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Hipertiroidismo en animales

PorMark E. Peterson, DVM, DACVIM-SAIM
Revisado/Modificado jul 2019

El hipertiroidismo se caracteriza por hipermetabolismo y concentraciones elevadas de hormona tiroidea circulante. Las características clínicas incluyen pérdida de peso a pesar de tener buen apetito. El tratamiento depende de la causa subyacente, pero las opciones incluyen cirugía, yodo radiactivo, fármacos antitiroideos y una dieta baja en yodo.

El hipertiroidismo clínico en perros y gatos se produce por una secreción excesiva de las hormonas tiroideas T4 y T3, lo que da lugar a signos que reflejan un aumento de la tasa metabólica. Este trastorno es más común en el gato de mediana y avanzada edad, pero también se desarrolla, aunque con menor frecuencia, en el perro.

El adenoma tiroideo funcional (hiperplasia adenomatosa) es la causa más frecuente de hipertiroidismo felino; en ~70 % de los casos, ambos lóbulos tiroideos están agrandados. El carcinoma tiroideo, la principal causa de hipertiroidismo en los perros, es poco frecuente en los gatos (de 1-2 % de los casos de hipertiroidismo).

Hallazgos clínicos del hipertiroidismo en animales

Los signos más comunes de hipertiroidismo en animales incluyen:

  • Pérdida de peso.

  • Aumento del apetito.

  • Hiperexcitabilidad.

  • Polidipsia.

  • Poliuria.

  • Agrandamiento palpable de la glándula tiroides.

Los signos gastrointestinales también son frecuentes, y pueden comprender vómitos, diarreas e incremento del volumen de las heces. Los signos cardiovasculares consisten en taquicardia, soplos sistólicos, disnea, cardiomegalia e insuficiencia cardiaca congestiva. Rara vez, los gatos con hipertiroidismo muestran signos de apatía (p. ej., anorexia, letargo y depresión); la pérdida de peso sigue siendo un signo común en estos gatos.

Diagnóstico del hipertiroidismo en animales

La elevada concentración sérica basal de la hormona tiroidea total es el signo patognomónico de hipertiroidismo y confirma su diagnóstico. Aunque las concentraciones séricas de T4 total son elevadas en la mayoría de los gatos con hipertiroidismo, ~5-10 % de los gatos tienen unos valores normales de T4. La mayoría de los gatos con valores normales de T4 sérica tienen hipotiroidismo leve o temprano con una enfermedad concomitante no tiroidea, la cual ha causado una supresión de la concentración elevada de T4 dentro de los grados de referencia. En esos gatos, una elevada concentración de T4 libre, junto con la historia clínica y los hallazgos en la exploración, constituyen el diagnóstico del hipertiroidismo.

Tratamiento del hipertiroidismo en animales

  • Yodo radiactivo, tiroidectomía, medicación antitiroidea crónica o dieta deficiente en yodo de por vida.

Los gatos con hipertiroidismo pueden tratarse mediante la realización de una terapia con yodo radiactivo, una tiroidectomía o la administración crónica de un fármaco antitiroideo, o terapia nutricional de por vida (dieta deficiente en yodo). El yodo radioactivo proporciona un tratamiento simple, eficaz y seguro, y está considerado como el tratamiento de elección. El yodo radioactivo se concentra dentro del tumor tiroideo, donde irradia y destruye selectivamente el tejido tiroideo hiperfuncional.

La tiroidectomía quirúrgica también es un tratamiento eficaz para el hipertiroidismo en gatos. En el caso de los tumores tiroideos unilaterales, la hemitiroidectomía corrige el estado hipertiroideo y no suele ser necesario administrar suplementos de tiroxina. Para los tumores tiroideos bilaterales, está indicado realizar una tiroidectomía completa, pero debe conservarse la función paratiroidea para evitar la hipocalcemia posoperatoria. La función tiroidea debe controlarse 3-4 semanas después de la cirugía e iniciarse la suplementación con levotiroxina si está indicado. Si se desarrolla un hipoparatiroidismo iatrogénico, también está indicado iniciar un tratamiento con calcitriol y calcio.

El tratamiento con metimazol, un fármaco antitiroideo, controla el hipertiroidismo mediante el bloqueo de la síntesis de la hormona tiroidea. El carbimazol es un fármaco antitiroideo similar disponible en muchos países europeos, Australia y Japón; ejerce sus efectos mediante la conversión inmediata a metimazol tras su administración. El propiltiouracilo, otro fármaco antitiroideo, no se recomienda en los gatos debido a la elevada incidencia de efectos adversos graves (especialmente anemia hemolítica y trombocitopenia). La dosis diaria inicial recomendada de metimazol es de 1,25-2,5 mg/gato, PO, cada 12 horas. La dosis se ajusta para mantener las concentraciones de hormona tiroidea circulante dentro de los límites medios normales y se administra a diario.

Los efectos adversos, de los cuales los más graves son la agranulocitosis y la trombocitopenia, se desarrollaron en <5 % de los gatos tratados. Si esto ocurre, se debe suspender la administración de metimazol e instaurarse un tratamiento de apoyo; estas reacciones adversas deberían resolverse en 2 semanas. Para mantener los valores normales de hormona tiroidea y para controlar las reacciones adversas durante los primeros 3 meses de tratamiento (cuando se desarrollan los efectos adversos más graves asociados con el tratamiento con metimazol), se deben repetir los hemogramas completos y las determinaciones de hormona tiroidea sérica a intervalos de 2-4 semanas, con la dosis del fármaco ajustada según sea necesario. Posteriormente, se deben realizar determinaciones de las concentraciones de T4 sérico a intervalos de 3-6 meses para controlar los requerimientos posológicos y la respuesta al tratamiento.

