La función del sistema inmunitario es la detección y destrucción de microorganismos invasores y de células anormales. Dada la gran diversidad de patógenos, el sistema inmunitario es una mezcla compleja de mecanismos protectores. De forma simplista, estos pueden clasificarse como inmunidad innata e inmunidad adaptativa. La protección durante las primeras horas y días de la invasión microbiana es responsabilidad del sistema inmunitario innato "programado". La protección a largo plazo es responsabilidad del sistema inmunitario adaptativo.
En general, las enfermedades del sistema inmunitario pueden adoptar tres formas: inmunodeficiencias, manifestadas como una mayor susceptibilidad a las infecciones; enfermedades resultantes de una función inmunitaria excesiva, lo que da lugar a un daño celular y tisular inapropiado o hipersensibilidades; y enfermedades en las que el sistema inmunitario ataca directamente a las células y órganos normales del organismo, llamadas enfermedades autoinmunitarias. Las respuestas inmunitarias innatas y adaptativas normales cursan con cierta inflamación y destrucción tisular limitada. La enfermedad clínica se produce cuando esta inflamación es excesiva o está en el lugar erróneo o se dirige contra el objetivo equivocado.
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