lengua, objetos extraños en la boca, tumores, lesiones u otros defectos de la boca.

  • Enfermedades infecciosas (como la rabia), la forma nerviosa del moquillo u otros trastornos convulsivos.

  • Mareo por movimiento, miedo, nerviosismo o excitación.

  • Resistencia a tragar por irritación del esófago, estómago o intestinos.

  • Lesión, tumor o material extraño debajo de la lengua.

  • Amígdalas inflamadas (amigdalitis).

  • Administración de medicamentos.

  • Defectos de conformación de la boca (p. ej., labios gruesos y colgantes).

  • Trastornos metabólicos (como la encefalopatía hepática o el fallo renal).

  • Absceso u otra obstrucción o trastorno de las glándulas salivales.

Mucocele salival

En un mucocele salival, la saliva se acumula bajo la piel tras un daño en el conducto o la glándula salival. Es el trastorno más frecuente de las glándulas salivales de los perros. Aunque cualquiera de las glándulas salivales puede verse afectada, las que se encuentran debajo de la lengua y en la mandíbula son las más comunes. La causa no suele estar determinada.

Los signos dependen del lugar de acumulación de la saliva. Al principio, la inflamación hace que el área esté hinchada y dolorida, pero esta etapa inicial no se suele notar. En cambio, el primer signo puede ser una masa no dolorosa que aumenta lentamente de tamaño, frecuentemente en el cuello. Un mucocele bajo la lengua puede no verse hasta que se traumatiza y sangra. Un mucocele faríngeo (de la garganta) puede obstruir las vías respiratorias y provocar dificultad para respirar. Un mucocele en el párpado inferior puede cambiar la localización del ojo. Si el mucocele se infecta puede haber dolor o fiebre. Un veterinario puede distinguir el mucocele de los abscesos, tumores y otros tipos de quistes usando una aguja para extraer una muestra de líquido del interior del mucocele.

Se suele recomendar la cirugía para extirpar la glándula y el conducto salival dañados. Los mucoceles en el cuello o debajo de la lengua pueden tratarse con drenajes periódicos si la cirugía no es una opción, pero a veces se infectan. A menudo se recomienda la extirpación completa de la glándula y el conducto en el caso de los mucoceles de la garganta para evitar la posibilidad de una futura obstrucción de las vías respiratorias que ponga en peligro la vida. Su veterinario considerará la enfermedad específica de su mascota cuando haga una recomendación de tratamiento.

Fístula salival

Las fístulas son trayectos o aberturas anormales entre dos órganos del organismo o desde un órgano interno hasta la superficie corporal. Las fístulas que afectan a las glándulas salivales en perros y gatos son raras. Cuando se producen, la causa puede ser una lesión en las glándulas salivales de la mandíbula inferior, las mejillas o la cara, o debajo de la lengua. Otras causas incluyen heridas por mordedura, drenaje de abscesos o la apertura de una incisión quirúrgica cerrada.

Su veterinario querrá asegurarse de identificar correctamente la fístula antes de recomendar el tratamiento. El drenaje de los senos debe eliminarse como fuente del problema. Si el problema es una fístula, a menudo se necesita cirugía. La ligadura del conducto salival afectado suele resolver el problema, aunque puede ser necesario extirpar la glándula asociada.

Tumores de las glándulas salivales

Los tumores de las glándulas salivales son raros en los perros. La mayoría se observa en perros mayores de 10 años de edad. Las razas Caniche y Spaniel pueden estar predispuestas. La mayoría de los tumores de las glándulas salivales son malignos, y los carcinomas y los adenocarcinomas los más frecuentes. La diseminación a los nódulos linfáticos cercanos y a los pulmones es frecuente. Los tumores extirpados mediante cirugía sola tienden a reaparecer, por lo que a menudo se recomienda la radioterapia, con o sin cirugía.

Inflamación de las glándulas salivales

La inflamación de las glándulas salivales rara vez es un problema en los perros. Cuando se encuentra, suele ser un hallazgo incidental que se suma a otra enfermedad o trastorno. Las infecciones de las glándulas salivales pueden estar causadas por traumatismos (a menudo por mordeduras u otras heridas penetrantes) o por infecciones generalizadas como la rabia, el moquillo y el virus que causa las paperas en humanos.

Los signos de las glándulas salivales inflamadas son fiebre, depresión y glándulas salivales dolorosas e hinchadas. En ocasiones, una glándula con absceso descarga pus en el tejido circundante o en la boca. La rotura a través de la piel puede causar la formación de una fístula salival.

La inflamación leve puede no necesitar tratamiento. La recuperación suele ser rápida y completa. Si hay abscesos, se suelen drenar y se administran antibióticos. Si la recuperación no es completa a los pocos días, o si la infección recidiva, su veterinario querrá realizar pruebas de laboratorio en una muestra de tejido y una biopsia. En ocasiones, se requiere la extirpación quirúrgica de la glándula salival infectada.

Sialoadenosis

La sialoadenosis causa aumento de tamaño de las glándulas salivales que se encuentran justo detrás de la mandíbula (glándulas salivales mandibulares) a ambos lados de la cabeza. Es una hinchazón no dolorosa que no está causada por inflamación o cáncer. Suele haber ojos saltones, y los perros afectados pueden tener arcadas y tragar cuando están excitados. Los signos adicionales incluyen pérdida de peso, resistencia al ejercicio, bufidos, chasquidos de labios, descarga nasal, babeo, disminución del apetito y depresión. Se sospecha que una anomalía neurológica causa la afección y puede tratarse con un medicamento utilizado para otras anomalías neurológicas.

Sialometaplasia necrotizante

La sialometaplasia necrotizante (también llamada necrosis de las glándulas salivales o infarto) causa cambios anormales y muerte de los tejidos de la glándula salival. Se suele observar en perros de razas pequeñas de 3 a 8 años (como los Terriers). Los perros afectados suelen estar deprimidos, con náuseas y poco dispuestos a comer. Otros signos incluyen glándulas salivales agrandadas y dolorosas, pérdida de peso, babeo, arcadas, náuseas, regurgitación, vómitos, deglución frecuente, chasquido de labios, tos y dificultad para respirar. Los veterinarios diagnostican la afección descartando otras causas de los signos. La extirpación quirúrgica de las glándulas no suele ayudar, aunque los medicamentos pueden ser beneficiosos.

Boca seca (xerostomía)

La xerostomía es una boca seca causada por una disminución de la secreción de saliva. Puede causar una molestia significativa y dificultad para comer. Históricamente, esta afección es poco común en perros y gatos, pero es muy frecuente en humanos que han sufrido lesiones en las glándulas salivales después de la radioterapia para tratar tumores de la cabeza y el cuello. A medida que la radioterapia se utiliza con más frecuencia en medicina veterinaria, este trastorno puede ser más frecuente en las mascotas. La disminución de la secreción salival también puede deberse al uso de ciertos fármacos, deshidratación extrema, fiebre, anestesia, disfunción del sistema inmunitario o a una enfermedad de la glándula salival. También se observa en algunos perros con "ojo seco" (queratoconjuntivitis). Encontrar y tratar la causa subyacente es importante para controlar la xerostomía. Los lavados bucales especialmente formulados pueden ayudar a aliviar las molestias causadas por esta afección. Pueden administrarse fluidos para corregir la deshidratación, si la hay. Si la afección está relacionada con el sistema inmunitario, se puede prescribir un tratamiento inmunosupresor apropiado.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre trastornos de la boca.