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Trastornos en los que intervienen inmunocomplejos (reacciones de tipo III) en los perros

PorIan Rodney Tizard, BVMS, BSc, PhD, DSc (Hons), DACVM
Última revisión/modificación jun 2018

Cuando los anticuerpos se unen a los antígenos persistentes, pueden crear inmunocomplejos. Estos complejos antígeno-anticuerpo pueden alojarse en pequeños vasos sanguíneos y estimular una inflamación inapropiada del tejido circundante. Los trastornos por inmunocomplejos se encuentran entre las enfermedades inmunomediadas más comunes. El lugar del organismo donde se depositan los inmunocomplejos determina los signos y el curso de la enfermedad.

Glomerulonefritis

La glomerulonefritis ( ver también Enfermedad glomerular) es la inflamación de los glomérulos (unidades de filtrado microscópicas) en los riñones. La inflamación se desarrolla cuando los inmunocomplejos quedan atrapados en los glomérulos. Esto da lugar a la activación del sistema de defensa inflamatorio del organismo que, a su vez, daña los glomérulos. Los inmunocomplejos a menudo se forman como consecuencia de alguna otra enfermedad, como una infección o un cáncer. Sin embargo, en muchos perros con glomerulonefritis no se puede determinar la causa desencadenante. La glomerulonefritis produce una pérdida excesiva de proteínas en la orina (proteinuria). El hallazgo de proteínas en la orina durante una prueba de orina puede ser la primera indicación de que su perro tiene glomerulonefritis. El tratamiento incluye tratar cualquier enfermedad subyacente, reducir la cantidad de proteína perdida en la orina, controlar cualquier enfermedad renal existente y administrar fármacos inmunosupresores para reducir la formación de inmunocomplejos. Si no se trata, la enfermedad puede producir insuficiencia renal crónica.

Lupus eritematoso sistémico (lupus)

El lupus eritematoso sistémico (a menudo llamado simplemente lupus) es una enfermedad autoinmunitaria poco frecuente que se observa tanto en personas como en perros. Los perros con lupus tienen anticuerpos en la sangre dirigidos frente a sus propios tejidos corporales. El lupus causa anomalías generalizadas en la piel, el corazón, los pulmones, los riñones, las articulaciones, el sistema nervioso y la sangre (disminución del número de glóbulos rojos o plaquetas). Suele afectar a múltiples órganos.

El lupus causa una variedad tan amplia de signos que puede confundirse con muchas enfermedades diferentes. Los signos de lupus pueden ser agudos (aparición súbita y de corta duración) o crónicos (de larga duración y recurrentes), y a menudo aparecen y desaparecen. Los signos pueden incluir fiebre fluctuante, cojera que cambia de una pata a otra, artritis que afecta a múltiples articulaciones, músculos dolorosos, anemia, un recuento bajo de glóbulos blancos, úlceras orales, cambios en la piel que incluyen pérdida de pelo, formación de costras, ulceración y formación de cicatrices, y afectación de órganos internos como la glándula tiroides, el bazo o los riñones.

Un análisis de sangre para anticuerpos específicos es el método habitual para diagnosticar el lupus. Los análisis de sangre también se usan para comprobar la presencia de daño hepático o renal y para buscar anemia, recuentos bajos de plaquetas y otros cambios asociados con la enfermedad. Por lo general se prescriben fármacos para tratar el trastorno. Su veterinario podrá determinar el tratamiento más apropiado para su mascota.

Vasculitis

En los perros se produce vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos) causada por inmunocomplejos. Las anomalías cutáneas se observan como puntos rojos violáceos, ulceraciones y costras. Según los vasos sanguíneos afectados, los signos aparecen en la parte inferior de las patas, almohadillas, orejas, boca o lengua. Los fármacos son una causa frecuente de vasculitis en perros. El trastorno se diagnostica realizando pruebas en muestras extraídas de las áreas afectadas (biopsias). La vasculitis se trata suspendiendo el fármaco causante (si está implicado como causa) o administrando fármacos que suprimen el sistema inmunitario.

