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Trastornos congénitos y hereditarios del sistema cardiovascular en los perros

PorSuzanne M. Cunningham, DVM, DACVIM-Cardiology;Kursten V. Roderick, DVM
Última revisión/modificación jun 2018

Las anomalías congénitas del sistema cardiovascular son defectos que están presentes al nacer. Pueden producirse como resultado de defectos genéticos, condiciones ambientales, infecciones, envenenamientos, medicación tomada por la madre o mala nutrición materna. En algunos casos, es una combinación de estos factores lo que provoca el defecto. En el caso de varios defectos, se sospecha una base hereditaria basada en los estudios de la raza y la cría. Sin embargo, algunos estudios han sugerido que menos del 1 % de los perros están afectados por una enfermedad cardiaca congénita.

Además de los defectos cardiacos congénitos, se ha demostrado, o se sospecha, que muchos otros trastornos cardiovasculares tienen una base genética. Las enfermedades como la cardiomiopatía hipertrófica, la cardiomiopatía dilatada y la enfermedad valvular degenerativa de los perros de razas pequeñas pueden tener un componente genético significativo.

Entre los pocos perros que tienen cardiopatía congénita, los defectos comunes (de mayor a menor) incluyen el conducto arterioso persistente, la estenosis pulmonar, la estenosis aórtica, el arco aórtico derecho persistente y el defecto del septo ventricular. Otros defectos cardiacos congénitos menos frecuentes (se producen en menos del 5 % de los casos) son la tetralogía de Fallot, los defectos del septo auricular, la vena cava craneal izquierda persistente, la displasia de la válvula mitral, la displasia de la válvula tricúspide y el cor triatriatum dexter. Sin embargo, existen diferencias regionales en la aparición de estos defectos. Los defectos cardiacos caninos congénitos más comunes en EE. UU. varían de los descritos en el Reino Unido y probablemente difieran de los de otras partes de Europa y otras regiones.

Detección de defectos cardiacos congénitos

Es importante detectar un defecto cardiaco congénito lo antes posible. Algunos defectos pueden corregirse con cirugía, y el tratamiento se debe efectuar antes de que el defecto produzca insuficiencia cardiaca congestiva o daño cardiaco irreversible. Si el defecto se descubre en un perro comprado recientemente, es posible que pueda devolverlo para obtener un reembolso. Las mascotas con defectos cardiacos congénitos son propensas a morir prematuramente, lo que causa dolor emocional. La detección precoz también permite a los propietarios evitar la reproducción de perros con defectos genéticos y prevenir los defectos genéticos continuos en las líneas de cría.

La evaluación de la mayoría de los animales con un defecto cardiaco congénito puede incluir una exploración física, una electrocardiografía (registro de la actividad eléctrica del corazón), radiografías y ecocardiografía (ecografía). Estos pasos permiten diagnosticar y evaluar la gravedad del defecto.

Los defectos cardiacos congénitos producen signos que varían según el tipo y la gravedad de la enfermedad cardiaca implicada. Los signos posibles incluyen falta de aire o dificultad para respirar, tos, desmayos, fatiga o acumulación de líquido en los pulmones o el abdomen.

Tratamiento general y pronóstico

La importancia médica de las cardiopatías congénitas depende del defecto concreto y de su gravedad. Los perros levemente afectados pueden no mostrar ningún efecto negativo y vivir una vida normal. Los defectos que provocan alteraciones circulatorias importantes probablemente causarán la muerte de los cachorros recién nacidos (y no nacidos). Los tratamientos médicos o quirúrgicos son probablemente más beneficiosos en animales con cardiopatías congénitas de gravedad moderada a importante. La corrección quirúrgica, si es adecuada, está indicada en la mayoría de los perros afectados siempre que no haya otras enfermedades o anomalías que supongan un riesgo para la anestesia o la cirugía. Si una causa genética es probable o posible, estos animales no se deben cruzar.

