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Eutanasia de animales

Revisado/Modificado feb 2020

La eutanasia es el término utilizado para describir el método de sacrificio que minimiza el dolor, la angustia y la ansiedad experimentados por el animal antes de la pérdida de conciencia. Las técnicas utilizadas en contextos como el control de plagas, el sacrificio o el vaciado sanitario pueden no cumplir siempre los criterios de eutanasia, debido a las limitaciones de la situación.

Técnicas aceptables para la eutanasia de animales

El sacrificio de animales, el vaciado sanitario y la muerte humanitaria se distinguen de la eutanasia, porque se realizan por razones diferentes a las de evitar que un animal sufra dolor o angustia sin solución. La eutanasia de animales es un procedimiento común realizado por los profesionales veterinarios y, debido a la gravedad de la acción, merece una consideración adecuada. Algunas de las decisiones de eutanasia más difíciles que deben tomar los veterinarios implican la eutanasia de animales sanos, cuando no se puede encontrar otra alternativa para su tratamiento. El veterinario debe estar preparado para hablar con franqueza sobre el estado del animal y ha de conocer todas las posibles alternativas cuando interactúe con los propietarios de los animales, cuidadores y profesionales de control.

Muchos países y organizaciones reconocen la importancia de una "buena muerte" como final humanitario de la vida de un animal, por lo que han elaborado directrices y recomendaciones para la eutanasia animal; algunas son más específicas para determinadas especies y entornos. La mayoría de las recomendaciones enfatizan ciertos factores que el personal que realiza la eutanasia debe considerar al seleccionar el mejor método que se ha de utilizar:

  1. Capacidad del método para inducir la pérdida de la conciencia y la muerte con un mínimo de dolor y angustia.

  2. Tiempo necesario para inducir la pérdida de la conciencia.

  3. Fiabilidad.

  4. Seguridad del personal.

  5. Irreversibilidad.

  6. Compatibilidad con el uso y la finalidad previstos para los animales.

  7. Efecto emocional documentado en los observadores u operadores.

  8. Compatibilidad con la posterior evaluación, examen o uso de los tejidos.

  9. Disponibilidad de fármacos y potencial abuso humano.

  10. Compatibilidad con la especie, la edad y el estado de salud.

  11. Capacidad para mantener el equipo en buen estado de funcionamiento.

  12. Seguridad para los depredadores o carroñeros, en caso de que consuman los restos del animal.

  13. Requisitos legales.

  14. Impacto ambiental del método o de la eliminación de los restos del animal.

Los agentes eutanásicos causan la muerte por tres mecanismos básicos: 1) depresión directa de las neuronas necesarias para la función vital, 2) hipoxia y 3) alteración física de la actividad cerebral. Dado que la pérdida de conciencia resultante de estos mecanismos puede producirse a diferentes velocidades, la idoneidad de un agente o método concreto dependerá de si el animal experimenta angustia antes de esa pérdida de conciencia. La inconsciencia, definida como pérdida de la conciencia individual, se produce cuando la capacidad del cerebro para integrar información está bloqueada o alterada.

Tabla
Tabla

Idealmente, las técnicas de eutanasia causan una rápida pérdida de la consciencia, seguida de un paro cardiaco o respiratorio y la muerte. Esto puede ocurrir muy rápidamente en algunas técnicas, como el disparo al cerebro, o más gradualmente, en los métodos que primero inducen la inconsciencia, como la sobredosis anestésica. Si la pérdida de la función motora o respiratoria y cardiaca precede a la pérdida de la conciencia, los animales pueden llegar a tener miedo y experimentar angustia, lo cual no es aceptable.

En la tabla adjunta se puede consultar una lista de métodos y agentes adecuados para la eutanasia de diferentes especies animales. Las AVMA Guidelines for Euthanasia 2020 proporcionan la información necesaria para seleccionar y aplicar correctamente estas técnicas.

El contexto de la eutanasia de animales

En la mayoría de los casos, la eutanasia de un animal se produce en el siguiente contexto:

  • Comunicación previa y toma de decisiones.

  • Planificación de la eutanasia.

  • Organización y realización de la eutanasia.

  • Eliminación de los residuos.

El vínculo emocional entre los animales y sus propietarios o cuidadores requiere una dosis adicional de respeto y cuidado profesional. Hablar abiertamente de la eutanasia permite que todos tengan la oportunidad de entender que se ha tenido en cuenta el interés del animal, de los propietarios y de los cuidadores.

Los profesionales veterinarios pueden tener experiencias desagradables en el final de la vida del animal, debido al conflicto con los propietarios, al estrés moral relacionado con la participación y los resultados, a la asimilación del duelo del propietario, a los comentarios negativos de los demás y a la falta de apoyo para la salud mental. Los factores atenuantes más importantes son: 1) políticas de apoyo práctico al liderazgo compasivo y 2) formación en comunicación y estrategias reflexivas. Es indispensable la intervención temprana del personal que experimenta estrés no resuelto o problemas de salud mental.

Es importante que la eutanasia se realice de manera que minimice la angustia del animal y tenga en cuenta su comportamiento natural. Plantear la eutanasia para que se pueda aplicar en un entorno familiar puede ayudar a reducir la angustia. Para los animales acostumbrados al contacto humano, la contención suave (preferiblemente en un entorno familiar y seguro), el manejo cuidadoso y hablar durante la eutanasia suelen tener un efecto tranquilizador, y también pueden ser estrategias de superación eficaces para el personal y los propietarios de los animales. La sedación y/o la anestesia pueden ayudar a conseguir las mejores condiciones para la eutanasia. Hay que tener en cuenta que los sedantes o anestésicos que modifican la circulación administrados en esta etapa pueden retrasar el inicio del agente eutanásico.

Antes de eliminar los restos de los animales debe confirmarse su muerte. Para confirmar la muerte, lo más fiable es combinar varios criterios, que incluyen:

  • Ausencia de pulso, de respiración, de reflejos corneales y de respuesta a pellizcos en los dedos del pie.

  • Imposibilidad de oír la respiración y los latidos del corazón mediante un estetoscopio.

  • Coloración gris en las mucosas.

  • Rigor mortis.

Ninguno de estos signos clínicos por sí solo, excepto el rigor mortis, confirma la muerte. La mejor manera de confirmarla es mediante un método complementario (p. ej., toracotomía, decapitación) realizado después de la pérdida de conciencia. El uso de un método complementario puede ser especialmente importante cuando se realiza la eutanasia en animales de sangre fría, ya que sus latidos cardiacos y su respiración son difíciles de evaluar. Los restos animales han de eliminarse de forma legal para no contaminar las fuentes de alimentos o el medio ambiente.

Puntos clave

  • El proceso de eutanasia debe minimizar o eliminar el dolor, la ansiedad y la angustia antes de la pérdida del conocimiento.

  • Las técnicas de eutanasia aceptables varían según la especie, la edad y el estado de salud de cada animal.

  • La eutanasia puede ser angustiosa para los propietarios y los profesionales veterinarios. Esto debe gestionarse a través del diálogo abierto, la compasión y la disponibilidad de recursos de salud mental.

  • Debe confirmarse la muerte antes de la eliminación de los restos animales.

  • Los restos animales han de eliminarse de forma legal para que no contaminen las fuentes de alimentos o el medio ambiente.

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