El uso de un tratamiento médico diferente al metimazol puede ser necesario si se desarrollan efectos adversos. En su mayor parte, estas terapias médicas alternativas son para uso a corto plazo y solo se recomiendan antes de optar por una opción de tratamiento más permanente.

El propranolol y el atenolol son los agentes bloqueantes de los receptores beta-adrenérgicos usados con mayor frecuencia en los gatos hipertiroideos. Estos fármacos no reducen la concentración de T4 circulante, sino que se usan para controlar sintomáticamente la taquicardia, la taquipnea, la hipertensión y la hiperexcitabilidad asociadas con el hipertiroidismo.

Los agentes colecistográficos orales (p. ej., ipodato, ácido iopanoico o diatrizoato de meglumina) inhiben de forma aguda la conversión de T4 periférica en T3. En un estudio de gatos hipertiroideos, la administración de ipodato de calcio normalizó las concentraciones séricas totales de T3 y produjo una mejoría clínica en >60 % de los gatos tratados. El ipodato (308 mg de yodo/500 mg de ipodato de calcio) ya no se comercializa en EE. UU., pero dosis comparables pero el ácido iopanoico (333 mg de yodo/500 mg de ácido iopanoico) y el diatrizoato de meglumina (370 mg de yodo/mL) se han utilizado de forma anecdótica en gatos hipotiroideos en dosis comparables. Ninguno de estos fármacos proporciona la resolución completa de los signos clínicos o las características bioquímicas asociadas con el hipertiroidismo. Además, la disminución del efecto hipotiroideo es frecuente después de 3 meses de tratamiento con cualquiera de estos fármacos.

Una cuarta opción de tratamiento para gatos con hipertiroidismo es el uso de una dieta recetada con niveles de yodo severamente restringidos (Hill's® y/d Feline Thyroid HealthTM). La base para utilizar esta dieta es que el yodo es un componente esencial tanto de la T4 como de la T3; sin suficiente yodo, la tiroides no puede producir un exceso de hormonas tiroideas. Se trata de una dieta deficiente en yodo, que contiene niveles de yodo por debajo del requerimiento mínimo diario para gatos adultos. El uso de esta dieta para el tratamiento del hipertiroidismo felino está principalmente indicado en gatos que no son candidatos para el tratamiento definitivo del tumor tiroideo subyacente con cirugía o yodo radiactivo, que siguen siendo los tratamientos de elección. Además, el tratamiento nutricional podría considerarse en gatos cuyos propietarios no pueden administrar medicación oral o en gatos que desarrollan efectos adversos por el metimazol o el carbimazol.

La mayoría de los gatos hipertiroideos alimentados exclusivamente con esta dieta restringida en yodo se vuelven eutiroideos en 8-12 semanas. Esta terapia parece ser más eficaz en gatos con incrementos moderados de T4 que en los gatos con hipertiroidismo grave. A pesar de algunas ventajas, el tratamiento nutricional tiene inconvenientes: 1) la alimentación con esta dieta solo puede controlar (reteniendo el "combustible" para el tumor tiroideo), pero no curar, el hipertiroidismo; 2) los gatos alimentados con esta dieta no deben comer ninguna otra dieta para gatos, comida de mesa o golosinas, porque incluso pequeñas cantidades de yodo pueden hacer que la dieta sea ineficaz para controlar el hipertiroidismo; y 3) se producirá una recidiva si se suspende la dieta, por lo que el gato debe comer únicamente esta dieta durante el resto de su vida.

En los perros, un tumor tiroideo que causa hipertiroidismo siempre debe suponerse como un carcinoma hasta que se demuestre lo contrario. Esto contrasta con el caso de los gatos hipertiroideos, en los que el carcinoma tiroideo está presente en <5 %.

El tratamiento de la neoplasia tiroidea y el hipertiroidismo en perros está dictado por el tamaño del tumor primario, la extensión de la invasión tisular local, la presencia de metástasis detectable y las opciones de tratamiento disponibles. La cirugía, la quimioterapia, la irradiación con cobalto y el tratamiento con yodo radiactivo, solos o en combinación, pueden estar indicados según el individuo. El estado de hipertiroidismo puede controlarse médicamente mediante la administración diaria de un fármaco antitiroideo como el metimazol o el carbimazol, pero este tratamiento no evitará el crecimiento tumoral ni la metástasis. Dado que el hipertiroidismo canino casi siempre está asociado con el carcinoma de tiroides, el pronóstico a largo plazo en estos perros es de malo a grave.

Puntos clave

  • El hipertiroidismo, una afección tiroidea hiperactiva, es un trastorno endocrino común de los gatos mayores. Es poco frecuente en otras especies.

  • El hipertiroidismo hace que las funciones corporales se aceleren. Los signos clínicos del trastorno incluyen pérdida de peso a pesar del aumento del apetito, nerviosismo y taquicardia.

  • El hipertiroidismo se diagnostica sobre la base de las características clínicas, los hallazgos del examen físico (especialmente la palpación del tumor tiroideo) y los análisis de sangre para medir las concentraciones elevadas de hormonas tiroideas (T4 total y libre).

  • Hay muchas opciones de tratamiento disponibles, como los medicamentos antitiroideos que interfieren con la producción de hormonas tiroideas (principalmente el metimazol), la tiroidectomía quirúrgica, la administración de yodo radiactivo o el tratamiento nutricional con una dieta baja en yodo.

Para más información

Consultar también la información para propietarios sobre hipertiroidismo en perros e hipertiroidismo en gatos.