Soplos inocentes

Es muy importante entender que la presencia de un soplo cardiaco en un cachorro joven no indica necesariamente un defecto cardiaco congénito. Muchos cachorros tienen un soplo sistólico de bajo grado (que se escucha mientras los ventrículos se contraen) que se debe a una leve turbulencia de la sangre y no está asociado a un defecto cardiaco congénito. Estos soplos suelen desaparecer sobre los 6 meses de edad. Sin embargo, la presencia de signos de enfermedad cardiaca, soplos sistólicos fuertes o soplos diastólicos (que se escuchan mientras los ventrículos se relajan) sí indican una enfermedad cardiaca y deben impulsar una mayor investigación por parte de su veterinario.

Anomalías congénitas frecuentes del corazón

Los defectos que se comentan a continuación son los que se producen con mayor frecuencia en los perros. Sin embargo, es importante destacar que estos defectos son poco frecuentes.

Conducto arterioso persistente

El conducto arterioso es un vaso corto y ancho del feto que conecta la arteria pulmonar con la aorta y permite que la mayor parte de la sangre fluya directamente desde el ventrículo derecho a la aorta. Antes del nacimiento, la sangre oxigenada dentro de la arteria pulmonar principal pasa a la aorta descendente a través del conducto arterioso, evitando los pulmones no funcionales. Al nacimiento, el inflado de los pulmones tras la primera respiración del cachorro hace que el conducto se cierre y permita que la sangre fluya hacia los pulmones.

Si el conducto no se cierra, el flujo sanguíneo es forzado desde las cámaras del lado izquierdo del corazón hacia las del lado derecho; estos defectos se denominan derivaciones de izquierda a derecha. Dan como resultado una sobrecirculación de los pulmones y una dilatación de las cámaras cardiacas izquierdas, lo que puede producir arritmias. Con el tiempo se desarrollan signos de insuficiencia cardiaca congestiva del lado izquierdo.

Los perros con un conducto pequeño pueden llegar a la edad adulta sin signos de insuficiencia cardiaca, pero la mayoría de los perros afectados retienen líquido adicional incluso a una edad temprana. En ocasiones, un gran conducto arterioso persistente puede causar hipertensión arterial en las arterias de los pulmones, creando una mayor carga de trabajo para el corazón. Cuando es grave, puede hacer que la derivación a través del conducto se enlentezca y se invierta (es decir, se convierta en una derivación de derecha a izquierda).

En los perros con un conducto arterioso persistente con derivación de izquierda a derecha se puede detectar un soplo muy notable, continuo y parecido a una máquina. Las vibraciones asociadas con el soplo a menudo se pueden percibir al tocar la caja torácica del cachorro sobre el área de la base del corazón. En algunos cachorros recién nacidos, el conducto permanece abierto durante varios días después del nacimiento. La mayoría de los cachorros jóvenes no muestran ningún signo. Aquellos que tienen una derivación grande y los perros mayores suelen presentar signos de insuficiencia cardiaca congestiva del lado izquierdo. También se pueden oír arritmias (ritmos cardiacos anómalos). Pueden aparecer grandes anomalías en las radiografías. La ecocardiografía es útil para excluir defectos cardiacos coexistentes presentes desde el nacimiento, así como para mostrar la presencia del conducto arterioso persistente.

La cirugía para cerrar el conducto en perros con derivación de izquierda a derecha del conducto arterioso persistente suele curar el problema y es casi siempre la mejor opción de tratamiento. Es posible que se necesiten medicamentos para tratar la insuficiencia cardiaca congestiva antes de realizar la cirugía. Las opciones quirúrgicas incluyen la ligadura del conducto y su obstrucción desde el interior. Este último procedimiento puede lograrse usando un catéter para colocar un dispositivo en el conducto arterioso persistente que da lugar a la formación de coágulos de sangre u obstrucción física del conducto. Su veterinario elegirá la opción quirúrgica apropiada según el tamaño del conducto y el tamaño de su perro.

En los animales con un conducto arterioso persistente con derivación de derecha a izquierda suele haber una historia de fatiga, intolerancia al ejercicio y colapso. Un examen cuidadoso puede revelar un ligero color azulado en la piel y las membranas de la mitad posterior del perro (es decir, las extremidades y el tronco en lugar de la cabeza y el cuello). Su veterinario puede notar otras anomalías, como un sonido cardiaco dividido, un soplo leve o un aumento anormal de los glóbulos rojos. La electrocardiografía, las radiografías y la ecocardiografía pueden ser útiles en el diagnóstico.

