La estenosis aórtica, causada normalmente por una cresta o anillo de tejido fibrótico en la región subaórtica (estenosis subaórtica), es un defecto congénito común en los perros de razas grandes. La afección se suele asociar con un soplo de eyección fuerte y pulsos periféricos débiles en los perros más gravemente afectados. El diagnóstico puede establecerse por ecocardiografía. El pronóstico varía con la gravedad de la enfermedad y el tratamiento médico es más frecuente debido al escaso éxito o la falta de disponibilidad de opciones quirúrgicas e intervencionistas.
La estenosis aórtica impide el vaciado normal del ventrículo izquierdo y está causada por estrechamiento en uno de tres lugares:
Debajo de la válvula aórtica (subvalvular o subaórtica).
En la válvula aórtica (valvular).
Por encima de la válvula aórtica (supravalvular).
La forma más común de estenosis aórtica en perros es la estenosis subaórtica (SAS), causada por nódulos fibrosos o una cresta o anillo de tejido fibroso dentro del tracto de salida del ventrículo izquierdo justo debajo de la válvula aórtica. La estenosis subaórtica suele aparecer en los perros de razas grandes. Las razas predispuestas incluyen los Boxers, los Golden Retrievers, los Rottweilers, los Pastores Alemanes y los Terranovas.
Fisiopatología de la estenosis aórtica en animales
La estenosis aórtica induce una hipertrofia concéntrica del ventrículo izquierdo, cuyo grado depende de la gravedad de la estenosis. En los casos graves, el gasto del ventrículo izquierdo puede estar disminuido, especialmente notable durante el ejercicio. La principal consecuencia de la hipertrofia concéntrica ventricular izquierda es el riesgo de isquemia miocárdica secundaria debida a una inadecuada perfusión. La isquemia miocárdica es un factor principal en el desarrollo de arritmias ventriculares que amenazan la vida.
Hallazgos clínicos de la estenosis aórtica en animales
Los signos clínicos varían y pueden no reflejar la gravedad de la estenosis.
Cortesía del Dr. Bruce Keene.
Los signos clínicos no son paralelos a la gravedad de la estenosis. El gasto inadecuado puede causar letargo, intolerancia al ejercicio y síncope. Los animales sin historia de enfermedad pueden morir de forma súbita, detectándose el defecto por primera vez en la necropsia.
Los animales afectados tienen un soplo sistólico eyectivo que se escucha mejor en el área de la válvula aórtica. La intensidad del soplo se correlaciona bastante bien con el grado de estenosis y puede aumentar a medida que los animales maduran, reflejando una estenosis progresiva. Los cachorros sin soplos detectables no se deberían considerar libres de enfermedad hasta que maduran (~1 año de edad). En la mayoría de casos graves, la fuerza del pulso femoral está disminuida. La electrocardiografía puede mostrar una hipertrofia del ventrículo izquierdo (ondas R elevadas en la derivación II) y la aparición de complejos ventriculares prematuros que pueden aumentar su frecuencia con el ejercicio. La monitorización con un sistema Holter está indicada en animales con riesgo de síncopes o en los animales con enfermedad grave para advertir y registrar la presencia de cualquier tipo de arritmia, evaluar la gravedad de esta y ayudar a determinar el riesgo de muerte súbita. Se puede considerar la revisión con un monitor Holter después de iniciar el tratamiento antiarrítmico para evaluar la eficacia.
Radiológicamente hay dilatación ventricular izquierda variable y dilatación posestenótica de la aorta. La ecocardiografía bidimensional y Doppler suele confirmar el diagnóstico definitivo de estenosis aórtica y excluye otras anomalías cardiacas. Puede ser visible una cresta o anillo subaórtico y la velocidad del flujo sanguíneo sistólico a través del defecto determina la gravedad de la estenosis. Los perros con estenosis más significativa pueden mostrar hipertrofia concéntrica del ventrículo izquierdo y áreas hiperecoicas dentro del miocardio compatibles con isquemia y fibrosis miocárdica.
Tratamiento de la estenosis aórtica en animales
Manejo médico.
Valvuloplastia con balón.
Corrección quirúrgica abierta.
El tratamiento médico suele consistir en el uso de un betabloqueante (p. ej., atenolol) por su potencial para disminuir la demanda miocárdica de oxígeno, prolongar la diástole y reducir el estrés de la pared ventricular izquierda. El tratamiento antiarrítmico está indicado en perros con ectopia ventricular significativa. Es improbable que la valvuloplastia con balón ofrezca beneficios consistentes a largo plazo, aunque es potencialmente eficaz a corto plazo. La resección quirúrgica abierta es costosa, se limita a las instalaciones que ofrecen bypass cardiopulmonar y se asocia con una mayor morbilidad y mortalidad. Los animales con afectación leve no suelen necesitar tratamiento, y el pronóstico puede ir desde bueno hasta aceptable en animales levemente afectados. Los animales afectados no deben usarse como reproductores. Los perros afectados tienen un mayor riesgo de infección de la válvula aórtica (endocarditis infecciosa); las precauciones que pueden reducir el riesgo incluyen la antibioterapia perioperatoria y el tratamiento inmediato de las infecciones (es decir, urinarias, cutáneas, de oído, etc.).
Puntos clave
La estenosis subaórtica se produce con mayor frecuencia en perros de razas grandes (Boxer, Pastor Alemán, Golden Retriever, Terranova y Rottweiler).
Se suele escuchar un soplo de eyección sistólico fuerte sobre la base izquierda del corazón y puede irradiarse a la base derecha; la calidad del pulso puede ser débil.
El diagnóstico definitivo puede lograrse mediante ecocardiografía y recomendaciones de tratamiento, y los riesgos varían con la gravedad de la enfermedad.
Los perros afectados tienen un mayor riesgo de endocarditis infecciosa.