Uveítis anterior

Una de las causas de la uveítis anterior ( ver Inflamación de la úvea anterior) es la acción de los complejos anticuerpo-antígeno en el iris, que provoca la inflamación del ojo. La uveítis anterior a menudo se produce durante la fase de recuperación de la hepatitis infecciosa canina, causada por un virus. El tratamiento de la uveítis anterior inmunomediada incluye medicamentos para favorecer la cicatrización del ojo y de todo el cuerpo.

Artritis inmunomediada

La artritis reumatoide canina es una enfermedad autoinmunitaria que produce inflamación e hinchazón de las articulaciones. Se cree que la afección se produce como resultado de complejos inmunitarios que se depositan en el tejido que rodea las articulaciones. Los animales con artritis reumatoide a menudo presentan dolor en las articulaciones. Esto puede verse como una cojera que cambia de una pata a otra y dificultad para levantarse, caminar o trepar. Las articulaciones del carpo (muñeca), tarso (tobillo) y de los dedos son las más comúnmente afectadas y pueden presentar signos de inflamación, como calor excesivo o tumefacción. El perro también puede tener fiebre persistente. Además de los signos, las radiografías de las articulaciones, los análisis de sangre y el análisis de laboratorio del líquido extraído de las articulaciones pueden ayudar al diagnóstico. Su veterinario puede recetarle fármacos que afecten al sistema inmunitario para ayudar a una mascota con artritis reumatoide. Siga cuidadosamente las instrucciones para la administración de la medicación.

La sinovitis linfoplasmocitaria puede ser una variante de la artritis reumatoide. Esta enfermedad se produce en razas medianas y grandes de perros. El signo más común es la cojera de las extremidades traseras, siendo la rodilla la articulación más frecuentemente afectada. A menudo se necesita una combinación de fármacos que controlen la inflamación y el sistema inmunitario para tratar este trastorno.

La poliartritis idiopática es la inflamación de múltiples articulaciones de causa desconocida. No suele afectar a otras partes del organismo. Es más frecuente en los perros grandes, especialmente los Pastores Alemanes, los Doberman Pinschers, los Retrievers, los Spaniels y los Pointers. En las razas toy es más frecuente en Caniches toy, Yorkshire Terriers y Chihuahuas o en mestizos. El diagnóstico se basa en los antecedentes de fiebre recurrente que no mejora tras el tratamiento con antibióticos, letargo, falta de apetito y rigidez o cojera. La enfermedad puede controlarse con 3-5 meses de tratamiento con corticoesteroides. Se requieren fármacos adicionales en perros que no responden a los esteroides.

Artritis en perros

Meningitis inmunomediada

La meningitis inmunomediada causa una inflamación de las capas de tejido que cubren el cerebro y la médula espinal. Estas cubiertas, llamadas meninges, se inflaman y engrosan debido a la invasión de las células inflamatorias. En los Beagles, Boxers, Bracos Alemanes de pelo corto y Akitas jóvenes o adultos, los signos consisten en episodios recurrentes de fiebre, dolor de cuello intenso y rigidez, renuencia a moverse y depresión. Los ataques duran 5-10 días, con periodos de una semana o más entre ataques en los que el perro está mayoritaria o completamente normal. La enfermedad se diagnostica mediante una historia clínica completa, una exploración física, análisis de sangre y análisis del líquido alrededor de la médula espinal (líquido cefalorraquídeo). La enfermedad suele mejorar por sí sola a lo largo de varios meses. Sin embargo, en algunos perros se vuelve crónica y no responde bien al tratamiento. Los corticoesteroides se usan en algunos casos para reducir la gravedad de los signos. Se han descrito formas más graves de la enfermedad que no responden tanto al tratamiento en el Boyero de Montaña Bernés y el Akita.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre las reacciones de tipo III.