En esta situación no se debe realizar la ligadura quirúrgica del conducto, ya que esto provocará un aumento de la presión sanguínea en las arterias de los pulmones y, por lo general, la muerte. El tratamiento implica el control del aumento de glóbulos rojos mediante la extracción periódica de sangre y la medicación para disminuir la presión arterial en los pulmones. El pronóstico a largo plazo de los perros afectados con una derivación de derecha a izquierda es malo.

Estenosis pulmonar

La estenosis pulmonar causa una obstrucción del flujo sanguíneo desde el ventrículo derecho a los pulmones. En la mayoría de los casos, la obstrucción se debe al desarrollo anormal de los colgajos en las válvulas entre la arteria pulmonar y el ventrículo derecho (válvula pulmonar). Sin embargo, la estenosis también puede producirse en la abertura en forma de cono, la región subvalvular (dentro del tracto de salida del ventrículo derecho) o en el área más allá de la válvula pulmonar. Las razas con mayor riesgo de estenosis pulmonar incluyen los Bulldogs Ingleses, los Boxers, los Beagles, los Boykin Spaniels, los Terriers y los Schnauzers gigantes.

El ventrículo derecho debe generar una mayor presión durante la contracción para superar la estenosis. En los casos de moderados a graves, el aumento de la presión puede producir una dilatación grave del ventrículo derecho con engrosamiento de las fibras musculares. A medida que las fibras musculares del ventrículo derecho se engrosan, la capacidad del ventrículo para realizar su trabajo disminuye, lo que provoca un aumento de la presión de la aurícula derecha y la congestión de las venas. El aumento de la velocidad del flujo sanguíneo produce una arteria dilatada. En los casos graves puede observarse insuficiencia cardiaca congestiva del lado derecho. Otros defectos de nacimiento en el corazón también pueden estar presentes en perros con esta afección.

Los perros con estenosis pulmonar pueden tener antecedentes de retraso en el crecimiento e intolerancia al ejercicio. Puede haber signos de insuficiencia cardiaca congestiva derecha, como acumulación o líquido en el abdomen o las extremidades. Se puede oír un soplo fuerte y la vena yugular puede estar inflamada y pulsante. La electrocardiografía, las radiografías y la ecocardiografía pueden ser útiles para diagnosticar esta afección. La ecocardiografía Doppler es valiosa para determinar la gravedad de la estenosis.

Los perros con estenosis pulmonar moderada o grave pueden mejorar después de la cirugía. Un tipo de cirugía implica el uso de un balón quirúrgico para ensanchar la válvula estrechada. Este tipo de cirugía causa un traumatismo mínimo y es altamente eficaz. La elección del procedimiento quirúrgico depende en cierta medida de la presencia y el grado de engrosamiento de las fibras musculares por debajo de la válvula. Su veterinario será quien mejor pueda determinar el tratamiento adecuado para su mascota. Deben iniciarse fármacos como diuréticos y vasodilatadores (fármacos que ensanchan los vasos sanguíneos) si existe insuficiencia cardiaca congestiva derecha. El pronóstico es malo si existe fibrilación auricular o insuficiencia cardiaca congestiva derecha. Si se observa fibrilación auricular, su veterinario puede recetarle medicamentos para controlar la arritmia.

Estenosis aórtica

La estenosis aórtica se refiere a un estrechamiento de la aorta, que interfiere en el flujo sanguíneo que sale del corazón. El flujo sanguíneo del ventrículo izquierdo puede estar obstruido de varias maneras. El tejido fibroso localizado dentro del tracto de salida del ventrículo izquierdo (debajo de la válvula aórtica) puede reducir el flujo. Esto se llama estenosis subaórtica. En otros casos, la obstrucción puede estar dentro de la válvula que sale del ventrículo izquierdo (estenosis valvular) o incluso más allá de la válvula aórtica (estenosis supravalvular). Entre los perros, la estenosis subaórtica se produce con mayor frecuencia y se suele observar en perros de razas grandes. Las razas más frecuentemente afectadas son los Boxers, los Golden Retrievers, los Rottweilers, los Pastores Alemanes y los Terranovas.

La estenosis aórtica causa engrosamiento de las fibras musculares del ventrículo izquierdo. Uno de los principales efectos de este engrosamiento de las fibras musculares es la creación de zonas de flujo sanguíneo deficiente en todo el corazón. Cuando el suministro de sangre al músculo cardiaco es bajo, el corazón no recibe suficiente oxígeno y es incapaz de eliminar el dióxido de carbono y otros productos de desecho celular. Esta afección es un factor importante en el desarrollo de problemas del ritmo ventricular que ponen en peligro la vida.

En algunos casos de estenosis aórtica puede haber una historia de pérdida del conocimiento (desmayos) debido a la falta de flujo sanguíneo al cerebro y problemas con los niveles normales de ejercicio. En otros casos, los animales sin antecedentes de enfermedad pueden morir súbitamente y el defecto se detecta solo después de la muerte. A veces se puede detectar un soplo con un estetoscopio. Si se sospecha estenosis, el veterinario puede comprobar la actividad eléctrica del corazón mediante un electrocardiograma. En los casos en los que un perro se desmaya con frecuencia o muestra otros signos de posibles problemas del ritmo cardiaco, el veterinario puede controlar la actividad cardiaca durante un día completo. También se pueden utilizar otras pruebas, como las radiografías o la ecografía.

Las opciones de tratamiento incluyen medicamentos para reducir los problemas asociados con la intolerancia al ejercicio o los desmayos. La cirugía también puede ayudar, aunque los procedimientos son costosos de realizar y pueden tener riesgos. Los perros levemente afectados no suelen necesitar tratamiento y el pronóstico puede ser de regular a bueno. Su veterinario podrá determinar el tratamiento más adecuado para su perro. Los perros con estenosis aórtica no deben utilizarse para la cría.

Arco aórtico derecho persistente

Cuando esta anomalía está presente al nacimiento, el arco aórtico derecho pasa por detrás del esófago y la tráquea. Esto comprime el esófago y lo constriñe cerca del corazón. Dado que la comida no puede pasar correctamente a través del esófago, los animales afectados regurgitarán. El alimento no digerido se inhala fácilmente, provocando neumonía por aspiración. Se utilizan radiografías para diagnosticar la afección, y puede ser necesaria una tomografía computarizada (TC) para preparar la cirugía para liberar el esófago. Se ha descrito la persistencia del arco aórtico derecho en el ganado, los caballos, los gatos y los perros. Los Pastores Alemanes y los Setter Irlandeses desarrollan esta anomalía con más frecuencia que otras razas.

Defectos del septo ventricular

Los defectos del septo ventricular (aberturas entre los ventrículos izquierdo y derecho) varían en tamaño y efectos sobre la circulación sanguínea. Los defectos del septo ventricular pueden aparecer con otras anomalías del corazón presentes al nacimiento.

La derivación de sangre del ventrículo izquierdo al ventrículo derecho es el resultado más frecuente de este defecto, debido a las mayores presiones del ventrículo izquierdo. La sangre derivada al ventrículo derecho recircula a través de los vasos pulmonares y las cavidades cardiacas izquierdas, lo que produce la dilatación de estas estructuras. El ventrículo derecho también puede dilatarse. Una derivación significativa a través de las arterias pulmonares puede inducir el estrechamiento de estos vasos, lo que provoca una reducción del flujo sanguíneo o un aumento de la presión arterial. A medida que aumenta la resistencia, la derivación puede revertirse (es decir, convertirse en una derivación de derecha a izquierda) y fluir desde el ventrículo derecho hacia el izquierdo, sin pasar por los pulmones.

Los signos dependen de la gravedad del defecto y de la dirección de la derivación. Un defecto pequeño produce signos mínimos o ningún signo. Los defectos más grandes pueden producir una insuficiencia cardiaca congestiva izquierda grave. El desarrollo de una derivación de derecha a izquierda está indicado por una coloración azulada, fatiga e intolerancia al ejercicio. La mayoría de los animales afectados tienen un soplo fuerte; sin embargo, este soplo está ausente o es débil cuando hay un defecto muy grande o cuando la derivación es de derecha a izquierda. Las radiografías de tórax y la ecocardiografía (ecografía) pueden utilizarse para confirmar el defecto.

El tratamiento también depende de la gravedad de los signos y de la dirección de la derivación. Los perros con defectos pequeños del septo ventricular no suelen necesitar tratamiento, y el pronóstico es bueno. Los perros con un defecto de moderado a grave suelen desarrollar signos, y debe considerarse el tratamiento. En el tratamiento de los perros con una comunicación interventricular grande y una derivación de izquierda a derecha se puede considerar la cirugía para cerrar el defecto o disminuir la derivación o los fármacos para reducir la presión sanguínea. Con la derivación de derecha a izquierda no se suele aconsejar el cierre quirúrgico del defecto. La sangría para aliviar los efectos del aumento de glóbulos rojos o el uso de ciertos fármacos pueden considerarse para aliviar los signos; sin embargo, el pronóstico de los perros es de malo a reservado. Los perros con un defecto del septo ventricular no se deben cruzar. Se ha demostrado que este defecto es hereditario en los Springer Spaniel Ingleses.

Tetralogía de Fallot

La tetralogía de Fallot es un defecto que produce un color azulado en la piel y las membranas porque no hay suficiente oxígeno en la sangre. Está causada por una combinación de estenosis pulmonar (véase anteriormente), un defecto del septo ventricular (véase anteriormente), engrosamiento de las fibras musculares del ventrículo derecho y grados variables de rotación de la aorta hacia la derecha. Las razas predispuestas a la tetralogía de Fallot son el Keeshond, el Bulldog Inglés y el Fox Terrier de pelo duro. El rasgo se hereda en los Keeshonds y probablemente en otras razas. Sin embargo, este defecto se ha reconocido en otras razas de perros.

El efecto sobre el animal de esta agrupación de defectos depende principalmente de la gravedad de la estenosis pulmonar, del tamaño de la comunicación interventricular y de la cantidad de resistencia al flujo sanguíneo que ofrecen los vasos sanguíneos. Las consecuencias pueden incluir una reducción del flujo sanguíneo a los pulmones (que produce fatiga y dificultad para respirar) y una falta generalizada de oxígeno en la sangre que causa un color azulado en la piel y las membranas. Los glóbulos rojos pueden estar anormalmente aumentados, dando lugar al desarrollo de coágulos sanguíneos y a una mala circulación sanguínea. Los signos típicos en los perros incluyen retraso en el crecimiento, intolerancia al ejercicio, colapso y convulsiones. Los perros afectados suelen presentar un soplo cardiaco. Los electrocardiogramas, las radiografías y la ecocardiografía (ecografía) pueden ayudar a confirmar el diagnóstico.

Las opciones de tratamiento incluyen la cirugía y el manejo médico. En los perros se ha descrito la cirugía para corregir los defectos o para aliviar el dolor, pero rara vez se realiza. En los perros con tetralogía de Fallot se han utilizado fármacos betabloqueantes adrenérgicos y sangrías. El pronóstico es reservado, pero los perros con derivación de leve a moderada pueden llegar a la edad adulta.

Defectos del septo auricular

Los defectos del septo auricular son aberturas que se producen entre la aurícula derecha y la izquierda. Estas aberturas permiten que la sangre fluya anormalmente entre las cámaras. Se producen dos tipos de aberturas: un defecto congénito que crea un agujero en la pared y una abertura fetal normal que no se cierra (denominada foramen oval patente).

Antes del nacimiento, una abertura ovalada de la membrana entre las aurículas (llamada foramen oval) permite la derivación de sangre del lado derecho al izquierdo para evitar los pulmones no funcionales. Al nacimiento, el descenso de la presión en la aurícula derecha produce el cierre del foramen oval y el cese de la derivación. El aumento de la presión de la aurícula derecha puede reabrir el colgajo donde las membranas no se han sellado y permitir que se reanude la derivación. No se trata de una verdadera comunicación interauricular porque las membranas se han formado normalmente. Una verdadera comunicación interauricular es una apertura consistente de las membranas, que permite el paso de la sangre de una aurícula a la otra.

En la mayoría de los casos, la sangre fluye de la aurícula izquierda a la derecha, provocando una sobrecarga de las cámaras del lado derecho. El volumen de la derivación depende del tamaño del defecto y del cambio de presión a través de este. El exceso de flujo sanguíneo a través de las cámaras del lado derecho provoca su dilatación y el engrosamiento de sus fibras musculares. El estrechamiento de los vasos sanguíneos pulmonares puede producirse como consecuencia de un flujo sanguíneo pulmonar excesivo y puede provocar rápidamente una insuficiencia cardiaca congestiva derecha. En situaciones en las que la presión auricular derecha aumenta (p. ej., estenosis pulmonar) puede producirse una derivación de derecha a izquierda.

Puede haber signos de insuficiencia cardiaca derecha (p. ej., acumulación de líquido en el abdomen, acumulación de líquido en los tejidos, color azulado en la piel y las mucosas). Suele haber un soplo y pueden observarse arritmias. La electrocardiografía, las radiografías y la ecocardiografía pueden ser útiles para diagnosticar el defecto. Los resultados muestran grados variables de dilatación de la aurícula y el ventrículo derechos.

Se puede intentar la cirugía para corregir el defecto, pero está asociada a un alto coste y a una elevada tasa de mortalidad. Los perros con ciertos tipos de defectos pueden tolerarlos bien, y muchos de estos defectos solo se detectan durante los exámenes rutinarios de los animales más mayores. Sin embargo, otros tipos de defectos son más propensos a causar insuficiencia cardiaca congestiva derecha. También puede producirse una presión arterial alta en las arterias de los pulmones. Aunque algunos de estos perros pueden no mostrar signos durante años, el pronóstico a largo plazo es de reservado a malo.

Displasia de la válvula mitral

La displasia de la válvula mitral se refiere al desarrollo anormal o la malformación de la válvula mitral del corazón, que permite la regurgitación de la sangre hacia la aurícula izquierda. Las razas de perros más propensas a nacer con displasia de la válvula mitral son los Bull Terriers, los Pastores Alemanes y los Gran Daneses.

La regurgitación mitral a largo plazo provoca la dilatación del ventrículo y la aurícula izquierdos. Cuando la regurgitación es grave, el flujo sanguíneo del corazón disminuye y el líquido se acumula en los pulmones, produciendo signos de insuficiencia cardiaca. Pueden desarrollarse arritmias. En algunos casos, la malformación de la válvula mitral provoca una estenosis o estrechamiento de la válvula (véase más adelante).

Los signos de displasia de la válvula mitral dependen de la gravedad del defecto. A menudo se observan signos de insuficiencia cardiaca congestiva del lado izquierdo, como tos y dificultad para respirar. Un electrocardiograma puede mostrar arritmias en perros gravemente afectados. Las radiografías de tórax, la ecocardiografía y otras técnicas especializadas ayudan a confirmar el defecto.

El pronóstico de los perros con signos y enfermedad grave es malo. Los animales levemente afectados pueden permanecer libres de signos durante varios años. Los signos de insuficiencia cardiaca congestiva del lado izquierdo se pueden tratar.

Válvula mitral

Estenosis mitral

La estenosis de la válvula mitral es un estrechamiento del orificio de la válvula mitral causado por anomalías de esta. Esto obstruye la entrada de sangre al ventrículo izquierdo. El defecto es poco frecuente en los perros, pero puede producirse junto con otros defectos congénitos como la estenosis subaórtica, la displasia de la válvula mitral y la estenosis pulmonar (todos ellos comentados anteriormente en este capítulo).

La estenosis mitral produce una dilatación de la aurícula izquierda y un aumento de la presión arterial dentro de las venas de los pulmones. Como consecuencia, se puede desarrollar líquido en los pulmones. En algunos perros con estos defectos se produce una pérdida de consciencia debida a la falta de flujo sanguíneo al cerebro. A veces se puede detectar un soplo cardiaco de bajo grado. Si la displasia de la válvula mitral (véase anteriormente) está presente junto con la estenosis, se puede oír un soplo más fuerte. Las radiografías y la electrocardiografía son útiles para mostrar los efectos de la estenosis; la ecocardiografía (ecografía) puede confirmar el diagnóstico.

A los perros con estenosis de la válvula mitral se les pueden recetar diuréticos (para ayudar a eliminar la acumulación de líquido) y seguir una dieta baja en sal. El uso de diuréticos debe controlarse cuidadosamente porque una dosis demasiado alta puede reducir gravemente el flujo sanguíneo desde el corazón. La cirugía para aliviar la estenosis mitral también puede ser una opción.

Estenosis mitral y regurgitación

Displasia tricuspídea

La displasia tricuspídea se refiere al desarrollo anormal o a la malformación de la válvula tricúspide del corazón, que permite la regurgitación de la sangre hacia la aurícula derecha. Este defecto se observa ocasionalmente en perros al nacimiento. Las razas más propensas a padecer displasia tricuspídea son el Labrador Retriever y el Pastor Alemán. En raras ocasiones se puede observar estenosis (estrechamiento) de la válvula tricúspide. También pueden observarse otros defectos del corazón en los perros afectados.

La regurgitación tricuspídea a largo plazo produce una sobrecarga de volumen del corazón derecho, dilatando el ventrículo y la aurícula derecha. El flujo sanguíneo a los pulmones puede estar disminuido, lo que da lugar a fatiga y a un aumento de la frecuencia respiratoria. Al aumentar la presión en la aurícula derecha, la sangre se acumula en las venas que regresan al corazón, provocando una acumulación de líquido en el abdomen.

Cuanto más grave sea el defecto, más obvios serán los signos en los perros afectados. Pueden observarse signos de insuficiencia cardiaca congestiva del lado derecho, como la acumulación de líquido en el abdomen y las extremidades. Un soplo cardiaco fuerte es muy notable. Las arritmias, especialmente la aparición repentina de una frecuencia cardiaca muy elevada, son frecuentes y pueden causar la muerte. La electrocardiografía y las radiografías pueden mostrar dilatación del ventrículo derecho y de la aurícula, mientras que la válvula tricúspide malformada y la regurgitación pueden observarse mediante ecocardiografía (ecografía).

El pronóstico de los perros con displasia tricuspídea depende de la gravedad de la anomalía y del grado de regurgitación. Puede ser necesario el drenaje periódico del líquido del abdomen. También pueden estar indicados los diuréticos, los vasodilatadores y la digoxina.

Hernias entre el abdomen y la membrana que rodea al corazón

Una abertura anormal entre el abdomen y la membrana que rodea el corazón (hernia diafragmática peritoneopericárdica) se produce como defecto de nacimiento en los perros. Una hernia diafragmática es una abertura anormal en la membrana que separa el abdomen de la cavidad torácica. El resultado es un orificio a través del cual los órganos abdominales pueden sobresalir hacia el tórax. El hígado es el órgano que se hernia con más frecuencia, seguido del intestino delgado, el bazo y el estómago. Los signos varían, con muchos pacientes que no muestran signos y cuyo defecto solo se descubre después de la muerte. Las radiografías de tórax o las radiografías de contraste especializadas pueden mostrar el intestino o el hígado cruzando la membrana hacia el interior del saco que rodea al corazón (el pericardio). El diagnóstico también puede realizarse mediante ecocardiografía (ecografía) o tomografía de contraste (TC). Los pacientes con vómitos, signos de encefalopatía hepática (una enfermedad del cerebro debida a la acumulación de sustancias tóxicas que suelen ser eliminadas por el hígado), dificultad para respirar u otras afecciones adversas resultantes de la hernia deben someterse a cirugía para reparar la hernia.

Cor triatriatum dexter

El cor triatriatum dexter es el resultado de una membrana fibrosa que divide la aurícula derecha y se ha descrito raramente en perros. La aurícula afectada está dividida en dos cámaras. Puede haber o no una o más perforaciones en la membrana de separación, permitiendo la comunicación entre las dos porciones de la aurícula. Los perros con enfermedad grave suelen presentar signos de insuficiencia cardiaca derecha (como la acumulación de líquido en el abdomen). Esta enfermedad se puede corregir mediante cirugía.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre trastornos congénitos y hereditarios del sistema cardiovascular.